Si hay un día a lo largo del año que recuerdo con especial cariño, es el 23 de abril, Día del Libro. En esa fecha y desde que escribo, prácticamente siempre he hecho lo mismo. Algo que me encanta, que me enriquece como persona y cuentista: compartir con mis amigos, compartir con mis lectores... Algo que llevo haciendo más de diez años en la misma ciudad (mi Zaragoza natal), el mismo sitio (stand de Librería Albareda, en paseo Independencia), con el mismo horario (jornada de mañana y tarde), desde la misma estética (volveremos a lucir nuestro paraguas naranja de las grandes ocasiones)... Si no fuera porque cada vez tengo más ilusión, sería sin duda mi Día de la Marmota.
Fiel a dicha tradición, allí repetiré este próximo domingo para seguirnos contando, seguir compartiendo y seguir firmando a quien le apetezca cualquiera de mis obras: desde la segunda (Cartas para un país sin magia, pues mi ópera prima está agotada) hasta la última (Catorce lunas llenas, ya en su segunda edición), incluyendo por supuesto esas Nanas para un Principito, Siete paraguas al sol y Mi planeta de chocolate que siempre me acompañan.
lunes, 17 de abril de 2017
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