Hoy hemos celebrado el Día Internacional de los Derechos del Niño. Y en mi caso, he tenido una jornada de lo más intensa. Empecé llevando al cole a mi Principito. Luego, a media mañana, presentamos en el Ayuntamiento de León el libro solidario Cinco cuentos en tu mano, a beneficio de la Fundación JuanSoñador; conociéndome, era de prever que compartiera con el público -como, de hecho, he compartido- alguno de mis cuentos. A las dos, comida familiar aunque no fuese en casa. Luego el café, con varios autores y distribuidores del libro. A media tarde, hice de guía en la exposición homónima para niños y mayores que se ha inaugurado en el Salón de Reyes de la casa consistorial. A las seis y media, suelta de farolillos encendidos en la plaza de la catedral a beneficio de la ONG Sed, junto a otra procesión de chavales. Y para cerrar el día, cena familiar; esta vez sí, en casa.
Quizá lo menos interesante de todo sea, en verdad, cómo viví esta jornada. Lo realmente importante es la cantidad de sonrisas que, como un derecho más, nos ha regalado cada uno de esos chiquillos.
jueves, 20 de noviembre de 2014
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