lunes, 31 de enero de 2011

Los privilegios del ángel

En el mundo literario, como en tantos otros mundos, existen las diferencias de oportunidades. A los grandes almacenes solo le interesan las grandes editoriales, los autores consagrados constituyen un refugio para las ventas en tiempos de crisis, haber editado antes facilita volver a editar (lo que comúnmente se conoce como efecto Mateo) y la concesión de muchos premios obedece a favores debidos. Así, en un pastel tan chico para tantos comensales, al escritor novel se le agotan los recursos para llegar al lector. A pocos le interesan sus historias, su talento, corriendo el riesgo de hacer inaccesibles sus ganas de publicar.
Aun cuando ya hubiera escrito anteriormente relatos breves y cuentos, Los privilegios de ángel (Ediciones Eunate) es la primera novela de Dolores Redondo Meira. Un sueño hecho realidad, como comparte en su sentida dedicatoria, gracias especialmente a la fe, el apoyo y el valor de su editora. Pues bien, sin más dilación quisiera felicitar a ambas por haber concebido un libro tan atractivo.
Ambientada en la zona pesquera de Pasajes y San Sebastián, Los privilegios del ángel cuenta la historia de dos amigas de infancia, Celeste y Pacucha, unidas por juegos, confidencias de niñas y travesuras absolutamente perdonables hasta que esta segunda fallece a consecuencia de una enfermedad. A partir de aquí Celeste desarrolla un proceso de duelo y obsesiones que prolongará durante años condicionándole intensamente cada una de sus vivencias. El sorprendente y logrado final con intriga incluida aclarará los diferentes enigmas que salpican esa trama.
Ciertamente estamos ante una opera prima cargada de madurez, muy bien escrita y siempre interesante, resaltando de ella lo siguiente:
1. La narración en primera persona, dando mucha más fuerza a lo que se cuenta y una especial empatía ante al lector.
2. La división de la obra en cinco capítulos -correspondiéndose con otras tantas etapas vitales de su protagonista- que, manteniendo en todo momento el interés argumental, van desde la alegría de su infancia a la dureza más cruda en ese deambular por su infierno particular.
3. El lirismo con que se narran muchas de sus escenas: el primer día de clase, los semáforos de cartulina, tantas aventuras en el varadero, esos paseos por su querida ciudad… Incluso los más dramáticos, como las actitudes autodestructivas o esa metáfora del lobo para describir aquella enfermedad.
4. La carga psicológica que encierra cada personaje. Todos efímeros, todos para siempre, ensamblan perfectamente en esta historia, destacando a la madre (siempre ahí aunque no lo parezca) y quizás a Carmen, su entrañable amiguita portuguesa.
5. Y por supuesto Celeste, eje sobre el que gira la historia, acostumbrada a moverse entre la vida y la muerte hasta acabar descubriendo cuáles son realmente los privilegios de un ángel.
En definitiva y en mi opinión estamos ante un libro que resulta fácil de leer, agradecido, con tensión hasta el final, altamente recomendable y propio de una escritora que ha superado con creces la oportunidad que se le ha brindado. Me alegro sinceramente por ella, por su editora y de hoy en adelante por nosotros… sus nuevos lectores.

2 comentarios:

Manuel Cortés Blanco dijo...

Buena novela y buena escritora. La recomiendo. Adjunto el enlace al portal de la Asociación Aragonesa de Escritores donde también puede tenerse acceso a la reseña:
http://aaescritores.com/blog/2011/01/30/los-privilegios-del-angel-de-dolores-redondo-meira-una-resena-de-manuel-cortes-blanco/
Nos seguimos leyendo.

Manuel Cortés Blanco dijo...

Gracias a ti, Mercedes. Ya sabes que te deseo lo mejor en todos tus proyectos. Aunque eso sí, nos tenemos que seguir contando.
Mil sonrisas.