domingo, 29 de marzo de 2009

El paso de las cosas

Estoy convencido: no pasa el tiempo sino las cosas.
Así sucedió con la llamada Hora del planeta. La lista de "edificios apagados" en Zaragoza fue larga: el Paraninfo, el palacio de Correos, el Arzobispado... Y de fondo la basílica del Pilar, donde los organizadores habían preparado diferentes actividades y un mosaíco de velas.
Y así resultó también con el Filandón literario: una sesión mágica, entrañable, original. En eso coinciden todos los asistentes (habiendo dejado constancia de ello en distintos foros), los responsables del Ámbito Cultural de El Corte Inglés y nosotros mismos. Además, comparto el comentario de que mi compañera en el acto Mª Ángeles Gaudioso (cuentacuentos y directora de Animalibros) tiene el don de dar vida a los relatos... ¡Con la sorpresa añadida de que lo hizo con varios de los míos!
Sin duda, una experiencia inolvidable.

2 comentarios:

Khumeia dijo...

Mágico de verdad. Un mimo para el alma. Muy atinado el título de tu post. No pasa el tiempo, pasan las cosas. Pasan las cosas que nosotros creamos porque somos los creadores de la sociedad en que vivimos y los responsables de nuestro trozo de la realidad. Hubiera sido un placer escuchar tus cuentos en la voz de tu amiga...

Esta entrada merece CARCAJADAS más que sonrisas.

Manuel Cortés Blanco dijo...

Gracias Khumeia... y comparto esas sonrisas convertidas en carcajadas.
Nos seguimos leyendo.