Como dice la canción, veinte años no es nada. Y veintitantos, tampoco. Porque después de ese tiempo, este pasado fin de semana nos reunimos en Madrid un grupo de compañeros médicos de promoción para demostrar que a pesar de los cambios físicos, nuestra amistad continúa imperturbable.
Durante dos días recordamos anécdotas de estudiantes, degustamos como entonces otro exquisito cocido, fuimos a un museo, paseamos por Recoletos... Y acabamos la noche del sábado en aquel musical de la Gran Vía. Concretamente el de Marta tiene un marcapasos -basado en la obra del grupo Hombres G-, en el Teatro Compac, como si quisiéramos memorar también una parte de la discografía de aquellos momentos.
De dicho musical, los medios han comentado muchas cosas: "Chispeante y rebosante de optimismo" (espaciossecretos.com), "Dos horas cargadas de diversión" (mujer.orange.es), "Una estupenda puesta en escena" (periodisticos.com)... En mi opinión, al margen de la sencillez de su argumento, de ciertas escenas demasiado forzadas o de alguna voz altisonante, asistimos a una obra divertida, con una escenografía cuidada y una música que -sin duda- encantará a quien en su día le encantasen los acordes de los Hombres G.
Y es que, también en nuestros gustos musicales, ¡veintitantos años no son nada!
martes, 4 de febrero de 2014
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