Nanas para un Principito. Ese es el título de mi última obra, que empecé -como todas- una Noche de Reyes y a la que hoy he puesto su punto y final. Tal como especifico en la dedicatoria, es un regalo en forma de cuentos destinado a mi pequeño: A ti Manuel, hijo mío, patrimonio de mi Humanidad.
Pese a los riesgos que entraña etiquetarla siendo su autor, considero que se trata de una colección de relatos entrañables, muy cercana y personal, escrita en la voz del propio niño, fiel a mi estilo, en la línea de mis orígenes y procurando -como siempre- sembrar miles de sonrisas.
Ahora empieza el proceso más arduo, asumiendo que desde la valoración inicial por un agente literario hasta su publicación final por una editorial puede pasar mucho tiempo. Por ello me he recetado paciencia, junto a una fórmula que sé que va a funcionar: la de seguir compartiendo con nuestro Principito esa nana que a modo de cuento empieza cada noche a escribir sus sueños.
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