Dos profesionales de la Sanidad, a quienes tengo en alta estima, me han sorprendido esta tarde realizándome la siguiente proposición: presentar a cierta convocatoria institucional mi candidatura como mejor médico de España en la especialidad de Medicina Preventiva y Salud Pública. Según ellos, pocos facultativos saben tanto de vacunas como yo, pero sobre todo pocos están haciendo tanto por la humanización de la asistencia sanitaria. En este sentido, han destacado el proyecto Déjame que te cuente... que desde el Servicio de Medicina Preventiva venimos desarrollando en el Hospital de León y en algún otro de nuestra Comunidad... E incluso se han remitido a mi etapa de epidemiólogo en el Servicio de Sanidad (Servicio Territorial de León) en plena pandemia, de cuya experiencia acabaría escribiendo mi libro Catorce lunas nuevas (Editorial Undergraf).
Ambos son amigos míos, valorándome en exceso tanto personal como profesionalmente. Quizá por eso, tuvieron tal ocurrencia. No obstante, desde mi agradecimiento más profundo y sin que parezca falsa modestia, la he declinado con cortesía.
Y es que no hallo mayor premio en mi tarea de cada día que percibir la sonrisa de algún paciente -en especial, los niños- detrás de cualquiera de mis cuentos... o el valor preventivo transmitido a los profesionales sanitarios tras compartir entre relatos alguna de nuestras vivencias.
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