Sin pretender parecer inmune a los problemas que tiene nuestro mundo, y sumándome a cuantos para él pedimos PAZ, comparto la reseña que Susana Hernández ha publicado en el blog Libros y Literatura.es, a propósito de mi obra Nanas para un Principito:
No es la primera vez que os traigo un libro de Manuel Cortés, recuerdo que un día ya hablé de una de sus novelas titulada Mi planeta de chocolate, y si ya entonces os decía que había tenido que hacer un hueco en mi estantería de libros especiales, en esta ocasión la estantería deberá esperar ya que este estupendo ejemplar irá directamente a las manos de mi hija, pues para ella, y como regalo, lo he adquirido.
Y es que mi hija ya no es una niña, es una joven que quiero que siga viviendo de los cuentos y con los cuentos. ¿Hay algo más maravilloso que vivir del cuento? No, naturalmente que no. Los cuentos y las historias iluminan nuestro camino por la vida y lo hacen más fácil y alegre, y muy cerca de eso encontramos la felicidad. Y, ¿puede una madre querer para su hija algo más grande que la felicidad? La respuesta es bien sencilla.
Manuel, nuestro autor, es un hombre fascinado por la vida, será por eso que eligió como profesión la de médico, es un escritor solidario que en esta ocasión de la mano del Principito, aquel mítico personaje de Antoine de Saint-Exupéry, se acerca a nosotros a través de los ojos y los primeros momentos de vida de su propio Principito, Manuel Jr.
Estamos pues ante lo que deben ser los cuentos y las historias de tradición oral. Nos encontramos ante un niño recién nacido que nos cuenta la vida de sus papás y de la gente que se mueve a su alrededor, al mismo tiempo que seremos receptores de esos cuentos que el papá escritor irá inventando para él.
Un niño que crece y un padre que rejuvenece para, como diría Begoña Abad, encontrar el punto exacto en el que quererse.
Nanas para un Principito nos ofrece 21 cuentos o historias que se inician cada uno de ellos con una hermosa frase de El Principito, que a su vez da paso a un día en la vida del pequeño Manuel. Cada cuento o capítulo contiene a su vez una maravillosa ilustración de Raquel Ordóñez Lanza, imágenes que han sabido captar, sin duda, el espíritu del libro: sencillez, calidez y calidad.
Manuel padre es un hombre con una gran experiencia vital, ha conocido y trabajado en los lugares más pobres del mundo, de esa experiencia surgen sus cuentos, cuentos que, lejos de lo que muchos pudieran pensar, transmiten alegría y esperanza, que es siempre lo que encontramos en la mirada y el corazón de los hombres buenos.
Ha tenido suerte Manuel, por tener un padre de los que cuentan cuentos, y hemos tenido suerte sus lectores por tener un autor que nos cuente cuentos que nos hagan pensar y nos transmitan felicidad.
Y que cualquier día me escapo a León, ahora que tanto he paseado por sus calles... De Zaragoza y de Soria también habla, y de otros muchos lugares, pero eso ya lo descubriréis con su lectura.
viernes, 25 de julio de 2014
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