lunes, 31 de enero de 2022

Hispanos de plata

Otro de los deportes que a nivel de selección más éxitos ha cosechado para España es, sin duda, el Balonmano. Potencia a nivel internacional, en su palmares masculino de lo que llevamos de siglo los conocidos Hispanos acumulan títulos como el Campeonato del Mundo -años 2005 y 2013, además de los Mundiales Junior de 2012 y 2016-, de Europa -2018 y 2020-, medallistas olímpicos -de Sídney a Tokio-, Supercopa de Naciones -2003 y 2011-... y desde este domingo también Subcampeona Europea, sumando su novena medalla en los torneos organizados en el Viejo Continente.
Por su parte, y entre otros galardones, a nivel femenino podemos presumir de un Subcampeonato del Mundo -2019-, otro de Europa -2014- y un bronce olímpico en los Juegos de Londres.
Realmente, en el contexto de otra competición impecable, la final de esta tarde se ha perdido por detalles... ¡A falta de medio minuto estaba convencido de que íbamos a ganar! Y aunque la plata de cualquier torneo deje siempre cierto regusto amargo por terminar con derrota, a partir de mañana seremos realmente conscientes de esta hazaña conseguida, con el añadido de que varios de sus jugadores se han sumado al equipo por primera vez. 
Y es que esa sucesión de títulos da muestras de que se cuida el relevo generacional. Ayer mismo, un amigo amante del Balonmano me pasaba algunos vídeos de su hijo desbordando técnica e ilusión en otro partido de categoría Benjamín. Lo mismo sucede con el mío o sus compañeros de equipo Alevines, quienes sueñan con parecerse algún día al gran capitán Guardiola y su legión de Hispanos
Por todo ello, seguiremos mimando la cantera, a sabiendas del bien que el deporte regulado aporta a niños y niñas, constituyendo de paso la mejor garantía para seguir recogiendo tales frutos.

domingo, 30 de enero de 2022

¡Vamos, Rafa!

Aunque apenas jugamos al Tenis y ni siquiera sea nuestro deporte de cabecera, algún que otro domingo me gusta echar un partido informal contra mi hijo. De hecho, a él le encanta enfrentarse a mí porque soy un adversario demasiado fácil de doblegar. Hoy mismo teníamos pista reservada, si bien la hemos anulado para ver en acción a otro tenista que hasta hace poco más de un mes no estaba en condiciones de competir, que en diciembre estuvo encamado por la COVID19, que padece una lesión crónica de escafoides que podría invitar a su retirada, que se ha enfrentado a rivales más jóvenes que son de lo mejor del circuito, que quizá llegara a este campeonato algo falto de entrenamiento... pero que, sin duda, es por sí mismo y con todo merecimiento un ejemplo de cada uno de los valores que representa cualquier deporte: RAFA NADAL. Y es que esta mañana, además de convertirse en el primer tenista del mundo en ganar 21 torneos de Grand Slam firmando otro partido para la Historia, ha vuelto a ser referente de esfuerzo, pundonor, saber estar -correctísimo en sus palabras para su contrincante- y saber ganar, en un momento anímico en el que muchos lo necesitamos.
Aun cuando la comparación pueda parecer irreverente, al igual que pasa cuando recuerdo a mi madre, me sobrevienen tantos adjetivos positivos para calificarle que no me sale ninguno. Tan solo decirle gracias y enhorabuena, junto a esas palabras de aliento que a menudo copiamos en nuestro Hospital, mientras tratamos de remontar otros envites mucho más duros por esta vida: ¡Vamos, Rafa!, ¡vamos todos!

sábado, 29 de enero de 2022

El último tiro

Al margen del resultado del partido amistoso que disputó esta mañana mi hijo con su equipo Alevín de Balonmano, sentí que al salir de vestuarios estaba un tanto decaído. Al preguntarle por los motivos, compartió que hubo una jugada perfectamente explicada por su entrenador en coordinación con el resto de la plantilla, que sobre la pizarra terminaría con un tiro suyo que debía ser gol. 
En principio, todo sucedió según lo previsto. El central pasa su balón al pivote, este al lateral izquierdo que se lleva consigo a la defensa; de ahí va a Manuel en el extremo, dribla a su marcador dando dos pasos, salta perfectamente y lo lanza con efecto, batiendo al portero pero estrellándolo contra el poste. De manera que el tanto no subió al marcador, a pesar de haber tejido una jugada técnicamente perfecta.
Ante la posibilidad de que le rondara ese fantasma de haber fallado a la confianza que en él depositaron sus compañeros, me acordé de una frase que ante otro deporte hermano dijera el mítico Michael Jordan y que enseguida le repetí: He marrado más de 9.000 tiros durante mi carrera, he perdido casi 300 partidos. En 26 ocasiones me han confiado el último tiro del encuentro y he errado. No he acertado una y otra vez en mi vida... Pero justamente por eso he tenido éxito. Y es que, aun siendo todavía un juego, en ese aprendizaje no puede tener cabida la palabra rendición. Será que como asegurase aquel otro genio llamado Magic Johnson, si te rindes una vez, estás perdido... porque corres el riesgo de que se convierta en hábito.

viernes, 28 de enero de 2022

Votamos

Sin duda alguna, esta pandemia de COVID19 ha traído consigo otras muchas epidemias; entre ellas, la de los problemas de salud mental cuya incidencia, tristemente, también anda disparada. Lo constato cada día en mi ejercicio profesional, en esa cotidianidad del Manuel ciudadano que si antes se identificaba más con el enanito Feliz del cuento de Blancanieves, últimamente lo hace con su homólogo Gruñón.
Quizá por ello me ha impactado tanto visualizar el cortometraje Votamos, dirigido por Santiago Requejo, asesorado por los profesionales médicos de la institución Hermanas Hospitalarias y nominado con todo merecimiento en la categoría Mejor Cortometraje de Ficción para los próximos Premios Goya
La historia comienza con una votación de alguna junta vecinal a propósito de instalar un ascensor en su comunidad, si bien acabará en otro debate despiadado sobre la conveniencia de que vaya a vivir allí cierta persona con problemas psicológicos de fondo. ¡Una cinta para verla, para pensarla, para reflexionarla!
Porque sumándome a las palabras de su protagonista, Raúl Fernández de Pablo, yo también he pasado un año psicológicamente muy difícil, que nos atrevemos poco a compartir... Y como asegura el artista Dani Martín, por eso mismo os invito a que veáis este maravilloso corto que habla de todos nosotros.

jueves, 27 de enero de 2022

Un Cambio de Estación sencillamente de lujo

Tal como estaba previsto, ayer celebramos en la Biblioteca Padre Isla, de León, el encuentro literario Cambio de Estación: Invierno, que debió aplazarse en su día por motivos de esta pandemia, incluyendo la presentación de mi último libro Catorce lunas menguantes (MAR Editor). Y he de reconocer que no puedo estar más satisfecho de su desarrollo: tuve una anfitriona de lujo -Mariado junto a todo su equipo-, un presentador de primera -Héctor-, dos reporteros excepcionales -Alejandro y Marcelo-, esa sala llena de lectores a pesar de tantas restricciones, varios cuentos compartidos, otro ambiente agradable que enaltece la Literatura... ¡Incluso en plena cuesta de enero, estuvimos a punto de agotar todos los ejemplares que llevamos!
Escribir me ha regalado detalles impagables, aunque ninguno como ese que -jugando con sus propias palabras- heredé de mi maestro Gabriel García Márquez. Porque si él inventaba historias para que sus amigos le quisieran más, yo lo hago para querer más a mis amigos. Y creedme cuando confieso que a menudo lo consigo.

miércoles, 26 de enero de 2022

Lecciones de Balonmano

Ahora que mi hijo juega la liga regular del Campeonato de Castilla y León de Balonmano, categoría Infantil, con su Abanca Ademar León Promesas, me pide muchas noches -después del último cuento- que comparta con él los detalles de aquella vez en que el equipo de mi colegio -nuestro glorioso Jerónimo Zurita- se proclamó campeón escolar de Zaragoza en ese mismo deporte. Ocurrió hace tantos años que a menudo relleno los huecos de mi memoria a base de heroicidades. En aquella final ante Marianistas, fui yo quien robó el último balón del partido para acabar marcando contra pronóstico ese gol de la victoria. 
Y en otra semifinal que ayer le narraba, ante un Corazonistas claramente favorito, remontamos seis goles de desventaja sencillamente porque nunca nos rendimos.
Detrás de cada lance recordado, de cada jugada compartida o incluso de cada proeza imaginada, pretendo transmitirle esos valores deportivos que yo aprendí por entonces: que disfrute y ame aquello que practica, que el éxito solo llega detrás del esfuerzo, que confíe siempre en sí mismo -además de en sus técnicos y sus compañeros-, que por duro que parezca nada resulta imposible... Y sobre todo, que en la vida -como en el Balonmano- unas veces se gana y otras ¡se aprende!
Para esta noche pensamos rememorar aquel encuentro de cuartos que ganamos holgadamente contra la plantilla del Joaquín Costa. Creo que les vencimos por más de diez tantos. De ahí que tocará repasar el respeto hacia cualquier adversario, esa nobleza sobre la cancha que acostumbra a disfrazarse de humildad y algo muy importante que -por difícil- demasiados adultos jamás aprendieron: saber ganar.

martes, 25 de enero de 2022

Surcos

Mi tía Consuelo nunca fue mi tía sin más. Ni siquiera alguien cualquiera. Ella era una persona extraordinariamente entrañable, digna hermana de mi madre y del resto de sus hermanas. Allá donde iba, siempre sumaba. Jamás, aunque le doliera, pondría una mala cara; jamás, aun en sus momentos peores, negaría su sonrisa; jamás, pese a estar al final tan afectada, nos dejó de animar. No es que se hiciera querer... ¡es que era imposible no quererla!
En nuestras conversaciones telefónicas, solíamos hablar de mis libros. Mi tía se leyó todos... Y con ella, comentamos todos. A veces le bromeaba diciendo que era mi agente literario en esa Tudela donde vivía. No en vano, recomendaba esos cuentos a cada amiga, de entre las que había otra lectora mía de lo más especial y que además hacía teatro: Maribel Lafuente.
Hoy he sabido por mi prima -quien ha heredado la belleza interior y exterior de su madre- que dicha amiga protagoniza una película titulada Surcos, dirigida por Julio Mazarico, que a través de cinco episodios pone la mirada en las personas mayores y en cómo han vivido la llegada del Coronavirus.
Este quintal de historias en tiempos de pandemia atesora nada más y nada menos que veinte candidaturas a la 36º Edición de los Premios Goya 2022, incluyendo las de mejor película, mejor dirección novel y mejor actriz protagonista, en este caso para Imelda Loperena y la citada Maribel Lafuente. ¡Qué pasada!, ¡qué alborozo! Sé que mi tía Consuelo, como nosotros, estará encantada por ello. Y es que siempre, siempre, hacía suyas las alegrías de quienes tanto quería. 

lunes, 24 de enero de 2022

A ese sanitario que conozco tan bien

Conozco muy bien a cierto sanitario que, en el ejercicio de sus facultades, a principios de año tuvo un contacto de riesgo COVID19 difícil de evitar con algún paciente al que atendía. Siguiendo la estrategia vigente y dado que tenía su pauta de vacunación completa, en principio quedó exento de cuarentena, si bien durante los diez días siguientes al referido contacto redujo todo lo posible sus interacciones sociales, utilizando de forma constante una mascarilla al menos de nivel FP2. De hecho, llegó a llevar una vida completamente al margen de su familia. Sin besos, sin abrazos, durmiendo y comiendo a solas, pero siempre con la comprensión de los suyos, quienes sabían de sobras que lo hacía por su bien.
Asimismo, aquel sanitario permaneció atento a la aparición de síntomas compatibles -que por suerte no los hubo-, haciéndose las dos PCR pautadas con resultado Negativo -una al principio y otra al final-. A mayores, y al desarrollar su labor profesional en un centro hospitalario, por indicación de su Servicio de Salud Laboral extremó las medidas de prevención durante su tarea asistencial, utilizando los equipos indicados, evitando en lo posible el contacto con pacientes vulnerables y realizándose al punto de cada mañana un test de Antígenos, en todos los casos con resultado Negativo. Recuerdo que, justo después de comprobarlo, le enviaba a su mujer una foto del autotest para que estuviera tranquila. 
En verdad, me consta que durante esas jornadas aquel sanitario se cuidó con responsabilidad, a sabiendas también de que -al margen de evitar una posible transmisión que luego no ocurriría-, haber cogido la baja médica supondría que otro homólogo con su agenda hipercargada tuviera que suplir su trabajo o -en el peor de los casos- los pacientes que tenía citados debieran volver a casa sin atención, engrosando con ello las malditas listas de espera.
Sé bien que en esos días hizo demasiados nervios. La contractura que aún sufre en su cuello, indómita a tantos miorrelajantes, parece el resultado de dicha tensión. Por suerte y salvo eso, todo acabó bien.
Sin embargo, esta mañana aquel mismo sanitario andaba por los pasillos del Hospital y al verle alguien con su bata blanca -probablemente otro paciente despistado- le detuvo para preguntarle dónde pedir cita para una prueba concreta. Él no lo supo -tampoco tenía por qué saberlo- y cortésmente así le respondió... a lo que el sujeto reaccionó ante su persona de manera tan grosera -hubo insultos contra los médicos- como desmedida -hubo gritos prolongados en el tiempo-. Y es que, últimamente, otra de las pandemias que estamos padeciendo es la de esa sobredosis de crispación.
De ahí que este sanitario -cansado como tantos-, aun cuando le apasiona una profesión tan vocacional y seguirá ejerciéndola responsablemente hasta el último de sus días, a solas nos confiesa con tristeza que si volviera a nacer elegiría cualquier otra. Quizá la de mago, consistente en sembrar sonrisas. A fin de cuentas, también tiene su encanto hacerte invisible de rato en rato aunque solo sea para ver qué cara pondrán los demás cuando tú ya te hayas ido.

domingo, 23 de enero de 2022

Cambio de Estación: Invierno

Este próximo miércoles 26 de enero, a partir de las 19:00 horas en la Biblioteca Padre Isla -Avda. Padre Isla 57; León-, tendré el honor de ser el escritor invitado al ciclo literario Cambio de Estación: Invierno, organizado por Bibliotecas Municipales del Ayuntamiento de León. En él, además de presentar mi último libro Catorce lunas menguantes (MAR Editor), ilustrado por la genial Raquel Ordóñez Lanza y galardonado con el II Premio Liliput de Narrativa Joven, desvelaré alguno de mis secretos mejor guardados sobre mi trayectoria como narrador.
Así, compartiré aquella propuesta recibida en su día para que mis cuentos salieran firmados por otro... aquel sueño que duró seis meses, cuando una productora sopesó la posibilidad de llevar al cine alguna de mis novelas... o las razones por las que otra de ellas no acabaría traducida al italiano.
Durante este acto estaré acompañado por una persona tan ligado al mundo de la Literatura como Héctor Escobar. Alguien que, siempre que me pregunta cuando nos vemos, siento que aguarda sin prisa a que le dé una respuesta. 
Cambio de Estación: Invierno. Por supuesto, estáis todos invitados.

sábado, 22 de enero de 2022

En otra mañana soleada

Cualquier mañana soleada supone una invitación para pasear entre parajes naturales, como acostumbro a hacer cada sábado -siempre con permiso del Balonmano de mi hijo- con el bueno de Nicasio. A pesar de lo agradable del recorrido, hoy le sentí preocupado... y con ganas de conocer mi opinión sobre alguno de esos asuntos que aparentemente le angustian.
De hecho, no tardó en preguntarme por la evolución de esta sexta ola de la COVID19, que sigue batiendo récords de incidencia y cuyos ingresos diarios en UCI equivalen a casi la mitad del peor pico del repunte habido hace un año. Ciertamente, le respondí que desde mi puesto de preventivista en un Hospital -responsable de sus aislamientos-, estamos preocupados por la presión asistencial que conlleva y sentimos a diario en nuestra piel. Aunque resulte impopular y siguiendo las premisas de mi colega, el epidemiólogo Quique Bassat, yo propondría en periodos así el llamado confinamiento express, consistente en parar el sistema de actividades no esenciales durante al menos 10 días, lo que en otros países europeos se ha traducido en una caída drástica del número de contagios. Desde luego, por mucho que lo diga cualquier presidente, pienso que aún estamos lejos de que esta pandemia se gripalice, pues con esas tasas de vacunación tan bajas en los países en vías de desarrollo, la probabilidad de nuevas variantes continúa siendo alta. Tampoco me preocupa nada esa carrera de postureo por ser el primer estado que declare endémica la COVID19... Y, por supuesto, su propagación poco tiene que ver con los vientos del nordeste. Pero en fin; ¡parece que lo que desconocen nuestros científicos lo saben cada vez más nuestros políticos!
Luego me cuestionó sobre el conflicto EE.UU.-Rusia con motivo de Ucrania. Sin duda y ante intereses tan dispares, ¡mal asunto! Suenan tambores de guerra aunque, como siempre, no los queramos escuchar. Me encantaría ser optimista y hasta utópico, creyendo que con salir a la calle tras una pancarta gritando ¡No a la guerra! rebajaríamos sus tensiones. De manera que solo queda confiar en la diplomacia y en el sentido común de los pueblos, porque en el de sus dirigentes hace tiempo que lo hemos perdido.
Y me interrogó sobre ese dato de que nuestra ciudad haya tenido el mes de diciembre más cálido desde que existen registros de temperatura. Otra consecuencia más del cambio climático, que debe considerarse durante un periodo, no como hacemos a menudo en un día puntual. Y es que tal hecho no se refiere a sitios distantes como la Antártida o Groenlandia, sino al mismísimo lugar en que vivimos. Porque de seguro que todos queremos un mundo mejor para nuestros hijos, pero nos negamos a renunciar a esos pequeños actos que poco a poco lo van degradando. Solo para comprobarlo, le invitó a que compruebe la cantidad de basuraleza que arrojamos a pasajes tan hermosos como la ribera del Bernesga o que se asome a la terraza de debajo de mi casa con sus cinco calefactores encendidos -sin regulación alguna y con la consecuente emisión de gases con efecto invernadero-, incluso en mañanas tan soleadas como las de este sábado que invita a pasear.
Al final, y a sabiendas de nuestra afición al Balonmano, quisimos despedirnos con una buena noticia: tal y como está jugando, vemos a la selección de España con muchas posibilidades de reeditar su título de campeona de Europa. ¡A menudo, lo de más es lo de menos! Y es que últimamente, para encontrar alguna noticia positiva en cualquier telediario, no queda otro remedio que recurrir a su sección deportiva.

lunes, 17 de enero de 2022

En otro Blue Monday

Según un psicólogo de la Universidad de Cardiff, el tercer lunes del mes de enero constituye el día más triste del año, también conocido como Blue Monday. Para establecer tal relación, se combina en una fórmula poco científica distintos factores como el tiempo atmosférico, la cuesta económica después del dispendio navideño, el abandono prematuro de los propósitos de Año Nuevo y -en este 2022 añadidos- los estragos de la sexta ola de la COVID19.
Varias cadenas de televisión se han hecho eco de tal evento... Y numerosos centros comerciales han publicitado esta fecha promocionando stocks fuera de temporada a precios de saldo, tratando de dar salida a un género que probablemente ni siquiera necesitemos.
En cualquier caso vivimos en una sociedad que cada día demanda más un día de... Así, analizando simplemente mis aficiones, constato que los tengo para todas: 20 de marzo -Día Mundial del Cuento-, 3 de julio -Día Internacional del Palíndromo, porque sé verlas al revés-, 7 de octubre -Día Mundial de la Sonrisa, a sabiendas de sus múltiples ventajas-... Y hasta ayer mismo, 16 de enero, fue el Día Internacional de la Croqueta, producto culinario con el que gané mi primer concurso literario en aquel certamen de recetas.
Sea como fuere, y sin darle otra relevancia a esta seudociencia, cada vez quedaría menos para ese 20 de junio, conocido como el Yellow Day y considerado el más feliz del año por incluir en su fórmula mayores horas de luz, la proximidad de las vacaciones, un aumento progresivo de las temperaturas y -sujetos siempre a la Esperanza- esa normalidad epidemiológica que todos cuanto antes estamos deseando.

domingo, 16 de enero de 2022

La base del Balonmano

De siempre me ha gustado el deporte de base. Recuerdo hace años, cuando lo mío era el Fútbol, la de fines de semana que pasaba en el campo de mi barrio, disfrutando con partidos de las categorías inferiores de nuestro Club Deportivo Ebro. De hecho, recuerdo haber visto sobre su césped a jugadores como Milla, Villarroya o el mismísimo Puyol antes de que triunfaran no solo con sus equipos sino con la selección.
Ahora que soy aficionado al Balonmano, hago lo propio siguiendo los partidos de mi hijo en su Abanca Ademar León Promesas, de categoría infantil. Este sábado por la tarde disputaron contra Sariegos Promesas -equipo vecino, en el que contamos con varios amigos- el encuentro de la jornada. Segundo contra primero, con permiso del Prevennova Burgos. Fue otra celebración del deporte, con un graderío prácticamente lleno, mucha animación, ese marcador que podría haberse inclinado hacia cualquiera de los dos lados y un desenlace final a modo de rosca para quien mejor supo gestionar la tensión de este partido. 
Por un momento hice amago de quedarme con sus nombres, soñando con que más de un pivote o lateral de los que estaba sobre la pista acabará despuntando en sus primeros equipos. Sin embargo, a estas edades lo más importante no es eso... ni siquiera el resultado... sino que aprendan y disfruten de cada lance, adquiriendo en ellos tantos valores -grupales e individuales- que les transmite la práctica deportiva.
Por eso al final, entre el saludo emotivo de los jugadores, la ovación fue para todos. Enhorabuena por vuestro esfuerzo, por esa ilusión, por el espectáculo que nos habéis ofrecido... ¡Y es que así son las fiestas del Balonmano de base!

viernes, 14 de enero de 2022

El balón rojo

En nuestro último paseo a orillas del Bernesga, mi amigo Nicasio refunfuñaba por lo cara que se ha puesto la vida. Estando en los niveles de inflación más altos de las tres últimas décadas, no es de extrañar que el precio medio de la cesta de la compra del pasado mes de diciembre haya sido el más gravoso de nuestra historia. Y eso que, a fin de aligerarlo ante las Navidades, su turrón de almendra fue en verdad de cacahuete. 
Por mi parte, le comentaba la presión asistencial que esta sexta ola de la pandemia ha impuesto en los centros sanitarios. Como suelo comentarle, si habiendo tantos casos seguimos ambos siendo Negativos, nos van a acabar dando algún diploma. Lo que no acertaría nunca es a saber de qué.
Así, deambulando entre banalidades, nos paramos ante otro cartel improvisado: "Perdido balón rojo en esta zona. Aunque parezca que no vale nada, para el niño que lo extravió tiene un precio incalculable", seguido de un Muchas gracias y cierto número de teléfono. Ante tal reto propuesto por el destino, nos sentimos incapaces de rechazarlo y comenzamos a buscar. Lo primero de todo, repartir el territorio:
- ¡Tú por aquel ribazo... Yo por esa orilla!
Luego, prestar atención al paraje.
Lo más probable sería que no encontráramos nada o incluso que encontrásemos otras cosas que no andábamos buscando. A fin de cuentas, la propia Historia de la Humanidad está repleta de ejemplos similares: Colón llegó a América cuando viajaba a las Indias Orientales, Fleming descubrió la penicilina mientras estudiaba hongos, o Madame Curie se percató de las propiedades de los rayos X realizando su tesis sobre las sales de uranio. Técnicamente, tal circunstancia se conoce como Serendipitia, que vendría a traducirse como la suerte del investigador bien preparado. Y es que a menudo, en nuestro proceso de indagación, hallamos resultados distintos a los esperados, aunque de algún modo los podrían incluso superar. 
Pues bien... Estando en esas, no vislumbramos pelota alguna pero sí -casual o causalmente- un billete de diez euros. ¡Mira que hemos salido tardes a pasear y nunca antes nos había ocurrido! ¡Pura Serendipitia! De manera que, entre la alegría y la sorpresa, decidimos destinarlo a comprar otro esférico que entregaríamos al chiquillo referido en el cartel. Nicasio, más sobrado de tiempo, se encargará de todo. Aunque justo ahora, con la inflación disparada, lo realmente difícil no sea buscar algo... sino encontrar cualquier tienda en la que vendan balones por ese módico precio.

miércoles, 5 de enero de 2022

En mi Noche más emotiva

Cualquiera que me conozca sabe que desde siempre esta Noche de Reyes es para mí la más especial. En todas ellas he procurado recargar mis ilusiones, proponiéndome de paso cualquier reto para ese año nuevo que acabamos de estrenar. Y desde que escribo, adquirí el ritual de componer en su transcurso la primera línea de alguna obra a la que daría forma en los meses sucesivos. Así fue desde mi ópera prima El amor azul marino (Editorial Amares), con la que obtuviera el Premio Amares 2005, hasta esas últimas Catorce lunas menguantes (MAR Editor) galardonadas con el II Premio Liliput de Narrativa Joven 2020.
Admito que la del año pasado no cuajaría pues, al margen de tres relatos, cien entradas en un blog y media docena de palíndromos -quizá porque sé verlas al revés-, en ese 2021 marcado por la pandemia mi capacidad creativa acabó sobrepasada por nuestra labor profesional. En este sentido, reconozco también que fue y sigue siendo duro.
Por eso para hoy, como anticipo de mi nueva normalidad, me propongo con más fuerza si cabe recuperar esa tradición, sentarme ante otro folio en blanco y volver a hacer algo que simplemente me llena: plasmar mis emociones sobre él. A fin de cuentas, ese será mi regalo para mi noche más emotiva.

lunes, 3 de enero de 2022

En la II Gala Benéfica Fabiola Andrés

Esta tarde hemos asistido a la II Gala Benéfica Fabiola Andrés, celebrada en el Auditorio Ciudad de León en favor de la Asociación Vyda -Voz y Difusión del Angiosarcoma-. Y lo hicimos a sabiendas -tanto personalmente en nuestra familia, como profesionalmente por mi condición de médico- de lo que supone que alguien de tus cercanías padezca cualquier enfermedad rara, cuando además suele percibirse socialmente como tan lejana.
En el evento disfrutamos de esa sucesión de músicos, cantantes, bailarines o actores que tejieron un espectáculo de lo más entretenido. Particularmente, nos emocionó la actuación de nuestra amiga Cristina con su agrupación The Lion's Black Roars.
Y como no podía ser de otra manera, el público respondió; de manera que la Solidaridad superó incluso a la de la primera edición, celebrada antes de que brotara esta maldita pandemia. Será que lleva razón el maestro Coelho asegurando que las pequeñas cosas son las responsables de los grandes cambios. Será que este año, reconociendo el legado artístico de Fabiola Andrés, nos apuntamos con fuerza a gritar ¡Vyda!

sábado, 1 de enero de 2022

Por un 2022 según Jacob Petrus

Despedimos 2021 en familia, ante una cadena de televisión con cierto presentador improvisado -la inicialmente elegida debió ser sustituida por resultar positiva en una de esas pruebas hechas durante esta pandemia- que, lejos de superficialidades, emitió un mensaje tan sencillo como claro con el que me identifico plenamente. Así, el científico Jacob Petrus -presentador del programa Aquí la Tierra- sorprendió en la emisión de Televisión Española declarando para grandes y pequeños que no se trata de dejar un planeta mejor para nuestros hijos, sino unos hijos mejores para nuestro planeta. De igual modo, insistió en que nosotros no vamos a salvar al planeta; este nos va a salvar a nosotros y va a depender de la forma que tengamos de relacionarnos con él. Y de paso pidió que haya un poquito más de calma, de sosiego, que la vida nos dé menos sustos, no solo por la COVID, sino también por Filomena, esas borrascas o el volcán de La Palma
Por ello, le felicitamos de corazón; porque realmente somos muchos quienes pensamos así. Y si no, ahí están para demostrarlo nuestras Catorce lunas menguantes (MAR Editor), galardonadas con el II Premio Liliput de Narrativa Joven e ilustradas por la genial Raquel Ordóñez Lanza, desde cuya lectura también aspiramos a conseguir entre todos un mundo más sostenible.