miércoles, 28 de diciembre de 2016

A propósito del Keiró no Hi

En el blog del Proyecto Solidario Los Argonautas, del que soy técnico asesor, acaban de publicar un párrafo del relato titulado El hilo rojo, incluido en mi libro Catorce lunas llenas. Junto a su enlace, lo comparto gustoso.
https://losargonautas.org/2016/12/a-proposito-del-keiro-no-hi/

Aseguran que hay en mi planeta Tierra…
Un estado tan envejecido que el número de defunciones supera de largo al de nacimientos, que tiene más habitantes jubilados que menores de edad, que dispone de numerosos clubs de centenarios, que las listas de espera de los geriátricos multiplica a la de sus guarderías... Una nación donde lo normal es cumplir muchos años, que las velas no quepan en la tarta, que los peines peinen canas... Un lugar que presume de algo que con frecuencia echo de menos en el mío: RESPETO hacia sus MAYORES.
Japón –etimológicamente significa origen del Sol- podría ser actualmente ese país, al contar con la esperanza de vida más alta en el mundo. Allí, una de cada cuatro personas supera los 65 años, gracias sobre todo a la mejora de sus condiciones higiénico-sanitarias, a su dieta equilibrada y a la moderación, resumida en ese aforismo del que han hecho máxima: hara hachi bu, esto es, come hasta que estés lleno al ochenta por ciento… Nada más.
En principio podría parecer que una sociedad así tendría muchos problemas para subsistir: existe un riesgo de quiebra de la pirámide demográfica al estrecharse sus estratos basales, aumentan las enfermedades degenerativas relacionadas con la edad, crecen los índices de dependencia, se dispara en paralelo el gasto sociosanitario… Sin embargo, en Japón han sabido ver también sus beneficios al valorar a las personas mayores como un tesoro, un pozo de sabiduría, un caudal de experiencias que bajo ningún concepto deben desaprovechar. Tan importante ser consciente de tu debilidad como de lo fuerte que puedas llegar a ser. Porque cierto es que con el retiro ponemos punto final a un aspecto básico de nuestras vidas como es el trabajo… pero, ¡la de cosas que empiezan después de ese final!
Cada verano, los ciudadanos nipones celebran el Keiró no Hi, o Día de Respeto a los Ancianos. A lo largo de esa jornada festiva en la que incluso cierra la bolsa, los más jóvenes se comprometen en su atención, visitándoles de manera expresa, cocinando para ellos, regalándoles algún omamori –esa especie de amuleto hecho de tela que ayuda a preservar la salud- u organizando diferentes festejos en su honor. A cambio, los mayores comparten con los chiquillos sus experiencias, convirtiéndose por unas horas en ese hermano mayor al que cualquiera se quisiera parecer. La simbiosis resulta enriquecedora; no en vano, ¡lo cierto es que los nietos también van para abuelos! Así, todos juntos leen haikus, lucen sus kimonos, reviven la ceremonia del té, e incluso revisan sus álbumes de fotos, descubriendo al contemplarlos lo que fueron. Entre medias, reparten el sabio consejo de que nadie se agobie por el mañana porque el mañana traerá sus propios agobios… Y finalmente cuelgan en las ramas de bambú pequeños papelitos rellenos de deseos, a fin de bordar la vida antes de que se descosa.
Para el pasado, respeto… Para el presente, sosiego... Para el futuro, esperanza. No podría ser de otra manera. Y además con humildad, que es la barra de medir de su cultura.

miércoles, 21 de diciembre de 2016

En la Fragua Literaria Leonesa

Esta mañana he despertado con el sonido de fondo de otro WhatsApp sorpresa de un amigo, en el que me informaba que el espacio de cultura La Fragua Literaria Leonesa, del diario digital ileon.com había publicado la entrevista que en su día me realizase Manuel Cuenya.
Vaya desde aquí mi agradecimiento más sincero a este escritor leonés (recomiendo expresamente la lectura de sus Mapas afectivos) y a su medio, por haberme permitido compartir cuanto manifiesto en dicha entrevista.  Adjunto enlace a la misma por si fuera de vuestro interés:
http://www.ileon.com/cultura/069214/manuel-cortes-blanco-viajar-expande-horizontes-en-todos-los-sentidos-te-abre-de-espiritu-permite-conocer-otras-culturas-conocerte-mejor-a-ti-mismo

martes, 20 de diciembre de 2016

Mi feliz Navidad

Mi amigo y escritor David Acebes Sampedro, a quien tuve el placer de conocer personalmente en la Feria del Libro de Valladolid, con cuyos versos me he encandilado y con quien he compartido una antología de relatos a propósito de su ciudad, nos contaba hace unos días que Jorge Luis Borges no se jactaba de los libros que había escrito, sino de los que había leído.
En esa misma línea que marcara el genio, miro atrás y descubro que estoy a punto de cerrar un año artísticamente estupendo. Y no tanto por cómo me fue a mí, sino por cómo le ha ido a mis amigos. Si hablamos de Teatro, el actor Jesús Vidal ha demostrado su talento con esas Cáscaras vacías que interpretara magistralmente en el María Guerrero, la actriz Carolina Aller -la más lunática y brillante de cuantas conozco- sigue deslumbrando sobre un escenario con su ¿A qué piso vas?, Chema Rodríguez Calderón continúa sorprendiendo con tantos textos ingeniosos -me encantó que nos narrara casi en directo su estreno en México-... Si nos referimos a otros géneros, presumo de amigos que en este 2017 han publicado por vez primera -¡genial la labor al respecto de Cuento Cuentos Contigo!- y quizá por penúltima -aun respetando tu decisión, seguiremos esperando otra novela, amigo Santiago-, han ganado premios de mucha importancia -desde el Cervantes Chico al Planeta- y de "muchísima más" -la pequeña Maica García me contaba con orgullo como obtuvo el galardón de poesía en su colegio-, han disfrutado de ferias lejanas y cuentacuentos cercanos, han ideado versos o creado algún relato, e incluso algunos -a pesar de las dificultades- han seguido adelante con su apuesta editorial.
A lo largo de estos 365 días, todos tuvieron un sueño por el que apostaron y -de uno u otro modo- han acabado haciendo realidad.
Para ellos, para cada soñador o soñadora en un mundo con demasiadas pesadillas, feliz Navidad y lo mejor de lo mejor para ese nuevo año que ya asoma en el horizonte y en el que, seguro, no nos dejaremos de contar.

jueves, 15 de diciembre de 2016

A propósito de las presentaciones de libros

Leía hace unos días en su muro de Facebook, las quejas de un amigo escritor porque a una de las presentaciones de su última novela no había acudido absolutamente nadie. Tristemente, esa es una realidad por la que hemos pasado muchos. En mi caso, recuerdo aquel acto organizado por una universidad en el que a la hora de inicio el salón estaba vacío. Sonrío al recordarlo, porque el profesor que me había invitado y de paso iba a presentarme, aseguró que eso lo solucionaba en un santiamén. De manera que fue a una de las aulas, sacó a sus alumnos, les introdujo casi a la fuerza en aquel espacio, y les dijo que estudiaran lo que quisieran pero que estuviesen allí. A fin de cuentas, apenas duraría una hora.
Al principio de mi locución, todos los estudiantes repasaban con descaro sus apuntes. Al final, todos atendían con disimulo a mis cuentos.
Peor fue lo ocurrido en una librería de otra ciudad, en la que casualmente había estado viviendo. A la hora prevista, solo había tres personas en la sala: mi mujer, un amigo y un periodista -quien, por cierto, me haría luego otra entrevista preciosa-. Ante ese panorama, el librero mostró su enfado, decidiendo la suspensión del acto y advirtiendo con malos modos que no estaba allí para perder el tiempo. Acabamos los cuatro haciendo la reunión en el bar de la esquina.
Puede ser que últimamente estas puestas de largo de los libros hayan perdido atractivo. En mi caso, procuro prepararlas mucho e introducir algún elemento que las haga diferentes -desde una lectura dramatizada hasta un pequeño concierto-, aun asumiendo ese riesgo de que nunca sabes cuánto público asistirá.
Por suerte, presentarla es una fase más en el proceso de creación de cualquier obra, pero no la más importante. Prefiero disfrutar del momento de ideación, compartir con los tuyos la trama que has pensado o departir con tantos lectores en alguna feria del libro... Y si al final todo falla, siempre quedará el recurso de contar con los amigos en algún bar de la esquina.

lunes, 12 de diciembre de 2016

Un viaje de cuento

Esta semana va a celebrarse la final de uno de los certámenes de monólogos más importante de España; concretamente la XII edición del memorial "Darío González", organizado por Flauti Flauti Teatro y la Universidad Popular de Miguelturra.
A dicho encuentro he concurrido este año con mi propuesta titulada Un viaje de cuento, adjuntándoos un enlace a su vídeo alusivo: https://www.youtube.com/watch?v=KQqBnBK5sms
He de confesaros que a pesar "de haber luchado hasta el último momento en la fase de selección", según consta en el email recibido desde su organización, no he conseguido alcanzar la final.
Reconozco que me habría encantado pero, lejos de entristecerme, me quedo con lo bien que lo pasamos realizando nuestra propuesta, con las facilidades que nos dio la dirección del MUSAC-León para que filmáramos dentro de sus instalaciones, con mi amigo Óscar Calzado grabándome cámara en mano, con nuestro Manuel pequeño simulando ante mis relatos ser un fiel admirador...
Con independencia del resultado final, ha resultado una experiencia estupenda. Y es que en la Vida, como en los Cuentos, unas veces se gana... ¡y otras, las más, se aprende!

sábado, 10 de diciembre de 2016

En el Día Mundial del Hincha del Gimnasia y Esgrima

En mi familia nos encanta el fútbol. Es algo que vivimos desde niños, que casi nos imprimieron en el código genético. De hecho, en casa seguimos con pasión los resultados de nuestros tres equipos de referencia: la Cultural Leonesa -representante de mi querido León-, el Real Zaragoza -parafraseando al genio Sabina, ¡qué manera de sufrir!-... y aunque pueda parecer una licencia que a muchos sorprenda, el argentino Club de Gimnasia y Esgrima, de La Plata. Y es que me hice tripero -así se apoda su hinchada- la mañana que descubrí su ideal -mens sana in corpore sano- y, sobre todo, aquella tarde del año 2005 en la que estuvo a punto de ser por vez primera campeón del Torneo Apertura, si bien finalmente debieron conformarse con el segundo puesto. Mis amigos platenses Rodolfo y Matías lo vivieron con tanta emoción que acabaron contagiándome, intercambiamos camisetas y desde entonces terminé siendo el último de sus aficionados.
Hoy se celebra el Día Mundial del Hincha de Gimnasia y Esgrima, y como tal, desde este humilde rincón, quisiera reivindicarme como un tripero más. Quizá por eso, me ha encantado que en el encuentro literario de Cuento Cuentos Contigo vivido ayer en León, mi amigo argentino Marcelo me haya presentado como seguidor de este club.
Porque sea en las gradas de su Estadio del Bosque o a este lado del charco, siempre habrá una voz dispuesta a decir algo que aprendí de esos amigos: que Gimnasia y Esgrima, como todos cuantos luchamos por un sueño, nunca se rendirá.

jueves, 8 de diciembre de 2016

"Catorce lunas llenas" según mi amiga Pilar

Manuel Cortés ha obtenido con su libro Catorce lunas llenas el primer premio en el XXXVIII Certamen Literario Carta Puebla, XV de Cuentos. Su ilustrador extraordinario que le acompaña es Lolo.
Un libro dedicado a su hija Amalia, una niña preciosa que llegó con luna creciente de fondo, la recibieron con miles de sonrisas que siguen aflorando en su día a día, compartiendo con sus padres y su hermano la alegría de vivir juntos.
Los cuentos han formado parte de la vida de Manuel, nació con ellos, fue niño por ellos. Sean suyos o prestados, siempre han estado con él... Su sabiduría son gotas de lluvia, como una fuente inagotable para compartir con los demás. La Luna es su cómplice, la luz de su resplandor en su horizonte, un espejo que inunda su memoria y su imaginación.
Un libro lleno de magia con sus catorce Lunas llenas... brillando a través de viajes y experiencias que ha vivido Manuel a lo largo de su vida: Osera de la Luna, Malanville (África), Medjugorje (Europa), Arequipa (Perú), Bagán (Asia), Auckland (Nueva Zelanda), Lagos (Nigeria), Tokio (Japón), Madrid, Aman (Jordania), Anantapur (India), Tulum (México), París, León...
Un inicio en su infancia, en un pequeño pueblo donde vivían sus raíces, su familia. Su abuelo afirmaba que a la Luna le gustaba jugar a contar mentiras: cuando tiene forma de "D", crece; con forma de "C", decrece. Que juega al escondite, no olvidando nunca que posee una cara oculta... Su abuelo imaginó un cohete de madera para viajar a la Luna... en su sueño vivía rodeado de chiquillos, compartiendo sus ideas.
Seguimos inmersos en cada lugar con sus Lunas llenas, las palabras de Manuel nos trasladan a lugares del mundo por conocer, de su paisaje, de la fauna, de la flora, de las costumbres, de las personas, de valores que nos hacen reflexionar para descubrir la esencia de ser uno mismo. Descubrimos lo que es realmente importante en esa sencillez que emana de su espíritu compasivo, tolerante, entrañable, humano, que siempre nos aporta la calidez del afecto, la esperanza de un mundo mejor, el aprendizaje de mejorar... Nos enseña la vida entre sus relatos; son pequeñas luces que ayudan a caminar, a vivir.
Manuel nos dice: "¿Conocéis el poder mágico de estas tres palabras: Érase una vez...?". Sus cuentos se transmiten a los niños y a los adultos, sus cuentos son su arte para soñar, para expresar lo que siente, para comunicar vida y afecto despertando ilusiones dormidas, fantasías soñadas en una realidad real o imaginaria... En León surgió la semilla del Filandón: una tradición de contar cuentos al calor de la lumbre, con hermosas noches de Luna, momentos de deleite donde la imaginación se llena de escenas, nuestros oídos escuchan  la música de las palabras olvidando nuestras rutinas insípidas, la sonrisa amanece con el poder inestimable de nuestros cuentos. Llega la hora del encuentro, de la lectura de un relato antes de dormir, estas catorce Lunas llenas duermen y viven con nosotros.

Nota: Reseña a propósito de mi libro Catorce lunas llenas, realizada por nuestra amiga, la escritora Mª Pilar Moros Borgoñón, de quien tuve el gusto de que me presentase en el acto de presentación de la obra realizado en Zaragoza.

miércoles, 7 de diciembre de 2016

Amigos de escritor

No sé si seré un escritor de muchos lectores; lo que tengo claro, después de las dos presentaciones que llevamos en León y Zaragoza de mis Catorce lunas llenas, es que soy una persona con muchos amigos.
Pese a ser tan distintas -en la primera primó la espectacularidad, en la segunda la cercanía-, en ambas hubo un lleno de público, ese ambiente entrañable, otra vivencia personal extraordinaria... Y entre las dos han agotado prácticamente todos los ejemplares que teníamos disponibles.
Aun a riesgo de olvidarme de muchos, quisiera dar las gracias a algunos de esos amigos: a Nacho Guinea por tanto, a Pilar Moros por sus palabras tan emotivas y por estar siempre ahí, a Miguel Ramón al haber apostado por pasar estos días con nosotros, a Anchel por sus fotos, a Montse también por esas pastas, a Carmina por ser así... En definitiva, a todas y cada una de las personas que me acompañan en esta aventura de escribir.
Decía García Márquez que gracias a la Literatura, sus amigos le querían más... Parafraseando al genio, yo he acabado descubriendo que gracias a mi literatura, cada día quiero más a mis amigos.

viernes, 2 de diciembre de 2016

Presentación en Zaragoza de "Catorce lunas llenas"

Zaragoza ha sido siempre una ciudad pionera, en la que por su situación y sus características especiales se ha convertido en lugar de prueba ante determinadas iniciativas. Así, fue la primera urbe española en la que se grabó una cinta de cine, la primera en la que se probaron los prefijos telefónicos, la primera en concluir la instalación de lámparas LED en toda su red de semáforos... E incluso, la elegida por muchos artistas para empezar en ella sus giras, proyectándose desde allí al resto del país. Es el caso, entre otros, de Estopa 2.0 del dúo Estopa, de Código Rocker Tour 2015, de Loquillo, o de Dos pájaros de un tiro, de Sabina y Serrat, a cuyo concierto tuve el gusto de asistir.
El próximo lunes 5 de diciembre, a las siete y media de la tarde, presentaremos en los salones del Hotel Catalonia El Pilar (C/ Manifestación), en pleno corazón de la capital aragonesa, mi nuevo libro Catorce lunas llenas. Para ello contaremos con la ayuda inestimable de nuestra amiga y escritora Pilar Moros, quien hará las veces de presentadora.
En esta ocasión, la condición de pionera le correspondió a León. De hecho, el resultado ha sido estupendo, y la demanda de libros tan alta que acudimos allí algo justos de ejemplares. Sin embargo, y aun sabiendo que será un acto más íntimo y sencillo, volvemos con la ilusión de siempre, cargados de sonrisas y riquísima cecina, dispuestos a compartir otra vivencia estupenda.
Si podéis y os apetece, nos contaremos allí.

miércoles, 30 de noviembre de 2016

Después de la presentación

Tras una presentación tan emotiva de mis Catorce lunas llenas en León, no puedo ni quiero dejar de dar las gracias a cuantos la hicieron posible: a la dirección y al personal de su Conservatorio de Música Profesional, a esos genios de la Armonía llamados Noelia (soprano) y Héctor (piano), a esa maga de la Interpretación que ya no sé si es Luna o Carolina, al escritor Manuel Martínez por su apoyo en los juegos de imagen, a Lolo por su ingenio y tantas ilustraciones... Y, cómo no, a las más de 300 personas -entre ellas muchos niños, de lo más participativos- que llenaron el Auditorio Ángel Barja.
Temíamos que algo no cuadrase, pero todo salió redondo. Y es que fue una tarde inolvidable... De esas que te animan a seguir contando.

jueves, 24 de noviembre de 2016

"Catorce lunas llenas" en Lecturafilia

La luna siempre ha inspirado a las plumas más nocturnas, y por eso son muchos los escritores y escritoras que crean sus historias por la noche, o al menos una gran parte de ellas. Si a esa inspiración le añades la falta de tiempo durante el día, la noche se torna el único momento destinado al goce de la soledad.
En ese tiempo, y con la luna como vigilante y protagonista, Manuel Cortés escribió su reciente recopilación de cuentos, Catorce lunas llenas, dedicados esta vez a su segunda hija Amalia, con el objetivo de que la literatura creada por un padre lleno de amor pueda ayudarla a crear bonitas cosas en un mundo que no es el mejor ni el más perfecto, pero sí es el suyo.
Tras la publicación de Nanas para un Principito, que había escrito para su primer hijo Manuel, el autor zaragozano vuelve a demostrar que solamente los cuentos nos pueden hacer la vida más fácil y que la esperanza debe ser el pilar fundamental de la existencia. Por eso, en estas Catorce lunas llenas volvemos a ser testigos de las vivencias de Manuel por el mundo, que se resume en los viajes que ha hecho y en los cuales ha aprendido un poco de todos los seres humanos que poblamos este planeta tan diverso. Manuel es también médico, pero desde que su abuelo le contara relatos de pequeño, hizo de su vida un continuo cuento, en el que la esperanza es el color con el que se tapiza todo. Y es que puede haber momentos buenos y malos, pero lo que queda con la literatura de Manuel es que todo depende del prisma con el que se mire.
Catorce lunas llenas no es más que una continuación de ese primer compendio de cuentos dedicados a su primer hijo, y el sistema es el mismo. Y es que aquí se completan las historias con una serie de ilustraciones esbozadas por José Manuel Redondo Lolo, lo que añade más cuidado al libro que tenemos entre manos.
Literatura y arte se suman una vez más para demostrar que los cuentos no tienen una sola edad, sino que se recomiendan tenerlos en cuenta a lo largo de toda nuestra vida, pues son una fuente viva de enseñanzas y nos permiten recuperar la sensación de volver a ser niños.
A día de hoy, tras la lectura de todos los libros de Manuel Cortés, y tras muchas historias sobre su vida y sus cuentos, tengo la bonita sensación de que es ya como si lo conociese en persona.
La transparencia de su obra me hace evocar que lo que en ella se narra me lo estuviese contando a mí en un café un día cualquiera tras muchos años sin vernos. Esta es otra de las magias de ese arte llamado Literatura.

Nota: Reseña a propósito de mi libro Catorce lunas llenas, editado en el portal literario Lecturafilia.

martes, 22 de noviembre de 2016

Presentación de "Catorce lunas llenas" en León

Este próximo viernes 25 de noviembre, a las siete y media de la tarde, presentaremos en el Auditorio Ángel Barja del Conservatorio Profesional de Música de León (calle Santa Nonia, 11) mi libro de cuentos Catorce lunas llenas, primer premio en el XXXVIII Certamen Literario Carta Puebla. Allí contaré con la colaboración de un grupo de amigos estupendos: Lolo (ilustrador de la obra, quien siempre hace bueno el dicho de que una imagen vale más que mil palabras), Carolina Aller (actriz de vanguardia, que representará las distintas fases lunares), Héctor Sánchez (piano), Noelia Álvarez (soprano, ambos con un repertorio excepcional)... Además del personal del Conservatorio, a quien agradezco muchísimo las facilidades prestadas para que todo salga bien.
Será un acto lleno de Música, Interpretación, Ilustraciones y Cuentos, en torno a nuestra Luna, al que por supuesto estáis superinvitados.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Vacunas, tendiendo puentes con los ciudadanos

Bajo el lema Vacunas, tendiendo puentes con los ciudadanos, los días 17 y 18 de noviembre se celebrará en Zaragoza el IX Symposium de la Asociación Española de Vacunología; un encuentro de primera línea en el que participarán los mejores expertos del país.
Desde mi condición de médico epidemiólogo, responsable de un Centro Internacional de Vacunación, acudiré como asistente. Mi objetivo: aprender cuanto pueda de ellos para mejorar luego en el ejercicio del día a día.
Será una visita de cuarenta y ocho horas a mi Zaragoza natal, en la que solo habrá tiempo para las ponencias, la familia y algún paseo nostálgico por el centro de su ciudad. Por ello, que me disculpen muchos amigos de allí, pues en esta ocasión no podré verles. Eso sí; a cambio les emplazo ya al lunes 5 de diciembre, cuando presentaremos ese libro de cuentos titulado Catorce lunas llenas, que precisamente incluye un relato a propósito de tales vacunas.

lunes, 14 de noviembre de 2016

La batalla de la Luna

En esta noche de superluna, comparto esta purakau o leyenda maorí, titulada precisamente La batalla de la Luna, incluida en mi libro Catorce lunas llenas.

Cuenta una Purakau que hubo un tiempo en que Rona –la hija de Tangaroa, el dios del mar de los maoríes- se encargaba de todo lo que no era de nadie, regulando la subida y la bajada de las mareas de cada océano de nuestra Tierra.
Cierta noche, mientras llevaba a casa un cántaro lleno de agua para su familia, la Luna –Marama, en idioma maorí- decidió esconderse entre las nubes, oscureciendo así el camino. De manera que ante la falta de luz, Rona tropezó con una raíz y cayó, derramando todo su contenido por el suelo.
Dolorida y molesta con la Luna, a quien culpaba de tal entuerto, la diosa comenzó a proferir insultos sobre ella. La Luna los escuchó y se sintió ofendida, decidiendo en represalia tomarla por la fuerza y llevársela consigo junto a su cubo. Al principio Rona se resistió, agarrándose a las ramas del árbol con cuyas raíces había tropezado; pero al final no pudo resistir, acabando este junto a ella en la superficie de aquel satélite.
Desde entonces la hija del dios del mar permanece allí, siendo muchos los poetas que –hayan escrito o no algún poema en su vida- creen ver la cara de esa mujer en tantas noches de plenilunio… Muchos los maoríes convencidos de que únicamente llueve cuando ella tropieza de nuevo,  derramando su cántaro desde allá arriba… Muchas las tribus que relacionan aquel árbol con el poder sobre la fertilidad que se atribuye al astro… Y muchísimas las personas que reconocen la influencia de esa Luna sobre el agua de este mundo –máxime cuando nosotros mismos lo somos en el 70% de nuestro cuerpo- y en especial, gracias a Rona, sobre las mareas.
Esta leyenda termina así... Si no te ha gustado nada, probamos con otro fin.

viernes, 11 de noviembre de 2016

Francisco Nieva, in memoriam

Acabo de enterarme de que ayer jueves fallecía en su domicilio de Madrid el dramaturgo Francisco Nieva, galardonado entre otros con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras o el Premio Nacional de Teatro. Aun cuando habíamos compartido editorial (Ediciones Irreverentes) e incluso premio literario (él ganó la primera edición del Nacional de Novela Ciudad Ducal de Loeches, y yo la sexta), no lo conocí personalmente... A cambio, he leído varias de sus obras; la última de ellas, esa Catalina del Demonio en la que jugaba magistralmente con el sainete y la comedia de costumbres.
Nieva afirmó en cierta ocasión que "cuando se hacen las maletas debe tenerse un espíritu abierto a todas las sorpresas, a no fatigarse, a no ser caprichoso, a comer bien y a beber mejor". Estoy convencido de que habrá tenido en cuenta cada una de sus apreciaciones de cara a este último viaje que acaba de emprender.
Francisco Nieva, maestro, descanse en paz.

jueves, 10 de noviembre de 2016

Paradojas

Vivimos en un mundo que desborda paradojas. Los teléfonos son móviles; muchas bicicletas, estáticas. Para que un banco te conceda un crédito, debes demostrarle antes que no lo necesitas... E incluso el refranero lo tiene muy claro: quien bien te quiere, te hará llorar.
Dicho esto, compartiré que últimamente escucho demasiado la frase "No me parece ético". Cuatro palabras subjetivas, que denotan un doble dictamen: el de la valoración de un hecho concreto, pasada por el filtro de la supuesta ética de quien te juzga. La repiten ciertos políticos de todo el arco parlamentario, en nuestro trabajo, el presidente de mi comunidad de vecinos... Pues bien, desde el fondo más humanista de este corazón, he encontrado en ella otra paradoja enorme: pocos tendrían más que callar desde ese punto de vista ético que quien constantemente te enjuicia desde él.

martes, 8 de noviembre de 2016

Enseñando a crecer

Ser padre es uno de los roles más difíciles que he desempeñado en mi vida. Anticipo que me siento encantado, afortunado y agradecido con ello, pero también asumo que en muchas ocasiones no sé cómo responder. Por ello, desde antes incluso de que Manuel pequeño y Amalia llegasen a nuestro lado, he querido formarme al respecto para ejercer esa paternidad de la mejor manera posible.
Así, y aun cuando partía de cierto escepticismo, hemos leído algunos libros especializados, compartido vivencias, asistido a una escuela de padres/madres, e incluso realizado distintos cursos, recogiendo de cada uno de ellos cuanto luego pudiera sernos de utilidad.
Desde la experiencia que otorga el haber participado de tantas actividades en este y otros ámbitos, quiero reconocer que el último al que he asistido, titulado Enseñando a crecer, ha sido especial. Primero por la calidad humana y profesional de sus dos ponentes, Javier Bolaños y David Casado; segundo, por la implicación de cada una de las familias asistentes... Y tercero, porque en él se ha trabajado con rigor una perspectiva que cada vez se está implantando más en el ámbito educativo: potenciar nuestras capacidades -antes que penalizar las posibles carencias- y, sobre todo, creer firmemente que en cada momento somos y seremos la mejor versión de nosotros mismos.
En este contexto de aprendizaje continuo, recuerdo aquel proverbio que alguien compartió conmigo en un lugar muy lejano: "Gobierna tu casa y sabrás cuánto cuesta la leña y el arroz; cría a tus hijos y sabrás cuánto debes a tus padres".

jueves, 3 de noviembre de 2016

¡Feliz aniversario, papás!

La verdad es que me acuerdo mucho de mis padres. Y en ese acordarme de ellos, comparto que tal día como hoy, hace ya unos cuantos años, se conocieron. Fue en un baile vespertino de domingo. Papá presumía de que la conquistó con sus cambios de ritmo. Mamá siempre dijo que afortunadamente no fue por eso.
Cada tres de noviembre lo celebrábamos en casa de una manera especial. Nuestros postres de ese día sabían a chocolate.
Sigo lamentando que se marcharan así, tan pronto y por esa imprudencia de un tercero; aunque eso sí, juntos, como siempre vivieron desde aquella tarde.
Confieso que les sigo sintiendo cerca y, sinceramente, creo que acostumbran a ir conmigo: allanando mis montañas, susurrándome algún cuento, jugando al lado mismo de Manuel pequeño o Amalia... Y cómo no, pintándome las mil sonrisas que desde aquel domingo lejano se deseaban cada mañana.
El chocolate se está calentando. ¡Feliz aniversario, papás!

viernes, 28 de octubre de 2016

Primera reseña de "Catorce lunas llenas"

Recientemente he tenido ocasión de leer la última obra de mi amigo y compañero Manuel Cortés Blanco, titulada Catorce Lunas Llenas, con la que ganó el XXXVIII Certamen Literario “Carta Puebla”. Manuel se define a sí mismo como un cuentacuentos, y efectivamente, este libro es un gran cuento, o mejor dicho, un cuento de cuentos, dedicado a su hija recién nacida, Amalia.
El hilo conductor es el desenfadado proyecto de construir y enviar un cohete a la Luna, emprendido por el abuelo de Manuel y los suyos justamente en el año en el que el hombre pisó al fin el satélite, 1969. A medida que transcurre esa historia, Manuel nos va relatando catorce cuentos, todos ellos relacionados con la Luna, en su mayoría relatos tradicionales que le fueron narrados a él mismo en los diversos países a los que le ha llevado su labor como médico, psicólogo y colaborador con distintas ONG.
En cada uno de los catorce capítulos de la novela, y al hilo de alguno de sus viajes o vivencias, el autor nos expone sus reflexiones, de corte emotivo y humanista, acerca de diversos temas: la familia, la violencia, el consumismo, la pobreza…  Seguidamente comparte con nosotros un relato que a su vez alguien le ha contado a él, todos relacionados de alguna forma con la Luna, y termina entroncando con el viaje de mentirijillas al mencionado astro que planeó su abuelo.
Manuel sigue fiel al estilo literario que domina el resto de sus trabajos, basado en los juegos de palabras, los paralelismos, los retruécanos, chispas de ingenio tiernas y ocurrentes con las que busca hacer llegar su mensaje de humanidad y calidez. Pero su persuasión no se basa tanto en los argumentos, como en ejemplos sacados de la vida misma, y sobre todo en sentimientos. Es una prosa suave y afectuosa, que causa la impresión de alguien que te estuviera hablando muy de cerca, quizá junto al oído.
Pero más allá de eso, Catorce lunas llenas es ante todo un libro de cuentos, como queda claro con el decálogo que abre la obra, antes incluso del índice y el prólogo. Toda una declaración de intenciones: los Derechos de los niños a escuchar cuentos. Y es que esta obra puede leerse también como una colección de cuentos exóticos, engarzados todos ellos a su vez en un cuento mayor. Van de la aventura al dramatismo, pasando por la explicación mitológica, pero, bajo el sello común que les imprime la narración de Manuel, todos ellos tienen en común su mensaje altruista, en absoluto reñido con un fondo de pragmatismo y sentido común. Son de destacar también las atmosféricas ilustraciones de cada uno de los relatos, por parte del genial dibujante leonés José Manuel Redondo García, Lolo, muy conocido por su trabajo en diversos periódicos de la provincia y la Comunidad.
En suma, un libro interesante tanto por sus cuentos como por sus reflexiones, pero más aún por su fondo afectivo. No hay mejor forma de definir y resumirlo que las palabras de su propio autor: “La obra constituye un compendio de cuanto he aprendido en la vida, aunando estas cinco facetas de mi personalidad: la de médico, la de escritor, la de viajero, la de cuentista, y ahora también la de padre”.

Nota: Reseña publicada a propósito de mi libro Catorce lunas llenas, por el escritor Manuel Martínez en su blog https://vaguedadesilusorias.wordpress.com

jueves, 27 de octubre de 2016

De ese otro Manuel que también escribe cuentos

Conocí al escritor y compañero de editorial, Salvador Robles Miras, en la Feria del Libro de Burela. Por tierras gallegas, él asistió a una de mis sesiones de cuentacuentos y yo comprobé sus enormes dotes de orador. Además de compartir las vivencias de aquel encuentro, intercambiamos nuestros libros respectivos. A mí me tocó su Troya en las urnas, el siguiente ejemplar en mi lista de pendientes; a él le correspondieron mis Nanas para un Principito, si bien prefirió el detalle de que se lo dedicara a su padre, pues a él precisamente se lo quería regalar. Recuerdo lo que le puse: A Manuel que escribe cuentos, de Manuel que escribe cuentos... desde la certeza de que lo esencial será siempre invisible a los ojos.
Ayer por la tarde, Salvador compartía conmigo las impresiones que le había transmitido su padre a propósito de mi obra. Sé por ello que la disfrutó, apuntando al respecto que yo "era un escritor con una sensibilidad fuera de serie". Les doy las gracias a ambos.
Quizá tenga razón quien afirmase que las personas somos como los animales: también nos agrada que de vez en cuando nos acaricien. Y es que esta opinión, venida de ese otro Manuel, vocacional, octogenario y autor de tantos cuentos costumbristas, ha sido, además de una de esas pequeñas grandes alegrías que de vez en cuando te da la Literatura, una caricia en toda la extensión de la palabra.

martes, 25 de octubre de 2016

El origen de los sueños

Hace muchos, muchísimos años, allá en el corazón del Olimpo, había dos dioses enfrentados entre sí: el dios del Sueño y el dios de la Tormenta. Y es que, según parece, el primero socorrió a unos marineros que estaban a punto de ser engullidos por las olas que había producido el segundo. Tal hecho enfureció en exceso a este dios, hasta el punto que el del Sueño –a fin de escapar de tal enfado- decidió esconderse junto a sus hijos en una isla encantada.
- No tenemos que entrar en todas las peleas a las que nos inviten –les dijo-. Saldremos mañana en cuanto asome la Luna, aprovechando su luz y protección.
No obstante, durante el trayecto arribó un temporal de mil truenos causado por la Tormenta, que le obligaron a cambiar de rumbo y desviarse de su destino. Así, el Sueño y sus descendientes acabaron desembarcando en una isla desierta, prácticamente inhóspita, condenados al mayor de los aburrimientos.
En aquel pedazo de tierra rodeado de mar, apenas había vida, apenas había nada. A lo sumo un tumulto impuesto que turbaba cualquier silencio interior. El Sueño y los suyos comenzaron a deprimirse. No en vano, otras divinidades que habían llegado allí acabaron pereciendo de tristeza. Por ello tuvo la idea de cantar todos juntos, a sabiendas de que cualquier sentimiento acaba siendo más divertido, menos desesperante, si le pones una canción.
Mas esta vez no funcionó.
Desde el alba hasta el ocaso, la Tormenta les sometía a la tortura continua de sus huracanes. Y la había impuesto con tal tesón que esos vientos solo se retiraban por la noche a descansar. Entonces, solo entonces, reinaba algo de paz en la isla, iluminada tenuemente por esa diosa Luna que procuraba adelantar su salida para que el azote pasara cuanto antes.
Durante esas horas nocturnas, el Sueño –sabiéndose seguro- permitía a sus hijos salir de su manto para que pudieran recorrer el mundo y liberarse de tanta desazón. Quizá por eso, cuenta la leyenda que cada noche –bajo el amparo cómplice de aquella Luna que nunca les falló- esos sueños deambulan libres entre nosotros, buscando personas dormidas en las que hacer volar su imaginación. Y que de nuevo, cada mañana con cada amanecer, aquellos vientos del dios de la Tormenta los traen de vuelta a la isla, encerrándoles allí.
De ahí que existan tantos tipos de soñadores, tantos empeños, tantas pesadillas… Tantos ideales a los que con frecuencia nos aferramos, tratando de no despertar jamás.
Y así se cuenta y se vuelve a repetir, esta leyenda que no tiene fin.

Nota: Versión particular de la leyenda árabe El origen de los sueños, incluida en mi libro Catorce lunas llenas.

lunes, 24 de octubre de 2016

Mi compromiso social

Hace una semana recibí un email de otro escritor, en el que me felicitaba por mi reciente premio Carta Puebla, si bien indicaba textualmente que echaba de menos en mí "un mayor compromiso social". Según argumentaba, "hoy en día los artistas debemos tomar posición, mojarnos contra lo que nos parezca mal... Y por lo que veo, hay veces que no lo haces".
Un tanto consternado, le respondí por la misma vía, comentándole "que creo ser una persona comprometida con mi entorno". Tanto económica como profesionalmente, colaboro con distintas ONGs, he participado en numerosos proyectos solidarios, procuro mostrarme dispuesto sin esperar nada a cambio... Sin considerarme ejemplo de nada, compro en tiendas pequeñas para dinamizar la economía de barrio, reciclo mis basuras y -entre dos opciones- acabo eligiendo la más ecológica.
Como escritor, cedí los derechos de parte de mi obra a Aldeas Infantiles SOS, publicamos dos antologías solidarias de cuentos, y entre los temas de mis libros he abordado diferentes guerras (desde la Civil Española hasta la de Ruanda), el asunto de los desaparecidos durante la dictadura argentina, el exilio (en mi propia familia fueron varios los que en los años sesenta tuvieron que partir hacia Alemania), el abandono infantil (uno de mis abuelos era un niño expósito)...
Finalmente, como cuentacuentos, he impartido cientos de sesiones a coste cero en residencias de mayores, salas de hospitales, guarderías, colectivos juveniles, módulos penitenciarios, campos de refugiados...
"¿De dónde has deducido que me falta compromiso social? ¿En cuál de mis libros constatas eso?", le pregunté. No me ha contestado. Quizá no le gustase que le remitiera esta cita incluida en mis Catorce lunas llenas, precisamente la obra premiada por la que inicialmente me felicitaba: "En una sociedad entre anónima y limitada como la que vivimos, a menudo cultivamos la costumbre de juzgar en exceso. Siempre he creído que juzgándonos menos, las personas seríamos más libres... Y, en consecuencia, mucho más felices".

martes, 18 de octubre de 2016

Un finde para enmarcar

El pasado fin de semana estuvo plagado de acontecimientos positivos. Además de celebrar mi cumpleaños, recogí un premio literario, presenté ese nuevo libro Catorce lunas llenas -dedicado a mi pequeña Amalia-, compartí vivencias con amigos de toda la vida, charlé con mi ahijada Nerea y su familia, visitamos Almagro, Ciudad Real, las Tablas de Daimiel... ¡Y me sentí querido, acompañado!
Ciertamente, para que todo cuadrase, todo salió redondo: se sumaron mil felicitaciones de cientos de lugares, una ceremonia de entrega del Carta Puebla sencillamente preciosa, aquel libro tan bien adornado con las ilustraciones del genial Lolo, cuentos, nanas, cierto amor azul marino, mi tarta de chocolate... E incluso esa luna llena, tan hermosa como indiscreta, que quiso apuntarse a cada detalle de la celebración.
En definitiva, un finde para enmarcar, en el que de una u otra forma habéis participado muchos, y por el que quisiera daros las gracias.

viernes, 14 de octubre de 2016

Mi regla del Titanic

A puntito de salir en nuestro coche hacia Miguelturra (Ciudad Real) para recoger esta tarde el galardón correspondiente al XXXVIII Certamen Literario "Carta Puebla", en su modalidad de cuento, y presentar allí mi nuevo libro Catorce lunas llenas, quisiera hacer una reflexión sobre un hecho que nos sucedió el pasado fin de semana en nuestra visita al parque temático de la Warner.
Una vez dentro, mientras guardábamos cola ante alguna de las atracciones, descubrí que había una modalidad de ticket llamada exprés, de pase rápido o -más técnicamente- Correcaminos. Categorizada por niveles, existe incluso una versión premium. Es más cara, si bien ofrece la ventaja de que accedes directamente y sin esperas a la atracción que hayas elegido. Por lo que vi, la preferencia con ella resulta absoluta, de manera que aunque lleves más de una hora aguardando turno, si viene alguien con su pulsera identificativa te pasa por delante. Y si quiere pasar dos, tres o más veces, también. Como aseguró el responsable de la puerta, "quien paga, manda".
Aun cuando sabemos de su existencia en otros espacios similares, considero que la segregación que produce entre sus visitantes resulta escandalosa. Quizá parezca exagerado pero, habiendo incluso niños de por medio, acaba dividiéndolos en categorías. Como reza su publicidad, "puedes entrar a cualquier atracción del parque a través de los accesos especiales tantas veces como quieras"... Y ante tal oferta, parece fácil caer en el abuso.
Por todo ello, he manifestado mi queja por escrito ante la Warner, al tiempo que -tristemente- he confirmado esa teoría propia que yo mismo defino como la regla del Titanic: si cien años después aquel trasatlántico se hundiera de nuevo, algunos botes salvavidas volverían a salir semivacíos.
A veces pienso que no cambiaremos nunca.

miércoles, 12 de octubre de 2016

En el Día del Pilar

Al igual que -como recogía con ingenio Benito Pérez Galdos- "entre los escombros y entre los muertos habrá siempre una lengua viva para decir que Zaragoza no se rinde", en la agenda de este hombre maño en León nunca faltarán algunas líneas para desearos un Feliz Día del Pilar.
Por cierto; hoy aquí está lloviendo, lo que me lleva a otra cita de ese mago irrepetible apodado Charlot: "caminando bajo la lluvia, las lágrimas de cualquier añoranza pasan desapercibidas".
¡Felices fiestas del Pilar!

martes, 11 de octubre de 2016

Y un finde en Miguelturra

Acabo de recibir la invitación oficial de la Alcaldesa-Presidenta del Ayuntamiento de Miguelturra, Dª María Victoria Sobrino García, al acto de entrega de premios del XXXVIII Certamen "Carta Puebla", en sus modalidades de pintura y cuento, que tendrá lugar el próximo viernes 14 de octubre, a las 20:00 horas, en el Teatro-Cine Paz de esa localidad.
Allí estaremos para recoger el nuestro, presentar ese libro de cuentos con Catorce lunas llenas dedicado a mi pequeña Amalia y compartir este fin de semana junto a unos amigos de toda la vida.
Nos gustaría visitar Almagro. Quizá allí alguien haya escrito en alguna de sus corralas esa otra cita de Chaplin de la que procuro hacer mandamiento: "La vida es una obra de teatro que no permite ensayos. Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada uno de sus momentos antes de que el telón baje y la función termine sin aplausos".

lunes, 10 de octubre de 2016

Un finde en la Warner...

Este fin de semana hemos disfrutado parte del premio correspondiente al X Certamen de Relatos Breves "Un tren, un viaje, una historia", organizado por RENFE-Cercanías, que gané en su día con mi historia titulada 99 palabras. Concretamente la visita al parque temático de la Warner, ubicado en el municipio madrileño de San Martín de la Vega.
Admito que hubo mucha gente, demasiados atascos para entrar y salir, tantas colas... Pero también es cierto que resultó un día espléndido en el que Manuel pequeño y Amalia lo pasaron sencillamente fenomenal.
En la próxima primavera deseamos disfrutar de la segunda parte de este premio: el viaje a Lisboa.
Entre tanto, me quedo con la vivencia y con esa cita del genial Charles Chaplin que alguien escribió en la pared de una de sus atracciones: "Nada es permanente en este mundo... Ni siquiera nuestros problemas".

viernes, 7 de octubre de 2016

El poder terapéutico de una sonrisa

Nuestra sociedad no anda sobrada de sonrisas. Quizá porque consideramos la seriedad como un valor al alza, propio de personas maduras, prudentes y responsables... Quizá porque vivimos tan deprisa que ni siquiera tenemos tiempo para saborearlas. Y en esa secuencia contra reloj olvidamos que estar triste, aun cuando no lo ponga en ninguna cajetilla, perjudica seriamente la salud. 
A fin de conjugar correctamente el verbo sonreír, tampoco basta con mover hacia arriba los músculos de la boca; resulta fundamental expresar la emoción. Solo así seremos capaces de sentirla: siendo constantes, siendo vitales. Solo así liberamos endorfinas –unas sustancias químicas que nos permiten estar mejor-, rebajaremos tensiones, estimulamos el sistema inmunitario –disminuyendo con ello el riesgo de enfermar-, ensanchamos la vida, exteriorizamos más fácilmente cualquier emoción, le decimos al otro que no está solo, a nosotros mismos que tampoco lo estamos, inoculamos entusiasmo… Con cada carcajada activamos más de cuatrocientos músculos, incluidos algunos que solo se ejercitan al mover el diafragma… E introducimos el doble de aire en nuestros pulmones, mejorando con ello el rendimiento cardiovascular. Son el esperanto del optimismo, esa moda que no pasa, un pegamento social. Por eso no es de extrañar que solo tres minutos de risa continuada resulten tan saludables como veinte minutos marchando en bicicleta o casi una hora estando en relajación. Además, al igual que las vacunas, ejercen el conocido como efecto rebaño: si yo me vacuno, protejo a mi grupo; si estoy contento, transmito esa alegría alrededor. Ahí radica el secreto de que una misma película nos divierta más en el cine que en casa; el humor se contagia y, por lo general, nos reímos más cuando estamos acompañados. 
Desde ese sentido del humor y con educación podemos criticar cualquier cosa: desnudar a reyes, vestir al mendigo y hasta imitar a ese tiempo que acabará poniendo a cada cual en su sitio. Porque la principal razón para que alguien te sonría está en que tú le sonrías. Y siempre sin contraindicaciones ni efectos secundarios.

jueves, 6 de octubre de 2016

Un jueves difícil

Ha sido un jueves difícil. Cierta persona cercana a nosotros, con un negocio que viene manteniendo a duras penas, no pudo abonar en su día los casi trescientos euros de seguros sociales correspondientes al mes de mayo. Eso sí, cubrió su préstamo hipotecario, esos mil seguros impuestos por el banco, sus gastos de IVA y demás tributos, las tasas de cooperativa, tantos costes de mantenimiento... pero su familia tenía que vivir y no logró afrontar aquel último pago. Ya le había ocurrido en otras ocasiones, aunque entre todos lo habíamos solventado. Sin embargo, esta vez prefirió no decir nada.
Lo que sí que hizo desde su nobleza fue advertirlo en el organismo recaudador, donde le anticiparon que ya le notificarían la falta de ese abono y cómo lo podría sufragar.
Esta mañana, tras dejar a sus dos hijas en el colegio, me llamó por teléfono para compartir que le ha llegado un correo a casa indicándole que si no reintegra lo debido -con un recargo adicional de setenta euros- antes de diez días se iniciarán los trámites para proceder al embargo de sus bienes a fin de saldar tal deuda. Tras los nervios iniciales y poniendo varios del mismo lado, lo hemos podido encarrilar.
Paradójicamente, por la tarde enciendo la televisión y veo a Rodrigo Rato insistiendo en que "las tarjetas black eran un incentivo perfectamente legal" (según el escrito de acusación de la Fiscalía, el montante gastado ascendió a 12,2 millones de euros a espaldas de la Agencia Tributaria entre los años 2003 y 2012), que "Hacienda certifica que Bárcenas movió en Suiza más de diez millones de origen desconocido", que existe sobre la mesa "la posibilidad de un pacto de Anticorrupción por la trama Gurtel" (a sabiendas de que la Justicia suiza ha sondeado a la Audiencia Nacional sobre si desbloquea los 47 millones de euros relacionados con dicha trama)... Y yo me pregunto, si a esa persona cercana a nosotros le ha llegado un aviso de embargo por lo que le ha llegado, ¿qué le deberían enviar a esta gente?
Lo advertí: ha sido un jueves tremendamente difícil.

lunes, 3 de octubre de 2016

Lunas en proceso de impresión

Ya está todo en marcha. Una vez revisadas sus galeradas, mi próxima obra Catorce lunas llenas (primer premio del XXXVIII Certamen Literario Carta Puebla, en su modalidad de libro de cuentos) se haya actualmente en proceso de impresión. Tanto la entrega del galardón como la presentación del libro se llevarán a cabo en Miguelturra (Ciudad Real), el próximo 14 de octubre.
Luego vendrán otras presentaciones. De momento hemos cerrado la de León, en la tarde del viernes 25 de noviembre, a celebrar en el salón principal de su Auditorio Ángel Barja. Por supuesto que seguiremos contando.
Lo que también os anticipo es su dedicatoria: A Amalia, hija mía. Porque puede que no hayas venido a un mundo bueno, pero estoy convencido de que contigo será mejor.

miércoles, 28 de septiembre de 2016

Demasiadas entradas gratis

Me ocurrió en el concierto de Los Secretos. Al acomodarme en mi butaca, tras haber pasado religiosamente por taquilla, descubro que hay un palco reservado para la familia de cierto cargo político. Me da que todos entraron por la cara.
Volvió a sucederme en un partido de la selección. Al sentarnos en el asiento, después de haber comprado nuestra entrada, coincidimos con cierta pareja a la que habían invitado por ser amigos de alguien que dirige un organismo oficial. A ella ni siquiera le gustaba el fútbol.
Y me pasó de nuevo en una obra de teatro, cuyas tres primeras filas estaban reservadas por motivos de protocolo. Allí reconocí a uno de los asistentes, quien me aseguró que le habían regalado dos billetes desde otra institución. Su mérito: tener una empresa que trabaja para ellos.
En el intermedio de la representación, esa persona se acercó a saludarme, diciéndome literalmente "que a estos espectáculos había que venir para apoyar la Cultura". A lo que yo, cansado de tantas entradas gratis sin apenas motivo -por supuesto que entiendo y apruebo las que se den con criterio, aunque me da que son las menos-, le contesté:
- ¿Apoyar la Cultura? Eso lo hemos hecho el público sentado a partir de la cuarta fila... ¡El único que pasó por taquilla!

jueves, 22 de septiembre de 2016

Mi diccionario lunar

Otra de las características de mi literatura es que me encanta reinventar las palabras. Mi nueva obra próxima a salir en el mes de octubre, Catorce lunas llenas (primer premio en el XXXVIII Certamen Literario Carta Puebla, en su modalidad de libro de cuentos), no podía ser una excepción. De manera que en rigurosa exclusiva os anticipo este nuevo diccionario que he creado para ella: 

Amor incondicional: Amarte incluso allí donde tú no te amas.

Curiosidad: Arte de hacer preguntas.
Demencia: Si te he visto, no me acuerdo.
Diccionario: Inventario de palabras.
Egoísmo: Yo, mí, me, conmigo, incluso hablando de ti.
Estrés: Saturación de objetivos.
Escuchar: Acoger en el corazón aquello que oímos.
Éxito: Anhelo personal no exento de riesgos: cuanto más alto, más cerca del abismo; cuanto más peso, más probabilidades de que nos aplaste.
Generosidad: No llamar nunca propio a aquello que es mío.
Gritar: Golpear con las palabras.
Guardería: Lugar donde crecer es jugar.
Hipocondría: Vivir permanentemente como un enfermo sin serlo, por miedo a padecer la enfermedad.
Ilusión: Madrugar por verte antes… aunque sepa que no estás.
Libertad: Que a tu boca no le quiten sus palabras.
Melancolía: Esfuerzo sin resultado.
Nostalgia: Tristeza originada por el olvido de una dicha encontrada.
Pasión: Amor en movimiento.
Por favor: Palabra mágica con la que consigues muchas más cosas cuando la dices que cuando no.
Progreso: Ahora que vivimos más, que podamos vivir mejor.
Prudencia: Contar hasta mil antes de hablar.
Roca: Trocito de montaña. No confundir con cariño, que es un trocito de amor.
Sensatez: Especie de lentes que nos permite ver los detalles de las cosas.
Sobrevivir: Evitar los ángulos muertos a los que a veces nos lleva la vida.
Solidaridad: Amor sin esperar nada a cambio.
Zanahoria: Material del que está hecha la nariz de los muñecos de nieve.

lunes, 19 de septiembre de 2016

Y este decálogo de vida

De siempre me ha gustado sintetizar lo que pienso en algún decálogo, ya sea a nivel profesional (Decálogo para un envejecimiento responsable) o literario (Decálogo del amor). A modo de exclusiva, empiezo la semana adelantándoos otro que aparecerá en mi obra Catorce lunas llenas (primer premio en el XXXVIII Certamen Literario Carta Puebla, en su modalidad de libro de cuentos), a presentar en el próximo mes de octubre:

1.- Sitúate estratégicamente. Cerca de una puerta puede ser un buen sitio; al fin y al cabo, todo el mundo tiene que salir.
2.- Conoce tus límites. Es lo que debes saber para saber otras cosas.
3.- Nunca asumas que ser bueno equivale a ser tonto, aunque los tontos lo den por bueno. Al contrario: desde tu bondad, la gente acostumbra a consentirte más.
4.- Sé curioso, cultiva la capacidad de sorprenderte. Como diría mi abuela, donde menos lo esperas, salta la liebre.
5.- Mantén conversaciones gustosas. A veces no es que estemos solos; es que no tenemos con quién estar.
6.- No te cierres a nuevas ideas, libérate de prejuicios. Tarde o temprano acaban por reventar. Y es que nos han metido tantos sin pedirnos permiso que entre ellos mismos deben cederse el paso para no molestar.
7.- Escucha y sonríe más, en especial a ti mismo… Compara, juzga y finge menos, especialmente ante ti mismo.
8.- No des nada por sentado, por sencillo que parezca; pregunta. Tampoco te fíes de todo; busca distintas fuentes.
9.- Si pretendes evitar la crítica, no hagas nada, no pienses nada… ¡No seas nada!
10.- Proponte ser feliz, participando en las actividades que te ofrezca tu entorno: baila, pasea, compra flores, acaba cuanto empezaste, aprecia lo que tienes, cumple tus promesas, sigue tu instinto... Y en cualquiera de los casos, como también diría mi abuela, vete de los sitios antes de que te echen.

viernes, 16 de septiembre de 2016

Aquel decálogo del amor...

Un mensaje de mi amiga lectora Luz Meri nos recuerda esta mañana aquel decálogo sobre el amor que escribí en mi libro Cartas para un país sin magia. Ella no sabía que este sentimiento resultara tan mágico. A mí alguna vez se me olvida. Por ello, y junto al deseo de un feliz fin de semana, lo comparto de nuevo con todos:

1. Magia para amar, sin otra razón que amarte.
2. Magia para querer a quien amo y a amar a quien quiero, expresando libremente mis propios sentimientos.
3. Magia para amar como elija: en silencio o a gritos, libre o dependiente, delante del mundo o desde mi intimidad. Incluso amando menos de lo que humanamente sea capaz.
4. Magia para que tú lo seas todo conmigo y yo no sea nada sin ti.
5. Magia para no amar a medias, sin tener que sentirte culpable. Para no amar como los cuerdos, ni por educación ni por conveniencia. Para no amar pensando en el recibo de la luz.
6. Magia para vivir de amor y por amor; también para caer de él y por él. Como diría el poeta, no es que muera de amor, muero de ti.
7. Magia para que el amor nos marque, pero no nos enmarque. Que siempre estemos a tiempo de cambiar.
8. Magia para que el amor sea valiente, aunque pueda darnos miedo. Para cometer errores y ser responsable de ellos.
9. Magia para que no te necesite si no puedo tenerte, para que me acuerde de olvidarte, para rendirme cuando te venza. Dándote lo mismo sin repetirme, siendo feliz sintiéndome tan triste, estando a tu lado sin estar contigo.
10. Magia para que si un día te vas, hasta mi teléfono móvil te eche de menos.

miércoles, 14 de septiembre de 2016

Mi relación con los medios

Resulta evidente el poder de los medios de comunicación y su influencia en tantos aspectos de nuestra vida. La cobertura mediática puede generar necesidades donde no se precisa nada, encumbrar o arruinar a cualquiera, presentar como imprescindible al detalle más banal, e incluso que en función de cuánto te saquen se hable de personas de primera o de segunda.
Siendo escritor, asumo que mi relación en general con esos medios ha sido tan cordial como discreta. Recuerdo con ilusión que nada más salir mi ópera prima -El amor azul marino- me hicieron un reportaje que fue contraportada del Heraldo de Aragón... Releo con cariño aquella entrevista para la agencia mexicana Notimex, con motivo de la edición de Mi planeta de chocolate... Revivo con nostalgia esa presentación ante la prensa, en el Café Espejo de Madrid, de mis Siete paraguas al sol, tras obtener el Premio Nacional de Novela Ciudad Ducal de Loeches... Y alguna que otra reseña, cinco o seis entrevistas en la radio, un par de apuntes en televisión... Tal vez no parezca mucho, pero sí lo suficiente como para alimentar mi ego de entonces y darle difusión a cuanto hacía.
Tras una década en esta aventura literaria, creo que es cuando más a gusto me encuentro escribiendo. De hecho, reconozco estar viviendo un momento dulce al estar pendiente de la presentación de esas Catorce lunas llenas dedicadas a mi pequeña Amalia, ser requerido para más sesiones de cuentacuentos que nunca y haber obtenido recientemente dos galardones de importancia: el X Certamen de Relatos Breves organizado por RENFE-Cercanías y el XXXVIII Certamen Carta Puebla, en su modalidad de libro de cuentos. Sin embargo, paradójicamente, tengo la sensación de haber desaparecido para los medios. Aun cuando dirigí un correo electrónico a modo de nota de prensa a la mayoría de ellos advirtiéndoles de la obtención de ambos premios, apenas se hicieron eco de la noticia. Quizá, y eso es lo más triste, porque ni siquiera fuese noticia.
Sé que alguien dijo que si no sales en las revistas puedes darte por muerto. A estas alturas, ni a mi ego ni a mí tampoco nos importa demasiado. Eso sí: no quisiera que nos enterrasen justo cuando más vivo me siento... ¡Con la de historias que aún quedan por compartir!

martes, 13 de septiembre de 2016

Mi hermano pequeño invisible

Aun cuando ya sabía de su obra, no conocí en persona a la ilustradora Ana Pez hasta la pasada Feria del Libro de Palencia. Allí coincidimos: yo en un stand firmando ejemplares de mis cuentos y ella en ese taller para niños de lo más entretenido al que acudió mi pequeño Manuel.
De manera espontánea, nosotros adquirimos uno de los libros que ella había ideado: Mi hermano pequeño invisible (Editorial Libre Albedrío)... Y al mismo tiempo, ella se hizo con la última obra que tengo publicada: Nanas para un Principito. Por su estilo y por el mío, me da que en algún proyecto literario podríamos perfectamente volver a coincidir.
Hoy por la mañana, en su segundo día de colegio, Manuel pequeño debía llevar a clase el libro que más le ha gustado durante este verano. Ha elegido uno original, colorista, en el que aparecen monstruos marinos, algún que otro oso, cierto dinosaurio... Y que puede leerse con unas gafas mágicas que cambian el sentido de la historia... En efecto, ha escogido Mi hermano pequeño invisible, una obra infantil estupenda, con la que alcanzará otro gran objetivo: compartirla con sus amigos para que todos disfruten de su lectura.

miércoles, 7 de septiembre de 2016

En la exposición de Julio Alberto González Moro

Mañana jueves 8 de septiembre, a partir de las 20:30 horas, se inaugura en el espacio de Kanya Embarcación (C/ Monasterio 5, León) una exposición fotográfica singular: Minería, pasado y ¿futuro?, de Julio Alberto González Moro, que combina sus imágenes con textos de 17 escritores entre los que me encuentro, aportando nuestra visión sobre cada fotografía.
Como dice el propio Julio Alberto, "la exposición surge como un reto personal y una forma de ejercicio fotográfico. El tiempo se vuelve algo más, queriendo mostrar el patrimonio que bien podría ser un reclamo turístico y una crítica a cómo se presenta el futuro de la actual minería".
Si podéis y os apetece, nos seguiremos contando allí.

martes, 6 de septiembre de 2016

Aldeas Infantiles SOS, Premio Princesa de Asturias de la Concordia

Mi relación con la ONG Aldeas Infantiles SOS comenzó hace unos quince años. Fue entonces cuando conocí a mi amigo Paco, quien me propuso participar como docente en los cursos de formación que se imparten en su Escuela de Granada. Acepté encantado. Desde allí, descubrí cómo son sus casas, su dinámica de trabajo, su personal, sus niños. Y empecé a creer firmemente en ellos, colaborando en su objetivo de distintas formas.
Hoy leo con satisfacción que a Aldeas Infantiles SOS le han concedido el Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2016. Con todo respeto para el resto de las candidaturas, ¡merecidísimo! Me alegra incluso más que los galardones individuales que pudieran darme a mí. ¡Felicidades de corazón! Porque como dice Pedro Puig, su presidente, "este reconocimiento sitúa a la infancia en un lugar protagonista y nos da la oportunidad de sensibilizar a la sociedad sobre la situación de vulnerabilidad por la que atraviesan miles de niños en España y en el mundo".

viernes, 2 de septiembre de 2016

Ganador del XXXVIII Certamen Literario "Carta Puebla"

Me lo han comunicado esta misma mañana. Realmente estoy contento. Con mi obra Catorce lunas llenas, dedicada a mi pequeña Amalia, acabo de ganar el primer premio del prestigioso XXXVIII Certamen Literario "Carta Puebla", en su modalidad de libro de cuentos. Las ilustraciones que incluye han corrido a cargo de un amigo sencillamente genial: Lolo.
La entrega de premios y su presentación tendrá lugar en Miguelturra (Ciudad Real) el próximo 14 de octubre.
Mil gracias por permitirme compartirlo.