
Las páginas también tienen que ser solo unas cuantas, porque pocas cosas hay tan fáciles de echar a perder como un cuento. Diez líneas de exceso y el cuento se empobrece; tantas de menos y el cuento se vuelve una anécdota y nada más odioso que las anécdotas demasiado visibles, escritas o conversadas.
La verdad es que nadie sabe cómo debe ser un cuento. El escritor que lo sabe es un mal cuentista, y al segundo cuento se le nota que sabe, y entonces todo suena falso y aburrido y fullero. Hay que ser muy sabio para no dejarse tentar por el saber y la seguridad.
Nota: Párrafo perteneciente al texto Unas palabras sobre el cuento, del narrador hondureño Augusto Monterroso (Premio Príncipe de Asturias de las Letras en el año 2000).
Sabias palabras las de D. Augusto Monterroso.
ResponderEliminarLa novela, la poesía: pueden ser mejores o peoroes, más cortas o más largas,pero el cuento...
El cuento es otra cosa, además de ser bueno, tiene que estar en su justa medida.-
Saludos cordiales querido amigo Manuel.-
Antonio
Hola Anbairo: Mil gracias por tu amistad, tus saludos y tus palabras.
ResponderEliminarMe reprendía (con su cariño y sensibilidad habituales, por supuesto) vía email mi amiga Cristina por haber puesto una entrada relacionada con el cuento en el Día Internacional de la Poesía. Al final hemos concluido que -parafraseando al genial Pablo Neruda- ambos géneros no son de quien los escribe sino de aquél que los necesita.
Un abrazo grande y nos seguimos contando.