martes, 26 de febrero de 2013

Paraguas en Puerto Nuevo de las Cerezas

Sol, moreno de piel, mercadillo los jueves y domingos, alguna tormenta a media tarde, calor, mucho calor. Amigos a los que pides que miren disimuladamente y nunca miran disimuladamente, padres que mandan callar a sus hijos cuando piensan que tienen razón, alumnos que lamentan lo mal que les salió un examen y luego sacan sobresaliente, este municipio donde todas las frases -aun sin parecerlo- comienzan por un no. El paisaje desprende colores con perspectivas propias de un cuadro renacentista. Y aromas, olores, sabores, millones de sonidos, melodías, un tacto agradable… Porque a veces nos olvidamos de los otros sentidos, convencidos de que solo somos vista.
Aquí, en Puerto Nuevo de las Cerezas, hay un pueblo con muchos pueblos dentro. En ellos descubrimos la psicodelia luminosa de su recién estrenado karaoke, tanta paz rebosando por los huertos, gente con clase y clases de gente. Desde el bar de alguna esquina se demanda paciencia: Una buena tortilla necesita tiempo; su paladar agradecerá la espera. Y en el descansillo del Ayuntamiento, el ordenanza de turno aguarda la incorporación de un nuevo secretario para ponerle su mote debido.
Ni Jerusalén, ni Roma, ni Santiago de Compostela. Dicen las buenas lenguas que este es el lugar del mundo que tiene más fe. Miles de peregrinos cargados de ella atraviesan sus calles, pero al entrar en el teleclub y departir con sus gentes, la pierden sin remedio. Quizá por eso, aquí tenemos lo que vivimos, lo que disfrutamos, lo que amamos… Y por supuesto, lo que creemos.

Nota: Texto incluido en el capítulo titulado Desde las puertas del cielo, perteneciente a mi libro Siete paraguas al sol.

viernes, 22 de febrero de 2013

Ayn Rand para estos tiempos nuestros

Leo la cita del libro La rebelión de Atlas de Ayn Rand, filósofa y escritora estadounidense de origen ruso: "Cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican no con bienes, sino con favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias, y no por el trabajo, y que las leyes no lo protegen contra ellos, sino que -por el contrario- son ellos los que están protegidos contra usted; cuando repare en que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un sacrificio, entonces podrá afirmar, sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada".
Aunque escrito en 1950, invita a reflexionar en estos tiempos nuestros.

martes, 19 de febrero de 2013

Con un rebuzno de más


Recordar equivale a no repetir. Tampoco hay nada nuevo, salvo aquello que olvidamos.
Hubo un día de mercado en el que mi abuelo Tomás quiso vender su mulo; un cuadrúpedo de espíritu rebelde que no responde a las órdenes recibidas. Da una coz, y otra, y otra; un rebuzno, y dos, y tres. ¡Terco como una mula!
En un giro brusco del animal, Tomás cae al suelo confundiéndose con el barro. Ha sido una caída, ¿limpia? Lleva tierra hasta en el ombligo. Entonces, sin perder la compostura, le mira musitando:
- Y que tenga que hablar bien de ti...
Un granjero de la aldea ha mostrado su interés. El éxito comienza en los malos tiempos. Tras unos minutos de regateo, imprescindible para guardar las apariencias, llegan a un acuerdo; ha sido un buen negocio para ambos. He captado su enseñanza: nunca digas adiós ni dejes de sonreír si todavía tienes que tratar.
Regresan felices a la finca. Mi abuelo, con una coz de menos; aquel aldeano con un rebuzno de más...

Nota: Párrafo perteneciente al relato Por arte de magia, incluido en mi libro Cartas para un país sin magia.

sábado, 16 de febrero de 2013

50º aniversario de Librería París

A lo largo de este año la zaragozana Librería París celebra su 50º aniversario. Medio siglo dedicada al mundo del libro, que sus actuales regidores han reflejado en un calendario cargado de nostalgia que rinde homenaje a José Muñío, el fundador de esta empresa familiar. Asimismo han preparado una serie de presentaciones, firmas y actividades destinadas a la difusión de la cultura, además de seguir con el programa Tras las portadas dirigido a los lectores más jóvenes.
Sin duda, una estupenda noticia en estos tiempos que corren de la que me hago eco con gusto, a la vez que les felicito de corazón.

miércoles, 13 de febrero de 2013

En el Día Mundial de la Radio


-  ¡Matahari!
La respuesta es correcta.
De pequeño me encantaban los concursos de radio en los que había que acertar un personaje atendiendo a los datos que te ofrecían. No resultaba fácil adivinarlo, pese a lo cual reconozco mi habilidad para enlazar las pistas de la locutora y llegar al nombre propuesto. Otra cuestión era que acabasen dando entrada a la llamada telefónica entre el aluvión de oyentes que participaban. Gané en dos ocasiones. Aunque el premio consistió en un lote de discos a cuyos intérpretes no conocía nadie, me hizo muchísima ilusión.
El viejo transistor de tonos metálicos fue durante esos años uno más de la familia. Aquel consultorio de Elena Francis puso luz en miles de corazones solitarios:
-  ¡Paciencia mujer, mucha paciencia!
Cada parte desmenuzaba las peripecias de un fugitivo apodado El Lute, los lances ante el toro de un valiente Cordobés, los acordes de ese principiante llamado Julio Iglesias. Y el domingo vibrábamos con los goles de los Asensi, Juanito o Cardeñosa en la retransmisión a pie del estadio.
Como tantos y tantos españoles, no olvidaré nunca la noche del 23-F -23 de febrero de 1981- cuando un intento de golpe de estado puso en peligro nuestra convivencia democrática. Por aquel entonces yo era un estudiante de bachillerato, sin apenas conciencia política, que siguió el evento adherido a un receptor.
-  Dice Radio Nacional que los golpistas se han retirado.
Todos respiramos tranquilos.   
Todavía ando conectado a la magia de las ondas y asiduamente, antes de acostarme, sintonizo una emisora en busca de..., ¡a veces pienso que en busca de mí mismo!

Nota: Texto perteneciente al relato titulado A las puertas del Edén, incluido en mi libro El amor azul marino.

viernes, 8 de febrero de 2013

Un galardón para Los Argonautas

Como ya sabéis, desde mi condición de médico y psicólogo, especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, colaboro asiduamente con el Proyecto Solidario Los Argonautas que tiene entre sus objetivos procurar un envejecimiento activo y saludable, acompañando a las personas mayores más desfavorecidas. Bajo la dirección de mi amigo Fernando Fernández Gil, hemos diseñado numerosas actividades de voluntariado a realizar en hospitales, residencias geriátricas, casas de acogida... Siempre desde un espíritu altruista y luciendo una sonrisa por bandera.
Por eso estoy realmente contento de compartir que el Proyecto Los Argonautas ha quedado finalista en el Premio de Emprendimiento Social organizado por la Universidad Europea de Madrid. Un galardón que, aunque no buscado, es sin duda merecido y hace justicia con lo que están construyendo.
Desde el corazón, de corazón y con todo corazón, ¡felicidades, compañeros Argonautas!

miércoles, 6 de febrero de 2013

Hacia el país de los franceses


Un convoy de camiones avanza despacio por la carretera. Quien corre, corre riesgos. De noche, sin luces ni luna, persiguiendo a las nubes sin quererlas alcanzar. El ruido de los motores reina en el silencio. No son horas ni motivos para dar conversación.
Benito induce su sueño en el remolque que cierra fila; los últimos serán los primeros. Va cargado de riquezas: el edredón compartido, un coscurro en su macuto, escarcha, barro, sin más celos que los celos que le tengan, y la frase de algún día retumbándole en la sien: a quien madruga, Dios le ayuda. Con lo temprano que se levanta, la providencia estará de su lado.
Aunque amenaza nieve, no nieva. Aunque anuncien vientos, no ventea. La vida es más fácil dejándose llevar.
Mucha gente, demasiada, deambula por un arcén cargada de fardos. Abuelos, padres, hijos, vecinos. ¡Ojalá el éxito uniera tanto como la adversidad! Huyen de los morteros, del olor a chamusquina, de la sinrazón. Cuando rezaba por salir del convento no lo hacía en nombre de semejante odisea.
Del campamento a una aldea, a un pico que asoma sobre la costa, más empedrado, un puerto lleno de barcos. Y al fondo, en los albores de otra jornada, el mar. ¡La primera vez que lo siente, la primera vez que lo ve!
Ondiñas veñen, ondiñas veñen,
ondiñas veñen e van.
Non te vaias rianxeira,
que te vas a marear.

¡Qué hermosura! Sin duda, su azul es el color del paraíso...

Nota: Párrafos pertenecientes al capítulo En el país de los franceses, incluido en mi libro Mi planeta de chocolate.

domingo, 3 de febrero de 2013

18º Aniversario de Librería Albareda

La zaragozana Librería Albareda celebra en este febrero su 18º aniversario. Con tal motivo, a lo largo del mes van a sortearse distintos libros de autores aragoneses, entre los que tengo el placer de encontrarme. Y así un ejemplar de Cartas para un país sin magia, otro de Mi planeta de chocolate y un tercero de Siete paraguas al sol formarán parte del lote al que optarán sus clientes y amigos.
Vaya desde aquí mi felicitación para todos los integrantes de Librería Albareda por estos 18 años de trabajo en favor de la Literatura, junto a mi agradecimiento más sincero por su apoyo y confianza.

viernes, 1 de febrero de 2013

Entre el cielo y el mar


No tengo ninguna duda: José María Negrón Carreño es un hombre del Renacimiento; un intelectual preparado en todas las disciplinas y en todos los terrenos. Lo sé de primera mano. Además de trabajo y amistad, he podido compartir con él muchas de sus inquietudes: los artículos en el ámbito de la psicología, un libro de investigación histórica, sus relatos cargados de reflexiones, tantas clases impartidas, su papel de locutor en un programa de radio, esa pasión por la composición musical… De hecho, desde esta última faceta, tuvo el detalle de crear la obra más entrañable que jamás me han regalado: Nana del Principito, dedicada a mi hijo Manuel.
Ante una persona así, la poesía no podía pasar desapercibida. De hecho, estoy seguro de que este libro Entre el cielo y el mar se habría convertido para él en una necesidad. Estamos ante una colección de poemas muy personales, escritos a lo largo de su vida. Los hay sentimentales, de puro amor, algunos infantiles como Mi amigo Eliseo, otros dedicados a su tierra, a las cosas cotidianas, a nuestro día a día. Y detrás de todos ellos, asoma alargada la sombra de su autor.
Son estrofas aparentemente sencillas pero –quizá a consecuencia de su formación- dotadas en muchos casos de una gran carga psicológica. Son palabras tejidas a corazón abierto, repletas de anhelos, esperanzas, defectos y virtudes. Son rimas que invitan a la distracción, al recogimiento, a la reflexión. Son, en definitiva, los versos de José María Negrón… Si bien, haciendo propia la frase de aquel inmenso poeta, ya tenga asumido que acabarán como todos los versos: no siendo suyos, sino de quien más los necesita.

Nota: Prólogo que he escrito para el libro Entre el cielo y el mar, de José María Negrón Carreño, que presentaremos a las 19:30 horas de esta tarde en la Biblioteca Pública de León.