martes, 28 de abril de 2009

El idioma del amor

El maestro diserta ante sus discípulos sobre el Amor.
- ¿Cuál es su forma? -pregunta el más aventajado.
Depende del tipo que sea. El más difícil tiene diseño triangular. ¡Qué paradoja cuando al corazón se accede por tres puertas!
El egoísmo se hizo impermeable en un solo punto; el centro del universo sobre el que gira mi mundo.
Al amor imposible lo representan dos líneas paralelas; un quiero y no puedo unidos en el infinito.
El de familia asienta sobre la pirámide. Sólida, de base consolidada. Un amor pasional recuerda al cuadrado: armonioso con recovecos. No creo en lo que nace del instinto, porque todo lo instintivo muere.
Y el perfecto, con sus mil imperfecciones, se dibuja en una esfera. ¿Por qué no será siempre redondo?
- Maestro -plantea otro de los alumnos-, ¿cuál es su tonalidad?
Amores y colores comparten arco iris.
El primero en la vida luce verde, derramando esperanza, urgencias, curiosidad. Su magia radica en que nunca tendrá fin; ¿o sí? Muchos llegan sin querer, conjugando penas y alegrías; se recuerda con cariño.
Los hay rojos, teñidos por la pasión, entregando su alma en cada beso. Dos amantes a solas, sin olvidos ni memoria.
Amarillo para el más bello: la amistad. Ese otro yo que me quiere por lo que soy.
Gris para los cobardes, aun cuando nunca lleguen a ser verdaderos. Tampoco lo merecen. Siento su desliz como alfileres.
Y así, uno a uno, reparten tonalidades.
- Maestro -propone el más bisoño de los aprendices-, ¿en qué idioma habla el Amor?
En eso hay menos dudas. Con independencia del tipo que sea, su lenguaje resulta universal: el del corazón de las personas. Para sentirlo no hay que ir más lejos; ese camino y esas alforjas los tenemos todos.
Amar es una metáfora del diccionario, la mejor manera de viajar. Y lo más importante: sin necesidad de traductores.

Nota: Relato incluido en mi libro "Cartas para un país sin magia".

sábado, 25 de abril de 2009

Reseña en "Bierzo 7"

Después de lo bien que lo pasamos en Calahorra visitando su casco histórico, degustando la feria de la verdura, compartiendo cuentos... Y tras un Día del Libro soleado, con muchísimo público y un montón de firmas de Mi planeta de chocolate, encuentro en el semanario Bierzo 7 la siguiente reseña sobre mi libro, realizada por una escritora llena de sensibilidad: Cristina Pastrana.

Cuando Hernán Cortés trajo el chocolate a España se creía que tenía propiedades curativas. La gente de aquella época no estaba equivocada porque está demostrado que es un antídoto contra la depresión, el estrés y la ansiedad. Una cura del alma que nos ayuda a digerir la vida.
Manuel Cortés Blanco, médico, psicólogo y escritor, en su obra "Mi planeta de chocolate", nos relata las vivencias de un huérfano que durante la Guerra Civil Española, al igual que otros muchos, emigra a América. Todas las dificultades que se le cruzan en su caminar son pequeñas comparadas con la ilusión que guía sus pasos. Empeñado en realizar sus sueños se abre camino contra viento y marea.
Está escrito que no podemos elegir lo que nos acontece en la vida, pero sí decidir lo que hacemos con lo que nos pasa. La lucha por sobrevivir y la búsqueda de la felicidad están presentes en el alma de un niño que enciende todas las luces y no se amilana por nada. La extraordinaria sensibilidad del escritor al abrirnos su alma nos hace retornar a la infancia que, a fin de cuentas, es la patria de todo ser humano.
El tiempo es una tragedia para los que esperan. La fe no consiste en creer, sino en experimentar. Reprimir un sentimiento no produce otro efecto que multiplicarlo. El rencor es un país extranjero... Todos estos mensajes, lecciones de vida que sirven para cualquier hombre, podemos encontrarlos en este libro entrañable. Pero existe una máxima que encarna Benito, el protagonista, y que constituye el billete de esperanza e ilusión para seguir caminando, un consejo que nos recomienda encarecidamente el autor: "cuando tengas que elegir, elige la opción que lleve chocolate".

Mil gracias, Cristina, por tus palabras. Y como siempre digo, nos seguiremos leyendo.

domingo, 19 de abril de 2009

2x1 en la Semana del Libro

Antes de informaros de los actos literarios en los que participaré en esta Semana del Libro que mañana comienza, apunto otra curiosidad de la cocina sueca: la reiterada preparación de alimentos en forma esférica. Y así, las albóndigas, los buñuelos, las pelotillas de col rellenas con carne, sus dulces en bola, etc. acostumbran a compartir protagonismo con los ahumados.
Dicho esto, tomad nota:
1.- Miércoles 22 de abril, 20 horas. Presentación del libro "Mi planeta de chocolate" y sesión de cuentacuentos para jóvenes y adultos en la Librería Caprichos, de Calahorra (La Rioja), sita en Avda. del Pilar 1 de esta localidad.
2.- Jueves 23 de abril, con motivo de la celebración del Día del Libro, firma de ejemplares de mis obras "Cartas para un país sin magia" y "Mi planeta de chocolate" en el stand de la Librería Albareda, ubicado en Paseo de la Independencia, Zaragoza.
Como siempre, estáis todos invitados.

jueves, 16 de abril de 2009

Del síndrome de Estocolmo y otras historias

Esa reacción psicólogica en la que un secuestrado desarrolla un nexo afectivo con su secuestrador se conoce con el nombre de síndrome de Estocolmo. Dicha expresión proviene del año 1973, cuando unos ladrones atracaron el banco Kreditbanken de la capital sueca. En el asalto mantuvieron retenidos a un grupo de rehenes que paradójicamente, al ser liberados casi una semana después, defendieron a los delincuentes negándose a colaborar en el proceso judicial posterior.
Gracias a mi amiga Ingrid, he descubierto también lo que significa por ahí arriba hacerse el español. Esta expresión, más propia de Noruega, significa optar por la opción más fácil aunque no sea la correcta. Su equivalente en nuestro idioma sería hacer la pirula y proviene del ámbito marítimo, cuando los navegantes amarraban sus velas con un nudo especial, más práctico pero menos resistente que los otros, llamado nudo español.
Y allí, desde la Capital Verde Europea para el año 2010 he soñado con la posibilidad de que Zaragoza sea Capital Cultural Europea en el 2016.
En ese sentido, esta misma mañana en la Plaza del Pilar, el Ayuntamiento ha realizado un acto de apertura de la campaña "Da tu palabra por Zaragoza" a fin de promocionar su candidatura. Desde ese momento y durante dos años se llevará a cabo la entrega ciudadana de libros para crear bibliotecas populares en distintos lugares del mundo. En este acto inicial diferentes personalidades de la vida pública de la ciudad han donado los primeros ejemplares. La Asociación Aragonesa de Escritores, a la que pertenezco, lo hizo a través de su presidente.
Y así, entre Estocolmo, Noruega y Zaragoza las cosas siguen pasando.
Entre tanto, nosotros, nos seguiremos leyendo.

domingo, 12 de abril de 2009

Haciéndome el sueco

De vuelta a casa con la mochila llena de recuerdos: la hospitalidad de Carmen y Jim, el encanto de cada museo, ese sol del norte en nuestras fotos. Estocolmo es una ciudad mágica y, por supuesto, plagada de historias. Entre otras, una que siempre me interesó: ¿de dónde procede la expresión hacerse el sueco (según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, "desentenderse de algo, fingir que no se entiende")?
Para algunos deriva del término soccus, especie de pantufla que utilizaban los comediantes, quienes se mostraban torpes y despistados en sus actuaciones a fin de desatar las risas del público.
Otros se remontan a tiempos de Napoleón, cuando el emperador solicitó ayuda al rey de Suecia de cara a su campaña en Rusia. Éste no quería aliarse con el ejército galo pero tampoco pretendía desairarle, de manera que forjó la siguiente estrategia: alegando desconocimiento del idioma francés, sus diplomáticos dilataron las negociaciones, solicitando mil y una traducciones, hasta conseguir que el corso desistiera de tal alianza.
Una tercera versión nos lleva aún más lejos: a la Guerra de los Treinta Años, donde las diferencias religiosas enfrentaron a Suecia y España. Se dice que al no entender la lengua castellana, los soldados suecos se mostraban distraidos e indiferentes ante los interrogatorios de los españoles. Finalmente, ante esa actitud, eran liberados. Esta feliz consecuencia sería aprovechada por prisioneros de otros países que se hacían pasar por suecos para conseguir su libertad.
Y la última, no por ello menos cierta, data del siglo XIX cuando las relaciones entre España e Inglaterra pasaban por sus peores momentos. Por aquel entonces el vino de Jerez era muy apreciado en este país. De ahí que muchos mercaderes ingleses atracaran en los puertos gaditanos ondeando banderas suecas para pasar desapercibidos y evitar así problemas con el suministro.
Por cierto... En los países escandinavos hay otra expresión referida a hacerse el español. ¿De dónde procederá?

sábado, 4 de abril de 2009

Estocolmo

Llegan unos días de vacaciones. Siempre merecidos, siempre oportunos.
Mañana volamos a Estocolmo, donde pasaremos esta semana junto a nuestros amigos Carmen y Jim. Visitaremos el Museo Vasa, el Skansen, el Ayuntamiento, el Cosmonova, el Palacio Real... Y por supuesto el café Olé Olé donde se juntan tantos y tantos españoles.
Allí, además de compartir cena y dejarles una bufanda de mi Real Zaragoza (su colección de prendas de equipos de fútbol resulta célebre en la ciudad), es posible que hagamos alguna sesión de cuentacuentos entre amigos.
Anuncian fríos por ahí arriba... No importa. El calor lo pondremos nosotros.