Aunque en esta ocasión no iré más allá de donde quieran llevarme los libros que lea, tomo unos días de vacaciones. Siempre necesarios, siempre merecidos, los invertiré en estar cerca de familiares lejanos, en que parezca que pierdo el tiempo para luego ganarlo en el último minuto, en tomarnos en serio demasiadas bromas, en perderme entre paseos para volverte a encontrar... Hasta que regrese de este viaje a ninguna parte, os dejo unas líneas cargadas de sentimiento de mi novela Siete paraguas al sol.
Mil sonrisas y -por supuesto- nos seguiremos contando a la vuelta.
Nuestro día a día rebosa sentimientos, a los que Adelaida acostumbra a renombrar. Está el amor recompensa, que experimenta cuando alcanza aquello que desea. Hay pasiones fresas con nata, propias de un capricho insatisfecho. Existe la amistad filete de ternera, que tanto le alimenta; la tristeza tipo otoño, que cala hasta los huesos. E incluso el odio arte moderno, tan incomprensible como difícil de explicar.
Yo siento, tu sientes, ella siente... No en vano, sentimientos son la impronta que las personas nos dejan en el alma.
domingo, 13 de abril de 2014
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2 comentarios:
Me ha encantado, porque eres puro sentimiento, puero amor
¡¡¡Me encanta que te encante!!!
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