lunes, 28 de junio de 2010

Nacidos para leer

Los cuentos y los libros se encuentran desde siempre entre las preferencias de los niños -incluso los más pequeños-, en especial si su lectura se realiza en voz alta. Se trata de una costumbre que beneficia su mente pero que todavía no está suficientemente consolidada. No todos saben que es una de las actividades más importantes, tanto para el vínculo entre padres e hijo como para adquirir las competencias necesarias para empezar a hablar y, más tarde, a leer. Lo mejor es comenzar a los seis meses y hacerlo con continuidad.
Precisamente éste es el lema con el que trabaja el proyecto Nacidos para leer, que surgió en Italia por iniciativa de un grupo de profesionales relacionados con la literatura infantil y las bibliotecas. Su objetivo consiste en promocionar la lectura para niños de cero a tres años estableciendo un vínculo afectivo entre los adultos y los pequeños alrededor de los libros.
En la actualidad el proyecto Nacidos para leer celebra su décimo aniversario habiéndose extendido por todo el mundo. Sin duda, una buena propuesta para que la lectura vaya entrando naturalmente en la vida de los niños.

viernes, 25 de junio de 2010

Congreso Hispanoamericano de Escritores

Dirigidos por el escritor Miguel Ángel de Rus, setenta autores de quince países, casi toda América, España, Francia, Bielorrusia y Chequia, hemos compartido nuestras experiencias literarias en el I Congreso Hispanoamericano de Escritores celebrado recientemente en Madrid y otras ciudades. En él se ha estudiado la necesidad de tender puentes culturales entre España –como punta de lanza de las diversas culturas europeas– y América, hablando de la creación literaria en estado puro, de cuestiones relacionadas con la traducción o de la distribución de libros en países distintos al de la propia editorial.
Más de 500 millones de personas tienen el español como primera lengua y, repartidos por todo el mundo, forman una especie de sexto continente unidos por un idioma. En la actualidad es la segunda lengua vehicular del planeta y la segunda más estudiada, siendo la literatura creada en español la única en competencia abierta con la anglosajona.
Entre los participantes hubo autores argentinos como Horacio Vázquez-Rial, Daniel Veronese y Marcelo Luján; mexicanos como Susana Corcuera, Amaranta Osorio o Juan Patricio Lombera; venezolanos como Juan Martins, uruguayos como Jorge Majfud y Duilio Duraschi, el brasileño Camilo Pellegrini, los chilenos Marco Antonio de la Parra y José Henríquez, el boliviano Marco Valavia o los colombianos Nelson Verástegui, Rómulo Bustos y Samuel Serrano. Entre los autores españoles cabe destacar a Luis Alberto de Cuenca, José Luis Alonso de Santos o Lourdes Ortiz.

jueves, 24 de junio de 2010

Un año sin Vicente Ferrer

El pasado sábado conmemoramos el primer aniversario del fallecimiento de Vicente Ferrer, sabedores de que su obra continúa. Por ello y en justicia, la propuesta del Premio Nobel de la Paz a la Fundación que lleva su nombre aspira a dar voz a ese proyecto de desarrollo y paz que iniciara en Anantapur hace ya 40 años. Esta iniciativa no trata de hacer historia sino que busca el impulso necesario para seguir acabando con la pobreza en la India y fuera de sus fronteras. Y es que, como expresara su viuda Anna Ferrer, “el mejor legado de Vicente es continuar con su trabajo”.

lunes, 21 de junio de 2010

Una entrevista especial

El IES Luis Buñuel de Zaragoza fue mi instituto. Allí, además de completar los estudios de BUP y COU, hice grandes amigos, muchos de los cuales aún conservo. Por ello, cuando con motivo del pasado Día del Libro me invitaron a asistir al centro y realizar unas sesiones de cuentacuentos acepté encantado.
Al tiempo me hicieron una entrevista que saldrá publicada en su revista y que resumidamente hoy comparto con vosotros.

Pregunta (P): ¿Qué te impulsó a escribir?
Respuesta (R): He de reconocer que de siempre me ha gustado y que ya en el colegio mis maestros decían que lo hacía muy bien. En el instituto gané un premio de relatos. Luego estudié Medicina y publiqué distintos artículos científicos. A nivel literario comencé a escribir hace cinco años, a raíz del fallecimiento de mis padres. Cuando descubrí que con mis libros, además de divertirme y hacer amigos, podía compartir un montón de sentimientos.
P: ¿Qué recuerdos conservas de aquellos años que viviste en este instituto?
R: Muchos y muy buenos, hasta el punto de que mis amigos de entonces siguen siendo mis amigos de ahora. Recuerdo a mis profesores, el viaje de estudios que hicimos a Andalucía, el primer ciclo de cine sobre Luis Buñuel, los partidos de fútbol contra otros institutos… Sin duda, fue un periodo entrañable.
P: ¿Le interesa al lector lo mismo que le interesa al espectador?
R: En mi opinión uno y otro son distintos. El lector de mis cuentos busca en ellos un motivo para reflexionar; quizá por ello resulte más exigente. El espectador de mis cuentacuentos prefiere entretenerse. En cualquier caso, ante ambos mi objetivo es el mismo: contar para compartir.
P: ¿Qué temas te interesan más en tu producción literaria?
R: Sin lugar a dudas, todos aquellos relacionados con el cuento. De hecho me identifico plenamente con la palabra cuentista. Cuentista porque utilizo este género para expresar lo que siento, por pertenecer a una familia que se cuenta las cosas. Mis dos primeros libros abordan este género literario, mientras que en “Mi planeta de chocolate” el protagonista es un enamorado de los mismos.
Y me encanta la palabra cuentacuentos. En España he participado en alguno de los certámenes más importantes al respecto. También he realizado sesiones ante niños, personas mayores institucionalizadas y últimamente con alumnos de enseñanza secundaria. Siempre de una manera altruista.
Para ser narrador sólo hay que tener algo que contar, creer en ello y contarlo. Porque los cuentos gozan de un don especial: además de ser muy útiles para la transmisión de valores, son capaces de generar emociones en quien los escucha. Y eso, creedme, es magia en estado puro.
P: Por lo que puedes observar, ¿cómo ves el panorama literario de Aragón?
R: En general, y en estos tiempos de crisis, prima descaradamente lo comercial. Para las grandes editoriales, mejor publicar un libro que venda que un libro bueno. Y casi todas las librerías prefieren apostar por los best-seller. Por suerte, a nivel de autores, en Aragón tenemos muchos escritores de primera línea que se codean entre los mejores del país.
La Asociación Aragonesa de Escritores, de la que es socio el IES Luis Buñuel, realiza también una gran labor en la promoción de nuestra cultura.
P: Los protagonistas de tus libros son niños o jóvenes. ¿Es difícil escribir sobre ellos? ¿Qué intereses has detectado como posibles fuentes de producción? ¿Es el mundo de los valores un espacio que hay que potenciar?
R: Desde mi condición de médico epidemiólogo, he trabajado en distintos países del mundo. Entre ellos, algunos de los más pobres, varios en guerra, otros sumidos en epidemias. Y en todos he descubierto que los más vulnerables a cualquier situación crítica son los menores de edad. Por eso el protagonista de mi primera novela ha sido un pequeño.
A partir de ahí ideé una trama intentando ponerme en su piel. Con inocencia, curiosidad, simpatía, imaginación. Más que fácil o difícil, diría que fue un reto. Y más que interesarme como fuente de producción, diría que es una necesidad.
En cuanto a los valores, para mí los jóvenes están llenos de ellos. Así mayoritariamente se consideran solidarios, pacifistas, amigos de sus amigos... Sin embargo es importante trabajarlos debidamente invitándoles a reflexionar, en especial sobre aquéllos que menos consideran, como la aceptación de uno mismo, la salud o el respeto a lo diferente.
P: En lo personal, ¿qué sentimientos encuentras con la tarea de escribir?
R: De siempre me ha interesado mucho lo que sienten las personas; a veces, incluso más que lo que viven. Por eso en mis libros describo personajes que me hablan de la amistad, la soledad, el amor en cualquiera de sus formas. A veces me paro en ellos invitando al lector a reflexionar. Sin emociones estaríamos muertos.

sábado, 19 de junio de 2010

Un cuento de Saramago

Un hombre llamó a la puerta del rey y le dijo, Dame un barco. La casa del rey tenía muchas más puertas, pero aquélla era la de las peticiones. Como el rey se pasaba todo el tiempo sentado ante la puerta de los obsequios (entiéndase, los obsequios que le entregaban a él), cada vez que oía que alguien llamaba a la puerta de las peticiones se hacía el desentendido, y sólo cuando el continuo repiquetear de la aldaba de bronce subía a un tono, más que notorio, escandaloso, impidiendo el sosiego de los vecinos (las personas comenzaban a murmurar, ¡Qué rey tenemos, que no atiende!), daba orden al primer secretario para que fuera a ver lo que quería el impetrante, que no había manera de que se callara. Entonces, el primer secretario llamaba al segundo secretario, éste llamaba al tercero, que mandaba al primer ayudante, que a su vez mandaba al segundo, y así hasta llegar a la mujer de la limpieza que, no teniendo en quién mandar, entreabría la puerta de las peticiones y preguntaba por el resquicio, Y tú, ¿qué quieres? El suplicante decía a lo que venía, o sea, pedía lo que tenía que pedir, después se instalaba en un canto de la puerta, a la espera de que el requerimiento hiciese, de uno en uno, el camino contrario, hasta llegar al rey. Ocupado como siempre estaba con los obsequios, el rey demoraba la respuesta, y ya no era pequeña señal de atención al bienestar y felicidad del pueblo cuando pedía un informe fundamentado por escrito al primer secretario que, excusado será decirlo, pasaba el encargo al segundo secretario, éste al tercero, sucesivamente, hasta llegar otra vez a la mujer de la limpieza, que opinaba sí o no de acuerdo con el humor con que se hubiera levantado.
Sin embargo, en el caso del hombre que quería un barco, las cosas no ocurrieron así...

Nota: Fragmento perteneciente al texto El cuento de la isla desconocida, del genial José Saramago. Porque su obra y su recuerdo son perennes, seguirá estando siempre entre nosotros.

miércoles, 16 de junio de 2010

Niños expósito en la Literatura

El mito del niño abandonado convertido en héroe de su comunidad se repite con frecuencia en la Literatura: Hércules, Edipo, Rómulo y Remo, Moisés, Arturo, Lanzarote, París… Analizando las razones para dicho abandono encontramos un abanico de posibilidades: la humillación de la madre ante ese nacimiento por ser soltera, viuda o mediar otra circunstancia que mancille su honra, que el pequeño suponga una amenaza para alguien, que requiera una protección o educación superior, etc. Un rasgo propio de este arquetipo mítico es que el niño-héroe acabará convirtiéndose en un hombre extraordinario que, paradójicamente, ha sido ayudado por personas que rebosan sencillez.
El mundo de los libros muestra otros ejemplos de niños expósito. En la obra El negro más prodigioso, de Juan Bautista Diamante, Filipo detalla cómo fue arrojado al Nilo para que un anciano le rescatara y predijese su heroico porvenir. El escritor inglés Henry Fielding se refiere en esos mismos términos a su célebre personaje Tom Jones. Al igual que el estadounidense Ray Bradbury con respecto a Timothy, su entrañable protagonista en la novela De la ceniza volverás. Y de entre los cuentos, La casita de chocolate de los hermanos Grimm, donde sus dos chavales protagonistas son abandonados en el bosque por sus padres.
A propósito de mi libro Mi planeta de chocolate en el que narro las vivencias del pequeño Benito Expósito Expósito, este tema va a abordarse en el Congreso Hispanoamericano de Escritores que, organizado por Ediciones Irreverentes (con la colaboración entre otros de Radio Exterior de España, Europa Press o La Casa del Libro), se celebra en Madrid y otras ciudades entre el 14 y el 18 de junio. Por supuesto, os mantendré informados.

domingo, 13 de junio de 2010

El Principito

El principito volvió al día siguiente.
- Hubiera sido mejor -dijo el zorro- que vinieras a la misma hora. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde; desde las tres yo empezaría a ser dichoso. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto, descubriré así lo que vale la felicidad. Pero si tú vienes a cualquier hora, nunca sabré cuándo preparar mi corazón... Los ritos son necesarios.
- ¿Qué es un rito? -inquirió el principito.
- Es también algo demasiado olvidado -dijo el zorro-. Es lo que hace que un día no se parezca a otro día y que una hora sea diferente a otra. Entre los cazadores, por ejemplo, hay un rito. Los jueves bailan con las muchachas del pueblo. Los jueves entonces son días maravillosos en los que puedo ir de paseo hasta la viña. Si los cazadores no bailaran en día fijo, todos los días se parecerían y yo no tendría vacaciones.
De esta manera el principito domesticó al zorro. Y cuando se fue acercando el día de la partida:
- ¡Ah! -dijo el zorro-, lloraré.
- Tuya es la culpa -le dijo el principito-, yo no quería hacerte daño, pero tú has querido que te domestique...
- Ciertamente -dijo el zorro.
- ¿Y vas a llorar? -dijo el principito.
- ¡Seguro!
- No ganas nada.
- Gano -dijo el zorro-, he ganado a causa del color del trigo.
Y luego añadió:
- Vete a ver las rosas; comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás a decirme adiós y yo te regalaré un secreto.
El principito se fue a ver las rosas a las que dijo:
- No son nada, ni en nada se parecen a mi rosa. Nadie las ha domesticado ni ustedes han domesticado a nadie. Son como el zorro era antes, que en nada se diferenciaba de otros cien mil zorros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo.
Las rosas se sentían molestas oyendo al principito, que continuó diciéndoles:
- Son muy bellas, pero están vacías y nadie daría la vida por ustedes. Cualquiera que las vea podrá creer indudablemente que mi rosa es igual que cualquiera de ustedes. Pero ella se sabe más importante que todas, porque yo la he regado, porque ha sido a ella a la que abrigué con el fanal, porque yo le maté los gusanos (salvo dos o tres que se hicieron mariposas ) y es a ella a la que yo he oído quejarse, alabarse y algunas veces hasta callarse. Porque es mi rosa, en fin.
Y volvió con el zorro.
- Adiós -le dijo.
- Adiós -dijo el zorro-. He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: Sólo con el corazón se puede ver bien. Lo esencial es invisible para los ojos.
- Lo esencial es invisible para los ojos -repitió el principito para acordarse.
- Lo que hace más importante a tu rosa, es el tiempo que tú has perdido con ella.
- Es el tiempo que yo he perdido con ella... -repitió el principito para recordarlo.
- Los hombres han olvidado esta verdad -dijo el zorro-, pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Tú eres responsable de tu rosa...
- Yo soy responsable de mi rosa... -repitió el principito a fin de recordarlo.

viernes, 11 de junio de 2010

Mi abuelo y el mar

Mi abuelo Ildefonso fue un malagueño de mundo, marinero, flamenco por los cuatro costados, que renunció a sus coplas, su puerto y al sol de su Andalucía por una mujer tan mujer como mi abuela. Un hombre que nunca dejó de escribir, de cantar, de contar historias. Primero a ella; luego a ella y a sus hijos; después, a ella y a sus nietos. A menudo le recuerdo sentado en una silla mientras los niños del barrio escuchábamos absortos las aventuras que narraba de su mar.
- ¡Qué suerte tienes! -decía con envidia mi amigo Angelito-. En nuestra casa nadie cuenta estas cosas.
En efecto: ¡qué suerte la mía!
Ildefonso concedía a ese mar tres características que le hacen extraordinario: ser azul, inmenso y libre. Nada luce color más bello, nada le iguala en grandeza, nada tan suyo ni tan de todos.
El verano que mis padres alquilaron un apartamento para pasar una semana en la playa, quedé paralizado. Era tanta la ilusión por ver ese escenario que mi abuelo describía, que se detuvieron todos los infinitivos. Y así, no pude reír, ni llorar, ni salir corriendo... y gracias a que existe el gerundio del verbo respirar porque podría haberme ahogado entre emociones.
Por fin llegó el día: un domingo diecisiete de agosto de 1975. ¡Hay fechas que se quedan a vivir en la memoria! Al contemplar desde la ventanilla del SEAT-600 tal explosión de azules, sentí que mi yayo había dicho la verdad. Porque, ciertamente, desde aquella perspectiva el mar transmitía esas cualidades que nos contara con tanto cariño.
En cuanto bajamos a la playa, los tres hermanos corrimos a bañarnos. Gané yo, que por algo seré siempre el mayor. Y allí, por vez primera, estuve frente a sus olas.
Lo toqué, y sentí frío. ¡Qué pena! Algo tan bonito debería estar caliente.
Lo probé, y sabía salado. ¡Qué rabia! Algo tan hermoso merecería ser dulce.
Sin embargo, lo peor aún faltaba por llegar. Formando una especie de cuenco con las palmas de mis manos, intenté llevármelo conmigo. Y descubrí que el agua se escurría entre los dedos. ¡Qué desilusión! Algo tan bello merecería ser mío.
Amparado en mi niñez, rompí a llorar. Desde su balcón volvieron a entumecerse todos los verbos. El océano no es maravilloso, está lleno de defectos: frío, salado y ni siquiera se puede coger.
Entonces recordé a mi abuelo y sonreí. Lo hice de corazón, de convicción. Porque, ciertamente, acababa de descubrir que el mar no era como yo quería: caliente, dulce y para mí. Sino, efectivamente, como él me había contado: azul, inmenso y, sobre todo, libre.

Nota: Relato que escribí hace un tiempo y ahora he versionado para el primer acto solidario del Proyecto Los Argonautas, a celebrar este próximo domingo en Madrid.

miércoles, 9 de junio de 2010

...y Literatura solidaria

El próximo domingo 13 de junio arranca la andadura del Proyecto solidario Los Argonautas con la celebración de un recital en Madrid, en la sede de las Misioneras de la Caridad (Orden fundada por la Madre Teresa de Calcuta, orientada a ayudar “a los más pobres de entre los pobres”), dedicado a los ancianos y enfermos que acoge el centro.
La sesión se dividirá en dos partes, en las que se recitará poesía y se leerán distintos cuentos y relatos. Asimismo, entre acto y acto, se expondrá con acompañamiento musical una selección de frases y proverbios.
Más que un recital de corte clásico, Los Argonautas pretenden celebrar una “fiesta de las letras”, un evento simpático, alegre, satírico, esperanzador, que haga disfrutar a su público, dejándoles en la memoria un grato recuerdo. Conociéndoles, seguro que lo consiguen…

lunes, 7 de junio de 2010

Deporte solidario...

La Asociación del Deporte Solidario (ASDES) es una entidad sin ánimo de lucro que se apoya en el deporte para financiar proyectos sociales de integración y desarrollo dirigidos a las personas más desfavorecidas mediante becas para la práctica deportiva asignadas a deportistas de base sin recursos.
ASDES está constituida por personas, deportistas, clubes o equipos, ya sean aficionados o de elite, que viven y disfrutan el deporte con pasión. Padres y familiares de los niños deportistas que apoyan, divulgan y difunden el valor de crecimiento basado en los ideales del deporte. Directivos que hacen posible la existencia de equipos y clubes con su labor entregada. Instituciones que alientan los valores deportivos. Patrocinadores que destinan financiación a la práctica del mismo.
Su ayuda se consigue con la suma de pequeños esfuerzos. Así, cada persona aporta determinada cantidad de céntimos en función de los goles, puntos o resultados de su equipo propio o preferido. ¡Sí, céntimos! Por ejemplo, si uno juega al baloncesto puede dar cuatro céntimos por cada punto que consiga, o un céntimo por cada punto que logre su equipo favorito. O si juega a fútbol, 50 céntimos por cada gol que marque… El objetivo es que esa suma de pequeños esfuerzos, entre todos, consiga sacar adelante la mejora de calidad de vida de muchas personas.
ADSES está presidida por mi amigo Salvador Macías, quien ya recibiera el Premio Juventud Aragón 2007 a la Solidaridad. En la actualidad cuenta con 72 equipos deportivos y más de 1.200 personas solidarias, habiendo desarrollado proyectos -además de en España- en Bolivia, Etiopía, Kirguistán, Pakistán… Y con el esfuerzo de todos, seguirán creciendo.

sábado, 5 de junio de 2010

Los dos lobos

Cuenta una fábula india que un anciano estaba hablando con su nieto y le decía:
- Me siento como si tuviera dos lobos peleando en mi corazón. Uno de los dos es un lobo enojado, violento y vengador. El otro está lleno de amor y compasión.
El nieto preguntó:
- Abuelo, ¿dime cuál de los dos lobos ganará la pelea en tu corazón?
Y el abuelo contestó:
- Aquel que yo alimente.

miércoles, 2 de junio de 2010

Derechos de los niños a escuchar cuentos

1. Todo niño sin distinción de raza, idioma o religión, tiene derecho a escuchar los más hermosos cuentos de la tradición oral de los pueblos, especialmente aquellos que estimulen su imaginación y su capacidad crítica.
2. Todo niño tiene derecho a exigir que sus padres les cuenten cuentos a cualquier hora del día. Aquellos padres que sean sorprendidos negándose a contar un cuento a un niño, no sólo incurren en un grave delito de omisión culposa, sino que se están autocondenando a que sus hijos jamás les vuelvan a pedir otro cuento.
3. Todo niño que por una u otra razón no tenga a nadie que le cuente cuentos tiene absoluto derecho a pedir al adulto de su preferencia que se los cuente, siempre y cuando éste demuestre que lo hace con amor y ternura, que es como se cuentan los cuentos.
4. Todo niño tiene derecho a escuchar cuentos sentado en las rodillas de sus abuelos. Aquellos que tengan vivos a sus cuatro abuelos podrán cederlos a otros niños que por diversas razones no tengan abuelos que se los cuenten. Del mismo modo aquellos abuelos que carezcan de nietos están en perfecta libertad de acudir a escuelas, parques y otros lugares de concentración infantil, donde podrán contar cuantos cuentos quieran.
5. Todo niño está en el derecho de saber quienes son los hermanos Grimm y Andersen, entre otros. Las personas adultas están en la obligación de poner al alcance de los niños todos los libros, cuentos y poesías de esos autores.
6. Todo niño goza a plenitud del derecho de conocer las fábulas, los mitos y leyendas de tradición oral de su país.
7. El niño también tiene derecho a inventar y contar sus propios cuentos, así como a modificar los ya existentes, creando su propia diversión.
8. El niño tiene derecho a exigir cuentos nuevos. Los adultos están en la obligación de nutrirse permanentemente de nuevos e imaginativos relatos, propios o no, con o sin reyes, largos o cortos. Lo único obligatorio es que éstos sean realmente hermosos.
9. El niño siempre tiene derecho a pedir otro cuento y a pedir que le cuenten un millón de veces el mismo cuento.
10. Todo niño, por último, tiene derecho a crecer acompañado de las aventuras del Tío Tigre y Tío Conejo, de aquel caballo que era bonito y del inmortal “había una vez”… palabra mágica que abre las puertas de la imaginación en la ruta hacia los sueños más hermosos de la niñez.

Nota: Aun sin saber con exactitud quién redactó este manifiesto (si bien parece proceder de la Asociación Colombiana del Libro Infantil), lo suscribo plenamente. Sé que existen otras versiones e incluso que pudieran ser varios sus autores. Sea como fuere, gracias por escribirlo.