martes, 16 de julio de 2013

Nos seguiremos contando...

Como cada año por estas fechas, echamos durante un tiempo la persiana de nuestro blog y nos tomamos unas vacaciones... siempre merecidas, siempre necesarias. Pero antes aprovecho la ocasión para daros las gracias por estar ahí, enviaros mil sonrisas, desearos un feliz verano y advertiros de que a su vuelta -como siempre decimos los cuentistas- nos seguiremos contando.

lunes, 15 de julio de 2013

Nanas para un Principito

Nanas para un Principito. Ese es el título de mi última obra, que empecé -como todas- una Noche de Reyes y a la que hoy he puesto su punto y final. Tal como especifico en la dedicatoria, es un regalo en forma de cuentos destinado a mi pequeño: A ti Manuel, hijo mío, patrimonio de mi Humanidad.
Pese a los riesgos que entraña etiquetarla siendo su autor, considero que se trata de una colección de relatos entrañables, muy cercana y personal, escrita en la voz del propio niño, fiel a mi estilo, en la línea de mis orígenes y procurando -como siempre- sembrar miles de sonrisas.
Ahora empieza el proceso más arduo, asumiendo que desde la valoración inicial por un agente literario hasta su publicación final por una editorial puede pasar mucho tiempo. Por ello me he recetado paciencia, junto a una fórmula que sé que va a funcionar: la de seguir compartiendo con nuestro Principito esa nana que a modo de cuento empieza cada noche a escribir sus sueños.

jueves, 11 de julio de 2013

Donde duermen las leyendas

Esta mañana a las nueve, como cada primera mañana de septiembre, ha comenzado otro curso escolar. Carteras remendadas, folios en blanco, libros sin borrones, piernas inquietas… Los alumnos más mayores comparten en corrillo sus andanzas del verano. ¡Qué bien se lo han pasado! Mientras, los pequeños primerizos se sujetan a sus madres llorando a discreción.
- ¡Mamá… Mamá! 
La escena corresponde al colegio público de Osera de los Monteros, pero podría aplicarse a cualquiera de los centros docentes del país.
Su equipo directivo viste las mejores galas. Junto a ellos, un claustro de apenas nueve maestros y una plantilla que completan dos bedeles, tres administrativos y aquel señor pensionista que ejerce de recadero.
A las diez y media salen los primeros al patio del recreo. Un festival de juegos y gritos que solo empaña el llanto de los nuevos.
Al tiempo, las tareas comienzan a acumularse en la agenda del director. Hay un alumno disconforme con la nota de su examen, algunos ordenadores no funcionan en el aula de informática, habrá que segar las hierbas que crecieron frente al patio… Y lo peor: unos padres esperan a la puerta para protestar airadamente por la actitud de una profesora. Se trata de la joven Carlota, imparte la asignatura de Matemáticas y –según referencias del año pasado- tiene la rara costumbre de terminar sus clases narrando una leyenda sobre Praga.
- No puede ser bueno para nuestros hijos –insisten en su reproche-. Les cuenta historias de un ladrón manco, de un barbero loco, de un demonio cocinero… ¡Y hasta de ese jinete sin cabeza que atraviesa a medianoche la calle Liliova! Está obsesionada por esa ciudad...

Nota: Primeros párrafos de mi relato Donde duermen las leyendas, incluido en el libro Praga, Antología de relatos (MAR Editor).

martes, 9 de julio de 2013

Praga, Antología de relatos

Es para mi un gusto presentaros un libro de historias sobre la hermosísima ciudad de Praga, titulado precisamente así: Praga, Antología de relatos (MAR Editor). En él, junto a grandes autores clásicos -Kafka, Zweig o Apollinaire, entre otros- y contemporáneos, he tenido la suerte de participar con mi relato Donde duermen las leyendas.
Como especifica la reseña de esta obra, Praga es más que una ciudad, un espacio mítico que seduce con lentitud a través de los murmullos de sus piedras. En la capital de Bohemia aún es posible encontrarse con el pasado, con la historia. Se halla paseando por sus calles, al lado del río Moldava, cruzando por alguno de sus dieciochos puentes. Praga es mucho más que sus cafés o sus cervecerías, es una ciudad para abandonarse, para entregarse al sabor de sus calles y plazas... Y el lector lo acabará comprobando a través de estos relatos.