martes, 26 de septiembre de 2023

Déjame que te cuente... la Humanización en la Asistencia Sanitaria

Antes de que las circunstancias me invitasen a parar, desde el Servicio de Medicina Preventiva del Hospital de León presentamos un proyecto de lo más sentido a la I Jornada de Buenas Prácticas en Humanización Sanitaria, organizada por el Instituto de Estudios de Ciencias de la Salud de Castilla y León. Concretamente el titulado Déjame que te cuente... la Humanización en la Asistencia Sanitaria, en el que apostamos abiertamente por la palabra para conseguir una mejor atención. No en vano, ya habíamos demostrado con anterioridad el valor del cuento en la transmisión de valores entre adolescentes, en la formación positiva sobre lactancia materna o en el entretenimiento de niños hospitalizados.
Esta semana hemos recibido con alegría que dicha propuesta ha sido seleccionada como finalista de tal jornada, y que el próximo 3 de octubre deberé defenderla ante el resto en el Campus Universitario Viriato (Zamora), representando con ello a nuestro Hospital. Por supuesto, aun a pesar del parón, trataré de hacerlo con el máximo entusiasmo, desde la convicción de que un verbo tan humano como contar resulta fundamental en la humanización de nuestro trabajo.   
Así que, al menos en ese día, ¡nos seguiremos contando! 

domingo, 17 de septiembre de 2023

Decálogo para un hijo

El psicoterapeuta alemán Peter Bourquin afirma que la hiperactividad lleva a la disociación de la persona, apostando firmemente por desacelerar nuestras vidas y disminuir su nivel de estímulos, a fin de ampliar la conciencia... y, en consecuencia, sentirnos más tranquilos. 
Quizá por asumir sus teorías, seguiré por un tiempo desconectado de redes sociales. Tampoco realizaré más sesiones de cuentacuentos, a pesar de las muchas invitaciones que sigo recibiendo para ello. Mil gracias por tanta confianza y mil disculpas a todos.
Al ser un verbo inherente a mí, trataré de escribir un ratico cada día, si bien antes deberé recuperar esa inspiración que a veces se nos escapa. Y es que leyendo mi último libro, Catorce lunas nuevas (Editorial Undergraf), hay párrafos en los que todavía no me reconozco. Como en este decálogo que redacté pensando en nuestros hijos y que acostumbro a reaprender cada día:
1. Tu hijo no es tuyo. Es una persona distinta a ti que crece a través de ti. Y eso sí: se mirará siempre al espejo a través de ti.
2. Las relaciones fraternales deben enmarcarse en la reciprocidad, la comunicación y la empatía. Hemos de escuchar a nuestros hijos, dejarles que se expresen libremente, no interrumpirles sin más, ponernos en su lugar, transmitirles calma… No dedicándoles el tiempo que nos sobra, sino aquel que necesitan. En definitiva, compartiendo momentos de calidad.
3. Los padres poseen una mirada para cada uno de sus hijos. Cada cual es diferente al otro, por lo que debemos valorarles de manera independiente… Y quererlos como son. Solo así, potenciaremos realmente sus capacidades.
4. Regaremos su crecimiento con mensajes positivos. Desde ellos favorecemos el diálogo, generamos soluciones, alejamos prejuicios, activamos creencias saludables, nos sentimos más cerca, mejoramos su autoestima… Y a la larga, construimos un yo que suma. Digámosles hasta dónde está bien, en lugar solo de lo que está mal.
5. Hemos de permitirle que exprese sus emociones para que pueda ejercer su control. Aunque nos disguste que se sienta triste, resulta normal que a veces lo esté. La negación de estas genera tensiones que acabarán por somatizar.
6. Descubramos el equilibrio. Una educación autoritaria genera niños inseguros; una educación permisiva produce niños tiranos. Sin olvidar que la educación es sistemática por definición: educamos todos.
7. No juzgar tanto, no comparar tanto, no posicionarse hacia uno u otro hijo, no preocuparse tanto, no estimularles mucho por la noche –a menudo, con leer un cuento, basta-, no obligarles a madurar… Y aun resultando paradójico tras tantas negaciones, no decirles siempre no.
8. Los pequeños han de tener límites claros, conocidos y si es posible –aunque no obligatorio- acordados en común.
9. Lo que no vayas a decirle a un amigo tuyo para no perderlo, jamás se lo digas a tu hijo. Podrías perderlo a él.
10. Incluso en la peor de las broncas familiares, el amor debe persistir.