domingo, 31 de marzo de 2019

Yo voy a ser el Rey León

Ayer sábado tuvimos jornada doble de actividades culturales. Si por la mañana acudíamos en familia a la escenificación de un cuento estupendo, por la tarde asistimos en el municipio de Lorenzana a la representación del musical Yo voy a ser el Rey León, de Roger Allers e Irene Mecchi, a cargo del Grupo Teatral Valderas, bajo la dirección artística de Noelia García.
Al margen de algún defecto organizativo, en absoluto atribuible a la compañía -demasiado público, demasiado retraso para empezar-, la puesta en escena de esta obra que cuenta las aventuras de Simba en la sabana africana resultó espléndida. En nuestra opinión, el vestuario fue de matrícula de honor. A las actrices, a la coreografía en cada número y a su simpatía les pusimos sobresaliente. El ritmo de la trama obtuvo un notable alto... Y únicamente a la iluminación y al espacio sonoro -condicionados quizá por las características del local- les dejamos en una calificación que tampoco baja del bien.
Todo ello, con el añadido positivo de que se trata de un grupo no profesional, en el que participan jóvenes aficionados a quienes ya se les nota cuánto quieren al Teatro.
Y es que disfrutamos mucho de ese Yo voy a ser el Rey León, por lo que agradecemos su esfuerzo, felicitándoles sinceramente por su labor y augurándoles -sin duda- muchos más éxitos en el futuro.

sábado, 30 de marzo de 2019

Todos sus patitos

Todos sus patitos ha sido la propuesta presentada esta misma mañana en la Biblioteca Pública de León por la compañía Baychimo Teatro. Basada en un cuento de Christian Duda, recomendada para niños a partir de tres años -además de, por supuesto, para el resto de la familia- y galardonada entre otros con el Premio Drac d'Or de Escenografía 23ª Fira de Teatre de Titelles de Lleida, Todos sus patitos narra las relaciones de un zorro llamado Konrad y un polluelo inicialmente sin nombre, a través de una combinación maravillosa de sonidos, muñecos e imágenes. Durante la representación, un escenario de lo más logrado simboliza ese bosque en el que ocurre la historia y que -bien pensado- podría ser el bosque de cualquiera de nosotros, con las sensaciones de cualquiera de nosotros, con los vínculos de cualquiera de nosotros.
A mis hijos -sin duda, los críticos más mordaces- les ha entusiasmado. De hecho, al principio no querían sentarse en esa alfombra que hizo de antesala al escenario y acabaron ambos en primerísima fila.
Y es que, siguiendo la invitación de sus actores, volveremos al teatro... Eso sí: con todos nuestros patitos.

viernes, 29 de marzo de 2019

Haciéndome mayor

En uno de los actos culturales a los que asistí durante el último mes se produjo la siguiente situación. Antes del mismo, la artista que actuaba solicitó al público presente que a fin de facilitar su dinámica ocupase solo una parte del local. Y así lo hicimos todos sin ningún problema.
Unos diez minutos después de empezar, una persona mayor con muletas entró en la sala dirigiéndose, seguramente por desconocimiento, hacia el lado que estaba vacío. En ese momento, una joven perteneciente a la institución en la que el acto se celebraba se dirigió a ella indicándole que por favor debía sentarse donde estábamos los demás y donde, por cierto, había sillas libres. Esa tarde me encontraba de guardia localizada en mi trabajo, por lo que me situé en la última fila con el móvil silenciado. Desde allí, contemplé lo ocurrido a apenas un metro de distancia.
Tras hacerle la indicación -en mi opinión, de manera absolutamente educada- aquella persona se sintió molesta y decidió marcharse. Mas en su adiós, le dijo a la joven que le había faltado al respeto y que iba a poner una reclamación por escrito. El resto de la escena se me escapa al haber sucedido en el pasillo, si bien me consta que la muchacha volvió a disculparse, pues en ningún caso fue su intención ofender.
Al concluir el acto, sentí a aquella joven preocupada. Evidentemente, lo que había sucedido no había sido agradable. Al acercarme a ella para corroborar que fui testigo de lo ocurrido y que en verdad su actitud había sido respetuosa, me insistió en que ella solo hizo una observación, que jamás quiso molestar a nadie. Quien sabe si con esa queja -a mi parecer, injusta a todos los efectos- su propio puesto de trabajo pudiera quedar comprometido. Por eso, tirando de nobleza baturra, me dirigí en persona al director de aquella institución, advirtiéndole de cuanto había visto y poniéndome a su disposición por si llegara a cursarse cualquier reclamación.
Y es que me estoy dando cuenta de que me estoy haciendo mayor. Cada vez me muestro más intransigente contra las injusticias que nos rodean... Por banales que parezcan, con independencia de quienes vengan.

martes, 26 de marzo de 2019

Entrevista en la revista Encuentros

El doctor Guillermo Pascual, director de la revista Encuentros, ha tenido el detalle de realizarme una entrevista para la misma dentro de su sección Ying&Yang (número 60, mes de abril, páginas 28-29), preguntándome sobre mi doble faceta de médico y escritor. 
Desde el agradecimiento más sincero, anticipo una parte de esa entrevista:

Pregunta (P) ¿Cuál es el estilo literario que más te gusta como lector?

Respuesta (R): A mí me encantan los cuentos en cualquiera de sus formas. Quizá sea por pertenecer a una familia de cuentistas. No en vano, uno de mis recuerdos más entrañables de niño sean aquellos paseos que daba por el pueblo junto a mi abuelo mientras él compartía alguna de sus historias.
En mi biblioteca particular tengo una amplia colección de libros de este género. Desde Alice Munro a Fernando Iwasaki, sin dejar de citar al autor que más me ha emocionado: Gabriel García Márquez. Por cierto, con este comparto una curiosidad: si no hubiésemos sido escritores, nos habría encantado ser magos. Y es que, como bien él asegura, cualquiera de las dos actividades permite algo muy importante: que nuestros amigos nos quieran más.
(P) ¿Cuándo comenzaste a escribir con fines de publicar?
(R): Hubo un momento de mi vida, a raíz de aquel accidente que se llevó por delante a mis padres, en el que necesitaba canalizar mis sentimientos. Probé con el deporte, con el teatro e incluso con el yoga… hasta que al final encontré la respuesta en lo que ellos mismos decían: “Nuestro hijo escribe muy bien”. Así que comencé a escribir… ¡y hasta ahora!
Lo de publicar vino más tarde, casi por casualidad. Después de que distintas editoriales rechazaran mi primer manuscrito, lo acabé presentando a un concurso cuyo premio era precisamente su publicación… ¡Y lo gané! 
(P) De todos tus libros, ¿cuál ha sido el que has escrito más intensamente?
(R): ¡Qué difícil elegir! De entrada diría que “Nanas para un Principito” o “Catorce lunas llenas”, dos colecciones de cuentos dedicadas a mis hijos. No obstante, tras una reflexión pausada, me quedo con “Mi planeta de chocolate”; una novela que cuenta la historia de aquellos pequeños exiliados a México durante la Guerra Civil Española (los conocidos como Niños de Morelia). Primero, porque su protagonista es un niño expósito (abandonado al poco de nacer en las puertas de un monasterio) como lo había sido mi abuelo. Segundo, por ser un homenaje al cuento sin ser cuento. Tercero, porque hago mía la máxima de vida de su protagonista: “Cuando debas elegir entre dos opciones, toma siempre la que tenga chocolate”… Y por último, porque prácticamente toda ella está escrita mientras trabajaba fuera de España en una misión humanitaria.
Considero que con “Mi planeta de chocolate” pasé de ser un médico que escribía a ser un médico escritor.
 (P) ¿Por qué escribes y de qué te agrada más escribir?
(R) Si me guardáis el secreto, lo comparto: escribo por necesidad. Escribir me permite liberar tensiones (y admito que la práctica médica diaria me las genera), canalizar emociones, saberme realizado como persona, sentirme más solidario (a sabiendas de que destino mis derechos de autor a tales fines), ser más feliz. Quizá por ello acostumbre a escribir de lo que vivo.
En cuanto a los géneros que más me agradan, sin duda volvería a citar el cuento. De hecho, han marcado mi vida: me contaron miles siendo niño, me ayudaron a despedir a mis padres, conocí a mi mujer gracias a uno, ahora soy yo quien duerme a mis hijos con otros… A veces pienso que si pudiera prescribirlos en un talonario de recetas, reduciría sin duda la dispensación de muchos psicofármacos.
Últimamente también escribo palíndromos, ese género literario consistente en componer frases capicúas que pueden leerse igual de izquierda a derecha que al revés. El pasado verano participé en el III Campeonato Mundial de Palíndromos REVER y resultó una experiencia estupenda.
No obstante, comparto un penúltimo secreto: como creo que a veces conviene cambiar, la próxima obra que escriba será una novela.

domingo, 24 de marzo de 2019

Te cuento una vida

La Biblioteca Pública de León no es un mero almacén de volúmenes. Se trata de un lugar lleno de vida, con muchísimos textos por supuesto, y un sinfín de propuestas culturales destinadas a todos los públicos.
Con frecuencia suelo llevar allí a mis hijos, ya sea para que elijan algún libro recomendado a su edad o para asistir a cualquiera de los muchos cuentacuentos que en ella se organizan. Sin embargo, este pasado viernes -con la excusa de que se trataba de una actividad para mayores-, el que asistió a la misma fui yo. De modo que participé en una sesión incluida en la iniciativa Te cuento una vida, realizada por su impulsora Verónica Pensosi, bajo el título Mujeres que se atreven: Karen Blixen, Carson McCullers y Marilyn Monroe.
Diré sencillamente que me encantó. Incluso cuesta encontrar calificativos para describir una exposición tan cuidada, entrañable, original, rigurosa, emotiva, sensible, empática, simpática... ¡preciosa! Me gustó tanto que al día siguiente repetí con la segunda propuesta que presentaba: Gala, la musa oscura de Dalí. Igual de hermosa.
Por ello, quiero felicitar a los responsables de la Biblioteca por esta elección y a Verónica Pensosi por su puesta en escena, apuntando en mi agenda de cuentista ese Te cuento una vida para recomendarlo expresamente y disfrutarlo de nuevo en cuanto tenga ocasión.

lunes, 18 de marzo de 2019

"Grito de Mujer" en el MUSAC

Este próximo sábado 23 de marzo, a partir de las seis de la tarde, se celebrará en el Museo de Arte Contemporáneo (MUSAC) de León el IX Festival de Poesía y Arte "Grito de Mujer", organizado y coordinado por la poetisa Edith Fernández García, bajo el lema ¡Grito por mí!
Al igual que en la pasada edición, participaré gustoso en este evento con otra singularidad. Si por entonces lo hacía con un poema palindrómico -aquel titulado Adán, ¿somos o no somos nada?-, en esta ocasión lo haré mediante tres relatos dedicados a otras tantas mujeres que han sido importantes en mi vida: mi abuela, mi madre y una de mis sobrinas.
Así que estáis advertidos. Porque seguimos empeñados en que ese grito -nuestro grito- llegue de nuevo este año muy, pero que muy lejos.

domingo, 17 de marzo de 2019

Mi pequeño campeón

Al final, Manuel pequeño quedó subcampeón individual en su categoría -benjamín masculino- y campeón por equipos en el torneo escolar de ajedrez en el que ha participado durante este último mes.
Me gustó notarle tan ilusionado en los momentos previos, tan concentrado en cada partida, tan respetuoso al ganar, tan sereno al no hacerlo, tan pendiente de sus compañeros... Me alegró verle felicitar sinceramente al primer clasificado, animar con su sonrisa a quien esperaba un mejor resultado, abrazarse a los suyos por haber obtenido el pase a la siguiente fase... Me encantó ese beso que nos dimos tras aquel último punto que resultó decisivo... ¡Sentirle tan feliz!
De regreso a casa, le comenté cierta frase que en su día pronunciara un gran maestro ruso: "Quien mejor juega en un torneo queda en segundo lugar; solo le gana el que tiene más suerte". A lo que él me respondió: "En este campeonato no, papá. Ha vencido el mejor".
Por todo ello, de corazón, felicidades, Manuel pequeño -incluida también nuestra enhorabuena para los entrenadores y el equipo benjamín de tu colegio, Marista San José, de León-... Y como siempre decimos los ajedrecistas, nos seguiremos jugando.

martes, 12 de marzo de 2019

El péndulo familiar

Juan Patricio Lombera es un autor mexicano que escribe a quemarropa, bien sea teatro, libros de relatos o novelas. Por eso, no deja indiferente a sus lectores. Ese ha sido el caso de su última obra, El péndulo familiar (Ediciones Irreverentes), con la que ha ganado el VI Premio de Novela Irreverentes.
En ella conviven dos personas -una abuela llamada Josefina y su nieto Patricio-, dos sociedades -esa repleta de estereotipos del siglo pasado versus la liberal de nuestros días-, dos países -México y España-, dos maneras de afrontar la vida... Y de fondo, una profunda crisis existencial frente a todo un ejemplo de superación.
Alternando capítulos de uno y otro, en sentidos temporales cambiados -del pasado a nuestros días en el caso de la abuela, a la inversa con el joven-, Lombera crea una trama de lo más interesante, apoyándose en hechos y personajes reales de la Revolución Mexicana que confluyen para ambos en los sucesos ocurridos en octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco.
Se trata de una obra intimista, con lenguaje fluido y algunos esbozos autobiográficos, en la que su autor revisa las relaciones familiares para acabar desnudando emocionalmente a cada uno de sus miembros. Y así, les hace humanos en algunas realidades que parecen inhumanas.
Se trata de un péndulo parental, histórico, geográfico, emocional... que nos enmarca ante ciertos hechos sin salida para invitarnos a pensar.
Se trata, como intuía, de una novela de lo más cautivadora ante la que resulta imposible mostrarse indiferente.

lunes, 11 de marzo de 2019

Mi pequeño ajedrecista

Coincidiendo con mis estudios de BUP, el destino quiso que fuera monitor de ajedrez en el mismo centro en el que había cursado la EGB: el Colegio Jerónimo Zurita, de Zaragoza. Durante varios años expliqué a sus alumnos las aperturas y finales de este apasionante juego, habiendo conseguido entonces a nivel escolar un campeonato provincial por equipos en categoría alevín.
Durante mi época universitaria, participé en la fundación del Club Ajedrez Enroque, de la capital aragonesa, siguiendo allí con mis tareas de formación a los más jóvenes y participando de paso en algunos torneos. No en vano, recuerdo haber sido subcampeón universitario, tras firmar unas tablas en aquella final en la que partía desde una posición claramente ventajosa.
Mi primer trabajo como médico fue en una residencia para personas mayores. Allí introduje también este arte del tablero entre sus usuarios, llegando incluso a publicar un artículo científico en la prestigiosa revista Geriátrika a propósito de los beneficios que obtuvimos con dicha intervención.
Mi pequeño Manuel es por ahora mi último alumno. A sus tres años ya distinguía las piezas que lo componen. Y aun cuando tardamos algo en asimilar los saltos de esos caballos, ha ido progresando de manera positiva.
Con esta entrada quisiera felicitarle por ello, por su ilusión, por divertirse entre gambitos de dama, por saber ganar, por saber perder, por hacérmelo pasar tan bien. Y de paso, por los brillantes resultados que viene obteniendo en el actual campeonato escolar, categoría benjamín, organizado desde las Escuelas Municipales Deportivas del Ayuntamiento de León. A falta de una jornada, él está ahí, entre los primeros, con opciones de todo... Si bien, lo más importante -con independencia del resultado de esas dos últimas partidas-, es que siga disfrutando mientras juega. A fin de cuentas, como dijera el maestro Saudin Robovic, "el Ajedrez es una manera excelente de que los niños aprendan a autoestimarse".

sábado, 9 de marzo de 2019

Presentando a Juan Patricio Lombera

Este próximo viernes 15 de marzo, a partir de las 20:00 horas, en la Biblioteca Pública de León (C/ Santa Nonia 5), tendré el honor de acompañar al escritor mexicano Juan Patricio Lombera, con motivo del acto de presentación de su obra El péndulo familiar (Ediciones Irreverentes), recientemente galardonada con el VI Premio Irreverentes de Novela.
Si hace ahora diez años era él quien me acompañaba en la Casa del Libro de Madrid durante aquella puesta de largo de Mi planeta de chocolate, en esta ocasión me toca a mí ejercer de anfitrión. Y lo haré gustoso, a sabiendas de su carisma personal, de nuestra amistad y de esa novela tan jugosa con la que llega a León.
El péndulo familiar de Juan Patricio Lombera.
Si puedes venir, no te lo puedes perder.

jueves, 7 de marzo de 2019

En el Carnaval de La Bañeza

Aun cuando ya estemos en tiempo de Cuaresma, no quiero que se escape la ocasión de ratificar lo mucho que disfrutamos en el pasado Carnaval de La Bañeza. Una Fiesta de Interés Turístico Nacional que viven con ilusión todos los habitantes de este municipio leonés.
Además de cien comparsas repletas de trombones, ese ambiente colorista y tantísimo buen humor, allí encontramos personajes de lo más sofisticados: el sombrerero loco de Alicia en el país de las maravillas, los exploradores de esa Vuelta al mundo en ochenta días, mil vikingos llegados de los confines de nuestro planeta, la mismísima Bruja Avería... Entre todos convirtieron un desfile bajo amenaza de lluvia a mares en una celebración la mar de divertida.
Y es que yo también estoy convencido: si el Carnaval no existiera, los bañezanos lo inventarían.

domingo, 3 de marzo de 2019

Mi yo palindrómico

En este confesionario que constituye mi blog, últimamente me acuso de escribir menos de lo que me gustaría y -aunque nunca lo hiciera en exceso- de haber dejado de participar en alguno de los miles de concursos literarios que se convocan. Sin embargo, hay algunos de un género muy especial a los que me asomo siempre que puedo: los de palíndromos; esas frases capicúas que se leen igual de izquierda a derecha que a la inversa.
Organizados habitualmente por el Movimiento Literario Palindrómico REVER y el Club Palindromista Internacional, presumo con simpatía de haber participado entre otros en la III Copa del Mundo de Palíndromos REVER o en el último IX Premio Internacional de Literatura Palindrómica REVER 2019.
En el VIII Festival Internacional de Poesía y Arte "Grito de Mujer" -celebrado en León el pasado año- presenté un poema simétrico titulado Adán, ¿somos o no somos nada?, en la segunda parte de mis Catorce lunas llenas uno de sus protagonismos será otro aficionado a los palíndromos, mi seudónimo como concursante suele ser la ciudad belga de Ellemelle, e incluso en Wikipedia se han enterado literalmente de que "cultivo el género del palíndromo".
Sea como fuere, se trata de una forma de escribir que me ilusiona. A fin de cuentas, como consta en una de mis composiciones: Soñad sol, aroma. Sedle oído a la luna... ¡Y anúlala! Odio el desamor a los daños. Porque sé verla al revés. O si no, que le una Manuel.

viernes, 1 de marzo de 2019

El barbero de Sevilla

Ciertamente, este miércoles tenía razones de peso para asistir al Auditorio Ciudad de León. Por un lado, se representaba una zarzuela tan amena como divertida: El barbero de Sevilla, a cargo del Taller Lírico del Conservatorio de León, con música de la Orquesta Juventudes Musicales-ULE y del Conservatorio Profesional de Música de León, bajo la dirección artística de Marta Arce y Elisa Rapado, y la dirección musical de Luis Martínez García de Longoria. Por otro, se trataba de un evento solidario a favor de Manos Unidas, ONG que conozco bien y con la que hemos colaborado en distintas ocasiones.
Confirmo que lo pasamos genial durante toda la obra, con una puesta en escena muy cuidada y una interpretación sencillamente maravillosa. Aun cuando por su gracia y por su voz -además de por esa amistad añadida que nos une a ellos- me emocioné con la soprano Noelia Álvarez Blanco y el tenor Alfonso Salas, quisiera felicitar de corazón a toda la compañía, incluyendo por supuesto a cada músico de su orquesta. Por ese trabajo, por tanta solidaridad y por esa gran noche que al público que abarrotó el Auditorio nos hicisteis pasar.