Buenas noches, vecinas y vecinos, visitantes,
peñistas, familiares, amigas y amigos:
Permitidme empezar este pregón tirando del sabio
refranero popular. Y es que de bien nacidos es ser agradecido. Así que
quisiera dar las gracias de corazón a todo el municipio de Toral de los
Guzmanes por permitirme ser esta noche el pregonero de nuestra Fiesta.
Fue hace ya más diez años cuando vine a este lugar
por primera vez, pues de aquí procedía la familia de la persona que entonces
era mi novia y hoy es mi mujer. Ella me había hablado de su Palacio de adobe
–el único palacio de tapial que sigue en pie-, de su Museo de los Botijos, de esa
historia de su iglesia sin torre y de su torre sin iglesia… También de sus
recuerdos de infancia junto a sus primos, de esas meriendas con sus amigos en
aquella bodega, de unos dulces llamados feos,
de su riquísimo queso, e incluso de esta, su Fiesta del Cristo de la Vega.
Recuerdo cómo en aquel primer paseo ella me detallaba dónde nacieron sus
abuelos, sus tíos, su madre… Y recuerdo que a mí, que venía de otro pueblo allá
por tierras de Zaragoza, el sitio me encantó.
Desde entonces, poco a poco, he ido haciendo de
Toral de los Guzmanes mi pueblo de referencia. No sé si es él el que me ha
adoptado a mí o he sido yo el que le he adoptado a él. Aquí pasamos los meses
de verano, hemos bautizado a nuestra hija, estuvimos empadronados en su día (¡y
dad por seguro que volveremos a estarlo en cuanto las circunstancias nos lo
permitan!) e incluso desde mi condición de escritor, muchos de sus detalles han
servido de inspiración para alguno de mis cuentos. No en vano, presumo con
orgullo de que en su biblioteca municipal hay al menos un ejemplar de cada uno
de mis libros.
Admito que ahora los paseos familiares son muy
distintos a aquellos primeros, pues las referencias nos las marcan nuestros
hijos. Montamos en bici hasta la piscina para que Manuel pequeño siga
progresando en natación –de hecho, él aprendió a nadar aquí-, damos un paseo
para que Amalia juegue en el parque, nos acercamos a alguna vaquería simplemente
para que vean las vacas, o vamos a casa de Gloria, quien siempre les premia con
alguna onza de chocolate… A ellos también les encanta. Aquí tienen sus amigos.
Pero a pesar de los cambios, mi sensación sigue siendo la de entonces: junto a
vosotros me siento a gusto; entre estas calles, estoy en paz.
Tirando otra vez de refranero, sé sobradamente que lo bueno, si breve, dos veces bueno. Por eso no quisiera alargarme más. Tan
solo me queda reiteraros mi agradecimiento, desearos también de corazón que
disfrutéis de estos días de Fiesta y –como médico preventivista que soy- recomendaros
que lo hagáis siempre con sentido común y con mucho, muchísimo, sentido del
humor. De manera que durante estos días, se prohíbe no sonreír.
Por eso, con todas las fuerzas de esta tierra
leonesa, con toda la nobleza de mis orígenes maños: ¡Viva Toral de los
Guzmanes! ¡Viva el Cristo de la Vega!
1 comentario:
https://www.youtube.com/watch?v=oU6ht60qV1M
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