Fue un acto precioso el de este sábado por la mañana, que jamás podré olvidar. Y es que agradezco muchísimo a mis compañeros de promoción de Medicina 83-89 que con motivo de nuestras Bodas de Plata me permitieran intervenir en su nombre para mostrar en forma de cuento lo que aprendí en estos años sobre nuestra vocación. Compartiendo mesa con el actual
Decano de la Facultad y el presidente de la
Real Academia de Medicina de Zaragoza, expuse cuanto he aportado con mi labor sanitaria por esos cuatro continentes en los que he ejercido dicha profesión... y cuanto he recibido de aquellas personas que conocí en el camino.
Pero lo realmente precioso fue el reencuentro con tantos compañeros a quienes, en algunos casos, no veía incluso desde nuestra graduación. Merche, Pedro, Mª Carmen, Jesús, Beatriz, Santiago, Natalia, José Antonio, Rosa, Alberto... Allí estaban casi todos, como si el tiempo no hubiera pasado, dejando otra vez constancia de que una promoción es mucho más que la suma de sus miembros.
Mil gracias a cada uno de corazón, felicidades por este aniversario y por supuesto -como siempre decimos los cuentistas- de uno u otro modo nos seguiremos contando.
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