viernes, 24 de noviembre de 2023

En la I Residencia Literatura y Medio Ambiente CENEAM 2023

Me encanta escribir. Y me encanta todo cuanto nos da la Literatura. Desde que creé mi primer relato hasta que inventé el último cuento que narro a nuestros hijos antes de irse a dormir, tal Arte no ha dejado de ser generosa conmigo. 
El amor azul marino me ofreció la oportunidad de publicar... Cartas para un país sin magia, la de visitar la Feria del Libro de Frankfurt... Mi planeta de chocolate, la de que una productora televisiva llegara a fijarse en mi novela... Y así con cada una de mis obras, hasta llegar a estas Catorce lunas menguantes (MAR Editor) -cuentos en modo verde para salvar un planeta azul-, que me han permitido acceder a esa I Residencia sobre Literatura y Medio Ambiente, que del 26 de noviembre al 5 de diciembre disfrutaré en el Centro Nacional de Educación Ambiental (CENEAM), ubicado en el municipio segoviano de Valsaín.
Sin duda, va a ser una ocasión extraordinaria para compartir experiencias y palabras junto a otros escritores, para resetearme con los fondos bibliográficos de la institución, para cargar baterías en todos los sentidos, para dejarme atrapar por mil musas en un entorno tan idílico para ellas... Sin duda, va a ser otra de esas vivencias mágicas que acostumbra a regalarme la Literatura.

jueves, 2 de noviembre de 2023

De prejuicios y por supuestos

Aun cuando siempre fui buen estudiante, con dos menciones incluidas a la mejor nota en el colegio y en el instituto, confieso que mi entrada en la Universidad resultó más trabada de lo previsto. De hecho, recuerdo aquel primer parcial de Anatomía que suspendí -la única vez que sucedería-, y por el cual el catedrático de dicha asignatura me citó en su despacho. 
De pie, sorprendido por lo mal que nos habían puntuado y sin si quiera haber estrenado la mayoría de edad, escuché perplejo su discurso, en el que argumentó que a él le bastaba un solo ejercicio para conocer a sus alumnos, que pensara seriamente si yo sería un médico de fiar e incluso que -atendiendo a su experiencia- me invitaba a que considerase la opción de cambiar de carrera
Admito que, tras semejante vendaval, quedé tan perplejo como tembloroso, pero nunca me vine abajo. Lejos de eso, me conjuré conmigo mismo para demostrarle a aquel profesor que estaba equivocado. De manera que estudié, con más motivación si cabe, no solo su asignatura sino todas... Y aunque acabase llevándome a septiembre -la única vez que sucedería-, al final aprobé su Anatomía tras realizar un examen sencillamente impecable.
Tras más de 30 años ejerciendo la Medicina en cuatro de los cinco continentes, creo haber demostrado que aquel docente estaba equivocado... que sabría mucho de músculos o huesos, pero bastante poco de la condición humana... que prejuzgando o dando por supuesto tenemos más probabilidades de equivocarnos que respondiendo a cualquier cuestionario. 
En estos días, en otro ámbito distinto aunque con preceptos similares, alguien le ha dicho a mi hijo que habrá algo que jamás podrá conseguir. Al principio, Manuel quedó pensativo. Fue entonces cuando -aun a riesgo de desmoronarle un mito, pues siempre supuso que yo nunca suspendí- compartimos esa historia, animándole a seguir con más ahínco si cabe, a aprender de cada error, a reforzar sus virtudes, a insistir en los detalles que solo se mejoran insistiendo... Y siempre siendo fiel a sí mismo, respetando a los demás, esquivando tantos juicios vacíos y por supuestos.
Parafraseando a ese genio que dibujaba bajo el sello de Picasso, fue también mi manera de mostrarle que cuando alguien me dice que no puedo hacer alguna cosa, procuro hacerla enseguida.