miércoles, 20 de mayo de 2020

Mis factores de riesgo

Durante los diez años que fui profesor de Epidemiología en el Instituto Universitario de Drogodependencias de la Universidad Complutense de Madrid, no dejé de explicar los factores de riesgo -aquellos que se relacionan con el padecimiento de algún proceso o enfermedad-, nulos -aquellos que no ejercen ninguna influencia- y de protección -aquellos que de tenerlos reducen la posibilidad de dicho padecimiento-.
En estos tiempos del Coronavirus he constatado cuáles son esos factores con relación a la COVID19. Revisando la literatura científica publicada al respecto, el prototipo de persona con más riesgo para contraer una infección sería el siguiente: hombre -siendo su tasa de mortalidad prácticamente el doble que en la mujer-, con una edad media de 51 años, según algunos estudios no fumador -si bien los efectos protectores de la nicotina publicados por el Hospital Pitié Salpêtrière de París han encontrado numerosos detractores-, estresados e insomnes por sus circunstancias -atendiendo a los datos presentados por la Rice University-... y en sus formas más graves, con alopecia androgénica -en base a un reciente informe de la Unidad de Tricología del Hospital Ramón y Cajal de Madrid-.
La verdad es que ya puedo cuidarme, ¡porque los tengo todos!
Afortunadamente, y como también dijera en mis clases, existen dos factores de protección universales que siempre nos acompañan: la sonrisa -con ese poder terapéutico impresionante- y el buen humor -síntoma inequívoco de higiene mental-. Porque, como afirmara el ingenioso Charles Dickens, nada en el mundo resulta más saludable... Nada se sabe más contagioso.

No hay comentarios: