De siempre me ha gustado la música de Alejandro Sanz. De hecho, cuento entre mis canciones favoritas con alguna de las suyas e incluso tuve la suerte de asistir en directo a uno de sus conciertos. Concretamente aquel que disfrutamos en el estadio Bahía Sur de San Fernando, cuando yo trabajaba en tierras gaditanas, allá por el verano del año 2003.
Hoy leo la noticia de que hace unos días, durante otro concierto que daba en la ciudad de Rosario (México), "expulsó del recinto a un maltratador que estaba pegando a una mujer". Lo hizo además de manera tan inmediata como contundente, parando la música, bajando por las escaleras del escenario, reprendiendo abiertamente al agresor y solicitando al personal de seguridad que le expulsara de la sala... cuando quizá lo más fácil para él habría sido callarse o simplemente mirar hacia otro lado. Todo un ejemplo de tolerancia cero ante una lacra social que no deja de sangrar.
Alejandro: Aun cuando nunca leas estas líneas, quisiera manifestarte mi reconocimiento por lo que hiciste. Queda claro que ningún tipo de violencia es admisible. Por ello, esta tarde tu corazón partío sonará en nuestra casa por ti.
martes, 23 de febrero de 2016
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