Cuando la realidad me asusta o entristece -como es el caso-, acostumbro a refugiarme en la imaginación. De manera que leo un libro, escribo algún cuento, veo aquella película, juego con los niños... O como esta mañana de domingo, me escapo al teatro con mi pequeño Manuel. Elegimos por consenso una obra de clown, apta para mayores de cinco años: Payaso, de la compañía riojana El perro azul... Y sencillamente, nos encantó.
Se trata de un show interactivo con participación directa del público, en el que el protagonista realiza algunas acciones que este le ha dejado por escrito antes del inicio de la función. La representación resulta de lo más divertida, mezclando mimo, improvisación, música, malabares y sonrisas, invitando en su exposición final a nuestra reflexión.
Manuel pequeño no ha parado de gritar, de reír, de disfrutar... Y yo no he dejado de mirarle, disfrutando con él y pensando dónde vamos olvidando con el tiempo tanta inocencia, tanta alegría, tanta bondad.
Payaso se define a sí mismo como un tonto porque hace cuanto dicen los demás. En este mundo tan lleno de listillos, me sumo a su bendita tontería.
domingo, 15 de noviembre de 2015
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1 comentario:
Compartir que esta obra tan distinta y recomendable se ha representado este fin de semana (en sesiones de sábado tarde y matinal de domingo) en el Teatro San Francisco, de León, a cuyo personal agradezco sinceramente tanto la programación que nos ofrecen como la atención que siempre nos prestan como público.
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