De siempre me ha gustado sintetizar lo que pienso en algún decálogo, ya sea a nivel profesional (Decálogo para un envejecimiento responsable) o literario (Decálogo del amor). A modo de exclusiva, empiezo la semana adelantándoos
otro que aparecerá en mi obra Catorce lunas llenas (primer premio
en el XXXVIII Certamen Literario Carta Puebla, en su modalidad de libro de cuentos),
a presentar en el próximo mes de octubre:
1.- Sitúate estratégicamente. Cerca de una puerta puede
ser un buen sitio; al fin y al cabo, todo el mundo tiene que salir.
2.- Conoce tus límites. Es lo que debes saber para saber
otras cosas.
3.- Nunca asumas que ser bueno equivale a ser tonto,
aunque los tontos lo den por bueno. Al contrario: desde tu bondad, la gente acostumbra
a consentirte más.
4.- Sé curioso, cultiva la capacidad de sorprenderte. Como
diría mi abuela, donde menos lo esperas, salta la liebre.
5.- Mantén conversaciones gustosas. A veces no es que
estemos solos; es que no tenemos con quién estar.
6.- No te cierres a nuevas ideas, libérate de prejuicios.
Tarde o temprano acaban por reventar. Y es que nos han metido tantos sin pedirnos permiso
que entre ellos mismos deben cederse el paso para no molestar.
7.- Escucha y sonríe más, en especial a ti mismo… Compara,
juzga y finge menos, especialmente ante ti mismo.
8.- No des nada por sentado, por sencillo que parezca;
pregunta. Tampoco te fíes de todo; busca distintas fuentes.
9.- Si pretendes evitar la crítica, no hagas nada, no pienses
nada… ¡No seas nada!
10.- Proponte ser feliz, participando en las actividades
que te ofrezca tu entorno: baila, pasea, compra flores, acaba cuanto empezaste,
aprecia lo que tienes, cumple tus promesas, sigue tu instinto... Y en
cualquiera de los casos, como también diría mi abuela, vete de los sitios antes
de que te echen.
lunes, 19 de septiembre de 2016
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario