Allá por los años setenta, en alguna carpa montada a las afueras de Zaragoza, cierto niño acudía a un espectáculo de circo para ver en directo a sus Payasos de la Tele. Aquellos Gabi, Fofó, Miliki y Fofito, a quienes respondiera con un tremendo ¡Bieeeeeeen! a su pregunta de ¿Cómo están ustedes? Nunca olvidará que las gradas estaban llenas, que -al haber ido sin nadie- le colocaron con los alumnos de algún colegio prestado, que conocía al detalle cómo era el ratón de esa tal Susanita, que papá le esperaría en la puerta de salida y que mamá consiguió la entrada canjeándola en una tienda por tapones de lejía.
Esta tarde, a 500 kilómetros y casi medio siglo de distancia, aquel mismo niño ha vuelto al circo. Lo hizo acompañado por su Sirenita y unos amigos maravillosos, con mascarilla en la boca, un tercio de aforo y gel desinfectante por doquier. Tras disfrutar de la magia de sus trapecistas, malabares y demás artistas sencillamente extraordinarios, salió al escenario Fofito, aquel payaso de antaño, que ha vuelto a preguntarles ¿Cómo están ustedes? Por supuesto que su ¡Bieeeeeeeeen! ha resonado de los más fuertes, constatando que no había olvidado de qué hablaron don Pepito y don José, ni lo que hacía una niña lunes antes de almorzar.
En verdad que ha sido otra tarde emocionante, en la que a aquel niño le asaltaron mil recuerdos. Y también, por qué no decirlo, dos lágrimas teñidas de ilusión. Con razón, luego cuando escribe, alguno de sus personajes describe ese circo como el lugar donde suceden los milagros.
Hoy, 15 de mayo, ha sido una hermosa mañana primaveral. Jóvenes y mayores, niños y mayores han acompañado al Sr. Obispo en la solemne celebración de la fiesta de San Isidro. Ha confirmado a 6 jóvenes. Y la música de ambos coros, jóvenes y adultos, ha sonado para dar pleno sentido a tan especial evento. PAZ Y BIEN.
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