miércoles, 31 de agosto de 2022

Sé verlas al revés

Para quienes medimos el tiempo por cursos académicos, mañana sería como Año nuevo y la de hoy una buena noche para redactar nuestra lista de propósitos. En ella estaría sin duda seguir con esa afición de crear palíndromos -cualquier frase que se lea igual de izquierda a derecha que a la inversa- y esa pasión declarada de contar cuentos.
Cual si fuera la festividad de Reyes, tampoco tardaré mucho a ejercerlas, pues ambos se aunarán este próximo 3 de septiembre en Puente Viesgo (Cantabria), donde celebraremos el Encuentro anual del Club Palindromista Internacional, al que pertenezco. Allí acudirán muchos de los mejores maestros palindromistas del mundo y algún que otro aprendiz como yo. 
En el marco de un evento que reúne presentación de libros, teatro, recital de oraciones capicúas o juegos de detectives palindrómicos, aportaré lo que mejor puedo aportar: una sesión de cuentacuentos, adaptada para la ocasión, titulada Sé verlas al revés.
Será este sábado, a partir de las cinco y media de la tarde, en las instalaciones de la Antigua Estación del Ferrocarril, en Puente Viesgo. Allí estaremos contando y compartiendo, al menos mientras le una Manuel.

martes, 30 de agosto de 2022

Los siete mandamientos para estar tranquilo

Hubo un tiempo, meses antes de esta pandemia que ha cambiado nuestras vidas, en las que a través de la Asociación Activos y Felices yo impartía esa conferencia titulada Los siete mandamientos para ser feliz.
Tras un verano demasiado movido para una columna cervical que debería estar más reposada, retomamos las entradas de este blog mediante otra reflexión surgida a ese respecto en cualquier tarde de agosto. Y es que a estas alturas de mi vida, permutaría lo de ser feliz por estar tranquilo
Desde mi inventario de vivencias, renuncio a alcanzar la felicidad habiendo tantas guerras declaradas, una debacle climática que hipotecará el futuro de las próximas generaciones, esa crisis económica alentada por una inflación desbocada... Contrariamente, aspiro a vivir más pausado, sin prisas ni sobresaltos, sin estar a la espera de un diagnóstico médico en el que que pueda escuchar no es benigno, sin que te abran un expediente de Hacienda para cerrarlo a los seis meses porque nunca cometiste ninguna irregularidad.
Desde luego, indudablemente, si como médico y psicólogo volviera a impartir otra conferencia sobre crecimiento personal, le cambiaría su título: Los siete mandamientos para estar tranquilo. Eso sí: ¡sin prisas!