Hasta la fecha estaba satisfecho con el servicio de Facebook, reconociendo que lo he usado con regularidad. Esta web de redes sociales me ha permitido compartir vivencias, contactar con amigos lejanos -ya sea en la distancia o en el tiempo-, difundir mi obra literaria o alguna actividad solidaria, anunciar cualquier evento -en especial, esas sesiones de cuentacuentos que tanto me gustan-, mostrar reseñas de libros... Sin embargo, coincidiendo con un parón en dicho uso motivado por las vacaciones y la utilización de wifis de libre acceso, he tenido la sospecha de que alguien ha podido suplantar mi personalidad por unos días y realizar actividades al margen de mí. Sé que estas cosas son como los achaques de la salud: ves que le pasa a otro, pero nunca piensas que te pueda pasar a ti.
Por suerte, ya está todo controlado: nuevas contraseñas, alguna disculpa explícita... No obstante y por todo ello, prefiero prolongar por un tiempo mis "vacaciones" en Facebook; de manera que -como siempre decimos los cuentistas- nos seguiremos contando... aunque sea más adelante, aunque por un tiempo sea solo en este blog.
viernes, 4 de septiembre de 2015
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