Esta mañana estuve charlando con quien sigue siendo el editor de cinco de mis libros. Mas en particular, hablamos de uno de ellos: de aquel que constituyó mi primera novela, de ese que ha sido el más leído y del que más ejemplares se han vendido, del que elegí para presentar en nuestra visita a la Feria del Libro de Frankfurt, de ese que -tras el interés mostrado por una célebre productora- nos hizo soñar con la posibilidad de que fuera llevado al cine... Concretamente, de Mi planeta de chocolate (Ediciones Irreverentes), en el que narro las aventuras en tiempos de orfanato, guerra y exilio de un chiquillo, Benito Expósito Expósito, cuyo lema de vida le salva de mil aprietos: cuando debas elegir entre dos opciones, toma siempre la que tenga chocolate.
Mi editor está convencido de que es una gran obra, e incluso hemos sondeado la posibilidad de reeditarla. De hecho, siguen siendo muchos los lectores que nos preguntan por ella, e incluso un reportaje mío alusivo sobre los niños expósitos continúa siendo de los más visitados en la web de la editorial.
Con independencia de lo que decidamos, quizá sea buen momento para volver a escribir otra novela... O, quién sabe, la segunda parte de esta, desde la convicción de que al pequeño Benito aún le queda mucho por contar.
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