domingo, 29 de mayo de 2016

99 palabras

Ni una más. Sé que es misión imposible. Necesitaría miles para compartir cada historia que viaja entre mis vagones. La del joven tímido que encuentra refugio en cualquier novela... La de esa chica que le enamora, mezclando sonrisas con mensajes de móvil... La de aquel jubilado que no para... La del parado que sueña... La de un soñador despierto... La de esa actriz aficionada que interpreta cada día sin saberlo el papel de su vida...
No quisiera olvidar ninguna, pero tampoco tengo palabras.
¡Qué lástima! Porque siendo como soy el fantasma de este cercanías, podría contarles todas.

Nota: Relato titulado 99 palabras con el que he obtenido el primer premio en el X Certamen de Relatos Breves "Un tren, un viaje, una historia...", organizado por RENFE-Cercanías de Madrid.

lunes, 23 de mayo de 2016

Primer Premio del X Certamen de Relatos "Un tren, un viaje, una historia..."

La Dirección de Cercanías de Madrid me ha comunicado esta mañana que mi historia titulada 99 Palabras ha obtenido el Primer Premio del X Certamen de Relatos Breves Un tren, un viaje, una historia... El próximo 3 de junio se llevará a cabo un evento en los salones del Museo del Ferrocarril para hacer entrega de los premios y diplomas.
Ese primer premio incluye un viaje a Lisboa, precisamente una de mis ciudades favoritas. Quizá por casualidad, a la capital lusa dediqué recientemente otro de mis relatos (Cuando la respuesta es un puerto seguro, incluida en la antología Lisboa publicada por MAR Editor), en el que precisamente una pareja de enamorados la visitaba con motivo de otro galardón. A veces la Literatura se parece demasiado a nuestras Vidas.
Estoy contento; mil gracias por permitirme compartirlo.

jueves, 19 de mayo de 2016

Presentando a Manuel Martínez González

Desde hoy jueves 19 hasta el domingo 22 de mayo, en los aledaños de la Casa de Botines, va a celebrarse la XXXIX Feria del Libro de León. Debido a los tiempos que corren, será una de las ediciones más cortas de su historia. No obstante, y al igual que esos frasquitos que concentran fragancias, estoy convencido de que mantendrá un nivel alto de calidad.
Mi participación este año será breve pero entrañable. A las siete de la tarde del próximo viernes 20, en un marco tan privilegiado como el Patio de la Diputación -en el interior del Palacio de los Guzmanes-, tendré el gusto de presentar a un escritor del que seguro se hablará mucho: Manuel Martínez González, autor de la novela Familiaris.
Además de libros, amistad y amor por la Literatura, con Manuel Martínez he compartido autoría en dos proyectos literarios de lo más interesantes: la publicación Estampas de mayores: un viaje por la memoria (editada por el Ayuntamiento de León) y una antología de relatos próxima a publicarse titulada Valladolid (MAR Editor). De su novela, leída y releída, ya hice la merecida reseña. Y sobre el autor, os invito a conocerle en persona este próximo viernes, o a través de la narrativa de su blog: https://vaguedadesilusorias.wordpress.com/
Como viene siendo habitual, tras el acto de presentación Manuel Martínez procederá a la firma de ejemplares de su obra.
Feliz Feria para todos; utilizando el argot artístico, que haya mucha mierda... Y, como diría cualquier librero castizo, que el tiempo nos acompañe.

miércoles, 18 de mayo de 2016

Días impares

Hacía tiempo que no reseñaba ningún libro. Concretamente desde que cierto autor malinterpretó una crítica mía -o mejor dicho, dos líneas de entre casi cuarenta a propósito de su novela- y me respondió consternado mediante un email.
- ¿Acaso tú lo habrías escrito mejor?
Siempre dije que si camino por este universo de la Literatura es para disfrutar. No pretendo dinero (¡tampoco es que lo haya!), fama ni cualquier otro detalle que pudiera cambiar la vida que llevo. Me siento sobradamente pagado con lo que hago, ante alguna sonrisa que despierto y entre tantas personas conocidas. Sin embargo, tampoco quisiera herir sensibilidades ni generarme enemigos, opinando por demás sobre los libros que leo.
Quizá por ello, últimamente solo reseño aquellas obras que me gustan, y en especial si las ha ideado un amigo. Este es el caso de Días impares (LápizCero Ediciones), una colección de relatos y poemas que me encantan, tejidos por mi amiga Mercedes G. Rojo.
Con un estilo tan intimista como cuidado, y sin olvidar ese espíritu crítico que le caracteriza, su autora pone a prueba con ellos cada uno de nuestros sentimientos. Y así, a modo de trilogía, divide este legado en tres títulos que constituyen toda una declaración de intenciones: sensaciones, tragedia e intimidad.
En Días impares se nos habla de amores que otoñan y de miedos, de los refugiados, de mi luna llena, de ese mar que te llama, de tu primavera. Descubrimos rimas sencillas para asuntos complejos, historias particulares que podrían ser de todos. Porque como Marifé Santiago sintetiza en su prólogo, "una mujer ha aceptado la solemne tarea de escribir su alma". Conociendo a Mercedes G. Rojo, no podía ser de otra manera. Y por eso, yo os invito expresamente a que disfrutéis de su lectura.

lunes, 16 de mayo de 2016

En las Jornadas Municipales para Mayores

Esta misma tarde, en el Salón de los Reyes del Ayuntamiento de León, se han inaugurado las Jornadas Municipales para Mayores 2016, que se desarrollarán en la capital leonesa durante los próximos diez días. Ha sido un acto formal para presentar las actividades propuestas, así como la publicación Estampas de Mayores, "Un viaje por la memoria", en el que junto a otros escritores amigos he tenido el honor de participar con el siguiente relato, titulado Una historia de amor.
Desde este espacio abierto a cualquier iniciativa, deseo mucho éxito para esas Jornadas... Y aunque sea solo un poco, que también os guste mi aportación.

"Se conocieron en verano, durante un curso de pintura. Fue amor a primera vista. Aun cuando ambos intentaron disimularlo, era evidente que algo sucedía. Estando juntos, a él le temblaba la voz; ella aún se ruboriza. Él le pasó unos versos por debajo de la mesa; ella lo comentó con su amiga. El último día de clase coinciden en los pasillos. Él la buscó con disimulo; ella se dejó encontrar. Prolongaron su charla en aquella cafetería. Nunca antes habían estado a solas. Él se abrió de corazón: “Te quiero”. Ella se cerró en banda: los suyos jamás lo consentirían. Compartieron paseos de otoño, alguna película en domingo. Hablaron. Saben que toda atracción te la juegas en las emociones; el resultado final, en la comunicación. Se regalan un beso, diez cartas, mil sonrisas. Para él, faltaría una pizca de pasión; para ella, nada sobra de tantísima ternura.
Hasta que un familiar indiscreto leyó cierto mensaje que no debía.
- ¿Sabéis quién tiene novio?
Se hizo el invierno.
Ella apenas sale de su habitación, apagando luces, teléfonos, alegrías; él apenas entra en casa, rondando espacios comunes con la esperanza encendida.
Hasta que una tarde volvieron a verse, coincidiendo con la primavera. Él le pidió que se quedara; ella pensó que nunca se lo pediría. ¡Qué importa si parece imposible, si son demasiado mayores, si él es viudo con nietos y ella soltera de toda la vida! Entonces, solo entonces, deciden vivir su historia de amor. Tan igual a todas… Tan extraordinariamente distinta".

sábado, 14 de mayo de 2016

Feliz Cuento Cuentos Contigo

Cuento Cuentos Contigo es mucho más que un espacio para autores de narrativa, donde compartir textos cortos y artículos de interés. Son encuentros entrañables capitaneados por la escritora Flor Méndez, en los que en torno a distintos cuentos se conmemora una fiesta de la Literatura.
Ayer por la tarde, en la cafetería Varsovia de León, Cuento Cuentos Contigo celebró su primer cumpleaños. Un aniversario de lo más cuidado, en torno al cual -además de todos sus amigos- nos reunimos entre otros la artista Charo Acera con sus acuarelas, el grupo Colyfolk con su música tradicional y los cuentacuentos Marian Carracedo, Emma SanVa, Manolo Ferrero y yo, con nuestras historias.
Hubo tarta con vela, mil sorpresas, esa canción del cumpleaños feliz, fotos de recuerdo, muchos regalos... El mío, otra vuelta al mundo a través de la palabra, compartiendo un relato de cada continente.
Felicidades de corazón para todos los amigos de Cuento Cuentos Contigo, mil gracias por haberme invitado a esta fantástica fiesta y un honor haber completado cartel con autores de la categoría de los citados. Desde mis cuentos, brindo por muchos años... por muchísimas historias más.

martes, 10 de mayo de 2016

Mi primer día de guardería

Hoy he pasado mi primer día en la guardería. Lo admito: he llorado mucho, muchísimo. Tal vez porque no me lo esperaba. Cierto es que mamá me despertó con más prisas y menos paciencia para tomar el biberón nuestro de cada día –ella está convencida de que para comerse el mundo hay que salir de casa muy bien desayunado-. Sin embargo, hasta que no puso mi mantita sobre el jersey, salimos a la calle tan temprano y me depositó en brazos de aquella monitora de la que nada sabía, no pensé que me abandonaba para siempre.
Dentro del recinto, la situación empeoró. Descubrí que la puerta de entrada se ve muy ancha, si bien la de salida es tremendamente estrecha… Y que sus ventanas permanecen cerradas para que no se escape un gramo de nuestra ingenuidad. Sus habitantes son una suma incierta de destinos y personalidades que se rigen por un sistema binario: las cosas ocurren una o ninguna vez. Por eso unos ríen, otros lloran, alguno grita y la mayoría sencillamente está. Los hay quien juega de continuo, quien lo hace solo con sus normas, quien nunca juega a nada... Si peleas de mentira, no importa: un héroe no es nadie sin sus enemigos. Y tampoco pasa nada si haces trampas, mientras pongas cara de inocente. En definitiva, una legión de niños con batas de cuadros rojos a los que comprendo perfectamente porque a ellos –como a mí- también les dejó su mamá.

Nota: Párrafo perteneciente al relato titulado El más ruin de los ratones, incluido en mi libro Nanas para un Principito.

lunes, 9 de mayo de 2016

¿Qué hacemos con la abuela?

Desde el formato breve con escenas de apenas cinco minutos, hasta funciones interactivas con su público, lo cierto es que últimamente estoy descubriendo nuevas formas de teatro. Así, este pasado sábado asistí en el Teatro Albéitar de León a la representación de otra modalidad: una pieza de teatro foro sobre el Alzheimer, titulada ¿Qué hacemos con la abuela?, a cargo de la compañía Cross Border.
El teatro foro es una variante teatral creada en su día por Augusto Boal, que permite que a lo largo de la obra el espectador pueda ejercer tanto de actor como de ciudadano. De manera que tras la representación programada de alguna pieza sigue esa misma representación con la posibilidad de que el público asistente pueda detenerla, criticarla abiertamente, sugerir una nueva trama e incluso sustituir al actor de cartel.
En mi opinión, el guión de ¿Qué hacemos con la abuela? resulta sencillo, tal vez por cotidiano. Cualquiera de nosotros podría verse reflejado en él. Precisamente en ello reside el éxito del formato posterior, pues facilitó que en la segunda representación todos los asistentes participáramos en su desarrollo. En esta hubo críticas sociales, prejuicios aireados, reflexiones, muchas risas, actrices y actores espontáneos que estuvieron tan brillantes como los originales... Sin duda, de lo más recomendable.
Quizá desde mi condición de preventivista, existe otra faceta que vislumbro en este trabajo de Cross Border: su inmenso potencial educativo. Estoy convencido de que ese teatro foro sería una forma extraordinaria para abordar en su propia aula los problemas y valores de nuestros jóvenes... Y también, por qué no, el de cualquier otro colectivo. Solo es cuestión de que quieran actuar.

jueves, 5 de mayo de 2016

Mi yo periodista

La de periodista ha sido de siempre una profesión que me fascina. Sé que la libertad de prensa es uno de los mejores indicadores de la Libertad de cualquier país, que muchos reporteros se juegan la vida en el ejercicio de su misión, que en ocasiones son víctimas de esa tiranía consistente en matar al mensajero. Por eso la respeto tanto. Y por ello me alegré enormemente cuando mi sobrina optó por estudiar esa carrera.
No obstante, hay algo que en ocasiones echo de menos: más rigor informativo. Recientemente ha trascendido a la prensa una información banal relacionada con mi trabajo, en la que algunos de los datos que se publicaron -además de generar una alarma absolutamente innecesaria- no estaban contrastados y eran opuestos a nuestra actuación. Al exigir una rectificación por escrito, el asunto no mejoró. Y es que textualmente dijeron que "en contra de lo publicado, no se precisó de ningún tipo de intervención quirúrgica". ¡Sí, pusieron el adjetivo quirúrgica, tratándose de un proceso meramente médico y sin que nadie les hubiera nombrado esa palabra!
Esta situación recuerda a esa vivencia que tuve tras una rueda de prensa, con motivo de la publicación de mi novela Mi planeta de chocolate. A fin de aclarar qué había sucedido con aquellos niños de Morelia, que se vieron obligados por la guerra a viajar de España a México, en un momento de la misma manifesté literalmente que "Franco, a principios de los años cuarenta, se dirigió al presidente Cárdenas ofreciéndole la posibilidad de que aquellos pequeños pudieran regresar a España con sus familias de origen". Al leer la reseña al día siguiente en dos diarios ideológicamente opuestos, comprobé que en cada uno de ellos alguien había añadido una cita. En el primero introdujeron la expresión "con fines propagandísticos"; en el segundo escribieron "con fines humanitarios". Puedo asegurar que yo no afirmé ni lo uno ni lo otro. Los adjetivos son siempre subjetivos; por eso acostumbro a usar solo sustantivos.
Al curso que viene, mi sobrina terminará su carrera y alcanzará ese ansiado título de licenciada en Periodismo. Ese día, si me permite un consejo, yo le regalaré este: "Trabajes en el medio que trabajes, contrasta siempre tu información y mide las consecuencias de la misma. Deshecha las fuentes que no sean de fiar. Y cuando des una noticia, evita calificativos personales. Quizá no te quede tan bonita, pero sin duda resultará más veraz".

miércoles, 4 de mayo de 2016

La cola de los pobres

Entre tanto, los murmullos se hacen gritos y la urbe despereza. Hay una postal en cada esquina para miles de habitantes divididos por sus vicios: unos en el círculo de los perfectos, otros en la fila de los pecadores. A su lado, fábricas de amianto, palacios sobre piedra, almas con guantes de lana. En efecto: guantes, gorros, rebecas y bufandas de pura lana virgen. Sin remiendos, contra los sabañones. Que aun siendo primavera, el rocío se sigue congelando.
Lejos quedan las penurias oficiales, tanta cartilla de racionamiento, la saliva contenida ante una pastelería. Detrás de una necesidad acampa siempre un derecho. Quizá por eso, hace tiempo que en España nadie se muere de hambre. Una sensación mil veces peor que la del frío, pues no la cura el buen tiempo. Sin embargo algunos, tal vez demasiados, lo siguen sintiendo en sus entrañas.
No en vano, las bromas gastronómicas sacuden los mercadillos, parafraseando con ironía cada programa de la televisión. A los filetes de ternera les apodan Los intocables, ya que al precio que está el kilo no hay paladar que los cate. A la merluza, por su escasez y señorío, Reina por un día. Y al pollo, tan socorrido en tiempos de crisis, el Telediario, pues al fin y al cabo nunca nos fallará.
Los comedores sociales sobreviven al amparo de una legión de monjitas que doctoran sus normas a base de refranes: La comida reposada y la cena paseada... Después de la leche, nada eches... De la mano a la boca se pierde la sopa...Y sin duda, el más acertado: A falta de faisán, qué bien nos sienta el pan.
Quien sabe cómo vivir, sabe vivirlo todo.   

Nota: Párrafo perteneciente al capítulo titulado La cola de los pobres, incluido en mi novela Siete paraguas al sol.

lunes, 2 de mayo de 2016

Grabando "ADN Aragonés"

Este fin de semana tanto mi familia como yo hemos estado acompañados en León por un equipo de grabación del programa de la Televisión Aragonesa ADN Aragonés, una especie de Aragoneses por España. Junto a Laura -reportera- y Fran -cámara- hemos compartido un día de nuestra vida en la capital leonesa, dejando constancia de mi origen mañico. Visitamos la Catedral, su Palacio de Botines, ese Museo de Arte Contemporáneo que nunca deja de sorprender... Recorrimos la calle Ancha, los aledaños de la muralla, aquella plaza del Grano, nuestro rincón preferido donde comprar cecina... Contamos un cuento en el Festival Mundo Ético, charlé con el genial dibujante Lolo, degustamos tapas en el Barrio Húmedo, nos juntamos con los amigos... Y hablamos de aquella infancia en el barrio de la Química, de esos veranos en Osera de Ebro, de tanta pasión zaragocista, de mis raíces.
Con independencia de cuál sea el resultado final, ha resultado una experiencia estupenda en la que hasta el tiempo nos ha acompañado. Prometo avisaros del día de su emisión.