jueves, 13 de agosto de 2015

Laura, Marina: descansen en paz

Lo escuché en la radio a primera hora: ayer por la noche se encontraron los cadáveres de las dos jóvenes de Cuenca que estaban en paradero desconocido desde hace una semana. Se me encogió el corazón. La policía busca al exnovio de una de ellas como presunto asesino. Otra noticia más para un verano especialmente trágico en el que ha habido agresiones, parricidios, violencia de género, crímenes, abandonos... Demasiados sobresaltos para una sociedad que, definitivamente, está al borde de la locura.
Hecho el diagnóstico, tocaría poner remedios al mal: lamentar y reflexionar profundamente sobre lo ocurrido (aunque por sí solo no basta, también es necesario), mostrar todo nuestro apoyo y solidaridad para con las víctimas, proporcionarles consuelo tanto a ellas como a sus familias, no escatimar esfuerzos para llevar ante la Justicia a los culpables (¡pero una Justicia de toneladas, no de gramos!), trabajar aquellos casos que fueran posible en el ámbito de la prevención... Y por supuesto, perseverar en la educación en valores no solo a nuestros niños, sino a todos. Porque, a la vista de las noticias, cualquiera podría estar necesitado de ellos.
Laura y Marina, otras dos vidas segadas por la barbarie. ¡Que cuanto suceda no nos deje indiferentes! Descansen en paz.

1 comentario:

Manuel Cortés Blanco dijo...

Buenos días de viernes:
Acabo de escuchar por la radio que ayer por la noche detuvieron en Rumanía a ese "presunto asesino" (demasiados eufemismos para una bestia tan criminal). Aunque no nos devuelva la vida de sus víctimas, al menos esta noticia aporta un pequeño alivio. Ahora toca que lo traigan pronto a España y recaiga sobre él todo (¡insisto, todo!) el peso de la Justicia.