miércoles, 30 de enero de 2019

En otro Día Escolar de la No Violencia y la Paz

En este Día Escolar de la No Violencia y la Paz, recuerdo aquel relato titulado La ramita de olivo que escribí a propósito del mismo -y que, por cierto, me consta que hoy se leerá en más de un colegio- y extraigo de mi libro Catorce lunas llenas unos renglones que tan solo pretenden ser un alegato a su favor. Dicen así:

"Si hay un contexto en el que una imagen vale más que mil palabras, ese es sin duda la guerra; ante tanta desolación, te acabas quedando sin ellas. En Medjugorje descubrí sus horrores, aprendí la realidad a tiro limpio junto a la mayor de las crueldades: que todos eran producidos por el ser humano. Además, detrás de ese concepto se esconden otros muchos cargados de dolor más allá de lo meramente físico. Quien siembra odio, recoge venganzas, heridas en carne viva, cicatrices que ni siquiera pueden cicatrizar... Cuesta demasiado entrar a donde todos quieren salir.
Se nos rompió el alma y me escuece mucho. Lo notamos en las caras que ofrecen su reflejo, en las respiraciones que muestran el de su mente; quien se siente tranquilo, respira tranquilo… ¡Y hace tiempo que nadie nos quita esta inspiración entrecortada! Jamás he vivido algo tan tremendo, aunque después volviera el silencio; esa ausencia de sonidos como si nada hubiera ocurrido, cuando en verdad ha pasado tanto… Si cada lugar en el que se han cometido atrocidades acaba convirtiéndose en museo, en el futuro este será un museo.
Ante la humareda de los tiroteos, esa realidad permanece invisible en los datos oficiales. Durante aquel conflicto de los Balcanes descubrí que las pasiones mueven más que la razón… que cuando alguien busca excusas para hacer algo –por horrendo que pudiera parecer- las acaba encontrando… que a veces en nombre de la Historia, la Justicia o el mismísimo sentido común se da cabida a cualquier barbaridad… que detrás de muchos odios enquistados se esconde mucha incultura… que los más ignorantes acostumbran a ser los más intransigentes… que hay personas cuyo único plan B es repetir su plan A… Allí viví otra experiencia como médico, atendiendo a pacientes heridos por los bombardeos, la intolerancia, la incomprensión. Y allí constaté la importancia que tiene para todos el que podamos vivir en PAZ".

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