martes, 26 de octubre de 2010

Anunciando un cuentacuentos

Esta tarde a las 18:30 horas, organizada por la Asociación de Alumnos de la Universidad de la Experiencia, participaré en una sesión de cuentacuentos titulada Cuentos del mundo a celebrar en el Paraninfo del Centro de Idiomas de la Universidad de León (Jardín de San Francisco s/n, León). Dicha sesión está basada en los viajes y relatos recogidos en mi libro Cartas para un país sin magia, haciendo referencia a las características de la narración oral en cuatro lugares del mundo: África subsahariana (a través de mis vivencias en Benin), Europa del Este (antigua Yugoslavia), Iberoamérica (Perú) y Oriente Medio (Afganistán). En ella compartiré leyendas autóctonas, relatos versionados por clásicos del género como Leon Tolstoi. Paulo Coelho o Jorge Bucay y, por supuesto, algunos cuentos míos. Es probable que en noviembre repita sesión en Madrid, de lo que avisaría con la debida antelación.
Entre tanto seguiré escribiendo. Y es que, parafraseando al uruguayo Juan Carlos Onetti, no conozco otra manera de saber cómo terminan mis historias.

viernes, 22 de octubre de 2010

Conjugando mis verbos

Antes de escaparnos de fin de semana quisiera conjugar alguno de mis verbos favoritos junto a todos vosotros:
Felicitar... al escritor de literatura infantil y juvenil Fernando Lalana por haber sido galardonado recientemente con el Premio Cervantes Chico. Admitir que aun cuando tuve el gusto de presentarle en las Jornadas Literarias "¡Qué te cuento!", celebradas el año pasado en Zaragoza, ya le conocía a través de mis sobrinos. Unos lectores de lo más exigentes, por lo que me consta que el premio ha sido merecido. Mi más sincera enhorabuena.
Agradecer... a Julia Duce, administradora del portal literario Ábretelibro, la entrada de su blog a propósito de mi presencia en la Feria del Libro de Frankfurt.
Saludar... a los seguidores de este blog (compartiendo que tenemos una media cercana a las 100 visitas diarias) y en especial a mi sobrina Mariela, quien lo lee desde Estados Unidos.
Y por supuesto Escribir... anticipándoos unas líneas del que será mi próximo libro. Deseo que os gusten.

De entre todos los dones y talentos que tiene el ser humano, me quedo con su capacidad de elección. Y ejercida en libertad prefiero renacer a resignarme, actuar que aplazar. Elijo no atarme a las cosas; ni siquiera a los lugares, aún menos a las personas. Estar contigo no porque te quiero o porque me quieras, sino precisamente por no haber un porqué. No renunciar nunca al verbo asombrarse, a la palabra sorpresa, al adjetivo conmovedor. Sentirme ladrón de besos, perdedor de miedos, un llorón de alegría. Elijo sonreír sin motivo, tomar café acompañado, romper con la rutina, escuchar hasta el final; incluso perder la felicidad mil veces para volver a encontrarla sólo una. No decir "si lo consigo" sino "cuando lo consiga".
En definitiva, elijo vivir.

miércoles, 20 de octubre de 2010

"A mis hijos", de Pilar Moros

En estos tiempos de crisis somos muchos los escritores que hemos optado por donar a una ONG (en mi caso Aldeas Infantiles SOS) cuanto pudiera correspondernos por los derechos de autor de nuestra obra. Aun cuando sea una decisión no siempre comprendida, estoy contento por ello.
Me alegra también saber que son varios los amigos que han apostado por esta opción, como Mercedes Pinto con su entrañable relato La caja mágica, Fernando Fernández Gil, coordinador del proyecto solidario Los Argonautas… Y más recientemente la psicóloga clínica Pilar Moros, quien cederá los derechos de autor de su último libro a la Fundación Juan Rioseras, dedicada a ayudar a jóvenes pertenecientes a familias desestructuradas. El libro se titula A mis hijos, cómo afrontamos su muerte, y se presentará el próximo viernes 22 de octubre, a las 19:30 horas, en la Biblioteca de Aragón, ubicada en la calle Doctor Cerrada de Zaragoza.
A Pilar la conocí con motivo de un trabajo sobre el uso del cuento en la transmisión de valores para el adolescente, que acabamos presentando en marzo al XX Symposium Nacional de Pediatría Social. Nos dieron un premio a la mejor comunicación, si bien el verdadero premio estuvo en compartir aquella experiencia.
A través de sus páginas Pilar nos ofrece testimonios de sus pacientes mostrándonos cómo afrontan la pérdida irreparable de sus hijos, aprendiendo día a día a vivir sin ellos. En su lectura reflejan un profundo dolor, constatándose como los sentimientos de muerte se van transformando en comprensión, aceptación, esperanza, perdón… Y es que, como ella mismo dice, el amor que une dos almas no deja espacio para el vacío convirtiéndose en el amor inextinguible que trasciende a la muerte y nos retorna a la vida.

sábado, 16 de octubre de 2010

Un carrito lleno de recuerdos

Además de la más importante del mundo, la Feria del Libro de Frankfurt presume de ser la más antigua, datando sus orígenes del siglo XV, cuando Johannes Gutemberg inventó la imprenta a pocos kilómetros de la ciudad. En las 62 ediciones de su era moderna la Feria ha crecido de manera exponencial, presentando un balance de vértigo: casi 7.000 expositores de más de cien países, cerca de 300.000 visitantes, unos 12.500 periodistas acreditados, 1.300 traductores, en torno a 3.000 eventos… Sin embargo, al margen de las cifras, lo mejor de mi visita estuvo en su lado humano.
Como he venido expresando en los distintos medios con los que colaboro, me encantó la ilusión mostrada por la delegación de Argentina, desde su condición de país invitado de honor. De allí vinieron más de 60 escritores, una nutrida representación editorial, aproximadamente 300 actos, una sesión de tango… Siempre cuidando los detalles para que todo saliera bien. En sus tertulias literarias abordamos muchos temas: la Literatura en tiempos de su dictadura, la actualidad editorial en español… Y uno que particularmente me apasiona: la narración oral, que por algo sus cuentacuentos están entre los mejores.
En el stand de Chile hablamos de otros asuntos, incluyendo el deseo unánime de que el rescate de sus mineros saliera bien. Con los representantes de México charlé sobre mi último libro (Mi planeta de chocolate) y distintas anécdotas relacionadas con los llamados Niños de Morelia. En el portal de Costa Rica compartí las vivencias de mis estancias allí, junto a cada relato que he escrito al respecto. Gabriel, poeta ecuatoriano, me narró un cuento de su región titulado El sapo Gota, que aprovecho a compartir. Y así, caseta a caseta, país a país, fui llenando mi carrito de notas, amigos e ilusiones con la intención de volver a encontrarnos… Tal vez en otro sitio, puede que en otra Feria, quizás en otro libro.

Cuentan que hace muchos años había un hombre que vivía con su suegra. Ese hombre era un gran cazador y cada vez que salía a la selva mataba muchos animales. Cuando regresaba a casa, su suegra le decía:
- Tengo hambre yerno. ¡Por favor, dame de comer!
Él respondía:
- No he cazado nada.
Este hombre era muy mezquino. Al regreso de sus cacerías ocultaba la carne en la selva, y cuando su suegra dormía se levantaba y comía hasta hartarse.
Sucedió que un día, yendo por el monte, se encontró con un gran venado y lo mató. Se lo echó al hombro y, al llegar a casa, lo escondió para comérselo esa noche. Su suegra le dijo:
- Yerno, dame de comer, me muero de hambre.
- No he cazado nada -se enfadó el hombre.

Pero esa misma noche se levantó y comió el venado. Al amanecer sintió fuertes dolores de vientre y poco después murió.
Este hombre fue castigado por su mezquindad y se convirtió en sapo. Ahora vive en los huecos de los árboles y canta en las noches de verano para que todos se acuerden:
- ¡Gota... gota... masha... masha…! (yerno, yerno, en quichua).

miércoles, 13 de octubre de 2010

Mario Vargas Llosa, Nobel de Literatura

La noticia corrió como la pólvora en la Feria de Frankfurt desde primera hora de la mañana: “El Nobel de este año, para Vargas Llosa”. La alegría era generalizada entre los diferentes stands del sector hispanohablante con especial atención al de sus editores y su agencia literaria. Me sumé a dicho entusiasmo recordando la primera vez que leí una de sus obras en tiempos del instituto: Los cachorros, de la que tuve que hacer un comentario para la clase de Literatura. Luego siguieron otras como La guerra del fin del mundo (de la que he extraído el siguiente fragmento), pero ya por el mero placer de su lectura.
Según la Academia Sueca, Vargas Llosa ha sido galardonado “por su cartografía de las estructuras del poder y sus imágenes mordaces de la resistencia del individuo, su rebelión y su derrota”. Sin tanto circunloquio, cualquier razón habría sido buena para rendirse a la genialidad de su Literatura.

Durante los meses de la sequía el Consejero y sus discípulos trabajaron sin tregua dando sepultura a los muertos de inanición, peste o angustia que encontraban a la vera de los caminos, cadáveres corruptos y comidos por las bestias y aun por humanos. Fabricaban cajones y cavaban fosas para esos hermanos y hermanas. Eran una variopinta colectividad donde se mezclaban razas, lugares, oficios. Había entre ellos encuerados que habían vivido arreando el ganado de los coroneles hacendados; caboclos de pieles rojizas cuyos tatarabuelos indios vivían semidesnudos, comiéndose los corazones de sus enemigos; mamelucos que fueron capataces, hojalateros, herreros, zapateros o carpinteros y mulatos y negros cimarrones huidos de los cañaverales del litoral y del potro, los cepos, los vergazos con salmuera y demás castigos inventados en los ingenios para los esclavos. Y había las mujeres, viejas y jóvenes, sanas o tullidas, que eran siempre las primeras en conmoverse cuando el Consejero, durante el alto nocturno, les hablaba del pecado, de las vilezas del Can o de la bondad de la Virgen.

lunes, 11 de octubre de 2010

Después de la Feria

La Feria del Libro de Frankfurt recuerda a una gran ciudad; con sus barrios (los halles), tantas calles, cada casa (los stands)... Como cualquier núcleo urbano que se precie disfruta de miles de servicios: gimnasio, peluquería, supermercados, equipo sanitario. Y por supuesto también tiene habitantes: editores, escritores, agentes literarios, libreros, distribuidores y un sinfín de sujetos vinculados al libro hasta llegar al más importante de todos: su lector.
Durante una semana me he sentido ciudadano en estos lares. Aquí he visitado casetas, conocido a personas ciertamente interesantes, aprendido lo indecible de un sector que me apasiona. Allí estaban autores de primer nivel como Ken Follett, Günter Grass, David Grossman, Bret Easton Ellis, Jonathan Franzen, Ildefonso Falcones… Desde mi condición de aprendiz he vivido una experiencia de maestro en la que sólo faltó esa foto a su lado inmortalizando mi presencia. Pero sus prisas, la multitud, mi excesiva prudencia y el ritmo que impone esta urbe lo hicieron imposible. Eso sí, al menos pude hacérmela con el más divertido de sus habitantes: ese pirata de la sección de cuentos infantiles que como buen bucanero compartió centenares de aventuras.
Me encantaron las actividades del pabellón de Argentina (país invitado de honor en la Feria), la presentación en el stand mexicano de su Feria de Guadalajara, la ovación del sector hispanohablante al recibir la noticia del Nobel para Vargas Llosa y, por supuesto, la recepción del Instituto Cervantes al mundo editorial en español.
En definitiva, un viaje a esa ciudad donde los sueños tienen forma de libro, que guardaré en la memoria de mi corazón. Vielen dank!

domingo, 3 de octubre de 2010

Próxima parada: Frankfurt

Estoy preparando la maleta: varias camisas, esos pantalones, algún detalle, mucha ilusión. Y es que del 6 al 10 de octubre asistiré a la Feria del Libro de Frankfurt, considerada la mayor feria comercial del sector con cerca de 7.000 expositores y 300.000 visitantes cada año.
Debo admitir que como escritor me apetece vivir esta experiencia. Allí estaré en el stand del Centro del Libro de Aragón, cuyo personal me ha dado todas las facilidades para ello. Otro tanto diría de la Asociación Aragonesa de Escritores, del programa literario “Sexto Continente” de Radio Exterior de España (para quien pienso convertirme en el mejor reportero de este evento) o de mi propia editorial. Y así, desde Ediciones Irreverentes han traducido las reseñas de mi obra a distintos idiomas a fin de facilitar las gestiones que a este respecto pudiera realizar.
Como acostumbro a decir, un viaje sólo se entiende desde el regreso. Por ello prometo contaros a la vuelta. Entre tanto quisiera anticipar un fragmento de la que será mi próxima novela y en la que, casualmente, uno de sus capítulos discurre en esta ciudad. Auf Wiedersehen!

Frankfurt significa cruce de caminos, corazón de la República Federal de Alemania en aquel mes de febrero de 1974. Cara amable del llamado milagro económico alemán vivido tras la guerra que les asolara. Núcleo financiero, sede de la bolsa nacional, de cientos de bancos, de un millón de transacciones. Porque si una entidad como el Deutsche Bundesbank instaló en ella su sede, tiene que ser con motivo.
Aquí hay de todo y lo contrario de todo. Römerberg, Grüneburgpark, Paulskirche, Messe Turm… Palabras impronunciables para un foráneo que esconden estampas de belleza extraordinaria. A su lado, otras con no menos simbolismo: el Frankfurter Waldstadion, estadio que albergará los partidos de un inminente Mundial de Fútbol. La Frankfurter Buchmesse, esa Feria del Libro que bate registros cada año atendiendo a su número de expositores, visitantes o lectores. La famosa Deutsche Nationalbibliothek, la biblioteca más grande del país en la que reposan millones de ejemplares. Y sin duda, sus populares cervecerías. En ellas se citan los amigos, tantas charlas, la música tradicional, muchos brindis, las salchichas cocidas con mostaza. Todos estamos de acuerdo: una pinta beneficia a la salud; por ello hay quien las toma por docenas…