viernes, 30 de septiembre de 2022

Haciendo prevención

Hacía mucho tiempo que no era noticia en los medios de comunicación por algún asunto relacionado con mi actividad sanitaria. Tampoco lo he buscado nunca. Aún más: en aquellos tiempos de epidemiólogo, hasta habría preferido no salir.
Sin embargo, Diario de León ha publicado en su edición de hoy un reportaje sobre la vacunación frente al Herpes Zóster en la población de 65 años, realizado en nuestro Servicio de Medicina Preventiva, acompañándolo de una fotografía de su personal. ¡Y ahí estamos casi todos! A fin de cuentas, en estos momentos somos nosotros quienes más de esas dosis estamos administrando a los grupos de riesgo establecidos.
De cualquier modo, este es otro motivo para visibilizar un trabajo continuado -en el que creemos fervientemente- que a menudo pasa desapercibido entre la población general: la prevención. Para el caso del Herpes Zóster, su vacunación a esas edades constituye -sin duda- una medida eficiente de Salud Pública. Y es que, parafraseando al ingenioso Fernando Gamboa, más vale cien por si acaso que un solo yo pensé que.

miércoles, 28 de septiembre de 2022

Las primeras estufas

Tras haber sufrido el verano más caluroso y seco desde que existen registros, asistimos a un descenso generalizado de las temperaturas. Estamos en otoño y parece lo normal. Tampoco es que haga demasiado frío, en especial a las horas centrales del día, cuando sigue luciendo el sol.
Ayer, a eso de las ocho de la tarde, los termómetros de mi ciudad marcaban 15 grados; en principio, una temperatura no excesivamente baja -en mi caso llevaba puesta una chaqueta-, acorde con la época del año en la que nos encontramos. 
Era la hora de recoger a mi hija de su Escuela de Música, lo que hizo que deambulase por el centro de la ciudad. Allí, en la zona de nuestra Catedral, llamó mi atención que muchas terrazas ya tuvieran encendidas sus estufas de butano generadoras de calor... ¡Todas a todo gas! Y las que no, preparaban con prisas sus calefactores.
Sin embargo, lo que más me impresionó fue que durante esa observación ni una sola presentaba un uso adecuado, pues no había nadie a su alrededor. Probablemente se coloquen como elemento ornamental de cara a su clientela -a fin de cuentas, los humanos nos sentimos atraídos por el fuego-, atreviéndome a afirmar que ayer ese exceso calórico sobraba.
Y es que parece bueno recordar a autoridades, hosteleros y público en general -con todo el poder que este último merece como consumidor que elige serlo en uno u otro sitio- que en estos tiempos de crisis climática y energética, esos calefactores están prohibidos en muchas ciudades europeas -es verdad que en ninguna española, pese al empeño de sus ayuntamientos en que cumplamos con otras medidas supuestamente ecológicas-, que son muy contaminantes, que existen alternativas menos dañinas para el medioambiente -como las estufas de biomasa o de infrarrojos-, que deben usarse de manera responsable -desde luego, nunca cuando no se necesitan-, que existen hasta guerras por el control de los recursos energéticos, que el poderlos pagar no significa que los podamos malgastar y que, en este contexto, su despilfarro constituye incluso una falta de compromiso social.

lunes, 26 de septiembre de 2022

¡Amigo, no gima!

¿Somos o no somos?
Yo sí. Soy persona que lo cultiva y miembro del Club Palindromista Internacional -CPI-, estando convencido de que la creación de palíndromos -esas frases que se leen igual de izquierda a derecha que a la inversa- constituye por sí misma un género literario. De hecho, hay dramas palindrómicos completos, en más de 150 páginas, como El bon ser es noble (Círculo Rojo), del ingenioso Eliezer Pascual Peña, que luce en mi biblioteca particular con dedicatoria de su autor... Obras de teatro en términos simétricos como Solos, del genial Raúl Ortiz Fernández, con la que fuimos gratamente sorprendidos en nuestro último Encuentro del CPI celebrado en Puente Viesgo...  Una antología como ¡Ajajá! (Editorial Praxis), del maestro Pere Ruiz Lozano, con más de 2.500 palíndromos -alguno de hasta 10.000 letras-, a cual más mañoso... E incluso esa sesión mía de cuentacuentos, titulada Se verlas al revés, que en clave capicúa juega con la realidad de dar y recibir.
¿Di clases al Cid? Yo no. Pero me declaro defensor del uso pedagógico del palíndromo en los centros de enseñanza. De ahí que me alegre tanto de que haya docentes de Primaria en el Colegio Marista San José, o de Secundaria en el IES Legio VII, ambos de mi ciudad, que los hayan acogido en el aula, por ser divertidos -y en consecuencia, bien recibidos por su alumnado-, invitar a pensar, estimular la capacidad creativa, permitir el trabajo en equipo e incluso ser un medio potencial en la transmisión de valores. 
Así que, ¡amigo, no gima! Al menos, mientras le una Manuel.

domingo, 25 de septiembre de 2022

Basuraleza

Hacía meses que no quedaba con mi amigo Nicasio a pasear por nuestra ribera del Bernesga. Fue en la tarde de este sábado, debiendo reconocer que nunca antes había visualizado tanta basuraleza; ese término nuevo que acuñamos para referirnos a todos los residuos generados por el ser humano y que se abandonan en la Naturaleza... esa basura que no habla, pero que dice tanto de nosotros. En tal detalle coincidimos los dos, si bien afloraron diferencias a la hora de interpretarla.
Así, a la altura de ese establecimiento de comida rápida, la orilla del río estaba llena de plásticos. Casual o causalmente, las papeleras de al lado se encuentran medio vacías. Estoy de acuerdo con Nicasio en que la gente tiene derecho a comer en contacto con el medioambiente, máxime si es en familia... Pero, en mi opinión, también posee el deber de tratarlo con respeto.
Al llegar a ese puente con un par de bancos donde sentarse, descubrimos decenas de botellas de vidrio olvidadas a su suerte. Casual o causalmente, el contenedor que hay al lado apenas acoge ninguna. Estoy en la línea de Nicasio en que los jóvenes tienen derecho a divertirse, en especial haciendo tan buen tiempo y siendo fin de semana... Mas, a mi parecer, también poseen el deber de cuidar su patrimonio natural, que a fin de cuentas es el de todos.
Al alcanzar la zona de la bolera, donde muchos mayores entretienen sus tardes jugando, descubrimos demasiados residuos dispersos por la arboleda. Casual o causalmente, no vimos papeleras. Quizá lleve razón mi amigo en que todo sea consecuencia de la huelga de recogida de basura convocada en nuestra provincia... Aunque para mí, el motivo de que haya tanta basuraleza es una cuestión educacional. Sin duda. Y más cuando esa huelga a la que se refiere no comenzará hasta mañana.

jueves, 22 de septiembre de 2022

Cuentacuentos en el Hospital de Santa Isabel

Será mi cuentacuentos 126º, en una travesía que inicié casi por casualidad... Será en la mañana de este próximo martes 27 de septiembre en el Hospital de Santa Isabel, de León... Será para todo el personal del mismo que pueda -y, por supuesto, quiera- asistir... Será un reencuentro con mi propia normalidad, pues la primera vez que lo programamos hubo de suspenderse al coincidir en su fecha con la declaración del estado de alarma a consecuencia de la pandemia... Será otra oportunidad para conocer la historia del animal más rápido de la Tierra, del príncipe de los ladrones, de ese amor azul marino con el que me iniciara en la magia del relato... Será otra vuelta al mundo a través del cuento con un solo billete: nuestra imaginación... En definitiva, será una muestra más del poder sanador de la palabra, desde la convicción de que compartirla nos hace sencillamente humanos.

miércoles, 21 de septiembre de 2022

¡Correremos por la Vida!

Este domingo 25 de septiembre volveremos a participar en una nueva edición -y ya van nueve- de la Carrera Solidaria ALCLES -Asociación Leonesa con las Enfermedades de la Sangre-, que bajo el lema ¡Corre por la Vida! discurrirá por las calles de nuestra ciudad. 
He de reconocer que mi concurso en ella ha resultado de lo más variopinto: desde médico responsable de velar por la salud de sus atletas hasta mero competidor, pasando por acompañante de mi hijo Manuel cuando decidió completar el circuito establecido para su categoría. Sin embargo, este año acudiré desde otra condición: la de andarín. Y así será al menos hasta que pase más tiempo de esa lesión de columna -por fortuna, prácticamente superada- que me hiciese precisamente en aquella carrera contra el Cáncer.
Y es que sabemos de primera mano de la gran labor de ALCLES -asociación sin ánimo de lucro, declarada de utilidad pública- en la atención integral al paciente hematológico y sus allegados... con el añadido de que su Junta Directiva cuenta con el asesoramiento de un gran compañero y mejor persona: el doctor Fernando Escalante.
Así que este próximo domingo, como siempre en familia -al menos en eso hemos sido coherentes- ¡correremos por la Vida!

Presunto delicuente

Sin que discuta la necesidad de los impuestos, confieso que nuestra relación con la Agencia Tributaria no pasa por su mejor momento. En abril me notificaron la apertura de cierto expediente informativo por haber vendido un piso en el año 2018 a un precio inferior al de su valor de referencia catastral. Sinceramente, ni estaba en disposición de perder ni tuve ninguna oferta que se acercara al mismo. Ni una sola. Además, la propia inmobiliaria nos aseguró que este último -más que sobrevalorado- estaba muy lejos del precio real de mercado.
Sea como fuere, lo vendí... Y eso me permitió dar la entrada para la vivienda donde actualmente resido.
Al acudir a la sede de la Agencia para gestionar mi defensa, el funcionario de turno replicó debidamente cada uno de nuestros argumentos. Si yo defendía que un inmueble vale lo que te pagan por él, aquel señor insistía en que vale lo que estiman sus técnicos, que por algo son los que saben... Si yo aseguraba que entonces necesitaba vender para comprar, y que nadie ofreció más, él me recriminaba con eso de que si hubiera esperado, quizá lo habría conseguido... Si yo le apuntaba que en esa operación no existe ni trampa ni cartón, habiendo pagado todos sus impuestos derivados, él nos comentaba que resulta habitual que la gente escriturase a bajo precio para eludir sus obligaciones tributarias... Y cuando yo prometí que no había recibido ningún dinero en B por parte del comprador, él insinuó que me creía, si bien Hacienda me creería aún más si en mis movimientos bancarios de aquel periodo no se constataba ninguna transacción sospechosa.
De manera que salí de allí con la sensación de ser un presunto delincuente, necesitado de demostrar mi inocencia... Y empeñado en ello, la demostré. Así, presenté en plazo la documentación requerida -incluyendo ese extracto bancario-, junto a tres folios de alegaciones: uno atendiendo a aspectos formales -dirigido por mi gestor-, más otros dos sobre cuestiones personales, aludiendo incluso a mi libertad de operar al valor que yo considere, aunque solo sea por la mera ilusión de bajar el precio medio del metro cuadrado en mi ciudad.
A finales de agosto recibí una segunda notificación, indicándome que tras todos los papeles entregados se cerraba mi expediente, no habiendo lugar a ninguna regulación tributaria. Como apuntara entre sonrisas nuestro gestor, prefirieron no arriesgarse a que presentara otro recurso. Ciertamente, se hizo justicia.
Tan solo unos días después leo que, atendiendo a una ley recientemente aprobada, desde el pasado 1 de enero el gravamen a pagar tanto si se compra-vende como si se hereda-dona se calculará en función de aquel valor de referencia catastral. Y eso a pesar de que las agencias inmobiliarias insisten en que está sobrevalorado en al menos el 20% de las casas. Será que al final, tristemente, aquel funcionario que me atendiera lleva razón: en estos tiempos que corren, las cosas ni siquiera valen lo que pensamos... ¡valen lo que nos dicen que valen!   

lunes, 19 de septiembre de 2022

Aprendiendo del Deporte

Mi hijo Manuel es un apasionado del Deporte. Aun cuando entre otros ha tanteado la Natación, el Tenis o el Ajedrez, al final se ha decantado por el Balonmano, estando impaciente por empezar la próxima liga con su equipo Abanca ADEMAR, en categoría Infantil.
Aprovechando esa afición, yo procuro transmitirle valores a través de vivencias reales de otros deportistas. Y así, después del cuento de cada noche, hemos aprendido de la amistad de Jesse Owens y Lutz Long durante los Juegos Olímpicos de Berlín, a pesar de sus diferencias... Del coraje de Katherine Switzer, la primera mujer en completar una maratón, en 1967, rompiendo la prohibición del momento... De la generosidad del triatleta Diego Mentrida, quien en una prueba del Mundial se dejó adelantar por otro competidor que se había equivocado al tomar la recta final, sacrificando en tal gesto una medalla... De la humanidad de la saltadora Ruth Beitia al consolar a otra participante que lloraba desesperada después de caer eliminada... Del espíritu de sacrificio del tenista Rafa Nadal, quien pocas veces se arruga ante las adversidades... E incluso de alguno mucho más cercano, como el nadador leonés Pablo Rodríguez -con el cual mi hijo acostumbra a coincidir en la piscina-, para que no deje nunca de creer en sus sueños. 
En cierta ocasión, y con la perspectiva de que no debemos hacer trampas, comentamos incluso los casos de aquella atleta que recorrió en metro gran parte de la Maratón de Bostón o de aquel combinado que acudió a unos Juegos Paralímpicos con mayoría de jugadores sin discapacidad. A pesar de ganar al principio, ambos fueron descubiertos y sancionados por su falta de juego limpio.
Desde este domingo, tenemos otra lección que compartir: la importancia del equipo, gracias a la selección española de Baloncesto. Aun estando en plena transición, con cambios importantes de su plantilla, sin grandes estrellas a priori, contra todo pronóstico -atendiendo a las casas de apuestas, ni siquiera contaba entre los ocho favoritos-, enfrentándose a otros quintetos con potencial aparentemente superior -incluyendo la anfitriona Alemania- y ante algunas críticas caseras -un afamado periodista llegó a afirmar que probablemente era el peor con el que afrontábamos un campeonato-, ha conseguido proclamarse con pleno merecimiento Campeona de Europa por cuarta vez en su Historia.
Desde Alberto Díaz -el último incorporado tras lesionarse un compañero- a Willy Hernangómez -el mejor del torneo-, todos los jugadores han hecho piña junto a su staff técnico -capitaneado por un genio llamado Scariolo-, ofreciendo en su conjunto lo mejor de sí mismos... Y en tal esfuerzo, lo mejor para el equipo.
Mil gracias por vuestra gesta, por esta alegría colectiva -ciertamente corren tiempos en los que cualquiera de ellas resulta bienvenida- y por convertiros en ejemplo para futuros deportistas como Manuel quien, en noches como hoy, soñará con parecerse a vosotros mañana.

De abalorios, libros y pulseras de colores

Coincidiendo con las fiestas de nuestro pueblo y al igual que hiciera en agosto en la piscina, mi hija puso una mesa a la entrada de casa en la que vendía adornos que diseña con gomas y otros abalorios a unos céntimos de euro la unidad. Al vivir alejados del centro urbano, apenas pasó nadie por allí, por lo que esa intención de invitar a sus amigas con lo que sacara a las atracciones que acompañan cada festejo, quedaba lejos de hacerse realidad. Casual o causalmente, a última hora de la tarde se acercó un cliente que -sin que Hacienda se entere, pues sería capaz de exigirnos por ello una declaración complementaria- adquirió cierta cantidad de género, suficiente como para que tal deseo se pudiera cumplir: su papá. Así que -tras un desfile con disfraces, charanga y chocolate- ellas pudieron subirse a los hinchables montados para la ocasión, mientras que yo me veía pasando consulta toda la semana con pulseras de colores.
Esta anécdota de ayer me recuerda a otra de hace unos años, ocurrida a muchos kilómetros de aquí, con un colega tocayo. Y es que sucedió que en cierta presentación de alguno de mis libros había menos asistentes de lo previsto. El librero responsable del local donde se hacía, lejos de reconocer que quizá no había dado al acto la debida difusión, amenazó con suspenderlo. 
- ¡Habiendo tan poca gente, no voy a vender ni un solo ejemplar! -repetiría enfadado.
Fue entonces cuando, casual o causalmente, apareció otro cliente que sacando su tarjeta con elegancia y sin mediar palabra le compró los veinte que tenía: mi amigo Manolo... De manera que el evento se acabó realizando con público que se fue incorporando y sin mayor novedad.
De regreso a nuestra ciudad, mi hija -después de constatar que lucía debidamente sus piezas creadas- preguntaba desde su inocencia si hay algo más difícil de vender que un colgante de colores... A lo que yo le respondí que muchas cosas; entre ellas, tristemente, un libro. 

viernes, 16 de septiembre de 2022

Nuestro yo menos Youtuber

En ese viaje que hicimos en agosto a aquella capital de fantasía, descubrí a mi hija grabando pequeños vídeos y explicando los pormenores de cada lugar. Ciertamente me sorprendió. Primero, porque en casa procuramos limitar el uso de la tecnología y desconocía que tuviera tal habilidad. Segundo, porque lo relata sencillamente genial... Y aunque confundiese el Arco del Triunfo de allí con el Arco de la Cárcel de aquí, he de reconocer que -si bien solo durante vacaciones- parecía una auténtica youtuber.
Algo similar me ha pasado a mí en estos últimos días, tras constatar que mi entrada titulada 125 cuentacuentos después ha recibido casi 5.000 visitas. Es cierto que le dimos difusión entre todos nuestros amigos, pero también lo es que nunca esperamos que multiplicara por diez la media de este blog.
De vuelta a clase, ambos aparcamos nuestros sueños de youtuber para volver a la cotidianidad. Amalia a sus clases, a sus juegos, a muchos amigos... Yo a la Medicina Preventiva y mi Literatura. A esos palíndromos, a aquellos cuentos, a decálogos como este, extraído de mi novela Siete paraguas al Sol (Ediciones Irreverentes), sobre los que seguiremos cimentando nuestras bases, a ser posible lejos de tales redes.
1. No hay cambio bueno con prisas.
2. Aceptar el miedo te hace más fuerte.
3. Solo podrán vencerte si te das por vencido.
4. La salud es como las fortunas; la única manera de conservarla es no malgastarla.
5. Cuando vienen mal dadas, sacamos lo mejor que hay en nosotros.
6. No existe peor obligación que la que uno mismo se impone.
7. Cuanto repetimos con frecuencia, lo acabamos vaciando de sentido.
8. Nunca combatas demasiado tiempo con un mismo rival.
9. No te tomes tan en serio. Nadie más lo hace.
10. El amor es un misterio que se nos va revelando a lo largo de la vida.
Y ese epílogo que define a la perfección nuestra estancia en esa ciudad: ¡que ante tanta realidad virtual, no nos olvidemos de vivir!

jueves, 15 de septiembre de 2022

Enemigos íntimos

Desde que ejerzo en el servicio de Medicina Preventiva del Hospital, acostumbro a ir hasta allí en autobús. De manera que, cada mañana, suelo subir al que sale de al ladito de nuestra casa a las 07:40 horas. Esos quince minutos de trayecto me permiten estar puntual a las puertas de mi despacho.
Sin embargo, durante cierto tiempo hubo cierto problema: una conductora salía siempre con algún minuto de adelanto, haciendo con ello que -aun llegando como usuarios antes de la hora prevista- perdiéramos el bus.
Tras dos incidencias de este tipo, un día le indiqué que en mi opinión debería respetar los tiempos establecidos, pues de ello dependíamos terceras personas. Creo que lo dije educadamente y desde la crítica constructiva. Mas ella respondió enojada que lo hacía para evitar los atascos a las puertas de un colegio y que, si no me parecía bien, se solucionaba poniendo antes el despertador. Sinceramente, yo estuve mejor que ella. Y eso entendiendo que a todos nos molesta -incluyéndome a mí, por supuesto- que nos desvelen algo que no hacemos bien.
En cualquiera de los casos, mantuvo su actitud... Aun cuando yo procuraba llegar con antelación a la salida, hubo otro par de ocasiones que estando allí a las 07:38 me tocó esperar al siguiente. Por eso, volví a hablar con aquella conductora -en esta ocasión más serio-, no habiendo réplica por su parte. Sinceramente, ella estuvo mejor que yo.
De hecho, la situación parecía normalizarse y empezó a salir puntual a la hora marcada en el programa. Entre tanto, y aunque nunca contestara ni apenas me mirase, yo le seguía dando los buenos días al entrar y las gracias tras picar mi billete. 
Todo eso hasta hoy... cuando debido a una circunstancia familiar, llegué a la parada muy justo de hora. Tanto que, al ver que me acercaba a su vehículo, arrancó airadamente dejándome en tierra. Eran las 07:41. Atendiendo a mis propios criterios, llevaba razón, por lo que tampoco reproché nada, esperé pacientemente al siguiente y me disculpé después en el trabajo por llegar con un pelín de retraso.  
Quizás hoy se haya consumado su venganza o nuestro karma... Sea como fuere, por mi parte no existe mayor problema. De ahí que, a eso de las 07:40 horas, seguiré dándole los buenos días y las gracias, sin pretender desde luego ser su amigo. Eso sí: tampoco ese enemigo íntimo del punto de la mañana, siendo además como es la primera persona con quien interactúo cada jornada. 

miércoles, 14 de septiembre de 2022

"Mi planeta de chocolate" en El Portal de la Lectura

Con motivo de la celebración del Día Internacional del Chocolate, el portal literario El Placer de la Lectura ha publicado una relación de Las diez obras intensas y tentadoras con el chocolate como protagonista, habiendo incluido entre ellas mi novela Mi planeta de chocolate (Ediciones Irreverentes). Esa misma que, casual o causalmente, presenté el día que fallecía uno de sus personajes, Dª Amalia Solórzano, esposa del por entonces presidente de México... esa misma que, tras recibir un premio Vivendia, agotara tan pronto sus dos ediciones... esa misma con la que una productora estuvo valorando la posibilidad de realizar algún audiovisual... Y esa misma que acabara presentándome a su pequeño protagonista, Benito Expósito Expósito, de quien aprendí esta máxima de vida: cuando debas elegir entre dos opciones, toma siempre la que tenga chocolate.
Junto a mi agradecimiento a El Placer de la Lectura por dicha mención, adjunto el enlace a su página web para que veáis las demás obras con las que compartimos tal viaje.
https://elplacerdelalectura.com/2022/09/las-10-obras-intensas-y-tentadoras-con-el-chocolate-como-protagonista.html

martes, 13 de septiembre de 2022

Bendita lluvia

En este verano de postpandemia vivimos paralelamente una sequía histórica. La sucesión de olas de calor –cada vez antes, cada vez más intensas, cada vez más seguidas- que azota nuestro país ha traído consigo temperaturas máximas de récord y una falta casi absoluta de lluvias en las últimas semanas. Europa está sufriendo uno de los meses hidrológicos más secos de su historia, desde que existen registros.
La crisis climática se considera la principal responsable del cambio del ciclo del agua, habiendo obligado su carencia a la imposición de medidas restrictivas en el uso de este bien –cada vez más escaso, cada vez de peor calidad-. No llueve. Las reservas hídricas en España están en el nivel más bajo de los últimos treinta años. Falta agua hasta para el consumo humano.
En este contexto, hoy amaneció lloviendo en mi ciudad. No ha sido en exceso, pero al menos obligó a desempolvar nuestros paraguas.
Al bajar a la calle, oí como el camarero de ese bar de la esquina se lamentaba porque las mesas de su terraza estuvieran mojadas:
- ¡Maldita lluvia! -blasfemó, aunque no fuera exactamente con esas palabras-. Lo peor es que da malo hasta el fin de semana...
Ciertamente, todo es según el color del cristal con que se mira... Y más, si reniegas de los efectos -cada vez más evidentes, cada vez más irreversibles- de aquel cambio climático. Basta con ver el uso que hace de los calefactores de su terraza para saber que es así.
En cualquiera de los casos, desde el respeto a cada opinión, contrarrestaré sus palabras dando las gracias por esos nubarrones:
- ¡Bendita lluvia!
Porque además, como aprendí de la protagonista de mi obra Siete paraguas al sol (Ediciones Irreverentes), con la que obtuviera aquel Premio de Novela Ciudad Ducal de Loeches, que llueva no depende de ti; que lleves paraguas, sí.

lunes, 12 de septiembre de 2022

La importancia de llamarse Expósito

De entre nuestra saga de apellidos familiares hay uno que destaca por su singularidad: Expósito. Y es que uno de mis antepasados fue precisamente un niño llamado así, tras ser abandonado de pequeño a las puertas de algún monasterio.
De ahí que haya indagado tanto sobre este tema, habiendo visitado antiguas inclusas -como aquella de Cádiz en la que todo empezó, coincidiendo con mi estancia en el Hospital Naval de San Fernando-, haya publicado algún artículo al respecto -como aquel editado en la revista Cambio16, durante el verano del año 2010- e incluso promoviera la organización en mi ciudad de un I Congreso Internacional de Expósitos, que finalmente no llegó a celebrarse por falta de apoyos. 
Recuerdo con simpatía la mañana en que los guionistas de la telenovela Acacias38 (TVE) se dirigieron a mí preguntándome al respecto, dado que su actriz principal era una recién nacida con tal condición... Y la catarata de mensajes que en uno u otro sentido he recibido a propósito de este asunto, interesándose de paso por los orígenes de alguna persona.
Sea como fuere, las vivencias de aquellos niños me han marcado significativamente, habiendo reflejado las de uno de ellos en mi novela más leída: Mi planeta de chocolate (Ediciones Irreverentes), agotada tras dos ediciones. En concreto, la infancia de Benito Expósito Expósito, su pequeño protagonista a modo de homenaje a ese familiar mío, cuya máxima de vida era: Cuando debas elegir entre dos opciones, toma siempre la que tenga chocolate.
Este fin de semana, nuestro editor me informaba de que la página que contiene mi reportaje Del estigma al mito: los niños expósitos sigue siendo -a pesar del paso del tiempo- una de las más vistas de toda la editorial. Otro tanto sucede con su adenda Los niños expósito en la Literatura. Parece indiscutible que este tema aún despierta mucho interés... Y parece también irrefutable que las aventuras del bueno de Benito merecerían por ello otra nueva oportunidad. 

viernes, 9 de septiembre de 2022

125 cuentacuentos después

Si nuestra agenda no falla, sumando el último Sé verlas al revés realizado en el Encuentro anual del Club Palindromista Internacional, celebrado este fin de semana en Puente Viesgo, he alcanzado los 125 cuentacuentos a lo largo de mi vida literaria. El primero data de enero del 2006 en el foro FNAC de Zaragoza, bajo el sugerente título De la A de Amor a la Z de aZul. El más concurrido fue en un Festival Mundo Ético, realizado en el Espacio Vías, de León, ante cerca de 400 personas... El que menos, en la Librería Quorum, de Cádiz, con solo tres asistentes.
Los hubo muy emotivos, como el del Servicio de Oncopediatría del Hospital Miguel Servet, en Zaragoza... Los hubo impactantes, como aquel para internos en un modulo del Centro Penitenciario de Daroca...  Los hubo solidarios, como ese titulado El mundo entre dos Manus, con puesta en escena junto al genial Manolo Ferrero, a beneficio del Teléfono de la Esperanza... Los hubo en Boñar, Burela, Casla, Sebúlcor, Quintana de Raneros,  Ejea de los Caballeros, Villademor de la Vega... En Madrid, Barcelona, Sevilla... Y aunque los hubo también lejanos -como en ese campamento de Herat o en algún stand de la Feria del Libro de Frankfurt-, todos los sentí cerquita.
Siendo tan cuentista, me he sabido indiano -Ribadeo Indiano-, hechicero -Feria Exotérica de Fabero-, maestro pastelero -Salón del Chocolate Moda Shopping-, promotor de la lactancia materna -con mi propuesta Cuentos que son la leche, enmarcada dentro de su Semana Mundial-, docente en toda la extensión de la palabra -transmitiendo en el aula el valor pedagógico de los relatos-...  Y sobre todo papá, cuando cualquiera de mis hijos ha subido a ayudarme al escenario.
Compartiendo historias de aquí o de allá, he conocido personas, lugares y emociones sencillamente únicos, habiendo disfrutado tanto con sus vivencias que a menudo pienso que corro el riesgo de convertirme en adicto. 
La sesión 126 ya está planificada. Será el próximo martes 27 de septiembre, en el Hospital Santa Isabel, de mi ciudad... La 127 también, para Bibliotecas Municipales de León. Daremos otra vez La vuelta al mundo en casi ochenta cuentos... Y si los hados nos resultan propicios, quizá la 128 sea en el colegio de mi infancia -el por entonces zaragozano C.N. Jerónimo Zurita-, con motivo del 50º aniversario de su inauguración.
Sea donde fuere y en cualquiera de los casos, nos seguiremos contando. No importa que en tal afición parezca un aprendiz perpetuo. Porque, como dijera el poeta, caminante no hay camino... Se hace camino al contar.

jueves, 8 de septiembre de 2022

Diccionario para un otoño

No tengo ninguna duda: las palabras que se limpian, brillan más... Si bien, solo las equivocadas suelen decir la verdad.
De ahí que, a partir de ahora, releeré cada día este diccionario extraído de mi libro Nanas para un Principito (MAR Editor):

Abanico: Aire sin luz.
Anticipación: Sexto sentido de los ganadores.
Crisis: Situación en la que cada novedad es peor que la anterior.
Culpable: Lo primero que buscan las personas cuando tienen un problema. Lo segundo es una solución.
Diplomacia: Habilidad consistente en decir cortésmente lo que se piensa, aunque no se piense cortésmente lo que se diga.
Estrés: Exposición prolongada a la vida al límite.
Felicidad: Estado de ánimo que solo se alcanza cuando no tenemos miedos.
Imaginar: Forma verbal de la palabra magia.
Ironía: Amor con sentido del humor.
Lo siento: Combinación de palabras que únicamente dicen quienes son muy valientes, muy maduros o muy sensibles.
Magia: Arte de crear ilusiones. No confundir con Amor, que es el arte de vivirlas.
Ostentación: Habilidad para demostrar que eres el más rápido, el más fuerte o el más alto, aun a riesgo de que alguien pueda creer que es verdad.
Perro: Dícese del mejor amigo del hombre, siempre que este no vaya en bicicleta.
Rencor: Sentimiento de pena o tristeza que produce la ausencia de las personas odiadas.
Saludar: Forma verbal de la palabra salud.
Valentía: Virtud en peligro de extinción, consistente en asumir debilidades sin proyectar culpas.