martes, 17 de marzo de 2020

Ser niño en tiempos del Coronavirus

Esta mañana estuve asesorando al personal sanitario de cierta residencia para mayores a propósito del estudio de contactos relacionado con un posible caso de Coronavirus. Allí conocí causal o casualmente a Jaime, ese interno casi centenario que, después de alguna pregunta sobre la epidemia, me aconsejó que nunca descuidáramos a los niños. ¡Sí, a nuestros más pequeños!; a esos que están encerrados entre cuatro muros, mientras columpios y extraescolares se toman algún respiro.
Jaime compartió conmigo que en aquella infancia le tocó más de una vez quedarse en su habitación, aunque por otros motivos. Y que en su opinión, los chavales necesitan jugar, correr, saltar, cantar... y otra larga lista de infinitivos que difícilmente conjugamos en casa.
Al regresar del trabajo, mi Sirenita me ha preguntado que cuándo podremos salir... Nuestro Principito, más incisivo, se ha cuestionado por qué las mascotas sí y nosotros no. Ciertamente, cuando no bajan al parque se suben a las paredes.
A fin de hacerles más amena esta cuarentena, siendo conscientes de que no son vacaciones pero siguiendo el modelo de cualquier campamento de verano, cada jornada la dedicamos a un tema. Ayer fue el día de los disfraces... Hoy, el de la Magia. Hacemos los deberes que telemáticamente nos envían sus maestros, conversan por vídeoconferencia con alguno de sus amigos, vimos retazos de Frozen a través del ordenador... Y en los ratos libres buscamos huevos de chocolate estratégicamente escondidos, a sabiendas de que quien lo encuentre se lo come.
Entre lecciones aprendidas y juegos de manos, me acuerdo de aquellos verbos nacidos de la voz de la experiencia: jugar, correr, saltar, cantar... Ninguno de ellos extraordinario. Quizá la perspectiva de estos días nos ayude a mayores y pequeños a valorar mucho más nuestra bendita cotidianidad.

5 comentarios:

Unknown dijo...

Tiempos para la reflexion.nos encantan las tuyas

Unknown dijo...

Buenas ideas para los peques!!!

Unknown dijo...

Me recuerdas al papá protagonista de la película LA VIDA ES BELLA. Gracias Manuel.

Ana Lasierra dijo...

Gracias Manuel por estas reflexiones. Sigue contandonos tus experiencias

Charo Mayo Pérez dijo...

Sí Manuel, tiempos extraños para los mas pequeños. Tienen que aprender a utilizar herramientas informáticas casi llevando chupete¡hay que cumplir con el dichoso curriculum escolar! Les mandamos tareas online. El profe es ese ser que solo hace mandar deberes. Yo personalmente, estoy en contra. Ni ahora en cuarentena, ni luego. Yo ahora y luego, me gustaría enseñar y aprender con mis alumnos procesos mentales de reflexion, aprender a aprender, aprender a pensar, inteligencia emocional, social, autoestima, habilidades y destrezas, actitud y aptitudes... En fin todo un mundo de conocimientos, habilidades y materias para desarrollar seres humanos socialmente preparados para crear un mundo mejor. Y ahí, si que veo la figura de un profe como mentor, guía o ayuda en ese recorrido psicológico y social. Menos deberes y más desarrollo personal.