Fue otro Día del Libro de lo más especial, por lo que reitero a Librería Albareda mi agradecimiento por permitir que lo viviera. En Zaragoza hubo un sol extraordinario -dicen que el mismísimo San Jorge se encarga de que así sea-, muchos lectores, muchísimo público. Ha sido la mejor celebración de esta década, habiéndose superado todos los récords: de ventas, de stands, de asistencia, de sonrisas...
A mi cita acudieron decenas de amigos. Ciertamente, me alegraron la jornada: estuvo Ana -de las más madrugadoras- con su fotografía dedicada a Mi planeta de chocolate... Javi, con quien compartí tantísima infancia... los compis del instituto, alguno de la carrera... Nuria, con sus Catorce lunas llenas, a pesar de las circunstancias... Lo único que siento -y lo siento de corazón- es que, entre tanta afluencia, no pudiera dedicar a cada cual el tiempo que realmente merecía.
Pese a ello o precisamente por ello, en esta edición he firmado menos ejemplares que en otras anteriores. Tampoco eso ahora importa demasiado. Mi récord nunca estuvo allí, sino en la fila de amistades que tenía. En eso, sin duda, siempre fui de los primeros.
martes, 25 de abril de 2017
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2 comentarios:
Yo no estuve en esa fila, alguien lo hizo por mí y me regaló esas catorce lunas dedicadas que me iluminan, me acompañan, me emocionan y retuercen. Qué bonito escribes, cómo me llena lo que leo. Gracias mil!
Mil gracias a ti, Llum, por tu comentario y por tu confianza. Me encanta que esas "Catorce lunas llenas" que escribí con tanto cariño te estén gustando. Nos seguiremos leyendo. Mil sonrisas.
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