martes, 5 de julio de 2022

Cerramos por vacaciones

Aunque todavía nos toque trabajar y siga quedando lejos la escapada estival que planeamos, he decidido cerrar por un tiempo este blog para tomarnos otras merecidas y siempre necesarias vacaciones.
Ha sido un curso especialmente duro, con cambio en mi puesto laboral, esa pandemia que continúa embistiendo a oleadas, otra guerra indecente en el corazón de Europa y una lesión seria de por medio, pero en ello he vuelto a encontrar motivos para dar las gracias y sentirme agraciado. 
Nos seguiremos contando a la vuelta, cuando retomemos la faena.  Por supuesto. Y es que, como afirmase el escritor John Steinbeck, el arte del descanso constituye una parte esencial del arte de trabajar.

sábado, 2 de julio de 2022

En otro Día Internacional del Palíndromo

Hoy sábado 2 de julio, en el ecuador de este 2022, desde el Club Palindromista Internacional al que pertenezco, celebramos por séptimo año consecutivo el Día Internacional del Palíndromo. A través de las redes sociales, se han propuesto distintas actividades que permitirán que nos pongamos en contacto diferentes apasionados del mismo, tanto de América como de Europa: maratón de frases capicúas, fotomontajes, entrevistas, concursos... 
De siempre he defendido que la literatura palindrómica -esa que se lee igual de izquierda a derecha que a la inversa- constituye un género con entidad propia, pudiendo aportar a quien lo practica excelentes valores educativos, artísticos o de crecimiento personal. Quizá por ello, uno de los protagonistas de mi próximo libro sea un aficionado a tal simetría, con el que me siento especialmente identificado. De hecho, tampoco descarto que sigamos compartiendo aventura... Al menos, mientras le una Manuel.

viernes, 1 de julio de 2022

Mi partido del año

No fue en una pista central ni en ningún torneo de prestigio. Ni siquiera había público en las gradas, ni siquiera repartieron puntos ATP. Pero para mí, este de hoy ha sido el partido del año. Primero, porque al otro lado de la red restaba mi hijo, y eso siempre merece un plus especial... Segundo, porque ambos hemos practicado deporte durante casi una hora, con todos los beneficios que ello conlleva... Tercero, porque hace más de seis meses que no empuño una raqueta -desde antes de aquella lesión cervical- y estaba expectante por ver cómo me encontraba... Cuarto, porque Manuel lo ha pasado genial jugando al tenis con su padre -aunque por precaución fuera solo a un set-, y eso siempre resulta bueno para los dos... Quinto y último, porque con independencia del resultado final -me ha vencido por un engañoso 7-5, pues llegué a tener dos bolas ganadoras-, mi espalda ha respondido correctamente y no he sentido molestia alguna ni antes, durante o después de pelotear.
Y es que esa vuelta a nuestra normalidad está yendo tan conforme a lo previsto, que cualquier día de estos me veo pidiéndole la revancha.