sábado, 31 de diciembre de 2011

Feliz Año Nuevo

Jorge Luis Borges recordaba que su amigo Xul Solar solía aconsejar para Año Nuevo que lo que uno hiciera esa noche acabaría por convertirse en lo que haría durante el resto del año. Por eso el genial escritor argentino insistía en aceptar esa recomendación premonitoria, no yéndose a dormir sin antes escribir algunas líneas o ponerse a leer algún poema para que se cumpliera el presagio.
Sumido en esa dinámica, es probable que esta noche sonría junto a los míos. Ponga música de fondo, cantemos con alegría, cuente un cuento a los amigos, hablemos de nuestras cosas, haga una tortilla de patata, brindemos con salud… Y escriba alguna línea por el mero hecho de que me apetece. Todo para que a pesar de los malos augurios tengamos, merezcamos y disfrutemos de un Año Nuevo mejor. Desde el tercer piso, escalera izquierda, de mi corazón, ¡feliz 2012!

martes, 27 de diciembre de 2011

Cuentos del mundo para un fin de año

El próximo jueves 29 de diciembre, a las 19 horas, celebraré en la Librería Casla (C/ Velázquez 19, León) mi última sesión de cuentacuentos de este año. Se titula Cuentos del mundo, y desde ella os invito a un viaje imaginario por la literatura, la música y las imágenes de los cuatro continentes que he tenido la suerte de conocer. Habrá muchos niños, muchísimos libros, alguna sorpresa… Y por supuesto, miles de sonrisas en forma de relato que de seguro os atraparán. ¡Que todos tengamos un viaje feliz!

viernes, 23 de diciembre de 2011

Desde los versos de Benedetti, ¡Feliz Navidad!

Si cada hora viene con su muerte
si el tiempo es una cueva de ladrones
los aires ya no son los buenos aires
la vida es nada más que un blanco móvil
usted preguntará por qué cantamos

si nuestros bravos quedan sin abrazo
la patria se nos muere de tristeza
y el corazón del hombre se hace añicos
antes aún que explote la vergüenza
usted preguntará por qué cantamos

si estamos lejos como un horizonte
si allá quedaron árboles y cielo
si cada noche es siempre alguna ausencia
y cada despertar un desencuentro
usted preguntará por qué cantamos

cantamos por qué el río está sonando
y cuando suena el río / suena el río
cantamos porque el cruel no tiene nombre
y en cambio tiene nombre su destino
cantamos por el niño y porque todo
y porque algún futuro y porque el pueblo
cantamos porque los sobrevivientes
y nuestros muertos quieren que cantemos

cantamos porque el grito no es bastante
y no es bastante el llanto ni la bronca
cantamos porque creemos en la gente
y porque venceremos la derrota
cantamos porque el sol nos reconoce
y porque el campo huele a primavera
y porque en este tallo en aquel fruto
cada pregunta tiene su respuesta

cantamos porque llueve sobre el surco
y somos militantes de la vida
y porque no podemos ni queremos
dejar que la canción se haga ceniza.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Una entrevista deliciosa

Pregunta (P) ¿Dónde has nacido?
Respuesta (R) Nací en la Maternidad de Zaragoza, en plenas fiestas del Pilar de hace cuarenta y algún años… Luego pasé toda mi niñez en su barrio de la Química (actualmente La Almozara).
(P) Un recuerdo de tu infancia:
(R) Creo que tuve una infancia muy feliz pues me sobrevienen demasiados recuerdos entrañables: la emoción de cada noche de Reyes, los veranos en el pueblo con mis primos, la primera vez que vi el mar… Aunque tampoco puedo olvidar lo mucho que se esforzaron mis padres para que pudiera sentirla así.
(P) ¿Dónde vives ahora?
(R) En la ciudad de León, en mitad de su barrio más típico: el Barrio Húmedo. Me encantan sus tapas, su ritmo de vida, la cultura del filandón (reunión de personas para compartir cuentos). He de reconocer que, pese al frío en invierno, me ha acogido muy bien.
(P) Cuéntanos algo interesante que te haya ocurrido esta semana:
(R) Ocurrió ayer mismo. Tras impartir una de mis clases sobre epidemiología (disciplina ciertamente ingrata), decidí terminarla con un cuento. Suelo hacerlo a menudo para agradecer a los alumnos su atención. Ellos lo agradecieron con un aplauso.
(P) ¿Cuándo te diste cuenta de que lo tuyo era escribir?
(R) Todavía no estoy seguro de que lo mío sea escribir. Me encanta y por eso lo hago, aunque el día en que deje de gustarme o me quite de otras cosas más importantes lo dejaré. En cualquier caso, comencé a redactar después de que mis padres fallecieran en un accidente. Ellos siempre decían que escribía bien. Fue una especie de homenaje a su memoria, a la vez que una manera de plasmar en el papel aquello que sentía.
(P) ¿Escribes a mano o en el ordenador?
(R) Confieso que he sucumbido a las nuevas tecnologías: escribo en el ordenador. Sin embargo, siempre llevo encima una libreta de notas en las que apunto cualquier detalle que me inspira.
(P) ¿Tienes algún rincón o algún ritual especial que inspire?
(R) Sí. Desde que alguien me dijo que para que fuese bien mi carrera literaria debería apostar por el siete, soy un maniático de este número. Por eso los cuentos o capítulos de mis libros son múltiplos suyos. Otro ritual que cumplo: empezar a escribirlos en la noche del cinco de enero, por la magia que esta fecha conlleva.
(P) Un olor:
(R) El del campo después de haber llovido. Tengo la impresión de que así huele la vida.
(P) Una imagen:
(R) La de mi hijo Manuel sonriendo. Me transmite paz, plenitud y, sobre todo, muchísima alegría.
(P) Un cuento:
(R) Nombrar uno solo resultaría imposible. Cualquiera de Coelho, Benedetti, Borges, Cortázar, Bucay… De entre los míos, me quedo con el titulado “El amor azul marino”, por ser el primero que escribí. Sin ese primer paso no andaría por este camino.
(P) ¿Por qué nos recomendarías tus libros?
(R) Más que yo, preferiría que fueran mis lectores quienes los recomendasen. Lo que sí puedo decir de cada uno de ellos es que están escritos con y desde el corazón, siendo fiel a una máxima que me he aplicado desde que comencé: escribir para compartir.
(P) Si solo pudieras salvar tres libros...
(R) ¡Difícil dilema, pues hay tantas obras maravillosas! De entre esos tres estaría, sin duda, el Quijote. Después de salvarlos a ellos, me salvaría yo.
La pregunta de Anabel: “El amor azul marino” es un libro de cuentos, “Mi planeta de chocolate” narra la historia de un niño y del camino que recorre, al igual que en los cuentos el personaje realiza un viaje iniciático. ¿Cómo crees que los cuentos influyen en los niños y en los adultos? Los cuentos están llenos de posibilidades: permiten transmitir valores y cultura, entretienen, abren ventanas a la imaginación, a la reflexión… Tanto a pequeños como a mayores. Una vida sin que contemos o nos cuenten, no es vida. Además, como dice Jorge Bucay, los cuentos sirven para dormir a los niños y mantener despiertos a los adultos.
La pregunta de Ana: ¿Cuántos libros has escrito hasta el momento y tienes alguno en preparación? He publicado tres libros y he colaborado en distintas antologías de relatos. También me encanta sentirme cuentacuentos. “Siete paraguas al sol” será mi próxima obra; otra novela salpicada de cuentos que espero vea la luz en la próxima primavera.

Nota: Entrevista que me realizaron Ana y Anabel, amigas mías, admiradoras de los cuentos y administradoras del portal literario Aventarte, publicada en este la semana pasada. Mil gracias por tanta cercanía y por abrirme de par en par la puerta de vuestra casa.
Os adjunto su enlace:
http://aventarte.wordpress.com/2011/12/16/entrevista-a-manuel-cortes-blanco/#comments

jueves, 15 de diciembre de 2011

Un cuento, una sonrisa

Auspiciadas por la Asociación Aragonesa de Escritores en colaboración con ASPANOA, se vienen desarrollando en estos días las V Jornadas de Lectura de Cuentos Infantiles “Un cuento, una sonrisa”, dirigidas a niños ingresados en el Hospital Universitario Miguel Servet, de Zaragoza. Desde su ciber-aula al servicio de Oncopediatría, distintos autores leerán cuentos propios o ajenos -pero siempre divertidos- para pintar una sonrisa muy grande en esos pacientes tan pequeños. Miguel Ángel Yusta, Ana Tortosa, Luis Bazán, Mª Pilar Teresa Callizo, Manuel Forega, Mª José Pellejero o José Ángel Monteagudo son algunos de los escritores que participan en estas jornadas. Sea hoy mi felicitación y reconocimiento para ellos ante una iniciativa tan hermosa.

lunes, 12 de diciembre de 2011

La vuelta al mundo en casi 80 cuentos

No pudo ser. Al final mi nueva sesión de cuentacuentos La vuelta al mundo en casi 80 cuentos no estará entre las cuatro obras finalistas del VII Certamen de Monólogos Universidad Popular de Miguelturra, cuya gala se celebrará el próximo viernes en este municipio manchego. Sabía que era difícil, que la competencia sería mucha y la calidad de algunos participantes altísima. Por eso, pese a ello, estoy contento de haber concursado en tal iniciativa. También con el trato recibido por sus organizadores -en especial, desde el grupo de teatro Flauti Flauti-, con el trabajo realizado y por saber que con esta aventura imaginaria a través de la palabra he llegado hasta el final de la fase de selección.
Así que esa vuelta al mundo en casi 80 cuentos que nos llevará por cuatro continentes, tardará un poco más en estrenarse. Sea como fuere, que nadie se quede sin billete... Porque se trata de un viaje que, sin duda, os gustará.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Decálogo del cuento, por Julio Ramón Ribeyro

1.- El cuento debe contar una historia. No hay cuento sin historia. El cuento se ha hecho para que el lector a su vez pueda contarlo.
2.- La historia del cuento puede ser real o inventada. Si es real debe parecer inventada y si es inventada real.
3.- El cuento debe ser de preferencia breve, de modo que pueda leerse de un tirón.
4.- La historia contada por el cuento debe entretener, conmover, intrigar o sorprender, si todo ello junto mejor. Si no logra ninguno de estos efectos no existe como cuento.
5.- El estilo del cuento debe ser directo, sencillo, sin ornamentos ni digresiones. Dejemos eso para la poesía o la novela.
6.- El cuento debe sólo mostrar, no enseñar. De otro modo sería una moraleja.
7.- El cuento admite todas las técnicas: diálogo, monólogo, narración pura y simple, epístola, informe, collage de textos ajenos, etc., siempre y cuando la historia no se diluya y pueda el lector reducirla a su expresión oral.
8.- El cuento debe partir de situaciones en las que el o los personajes viven un conflicto que les obliga a tomar una decisión que pone en juego su destino.
9.- En el cuento no debe haber tiempos muertos ni sobrar nada. Cada palabra es absolutamente imprescindible.
10.- El cuento debe conducir necesaria, inexorablemente a un solo desenlace, por sorpresivo que sea. Si el lector no acepta el desenlace es que el cuento ha fallado.

El peruano Julio Ramón Ribeyro, considerado uno de los mejores cuentistas de la literatura latinoamericana y autor del decálogo, añadía al mismo un corolario: La observación de este decálogo, como es de suponer, no garantiza la escritura de un buen cuento. Lo más aconsejable es transgredirlo regularmente, como yo mismo lo he hecho. O aún algo mejor: inventar un nuevo decálogo.

martes, 6 de diciembre de 2011

Las pepitas de melón

En ese discurrir que marca la vida son muchas las personas que nos van dejando huella: aquel sabio profesor al explicar el universo con lentejas, un tal Miguel Labordeta que descubrí en clase de Literatura, ese primo mío con el que comparto confidencias, la hilandera de algún barrio de Kabul... Y es que hay gente que tiene el don de transmitirnos parte de sí mismo.
Resulta evidente que algunos más que otros; y que hubo quien me enseñó de tal manera su lección que jamás la olvidaré. Así ocurrió con mi primera maestra. La señorita Charito, a pesar de la redundancia, fue quien nos detalló el proceso de la concepción humana en aquella aula de segundo de EGB -la antigua Educación General Básica-. Solo a los pequeños, eso sí, que por entonces las niñas iban a otro colegio:
- Imaginaos que papá coge una semilla de melón y la pone en la tripita de mamá. Luego la riega, le da mimos, le hace carantoñas... Eso cada noche durante nueve meses, hasta que nace un precioso bebé.
Reconozco que aquella explicación me impactó de tal modo que siendo como éramos cinco de familia, sin posibilidad de compartir más espacio en el dormitorio, cada vez que mi madre ponía en la mesa una pieza de aquella fruta me afanaba por retirarle las pepitas:
- ¡Que no las vea papá -les decía a mis hermanos-, o nos veo durmiendo en el pasillo...!

Nota: Fragmento incluido en el prefacio de mi libro Cartas para un país sin magia, dedicado a Alma, Begoña, Blanca, Eva, Ruth, Iñaki, José, Rubén, Santi y Vicen, con los que hoy hemos compartido comida, tertulia y sobre todo amistad.

viernes, 25 de noviembre de 2011

En el Día de las Librerías

Auspiciado por la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros y con el objetivo último de incentivar la lectura, hoy se celebra por vez primera en España el Día de las Librerías. Descuentos en cada compra, horarios más amplios y distintas actividades lúdico-recreativas conforman una jornada ideal para -en palabras del escritor y compañero en Ediciones Irreverentes, Antonio Gómez Rufo- "bucear entre libros, luchar contra la ignorancia y reivindicar la libertad".
Por ello felicito sinceramente a los distintos profesionales del sector, os emplazo a la fiesta infantil que con tal motivo celebraremos mañana por la mañana en la Librería Casla de León, y hago mías estas palabras del propio Gómez Rufo, en nombre de la Asociación Colegial de Escritores de España: "…Se va a celebrar el Día de las Librerías una vez al año. Aunque no sea más que para procurar que nadie olvide que existen unos lugares cercanos en donde se puede convivir con los libros y la lectura, en los que cabe resguardarse de la mediocridad que lo gobierna todo y en donde sigue vigente el concepto de humanidad. Defender las librerías es una causa justa. La hacemos nuestra".

miércoles, 23 de noviembre de 2011

La alegría en casa del pobre

Lo decía un político durante la pasada noche electoral: poco dura la alegría en casa del pobre. Y es que últimamente estamos sumidos en demasiadas pobrezas. Por supuesto, la más visible es la económica, si bien hay otras más. Una de ellas afecta al mundo literario. La venta de libros ha caído de manera importante en los últimos años, cientos de librerías se han visto abocadas al cierre y para muchos autores han aumentado las trabas a la hora de publicar. La Literatura vive tiempos de crisis, no tanto de talentos como de oportunidades.
En este contexto alegra compartir noticias como estas:
1. Mañana jueves, a las 20:00 horas, se inaugura en León una nueva librería especializada en textos infantiles y juveniles: Librería Casla. Allí estaremos acompañándoles, dándoles nuestro ánimo y deseándoles la mayor de las suertes en ese proyecto apasionante que van a acometer.
2. El libro El constructor de pirámides (Ediciones Pamies), de mi amigo Santiago Morata, se ha convertido en la novela de ficción más vendida en Aragón en la última semana. Me alegro muchísimo por él, y será un honor ser su anfitrión cuando venga en primavera a presentarlo por estas tierras.
3. El Proyecto Solidario Los Argonautas sigue adelante. Tras su reciente actuación en una casa-asilo, tienen pensado ampliar sus miras a hospitales infantiles. Los conozco personalmente y sé de su altruismo combinando música, poemas, mímica, cuentos... Ellos saben que pueden contar conmigo.
En definitiva, tres oasis de alegría para un desierto demasiado arenoso. Aunque eso sí -como decía aquel mismo político-, permitidnos que hoy al menos podamos disfrutarlos.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Una entrevista olvidada

Me la hizo mi amigo Fernando Fernández-Gil, director del Proyecto Solidario Los Argonautas, hace más de dos años. Salió publicada en el número tres de la gaceta cultural de Argonautas.net. Y esta tarde, de manera resumida, la rescato de entre los ficheros perdidos de mi ordenador.

Pregunta (P): ¿Qué le llevó o motivó a escribir?
Respuesta (R): Ciertamente hubo un momento en mi vida en que tuve esa necesidad. Fue a finales del año 2002, después de que mis padres sufrieran un accidente. Ellos siempre decían que les gustaban mucho mis relatos improvisados y que algún día debería escribirlos. Por eso, cuando se fueron, decidí hacerles caso. Y lo que empezó siendo un motivo, acabó convirtiéndose en una pasión.
(P): Hablemos de su obra. ¿Cómo la describiría, qué destacaría de ella?
(R): A primera vista, mis tres libros pueden parecer distintos. El amor azul marino es una colección de cuentos, Cartas para un país sin magia un conjunto de relatos, y Mi planeta de chocolate una novela. Sin embargo todos ellos tienen un denominador común: están escritos desde el corazón. Para ello trato de que mi literatura resulte sencilla pero no simple, entretenida sin ser grosera, reflexiva antes que moralista, directa sin invadir. Mi pretensión última es compartir con el lector, sea sentimientos -como en mi primera obra-, vivencias -con los relatos- o una historia cercana -como en mi novela.
(P): ¿Es el cuento una buena vía para transmitir y enseñar?
(R): Sin ninguna duda. Precisamente en el hecho de contar residen las bases de la cultura, de la condición humana. A mí me encanta sentirme cuentacuentos y pertenecer a una familia en la que siempre nos contamos cosas. Y aunque desde el mundo editorial haya quien lo considere un género maldito por ser menos rentable que otros, yo creo en todas sus propiedades: entretienen, son de rápida lectura, invitan a pensar… Y lo más importante: nos ayudan a conocernos mejor.
(P): ¿Qué crítica ha tenido su obra hasta el momento?
(R): Nunca he estado demasiado pendiente de las críticas, si bien reconozco que están ahí y que en general me han tratado bien… Algunos han calificado mi obra de entrañable, cercana o risueña. Y también alguno ha dicho que resulta demasiado optimista, fuera de la realidad. A este respecto, es cierto que procuro se positivo, pero también que soy muy crítico cuando esa realidad me disgusta. En cualquier caso, si las críticas sirven para algo ha de ser para mejorar.
(P): ¿Cómo ve el panorama editorial actual?
(R): Los tiempos de crisis se asocian a crisis de oportunidades, no de talentos. Las grandes editoriales apuestan solo por valores seguros, cerrando las puertas a los nuevos escritores. Las librerías se refugian en los bestsellers. Y muchos medios de comunicación únicamente recogen las obras de las empresas que les financian. En este contexto resulta muy difícil crecer, y más a través de cuentos o relatos.
Sin embargo, creo firmemente en los portales literarios como este porque son una ventana abierta y desinteresada a nuevos autores, permitiéndoles mostrar su obra a través de ellos.
(P): ¿Cuáles son sus proyectos de futuro?
(R): En lo personal, estar más tiempo con mi familia. En lo literario, terminar otra novela. Estoy en ello, si bien solo puedo avanzar que seguiré siendo fiel a mi principio: escribir para compartir.

martes, 15 de noviembre de 2011

Microantología del microrrelato III

La Microantología del Microrrelato III (Ediciones Irreverentes) incluye uno de mis relatos más viajeros: En el país de los Ticos. En él expongo de manera breve mi versión sobre un lugar fascinante que rebosa naturaleza por sus cuatro costados: Costa Rica. Cual si fuera un pedacito de Edén, Costa Rica alberga en su territorio una parte importante de la biodiversidad mundial, un aluvión de especies, mil y una orquídeas, decenas de parques, siete reservas biológicas, un millón de microclimas... Y por supuesto los Ticos, apodo cariñoso con el que se conoce a sus habitantes, amparados en la costumbre de usar los diminutivos.
Este libro ofrece muchos más viajes desde ese aeropuerto llamado Literatura. Atendiendo a su sinopsis, en él se presenta una brillante selección de relatos divertidos, sorprendentes, intimistas o humorísticos, terroríficos o fantásticos; sobre el amor y desamor, reflexiones sobre la muerte y la vida; de misterio, ciencia ficción o históricos. En todos los casos, la brevedad va unida al impacto y la sorpresa, de un mundo a otro, de un sentimiento al contrario. Y al pasar cada página descubrimos, sin duda, una nueva sensación.
Clásicos desde Chéjov a Kafka... Representantes de la mejor literatura latinoamericana como Eduardo Berti o Claudia Cortalezzi... Y cómo no, una selección de los más destacados autores españoles del género, convierten esta Microantología del Microrrelato III en un libro ideal para quienes siempre tienen prisa, quienes van a tomar un nuevo tren, para aquellos que no aguantan interrupciones en el cine o el teatro, para los que piensan que un año es una eternidad, para cuantos quieran descubrir ese país de los Ticos y, especialmente, para los amantes de la buena Literatura. Porque como bien se demuestra en cada uno de esos relatos, la brevedad y la excelencia pueden ser compañeras ideales para un viaje extraordinario.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Barro en la Literatura

Escribir me encanta, me apasiona. Es mi hobby, y como a cualquiera le sucede con su hobby, practicándolo DISFRUTO con mayúsculas. Por ello lo ejerzo sin más contraprestación, habiendo donado a una ONG lo que pudiera corresponderme como derechos de autor. Entre esto y la relación que mantengo con mis lectores, me siento sobradamente pagado. Sin embargo, en ocasiones, esta afición también me da algún disgusto. Recuerdo esa vez que descubrí en Internet uno de mis cuentos firmado por otro. ¡Pero si eso lo he escrito yo…! Al final no fue tan grave, pues se trataba de un joven que había gozado tanto con su lectura que se lo atribuyó sin aparente mala intención.
Recuerdo también el día en que recibí por e-mail una invitación para asistir en Túnez a un festival del cuento. La idea era atractiva, mas ofrecía ciertas dudas: entre ellas, debía adelantar un dinero que me reembolsarían después de mi actuación. Finalmente dije no, descubriendo al poco tiempo en el portal literario de la Red Internacional de Cuentacuentos que se trataba de un timo.
El tercer caso que comparto resulta más doloso. Hace poco alguien -por ahora no sé quién, dado que las leyes de confidencialidad le protegen y no se me permite acceder a su identidad- ha denunciado este blog ante la Digital Millennium Copyright Act (DMCA), entidad que vela por la protección de los derechos de autor. Según refiere, en una entrada anterior infringí presuntamente alguno de esos derechos. De manera que dicha entrada está anulada, mi blog apercibido y yo ando preparando su defensa. No obstante, me apetece adelantarla con vosotros. Se trata de un texto del año pasado en el que anunciaba la posibilidad de que Mi planeta de chocolate se editara en el país trasalpino, considerando las gestiones realizadas al respecto por una traductora italiana. El texto original en castellano era mío y la traducción de ella, contando con su autorización para reproducirlo. Pues bien… Alguien -no sé quién, cómo ni por qué- ha detectado en ello una vulneración de algún derecho, habiéndome demandado por un texto que es mío, o en su defecto de mi traductora. ¡Incomprensible!
Huelga apuntar que este blog es meramente literario, sin ninguna finalidad mercantil, ideológica o de cualquier otro tipo por lo que, por más que busco, tampoco encuentro segundas intenciones.
Aunque parezca una simpleza, dicha acusación me ha decepcionado. Escribir no va por ahí, es otra cosa. Nadie invierte su tiempo libre en bregar, estar siempre en guardia o tener que defenderse ante tales paradojas. El ocio pierde entonces su atractivo.
Por supuesto que respeto los derechos de terceros y pido que se respeten los míos. ¡Pero de ahí a acusar en falso…! Supongo que es el barro que tiene este camino llamado Literatura. Y que conste que solo lo supongo, porque si tuviera que asumirlo, no lo asumiría nunca.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Abrimos en otoño

Tras más de dos meses trabajando fuera y ordenando metafóricamente las estanterías de este blog, procedo a reabrirlo en una tarde de otoño. Antes que nada quisiera manifestar mi consideración más distinguida para cuantas personas desarrollan su labor lejos de casa, cumpliendo con su deber, ideal o vocación, ayudando a quienes más lo necesitan, poniendo a veces en riesgo su seguridad o su vida, e incluso en ocasiones pagando con ella. En segundo lugar, compartir con vosotros la alegría del regreso, el reencuentro con los míos, tantas sonrisas, algún cuento perdido, la importancia de apreciar lo que tenemos. Tercero, dar las gracias a quienes -de una u otra forma- siempre estáis ahí: a cada amigo, a esos lectores, a mis nuevos seguidores… Felicitando a cuantos tengan motivos para ser felicitados: a Elena-Toni por su boda, a Blanca-José por la venida de Diego, a Santiago por su nuevo libro…Y lamentando aquello que haya sido negativo, desde la convicción absoluta de que muchas veces las cosas no son como son, sino cómo las vivimos. Finalmente, deciros bienhallados, que mi espacio es el vuestro, que comparto mil sonrisas con la misma ilusión de siempre, y que por supuesto -como solemos decir los cuentistas- nos vamos a seguir contando.

sábado, 27 de agosto de 2011

Cerrado por inventario

Por distintos motivos personales y profesionales, no podré atender este blog durante un tiempo aproximado de tres meses. Por eso lo cierro temporalmente.
En estos momentos de pequeña despedida quisiera agradecer vuestra confianza y deciros hasta pronto de la mejor manera que sé: con un cuento africano, incluido en el que será mi próximo libro.
Mil sonrisas a todos y, como siempre digo, que nos sigamos contando.

Al principio de los tiempos había gran controversia sobre cuál era el animal más veloz de la tierra. Para unos, el antílope, sin duda; para otros, el guepardo. Sumidos en esa discusión, el Creador propuso que ambos cruzaran la sabana corriendo, y el primero que llegase a su frontera sería el campeón. Los dos mostraron su acuerdo, disponiéndose a tomar la salida. A mitad de carrera ambos iban muy parejos, no acertándose a saber qué pasaría al final. Pero en ese momento, el antílope tropezó y cayó… El guepardo, en vez de seguir corriendo para aprovecharse de tal circunstancia, dio media vuelta y asistió a su contrincante. Tal gesto conmovió inmensamente al Señor quien, en correspondencia, coronó al guepardo como el ser más rápido sobre la tierra… Y por añadidura, le dio un pelaje extraordinario que le distinguiría ante el resto de los felinos.

viernes, 19 de agosto de 2011

Chocolate con cuentos

Mi planeta de chocolate no deja de darme alegrías: mi editor acaba de anunciar una próxima reimpresión, las aventuras de su protagonista siguen siendo la base de esa sesión de cuentacuentos a la que puse por título Chocolate con cuentos -la última de ellas realizada a finales de julio en Maspalomas, en la maravillosa isla de Gran Canaria-, diferentes reseñas positivas han aparecido recientemente en portales literarios de prestigio… Y lo mejor: cada vez son más los lectores que comparten conmigo lo que han sentido durante su lectura.
Desde mi agradecimiento, hoy quisiera ser yo quien comparta uno de esos relatos que aparecen en mi obra y que, por supuesto, también forma parte de este tazón rebosante de Chocolate con cuentos al que antes hacía referencia.

Costa Rica destila naturaleza por sus siete costados. Colibríes de diez colores, tucanes de cien colores, quetzales de mil colores. Iguanas, caimanes, perezosos, guacamayos. Tortugas desovando en la arena de sus playas, volcanes que escupen lava al por mayor. Un millón de parques naturales, un billón de especies protegidas, un ejemplo para todos… Y el aroma de esa taza de café pintando de arcoíris los hogares. ¡Pura vida!
Además del chocolate, el gallo pinto (frijoles con arroz y especias), los casados (plato de casi nada a base de casi todo) y los guaros (una variedad de ron que regala la caña de azúcar), Costa Rica es el país de los ticos. ¡Que por algo con tal gentilicio se conoce a sus habitantes! Ticos por tener un territorio reducido para tanta biodiversidad. Ticos por usar y abusar del diminutivo en sus conversaciones. Ticos al fin y al cabo porque las cosas complejas, las mismas que rondan en noche de insomnio, saben allí más sencillas: las prisas son prisitas; las penas, penitas; e incluso el patrón parece chiquito. ¡Qué grande vivir en un sitio así!
Cuenta la leyenda que cuando Dios creó el mundo se encontró con un tico.
- De entre todos los soles que te ofrezco, elige uno para ti -le dijo el Señor.
Y para su sorpresa, aquel hombrecito opta por el más pequeño.
- ¡Qué extraño! -pensó-. A cuantos pido que escojan, toman para sí el mayor.
Entonces volvió a comentarle:
- De entre todas las lunas que te ofrezco, elige una para ti… Inclusive la grande, para que tus noches sean de luna llena.
Sin embargo, aquel hombrecito prefiere nuevamente la menor.
Otro tanto acontece con el árbol, con un monte, con su mar. De entre todo, la mínima expresión.
El Creador no salía de su asombro. Nunca vio a persona tan humilde, tan poco avariciosa. Por ello, en recompensa, decidió regalarle un trocito de edén. De ahí que el país de aquellos ticos sea tan verde, tan hermoso... De ahí que Costa Rica sea un reflejo del paraíso.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Diccionario para una noche de verano

Adulto: Persona a la que los niños tratan de usted.
Amanecer: Primer milagro del día.
Amor: Aliño, aglutinante, levadura. Especia que hace posible ese menú extraordinario llamado vida.
Circo: Lugar donde suceden los milagros.
Conciencia: Voz interior que nos recuerda qué hicimos mal y lo que es mucho peor… qué hicimos bien.
Desierto: Kilómetros y kilómetros sin un árbol. No confundir con desamor: kilómetros y kilómetros sin una ilusión.
Discreción: Virtud consistente en no hablar demasiado pues puede que a tu enemigo le interese lo que digas.
Éxito: Vivir de lo que te gusta.
Honestidad: Anteponer los ideales a los intereses.
Humildad: Don por el que no me siento más que nadie ni menos que ninguno.
Inteligencia: Vivir donde te va bien.
Odio: Sentimiento más alejado de la ley natural porque nace, crece y se reproduce, pero le cuesta mucho morir.
Pasión: Epidemia de cariño.
Pacer: Forma verbal de la palabra paz.
Perfección: Estado que solo alcanzas cuando alguien se enamora perdidamente de ti.
Previsión: Tenerlo todo pensado para cuando no haya nada que pensar.
Suerte: Querer ser lo que soy… y si es posible, contigo.
Sufrimiento: Padecimiento carente de humildad. Siempre somos nosotros quienes más sufrimos en el mundo.
Vida: Periodo de tiempo entre nacer y morir que llenamos a base de casualidades.

lunes, 1 de agosto de 2011

Diez greguerías a orillas del mar

1. Mar es un diminutivo de maravilla.
2. Amar es una extensión del mar.
3. Quiso el diccionario que entre mar y mal haya una sola letra de diferencia. Nunca tan poco para distinguir tanto.
4. Hola y ola. Otra única letra, aunque suenan igual: a armonía, a cobijo, a cercanía.
5. El mar es azul; el amor también. El mar es fuente de vida; el amor también. El mar es eterno; el amor tampoco.
6. ¿El mar o la mar?, ¿el mar o los mares? No lo entiendas, vívelo.
7. El mar tiene memoria de elefante. Por la manera en que me trata, sé que se acuerda de mí.
8. La amistad se parece al mar. Si es verdadera podrás ver su principio, nunca su final.
9. Las lágrimas son un vestigio de océano en el alma de las personas.
10. La imaginación se transforma en magia a la orilla del mar. La magia se transforma en sonrisa a la orilla de tu corazón.

Nota: Fragmento correspondiente al relato Los mares de mis abuelos, incluido en mi libro Cartas para un país sin magia.

viernes, 29 de julio de 2011

Artículo sobre adolescentes e Internet

En el número 75 de la Revista Proyecto -editada por la Asociación Proyecto Hombre- acaba de salir publicado el artículo de investigación Adolescentes e Internet: del uso problemático al uso provechoso, que realicé junto al también médico preventivista Antonio Piñeyroa. En él recogemos una serie de consideraciones referidas al uso problemático de la Red por parte de jóvenes y adolescentes, así como alguno de los resultados del trabajo desarrollado a propósito del tema, por el que el pasado año nos concedieron uno de los Premios Nacionales Ulysses a la Investigación.
Por si estáis interesados, adjunto su enlace y el primer párrafo del mismo.

Internet forma parte de nuestro día a día, al igual que el de nuestros adolescentes. De hecho hay ya una generación completa -la llamada Net generation, que incluye los nacidos entre 1977 y 1997- que por vez primera ha crecido en casa rodeada de ordenadores personales, videojuegos y cuantas prestaciones ofrece la Red. Hay también en ella espacios específicos dedicados desde muy temprano a los más jóvenes, que presentan un seguimiento extraordinario. Es el caso del portal Webkinz, que invita a los pequeños a cuidar una mascota virtual; de la red social Togetherville, orientada específicamente a niños entre seis y diez años; o de las muchas salas de chat infantil que permiten “hacer amigos de tu edad en cualquier parte del mundo”...

lunes, 18 de julio de 2011

En este verano...

En este verano tan fresco que estamos pasando por el norte, cuelgo estas líneas para -además de saludaros-, pediros que disculpéis mi retraso a la hora de ir subiendo entradas y compartir con vosotros el primer párrafo de la que será mi próxima novela: Siete paraguas al sol. Estamos en proceso de lectura y relectura con la mente puesta en su publicación a finales de año. Os mantendré informados.
Buenas vacaciones para todos.

Sol, moreno de piel, mercadillo los jueves y domingos, alguna tormenta a media tarde, calor, mucho calor. Mil y una normas cumplidas a rajatabla: las cosas del suelo no se cogen, hacer la digestión dos horas antes del baño, no interrumpir nunca cuando hablen los mayores... En frente tantos amigos de vacaciones, tantos juegos por jugar. Y detrás la ilusión por repetir lo irrepetible, disfrutando hasta el límite de estos parajes como lo hicimos el año pasado... como lo haremos al año que viene.

viernes, 8 de julio de 2011

Otra reseña chocolatera

Gané esta novela al ser finalista del concurso Apadrina un libro del blog Aventarte, en el que participé con mi reseña de Taradas, de Viviana Fernández García. Y conocí a los niños de Morelia gracias a Ale y su Bibliobulimica`s Blog. Esta novela habla de esos niños españoles a los que el Gobierno de la República trasladó a otros países para alejarlos de la Guerra Civil.
Para protegerlos, para ayudarles a sobrevivir, aunque eso significase alejarlos de sus familias, de sus amigos, de sus casas y, en definitiva, de la vida que habían conocido hasta entonces. El protagonista de esta historia es Benito Expósito Expósito, un niño de ocho años que no conoce a sus padres porque fue abandonado y criado por los frailes. En el monasterio estudia poco y hace muchas travesuras y, sobre todo, muchos amigos, entre niños como él, pero también entre los frailes. Todos intentarán ayudarle a crecer y a recorrer el duro camino de la vida y, ante todo, le darán consejos que no olvidará jamás. Cuando debas elegir entre dos opciones, toma siempre la que tenga chocolate.
Porque al pequeño Benito, un niño travieso, despierto, risueño, al que es imposible no cogerle muchísimo cariño, lo que más le gusta del mundo es el chocolate. Por eso todos los días y todas las noches sueña con viajar a América, el país del chocolate. Y no sabe que al final lo conseguirá, aunque no como él había imaginado.
Cuando estalla la Guerra Civil, Benito cambia el monasterio por la compañía de un peculiar tendero, la de milicianos republicanos y, más tarde, la de refugiados españoles que son trasladados a Francia. Pero siempre, a pesar del miedo, la muerte, la soledad y todos los horrores que conlleva la guerra él consigue sobrevivir, siempre con la ayuda de alguien, porque es imposible no querer ayudar a este niño que se gana el cariño de todos los que le rodean. Por su inocencia, su imaginación, su amistad, su generosidad y, por supuesto, su amor al chocolate.
Y al final Benito será uno de los 455 niños que el miércoles 26 de mayo de 1937 fueron trasladados a México desde Burdeos en el buque Mexique. Y así se convertirá en uno de los niños de Morelia, este pequeño pueblo mexicano que acogió a estos pequeños refugiados españoles y a sus profesores, unos mejores y otros peores, unos cariñosos y otros duros, pero todos deseando cambiar las bombas, la sangre y la muerte por la tranquilidad, la paz y el chocolate.
Y así, conforme pasamos las páginas, vamos descubriendo la vida de Benito en México, en América, el país del chocolate, pero también de la distancia, la añoranza, las despedidas, la madurez, la vida adulta.
Me ha encantado esta historia, su protagonista y el estilo del autor. Es una historia triste y alegre, angustiosa y esperanzadora, dura, cruel, injusta, pero también divertida, inocente y, sobre todo, entrañable. Nos transmite todos los horrores y la crudeza de la Guerra Civil, de los que luchan en el frente y los que lo hacen en la retaguardia, de los que no conocen a sus padres y de los que tienen que despedirse de ellos. De los que quieren marcharse lejos, muy lejos y de los que sólo piensan en volver.
Y todo nos lo cuenta desde los ojos de un niño encantador que sólo quiere hacer realidad su sueño y que hará todo lo posible para conseguirlo, que luchará, buscará y peleará hasta el final, durante años, para vivir en su planeta de chocolate. Una historia que nos seduce, nos fascina y nos atrapa desde la primera hasta la última página, que nos hace reflexionar sobre los sueños, la familia, los amigos, el lado bueno y el malo de la vida. Una historia que hay que disfrutar, paladear, saborear y degustar poco a poco. Una historia que nos deja un sabor de boca del que nunca nos cansamos. Una historia tierna, dulce, irresistible, deliciosa. Una historia que sabe a chocolate.

Nota: Reseña sobre Mi planeta de chocolate realizada por Goizeder Lamariano Martín -otras mil gracias, otras mil y una sonrisas- y publicada en su blog: http://cuentatelavida.blogspot.com/2011/07/mi-planeta-de-chocolate-de-manuel.html#disqus_thread
La fotografía corresponde a la presentación del libro en la Librería Oletvm, de Valladolid, y a su sesión de cuentacuentos posterior.

viernes, 1 de julio de 2011

Una reseña con sabor a chocolate

Los libros nos llegan de distintas formas, ¿verdad? No hace mucho tiempo participé en un concurso que realizaba el Blog Aventarte, y gané un marca-páginas muy bonito realizado a ganchillo por mi amiga Anabel; también, y (perdona Anabel) lo más importante, recibí un libro, Mi planeta de chocolate, firmado y dedicado por el autor, Manuel Cortés Blanco.
Un Libro al que ya le he tenido que hacer un huequito en mi estantería de lecturas especiales para releer y recomendar.
Con este libro el autor fue finalista del II Premio Internacional Vivendia de Relato y en palabras del Jurado, la obra contiene “extraordinarias descripciones del alma infantil, la intrahistoria del pueblo o de la guerra, muerte y espíritus conturbados por la violencia del mundo. Todo a través de la vivencias de un huérfano, que podría ser cualquiera de nosotros o cualquiera de la generación de nuestros padres, y esa forma suya de ver la vida”. ¡Qué bien lo expresa!
Un libro que se queda para siempre en el recuerdo de aquel que se acerca a él ya que, siempre que tenga que hacer una elección en la vida, recordará a Benito Expósito Expósito, ese niño huérfano criado por unos buenos monjes en un monasterio de Galicia. La música, los cuentos y el placer del chocolate son los tres legados que ellos le dejaron. Y Benito ya nunca dudó sobre qué opción debía elegir en la vida: la que tenga chocolate.
Al iniciar la lectura empecé a marcar, como suelo hacer siempre en los libros, las páginas que me parecían interesantes para recordar en una posible reseña del mismo, pero al llegar a la página 100 me di cuenta de que llevaba como 25 marcas puestas, cuando lo normal es que lleve un par de ellas. ¿Qué me estaba pasando con este libro?
Manuel Cortés, con un estilo realista y directo, y a través del pequeño Benito, nos cuenta un hermoso cuento, un cuento repleto de refranes y dichos, que de tan bien traídos, parece que surjan de nuestra propia historia personal, de nuestros propios recuerdos y del recuerdo social colectivo.
Benito nace en Galicia y es abandonado en la puerta de un monasterio, corrían malos tiempos en España, los años treinta. Estalla la guerra y empiezan las decisiones de Benito que, tras pasar por el frente y los campos de refugiados franceses, embarcará en el Mexique, y junto a otros 445 niños y niñas de entre cinco y doce años, les llevará a México. ¿Debemos ver este libro un homenaje a todos aquellos niños, hijos de republicanos, que debieron abandonar España durante la Guerra Civil? Probablemente sí, pero para mí ha sido un homenaje a todos aquellos niños que de verdad son quienes sufren las guerras, todas la guerras.
Veremos en el libro personajes reales, el general Lázaro Cárdenas del Río, presidente de México, que se sintió muy implicado en el proyecto de acogida de los niños, y su esposa Amalia Solórzano, que presidía el Comité de Ayuda a los Niños del Pueblo Español en México, y que, curiosamente, recibió la Gran Cruz de la Orden de Carlos III (el máximo reconocimiento que otorga el Gobierno español a extranjeros distinguidos) el mismo día en que hacía la presentación oficial en León de Mi planeta de chocolate.
Pero no busquen historia en este cuento, aunque la hay, busquen ustedes sensaciones, reflexión, filosofía, y pensamientos tan puros como ese chocolate adorado por Benito.
Manuel Cortés es un médico y escritor comprometido que ha trabajado en Benin, uno de los países más pobres del continente africano, en los Balcanes, y más recientemente en Afganistán, conoce bien quienes son los que cargan con los desastres de las guerras y la injusticia: los Niños. Y a través de ellos nos hará sonreír durante la lectura de este libro, pero sobre todo nos hará pensar que la vida, si queremos, puede tener sabor a chocolate.
Un libro que os recomiendo leer porque os gustará, y que os recomiendo comprar porque el autor ha cedido todos los derechos de la venta de estos libros a una asociación benéfica infantil.

Nota: Reseña realizada por Susana Hernández -mil gracias, mil y una sonrisas- y publicada en el blog de reseñas y noticias literarias Libros y Literatura.es:  http://librosyliteratura.es/mi-planeta-de-chocolate.html
La fotografía corresponde a la presentación de Mi planeta de chocolate en el VI Salón del Chocolate "Moda Shopping", celebrado en Madrid.

miércoles, 29 de junio de 2011

Los dos hilos, por Ricardo Piglia

En uno de sus cuadernos de notas, Chejov registró esta anécdota: "Un hombre, en Montecarlo, va al casino, gana un millón, vuelve a casa, se suicida". La forma clásica del cuento está condensada en el núcleo de ese relato futuro y no escrito. Contra lo previsible y convencional (jugar-perder-suicidarse), la intriga se plantea como una paradoja. La anécdota tiende a desvincular la historia del juego y la historia del suicidio. Esa escisión es clave para definir el carácter doble de la forma del cuento.
Primera tesis: un cuento siempre cuenta dos historias...
El cuento es un relato que encierra un relato secreto. No se trata de un sentido oculto que dependa de la interpretación: el enigma no es otra cosa que una historia que se cuenta de un modo enigmático. La estrategia del relato está puesta al servicio de esa narración cifrada. ¿Cómo contar una historia mientras se está contando otra? Esa pregunta sintetiza los problemas técnicos del cuento.
Segunda tesis: la historia secreta es la clave de la forma del cuento...
El cuento se construye para hacer aparecer artificialmente algo que estaba oculto. Reproduce la búsqueda siempre renovada de una experiencia única que nos permita ver, bajo la superficie opaca de la vida, una verdad secreta. "La visión instantánea que nos hace descubrir lo desconocido, no en una lejana tierra incógnita, sino en el corazón mismo de lo inmediato", decía Rimbaud.
Esa iluminación profana se ha convertido en la forma del cuento.

Nota: Párrafos incluidos en el tratado Los dos hilos (Análisis de las dos historias: tema trascendental a la hora de escribir cuentos), del escritor argentino Ricardo Piglia.

domingo, 26 de junio de 2011

Ojos de gato

Llegó el verano y con él otra nueva excusa para darnos unas buenas zambullidas. En el mar, en el río, en la piscina… y por supuesto, en la magia de la literatura. Sea por ese calor, por tanta monotonía o por nuestras siempre merecidas vacaciones, todas las encuestas coinciden en que estamos en la época del año en que más se lee. Y también este es mi caso.
Por ello, he iniciado mi periplo de lectura estival con un libro estupendo: Ojos de gato (Ediciones Irreverentes), de Lourdes Ortiz. Una colección de relatos escritos con sencillez, profundidad y cercanía sobre temas habituales en nuestra cotidianidad. Ambientada en Madrid -tomada como metáfora de ciudad contemporánea-, la obra se divide en dos partes atendiendo a su trama y a sus protagonistas: Cruces, con seis historias, y Ellas con cinco. De la inicial a la última -desde el drama de la inmigración, a la primera relación de una adolescente convertida en caperucita postmoderna-, han refrescado mis tardes, mi tiempo de ocio… y en especial, por esa complicidad a la hora de contar las cosas, mi conciencia. Personajes cotidianos que creía lejísimos se han acercado a mí a través de estos renglones; tragedias escondidas tras esa cortina llamada hipocresía, revelan la cara oculta de nuestra sociedad. Quizá sea verdad que -como consta en su contraportada- no sepamos muy bien quiénes somos, y solo nos demos cuenta tras vivencias como estas. De hecho, con su narración fluida, salpicada de sentimientos e ironía, la autora consigue entretener a sus lectores, al tiempo que les invita a zambullirse en una piscina que no entiende de estaciones: la de la reflexión.
Ojos de gato, con gafas o sin gafas. Un libro refrescante y por supuesto recomendable. ¡Felices lecturas, feliz verano!

jueves, 23 de junio de 2011

De mi planeta de chocolate

A partir de este momento, Pancho y Benito serán amigos.
Desde esa amistad recién concebida, Pancho le describe la fauna de los mares del Caribe. El pez globo, quien a pesar de su fama de cascarrabias centraliza todas las fiestas. El pez payaso, fabricando sonrisas mientras juega al escondite entre arrecifes. El pez luna, que paradójicamente gusta de acostarse muy temprano... Y, para su sorpresa, el pez chocolate, con un iris tan rojo que percibes el color en su mirada. ¡Un pez que se llama chocolate! Benito ya tiene excusa para el resto de sus sueños. Nunca encontrará un acuario mejor.
- ¿De verdad que donde vamos hay muchos bombones? -no puede retirarse sin consultar por su bien más preciado.
Si tienes una curiosidad, pregúntala.
Bosteza el tío Caramba. El aguardiente adormece su cerebro.
- Muchísimos. Tantos que necesitarás una infancia para comerlos.
¡Qué buena noticia, y no las del diario con tantas urgencias en primavera! Esa noche dormirá entre sábanas e ilusiones, soñando con su cuento favorito...
Así es mi planeta de chocolate.
Pancho dormirá los excesos y en ellos hará las paces con su memoria. Los dos se van servidos. Gracias por hacernos compañía.
¡Hasta mañana!

Nota: Fragmento perteneciente a mi libro Mi planeta de chocolate. La fotografía anexa corresponde a la sesión de cuentacuentos que bajo el título Chocolate con cuentos impartí en el VI Salón del Chocolate "Moda Shopping", celebrado en Madrid.

martes, 21 de junio de 2011

Y en el Día de la Música

Como cada solsticio de verano, hoy celebramos el Día Europeo de la Música, una jornada destinada a promover el intercambio cultural entre los pueblos y el transvase musical de unos territorios a otros.
Vaya desde aquí mi felicitación más sincera para todas las personas vinculadas a ella y para aquellos que tenemos el gusto de disfrutarla. A mis amigas Raquel y Noelia por sus voces, a Laurent por su virtuosismo ante un violín, a Héctor por la delicadeza con el piano, a Miguel Ángel con su rondalla, a Transi, a tantos... También para quienes convierten esa magia en altruismo, como los integrantes de la iniciativa cultural solidaria Los Argonautas -a la cual tengo el gusto de pertenecer-, por haber combinado música, poesía, cuentos y ritmo en los dos eventos recientemente realizados en la Casa-Asilo de las Hermanitas de los Pobres y en el Albergue para gente sin recursos y refugiados de la Cruz Roja (ambos en Madrid).
Y es que, como pensaba Platón, la música es para el alma lo que la gimnasia es para el cuerpo. Como dijera Tchaikovski, si no fuera por la música habría más razones para volverse loco. Y como afirmase Oscar Wilde, esa misma música es el arte que más cercano se halla de las lágrimas y los recuerdos.

sábado, 18 de junio de 2011

En el Día del Español

Hoy celebramos el Día del Español, una jornada de puertas abiertas que pretende incrementar la visibilidad de la lengua española en el mundo y crear un punto de encuentro para todos los hablantes de este idioma.
Una de mis palabras favoritas es verdad, aunque resulta paradójico que admita tantos significados. En honor a ella está la de Perogrullo, la verdad verdadera, la que asienta en el corazón, la pura verdad. Bien es cierto que las hay como puños, de cuatro en cuatro, de barquero e incluso enormes como un templo. Pero a la hora de la verdad, lo único que pedimos es que no nos mientan.
Más paradójico si cabe es que otra palabra tan simple como morro merezca demasiadas acepciones en nuestro diccionario. Puedes poner morros si te enfadas, beber a morro, caerte de morros, echarle morro a la vida, andar al morro y lo mejor: darle a alguien en los suyos. Paradójico porque una palabra tan bella como sonrisa, hecha también con los labios, solo tiene una: acción y efecto de sonreír.

viernes, 10 de junio de 2011

Una tarde en Madrid

Ayer por la tarde, con motivo de mi estancia en Madrid, pude caminar por el Paseo de Coches de los jardines del Buen Retiro, saboreando su Feria del Libro. Escaparme allí, aunque sea por un día, se ha convertido en un ritual que sencillamente me encanta. Desde que hace ahora cuatro años estuve por vez primera firmando ejemplares de mi Cartas para un país sin magia, disfruto perdiéndome entre los stands, charlando con autores, libreros y lectores, participando en sus miles de actos programados... Y desde entonces, procuro acercarme siempre en cada una de las ediciones.
Aproveché también para comprar varios textos, quedar con unos amigos -que me disculpen el resto, pues fue una visita muy corta- y charlar con mi editor. Por último, acudí a la Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla, donde asistí a la presentación del libro Ojos de gato (Ediciones Irreverentes) de Lourdes Ortiz. Para Manuel Cortés, amigo a través de los libros. Hasta la próxima, fue su dedicatoria. Un buen colofón, sin duda, para una jornada tan literaria.

sábado, 4 de junio de 2011

Martes de tertulia

Dentro del ciclo Martes de tertulia, organizado por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Santa María del Páramo, el martes 7 de junio, a las 20:00 horas, acudiré a la biblioteca pública de este municipio leonés para participar como autor en la tertulia que su grupo de lectura hará sobre mi libro Mi planeta de chocolate. En distintas ocasiones he vivido esta experiencia de encontrarme cara a cara con mis lectores, resultando sumamente positiva. En ellas he acabado descubriendo que aquello que uno escribe deja de ser suyo para pasar a ser de quien pueda disfrutarlo. Y es que ese, precisamente, es uno de los dramas y una de las grandezas de este arte sin paliativos llamado Literatura.

miércoles, 1 de junio de 2011

Viajando en el tren del corazón

Érase una vez un Corazón que debía emprender una travesía. El punto de origen estaba en un desengaño amoroso, si bien desconocía su destino. Aun cuando fueron muchos los amigos y familiares reunidos en la salida, era preciso que aquel viajero realizara su trayecto en solitario. Eligió hacerlo en ferrocarril.
Les dijo adiós. No hay despedida sencilla por mucho que la añores.
Llevaba las alforjas llenas de recuerdos, el alma en carne viva.
Subió al tren que indicaba su billete; un vagón de compartimentos, con seis plazas cada uno. En el suyo encontró a los primeros compañeros: la Nostalgia, la Impotencia, la Desesperanza, el Dolor y la Tristeza.
Con puntualidad meridiana, la máquina partió.
La Nostalgia rompió el silencio, recordando los momentos que ya no volverán. El Dolor traspira amargura en sus comentarios; lo malo de ser buena persona es que hay quien te daña para comprobarlo. La Impotencia quiso llamar la atención confesando ante el grupo que no creía lo ocurrido. La Desesperanza negó que hubiera futuro, que pudiera haber mañana tras un ayer tan intenso.
La Tristeza, llorona e introvertida, analiza las causas del desenlace:
- ¿Qué pasó?, ¿en qué me equivoqué?, ¿de quién fue la culpa?... ¿Acaso conté con lo que no tenía?
Mientras, el Corazón calla y devuelve el saludo al revisor. Su ticket está en orden.
Llegaron en hora a la primera estación. En ella se apearon Nostalgia y Desesperanza, ocupando sus asientos la Rabia y la Soledad. Fue esta última quien abrió conversación expresando que, pese a estar rodeada de gente que le daba quintales de cariño, no tenía con quién compartir sus inquietudes. La Rabia, indignada y agresiva, cargó las culpas de lo vivido contra la otra parte de la relación:
- ¿Es lícito dar con intención de quitar después?... Lo tenía premeditado.
En la segunda parada el Corazón quedó solo al bajarse los demás viajeros. En su lugar subió la Obsesión, comenzando a dar vueltas a cuestiones relativas al otro sujeto implicado: qué hará, dónde y con quién está, a qué saben los besos que no se besarán... La letra de una canción, la silueta de la luna o el detalle más nimio incitaban ese pensamiento reiterativo, que se extendía insaciable a las horas de descanso. Y es que a veces la mente se comporta como un monstruo: si le das de comer, estás perdido.
Antes de alcanzar un nuevo andén pasó por allí la Dependencia quien, al ver sitios libres, pidió poderse sentar. A ella, tan esquiva con el humo del tabaco, le habían asignado por analogía un vagón de fumadores. Agradeció el gesto afirmativo, tomó asiento junto a la ventanilla y describió un fenómeno que acostumbra a vivir: el de “la mariposa que se quema en la llama”. Una mariposa es atraída compulsivamente por la luz que emite esta. Tal atracción le resulta dañina pues cuanto más se aproxime mayor será el grado de sus quemaduras. El bello insecto insiste en su propósito una y mil veces a pesar del rechazo recibido. No puede hacer nada para evitarlo. Esa pulsión, como tantas otras, debe combatirse para impedir que destruya sin remedio al elemento sobre el que ejerce su influjo: la mariposa.
El Corazón escucha expectante.
En el alto siguiente volvió a quedarse solo, si bien no tardó en incorporarse la Resignación. Prima hermana de la Sensatez, ayudó a poner las cosas en su sitio y a despedirse de aquello a lo que hubiera que decir adiós: las ideas obsesivas, la autocompasión, el sentimiento de culpa… La vida es mucho más que una pareja que no te merece. Era importante asumir tal realidad, aun sabiendo que el olvido viene siempre con retraso.
- No reniegues de tus errores pues de su mano camina la experiencia. Tal vez la necesites para acabar encontrando a la persona adecuada... Y no te preocupes de lo lejos que debas ir. Lejos es ponerle tu sonrisa a un recuerdo que dolía.
Este tramo de viaje se hizo particularmente corto, bromeando incluso sobre aventuras pasadas.
Al llegar a su ciudad, aquel pasajero de amable conversación se apeó dejando su asiento a la Ilusión y la Esperanza. Estos trotamundos amenizaron el trayecto con sus chistes, sus canciones, sus anécdotas. ¡Qué divertido! Los tres sonríen.
En la penúltima estación, el Amor accede a una plaza del compartimento. Fue una visita tan grata como inesperada.
- ¿Qué haces de nuevo aquí? -le preguntó el Corazón.
Estrecharon sus manos, hablaron sobre las vueltas que da la vida, repasaron cómo las relaciones humanas nacen, crecen y, en ocasiones, acaban. Amar es una vía de doble sentido: muchos son los que van, pero ¡cuántos los que vuelven! El trayecto resulta distendido, feliz.
Entre muecas de complicidad aquel sentimiento revela un consejo:
- El día que vuelvas a acelerarte por alguien y tengas oportunidad de decírselo, díselo. Primero: porque apena que una relación termine antes de empezar, diluida en la timidez o el silencio. Segundo: porque este tipo de taquicardia merece lo mejor. Y tercero: porque a veces el momento oportuno pasa. Ama incluso cuando menos te lo pidan pues tal vez sea cuando más lo necesiten. Y recuerda que siempre te arrepentirás, no de lo que hiciste (que al fin y al cabo te ha llevado hasta donde estás), sino de no haber hecho aquello que quisiste y pudiste hacer.
Sólo las palabras que nacen del corazón llegan al Corazón.
Finalmente nuestro protagonista alcanzó su destino. Para su sorpresa era el mismo que el de partida, estando los familiares y amigos que acudieron a despedirle. En verdad siempre estuvieron allí, aportando su granito de arena para que ese recorrido fuera lo más breve posible.
Les agradeció su apoyo, al igual que a sus colegas de mochila, sin olvidar a uno imperceptible que había sido de gran ayuda: el Tiempo.
Cada mañana suben a ese ferrocarril demasiados ventrículos dolidos. Aun cuando piensan que su historia resulta irrepetible, todas acaban pareciéndose entre sí. Cada mediodía la Nostalgia y el resto de su cuadrilla acceden al mismo vagón mientras la Dependencia, por paradójico que pudiera parecer, sigue buscando hueco entre los no fumadores.
Pero también cada tarde regresan a esa plataforma miles de corazones acompañados por una nueva ilusión.
Es el tren de los afectos, de los latidos, de la propia vida. ¡Que no lo detenga nadie!

Nota: Cuento titulado Viajando en el tren del corazón, incluido en mi libro El amor azul marino.

viernes, 27 de mayo de 2011

Nos vamos de Feria...

Llegó la primavera y con ella las ferias literarias se multiplican por todos los municipios. Este viernes comienza la XXVII Feria del Libro de Zaragoza que permanecerá abierta hasta el domingo 5 de junio. Unas 70 casetas de los alrededor de 40 expositores subirán las persianas tras la lectura del pregón, pronunciado este año por Ángel Guinda, Premio de las Letras Aragonesas 2010.
Aun cuando no asistiré en persona a esta edición, sí quisiera recomendar dos libros y dos autores amigos que firmarán estos días sus obras en esas casetas ubicadas en el Paseo de la Independencia: Los privilegios del ángel (Ediciones Eunate) de Dolores Redondo, y Bruxaria (Ediciones Irreverentes) de Jesús Gaspar.
La XXVIII Feria del Libro de Huesca, a celebrar en el parque Miguel Servet, también se inaugura hoy. De las ediciones anteriores en las que he asistido como autor, me he llevado siempre un recuerdo extraordinario. Por las facilidades de la organización, la cercanía de esos libreros, tanta simpatía entre sus gentes... ¡Ojalá volvamos a vernos el año que viene con la que será mi próxima novela!
Y este viernes comienza tambien la LXX Feria del Libro de Madrid, con Alemania como país invitado, que se celebrará hasta el 12 de junio en el Paseo de Coches de los jardines del Buen Retiro. Por allí pasearé en la primera semana de junio, aprovechando para saludar a muchos de los amigos encontrados en este camino literario.
Lo dicho: mil sonrisas, un buen libro y... ¡nos vamos de feria!

martes, 24 de mayo de 2011

Más allá de las drogas

Más allá de las drogas: nuevos retos en la intervención con jóvenes es el objetivo que enmarca las XIII Jornadas de la Asociación Proyecto Hombre, que del 25 al 27 de mayo van a celebrarse en el Auditórium de la ONCE (Paseo de la Habana, 208) en Madrid. El próximo jueves 26, a las 18:00 horas, participaré en ellas impartiendo una conferencia titulada Uso problemático de Internet en los adolescentes, en la que abordaré las conclusiones obtenidas en el trabajo al respecto realizado junto al también doctor Antonio Piñeyroa Sierra, y por el que en su día recibimos uno de los Premios Nacionales Ulysses a la Investigación.
En esta ocasión no contaré ningún cuento ni leeré fragmento alguno de mis libros, si bien advierto que el tema en sí resulta tan actual como interesante. Os mantendré debidamente informados.