Como papá, no hay mejor manera de empezar una semana que desayunando con tu hijo -él también comienza la jornada en su colegio a las ocho de la mañana- y darle algún besico a tu pequeña mientras sigue durmiendo cuando te vas.
Como médico, no hay mejor manera de empezar una semana que dando de alta a varios pacientes tuyos porque el proceso que padecían simplemente se ha resuelto.
Como escritor, no hay mejor manera de empezar una semana que contrastando las galeradas de tu próximo libro. No puedo adelantar mucho, salvo que está quedando espectacular. Me encantaron las tres maquetas que nos presentó la editorial. Quizás esté listo para mayo. ¡Qué ganas de compartirlo!
Como cuentacuentos no hay mejor manera de empezar una semana que ser invitado por una amiga a interpretar mi sesión titulada La vuelta al mundo en casi ochenta cuentos en una de las ciudades más bonitas de España.
Y como persona, no hay mejor manera de empezar otra semana que comunicando a un vecino de barrio, al que acostumbramos a ayudar por sus limitaciones haciéndole la compra o echándole las quinielas, que en la jornada de este fin de semana ha obtenido un premio de 12 aciertos con el fútbol. ¡Y eso que le falló ese Racing de su vida, al que puso ganando pero empató! Conociendo su situación familiar, sé que le vendrá fenomenal.
Todo esto ocurrió en un solo día... Y es que incluso las mejores semanas comienzan por un lunes.
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