Durante el Encuentro del Club Palindromista Internacional celebrado el año pasado en el municipio cántabro de Puente Viesgo tuve el honor de conocer a D. Fernando Sáenz Ridruejo, una persona excepcional, escritor, historiador -es vicepresidente de la Sociedad Española de Historia de las Ciencias-, ingeniero laureado por la Real Academia de Ingeniería y uno de los mejores palindromistas de nuestro país: Oí rutas a Saturio... Allí por la tropa portado, traído a ese paraje de maniobras, una tipa como capitán usar boina me dejará, pese a odiar toda tropa por tal ropilla.
Dado su origen soriano, coincidente con el de mi familia materna, entablamos conversación sobre algunos detalles de esa provincia común. De manera que le conté que nuestro abuelo era pastor en el pueblo de Radona cuando mi madre nació allí.
Tras compartir ese almuerzo salpicado por frases capicúas, aquella sesión mía de cuentacuentos titulada Sé verlas al revés y otra charla repleta de curiosidades, le regalé un ejemplar dedicado de mi libro Nanas para un Principito (MAR Editor).
En estos días, D. Fernando ha respondido a tal gesto con otra crítica entrañable a su lectura y una copia del censo electoral de Radona desde hace más de un siglo, donde curiosamente nuestro apellido familiar -Blanco- era el más prevalente. Y es que, como él mismo asegura en su misiva, a lo mejor encuentro en tal relación algún detalle de mi propio bisabuelo.
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