viernes, 5 de marzo de 2010

Los caracoles no saben que son caracoles

La vida está plagada de crisis. Existen en el mundo financiero, a escala mundial, a nivel político aunque siempre se niegan, de apellido noble (vital, espiritual, energética, de pensamiento). Con frecuencia parece una palabra maldita e inventamos eufemismos para no citarla. Y así, llamamos “crecimiento económico adverso” cuando no cuadra el balance; o tan sólo “mala suerte”, si el destino no se ajusta a nuestros intereses.
También las hay médicas, como las cardíacas, las epilépticas o las ansiosas. Psicológicas, como las crisis de personalidad. Cotidianas, como las de esa pareja cuyo amor crece al reconciliarse. Y sin duda, una de las más crueles: la crisis de oportunidades. Saberte poseedor de aptitudes, habilidades o capacidades y que nadie permita que las puedas mostrar.
En el universo literario, como en tantos otros universos, esta diferencia de oportunidades resulta aberrante. A los centros comerciales sólo le interesan las grandes editoriales; los libreros de siempre encuentran refugio en los bestsellers; la concesión de muchos premios obedece a favores debidos. Así, en un pastel tan chico para tantos comensales, al escritor que empieza se le agotan los recursos. A nadie le interesan sus historias, su talento. Y por ello, la falta de oportunidades acaba convirtiéndose en una de las crisis más demoledoras.
Con este preámbulo llega a mis manos el libro Los caracoles no saben que son caracoles, segunda obra de la escritora y conocida presentadora de televisión Nuria Roca. En ella nos narra la historia de Clara, una mujer de 35 años, separada y con dos hijos, sumida precisamente en una sucesión de crisis con todo cuanto le rodea. Se trata de una protagonista cercana con cuyas vivencias he sonreído, me he entretenido e incluso en algunos aspectos de la trama he acabado identificándome con ella. De entre sus virtudes destacan esa búsqueda incesante de sí misma, su sencillez para encontrar el humor en lo cotidiano y la naturalidad con la que convierte cada una de sus crisis en nuevas oportunidades para crecer.
No comparto la opinión leída en algún foro de que Los caracoles no saben que son caracoles sea una novela para mujeres. A mí me ha gustado, resultándome simpática, con un lenguaje sencillo, directo, salpicado de ironía y máximas reflexivas, en la que todo sucede deprisa, fácil de leer e ideal para desconectar de la monotonía.
Sin embargo en mi opinión la autora se recrea en exceso en los tópicos, especialmente en el ámbito de la sexualidad y las relaciones humanas, confundiendo en ocasiones lo sencillo con lo banal. Y quizá por eso, a falta de una mayor exigencia en el argumento o en los diálogos, pueda parecer que la novela vaya de más a menos.
Aun admitiendo las cualidades de este libro y el buen sabor de boca que ofrece en distintos párrafos, tengo la impresión de que, conociendo como conozco el panorama literario actual, si no llega a escribirlo una persona previamente famosa habría tenido dificultades para ser editado. De hecho, es seguro que su publicidad hubiera sido infinitamente menor y cuando menos sería arriesgado hablar de “consagración”. La propia novela, como la vida, se empecina en demostrarlo: nada más importante para superar cualquier crisis que disponer de oportunidades para hacerlo. Y evidentemente, en estos tiempos que corren, tanto la autora (Nuria Roca) como su personaje (Clara, sin que desvelemos el final) han sabido aprovechar las suyas. Me alegro por ambas.

4 comentarios:

Mercedes Pinto dijo...

Con tu preámbulo y reseña, creo que me ha quedado bastante claro lo que puedo esperar de este libro: entretenimiento y alguna que otra sonrisa. Me cae bien esta chica, Nuria Roca, pero para verla presentando en televisión. Para leer... creo que tengo muchos libros eperándome que me aportarán más literariamente hablando. Por lo que intuyo, el título de esta obra le queda demasiado grande.
Gracias por dejarnos aquí tan valiosa información de los libros que vas leyendo. Se bueno con el que tienes ahora entre manos, ya sabes que la autora es muy sensible y necesita tu reseña para promocionarse; que no es Nuria Roca y no tiene una buena plataforma que la lance.
Un abrazo.

Manuel Cortés Blanco dijo...

Hola Mercedes. Sería injusto no reconocer que este libro me ha entretenido, he sonreído en distintos párrafos y en su conjunto me ha gustado. El problema de fondo es lo mal que se encuentra el panorama literario actual que cierra la puerta a tantos escritores buenos por el mero hecho de que no son famosos (y que conste que de ello no tiene ninguna culpa esta autora).
A lo largo de la semana, junto al resto de lectores del portal Abretelibro, empezaré "La última vuelta del scaife". Prometo leerlo y reseñarlo con el máximo cariño.
Otro abrazo.

Gcm dijo...

Hola
No creo que tenga posibilidad de leer el libro (al menos el original) pues a Chile llega, mayoritariamente, lo conocido, lo que esta de moda y lo clásico. Sin embargo, justamente por lo que dice Mercedes, quien merece todo mi respeto, es que a veces asusta exponer lo que uno escribe al público. Por lo menos en mi caso, siempre encuentro que lo que escribo no es suficientemente bueno, pero algunas vez hay que coger coraje para hacerlo.

Gracias por este blog, es muy interesante.

Manuel Cortés Blanco dijo...

Hola Gabriel.
Bienvenido a este blog y mil gracias por tu comentario. En efecto, todos hemos vivido en alguna ocasión ese "miedo escénico" a hacer público algo tan privado como lo que escribimos. Y es que además, con frecuencia, solemos ser muy críticos con nosotros mismos.
Estoy contigo en lo de coger coraje y os aseguro que pocas cosas más gratificantes para alguien que escribe que los comentarios emotivos de alguien que le lee.
Un abrazo y nos seguimos contando.