Casual o causalmente, este verano prometía estar lleno de actos literarios. Sin embargo, ahí sigue estancada la puesta en escena de mi última antología, Catorce lunas nuevas (Undergraf)... hemos suspendido esa serie de cuentacuentos estivales que habíamos programado, así como la asistencia a algunas Ferias de Libro que propusieron nuestros editores... no he podido sumarme a participar en la presentación de algunas obras que había leído, que nos habían encantado y en las que me habría gustado estar -con un guiño especial a esas Historias de la Prazuela II, de nuestro querido José Luis Alonso-... Y es que las circunstancias personales todavía invitan a seguir alejado por un tiempo de tantas actividades -incluida mi presencia en redes sociales-, a continuar recargando baterías junto a los míos y a disculparme sinceramente por tal actitud, pues nos consta que con ella he causado algún que otro perjuicio.
Como asegurase cierto general al abandonar ciertas islas, Volveré.
Entre tanto, para hacer más corta dicha espera, comparto otro de esos diccionarios que tanto me entretienen y que ha visto la luz junto a mis últimas lunas:
Advertir: Amenazar por las buenas.
Amistad: Afecto personal, puro y desinteresado con forma de guitarra. Aun
pulsando una sola cuerda, vibrarán todas.
Atletismo: Modalidad deportiva en la que correr es de
valientes.
Comunidad: Uno para todos y todos para uno.
Diversidad: Que cada cual pueda ser quien es, sin por
ello ser discriminado ni discriminar.
Éxito: Alcanzar lo que deseas. No confundir con Felicidad que es desear lo que se alcanza.
Fe: Confianza en que todo lo que me va a suceder será bueno.
Generosidad: Olvido del yo.
Humildad: Hágase tu
voluntad. Nosotros podemos intentarlo, pero al final es la Vida quien decide.
Inteligencia: Además de la capacidad de entender,
comprender o resolver problemas es, sobre todo, la habilidad para olvidar.
Libertad: Poder ser lo que quieras porque
lo decides tú, no porque nadie te lo permita.
Maestro: Aquel que inspira para la Vida.
Mente: Espacio elástico en el que saltan
nuestras ideas.
Modestia: Saberse perfecto sin decírselo nunca a nadie.
Pérdida: Dícese de lo que ya no se tiene porque la Vida exigió mucho para
conservarlo.
Perdón: Remisión de la ofensa recibida que no necesita del olvido, sino
del amor.
Resistir: Sobreponerse a la sensación de no poder.
Rico: Persona que posee lo que el dinero jamás podrá comprar.
Risa: Penúltimo
recurso cuando el destino nos trata mal –tras ella, lo único que quedaría es la
Esperanza.
Silencio: Forma de cortesía consistente en ceder la palabra a quien
realmente tenga algo que decir.
Solidaridad: Alcanzar tu bien en el que puedes hacer a los
demás.
Sombra: Oro en tiempos de solana.
Tesón: Responder
una y mil veces a la Vida con la fuerza de tus sueños.
Viajar: Podar las raíces de las plantas de tus pies.
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