Alguien dijo que mostrar mis fuerzas no es nada, mostrar mi debilidad lo es todo.
Después de la revisión de ayer, comparto que estoy muy recuperado del proceso que padecí hace poco más de un mes. Me he reincorporado bien a mi cotidianidad aunque, de momento, todo debe ser sin prisas. Por ello, por prescripción facultativa, he decidido aplazar cuantas actividades docentes o literarias tuviera programadas hasta que acabe este año. De manera que, salvo un curso que no pude impartir en su día y un cuentacuentos solidario pendiente de confirmación, voy a centrarme en mí y en mis circunstancias, posponiendo el resto de la agenda para ese 2016 que ya asoma a la vuelta de la esquina.
Mil gracias a todos por vuestra comprensión y por permitir que me sintiera tan acompañado.
Mil sonrisas y -como siempre decimos los cuentistas- nos seguiremos contando.
jueves, 5 de noviembre de 2015
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