miércoles, 15 de junio de 2022

Nulla vita sine Musica

Sin duda, la Música forma parte de mi hogar. No tanto porque en él haya un metrónomo, decenas de partituras, esa colección de piezas clásicas o instrumentos varios, como porque hemos tenido la suerte de integrarla en nuestras vidas. Así, escuchando una obra somos capaces de desconectar de la monotonía, relajarnos de tensiones o simplemente de disfrutarla. Quizá por eso haya estado tan presente en tantos momentos claves, incluyendo -a sabiendas de su poder terapéutico- mis últimas sesiones de rehabilitación.
Ciertamente, a ese idilio con el pentagrama contribuyen también nuestros hijos. Si ayer Amalia nos sorprendía tocando estupendamente al Piano la obra Burlesca -canción popular, con arreglos de Noemí Vega- en el concierto fin de curso de la Escuela Eutherpe, hoy Manuel iniciaba con su Trombón las pruebas de acceso al grado Profesional de Música en el Conservatorio de León. La verdad es que merece superarlas, pues la ha preparado a conciencia y se siente/le sentimos capaz de conseguirlo. 
En cualquiera de los casos, seguiremos viviendo al compás de re menor, rondándonos la idea de presentar en un futuro próximo algún proyecto que aúne sus notas con mis cuentos. Y es que, como dijera ese genio llamado Nietzsche, Nulla vita sine Musica (No hay vida sin Música).

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