Allá en los tiempos del Rey que rabió, la Música era
cuestión de un único instrumento. De manera que el violín, la guitarra, la
flauta o el piano sonaban independientes sin que sus sones combinaran entre sí.
Tal era la costumbre de aquellos primeros años, tal era la forma que había de
componer.
Y ocurrió que en unas Navidades en las que la nieve
cubría los prados, varios músicos se juntaron para compartir el calor de una
fogata. Bajo el candor de la lumbre, fueron pasando sus panes de mano en mano,
su vino de boca en boca… Aquel entonó cierta cancioncilla, ese resopló por el
trombón, otro atizó su pandero… Así, poco a poco, fueron sumando sonidos a la
reunión.
Nota a nota, las cadencias de esos instrumentos se
acabaron uniendo; primero a partir de un dúo, luego de un trío, después de un
cuarteto… Y cuenta la tradición que, precisamente por ello, en la madrugada de
aquel año entrante surgió la primera orquesta de la historia.
Desde entonces, como justo tributo a tal
acontecimiento, el día del Año Nuevo se celebra un hermoso concierto en alguna
hermosísima ciudad. Quizá el dónde sea lo de menos, al igual que el cuándo, el
quién o el cómo. Lo verdaderamente importante es por qué resuena del modo que
resuena en los corazones de aquellos que lo escuchan.
Y
colorín colorete, este cuento se hizo cohete.
Nota: Cuento titulado Concierto para Año Nuevo, incluido en mi libro Nanas para un Principito.
¡¡Feliz 2015!!
2 comentarios:
FELIZ AÑO NUEVO LLENO DE EXITOS EN LO PERSONAL Y EN LO PROFESIONAL!!!!
Mil gracias, Noelia. Lo mismo te deseo a ti: lo mejor de lo mejor en este nuevo 2015 que acabamos de estrenar. Y da por seguro que nos seguiremos contando en él. Mil sonrisas.
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