Allá por el mes de septiembre, a principios de curso y de temporada, Manuel pequeño me preguntó que por qué en su colegio eran todos los niños seguidores del Madrid, del Barça o del Atleti, y él -sin embargo- era el único del Real Zaragoza. Pausadamente y de la manera más sencilla que pude le expliqué que su abuelo, sus tíos, su papá y cada miembro en nuestra familia hemos sido desde siempre de ese club de fútbol, que por muy lejos que estemos sentimos muy cerquita sus colores, que nos ha regalado muchas alegrías... Y que con todo el respeto del mundo para los demás, es sencillamente nuestro equipo.
No sé si le convencí.
Ayer, casi a final de curso, después de consumarse su no ascenso a primera división tras una temporada calamitosa, con una directiva sin cabeza, un entrenador sin alma y unos jugadores sin corazón, Manuel pequeño me hizo otra pregunta:
- ¿Hasta cuándo serás del Zaragoza?
A pesar de mi decepción por los últimos resultados, en esta ocasión le contesté sin rodeos.
- ¡Lo seré siempre, cariño...! Toda mi vida.
A lo que él de inmediato me respondió:
- ¡Y yo contigo, papá!
domingo, 5 de junio de 2016
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