sábado, 27 de febrero de 2010

Avenida del Amor

En la ciudad de los afectos, valores y sentimientos, la señora alcaldesa ha tenido una idea original: a fin de mejorar la belleza del lugar y atraer con ello muchos turistas, concederá una distinción a su calle más pintoresca. Todos sus vecinos, excepto la Desidia, aceptan el reto con ilusión.
La Vanidad se puso de inmediato a barrer su calzada, al tiempo que llenaba de azucenas los balcones. El Optimismo, convencido de su triunfo, asegura que no hay inmueble con mayor lustre que el suyo. La Caridad ayudó en otras aceras y el Rencor, prisionero de su propia ira, ensució la de aquellos a quienes nunca perdonará.
Los miembros del Consejo recorrerán la urbe para establecer con su voto el lugar más atractivo. Y así, comenzó el concurso.
La callejuela del Odio carece de farolas. Es estrecha, tenebrosa, llena de inmundicias. Los rayos del alba evitan asomarse a sus recodos para no contagiarse de una oscuridad tan perversa. Fue descartada en primera ronda.
La plaza de la Mentira se había construido con cartón piedra y flores de plástico. Un panel anunciando una marca de tabaco disimula las grietas del hormigón, mientras los cuervos aletean sobre sus tejados. Consiguió pasar el corte pero no tardó en ser eliminada.
La cuesta del Orgullo tiene unas baldosas relucientes. Próxima al centro urbano y con boca de metro a la salida, confía al cien por cien en sus posibilidades. Acabó siendo finalista.
También quedaron en muy buen lugar las travesías de la Ternura, la Constancia, el Esfuerzo. Gustó mucho el ladrillo caravista de la carrera de la Paciencia.
Pero el jurado no tuvo dudas al conceder su galardón. La avenida más pintoresca de la ciudad era aquella que llevaba el nombre del Amor. Cada una de sus casas es un mundo peculiar.
En el portal número Cero reside el Egoísmo, la adoración a uno mismo. Encerrado a cal y canto dentro de su muralla, no permite que escape ningún sonido, ni el menor atisbo de luz. ¡Qué infeliz debe sentirse aquel que guarda sus labios exclusivamente para sí!
En el Uno habita el primer amor. Fachada de mármol, margaritas que preguntan con rubor si es o no correspondido. Se sabe mágico, invencible, perenne. La cordura agoniza en su secuencia: ...ningún beso, un beso (¡qué difícil!), dos besos, tres besos... A veces llora y, como en los niños recién nacidos, su llanto es prueba de vida. Muchos piensan que es el único verdadero y que la razón de existir de los demás no sería otra que tratar de revivirlo. Quien accede a él, nunca lo olvidará.
En el bloque Dos vive el amor pasional, aquel que se entrega libre a una pareja. Derrocha entusiasmo, baladas de los setenta, cortinas recogidas. ...Cuatro besos, cinco besos, muchos, muchísimos besos... Es ilimitado e indefinible, y si alguien osa a ponerle medida es que no lo siente como debe. De tramos sensuales, resulta afortunado quien se sabe su inquilino.
El inmueble número Tres corresponde al amor a Dios, a la Santísima Trinidad. Su origen es divino, no amar es inhumano.
En un ático del Cuatro está el paterno-filial, propio de padres e hijos. ¡Qué hermoso!
En el dúplex del Cinco, recordando los dedos de las manos que se estrechan, cohabita el afecto entre amigos. Un arrendatario lleno de proyectos, el mejor que puede darse entre dos personas, el más desinteresado.
La buhardilla del Seis, recta y curva en una misma cifra, tiene de okupa al amor imposible. Sumido en su esquizofrenia, a veces parece injusto pues quiere a quien no le quiere e ignora al que le desea. Un autógrafo en el último concierto, versos platónicos de adolescencia, algún secreto inviolable, piropos clandestinos a la vecina de en frente. Quien no comprende un cómo, un cuándo o un dónde, nunca entenderá por qué.
El casero del Siete tributa al Altruismo o sentir hacia los demás, multiplicándose cada vez que se reparte. De nadie y para todos, un poco siempre es mucho para quien no tiene nada.
El del Ocho, quizás por su forma de bandido con antifaz, a la querencia por el bien ajeno. ¡Muy pobre es ése que sólo añora el dinero!
El del Nueve, como los meses de un embarazo, al respeto a la Vida. Alguien insinuó que lo contrario de la muerte no es ella sino el amor. En cualquiera de sus formas, la caricia sigue estando en su lenguaje.
Y el adosado número Diez, lindando con la rotonda de la Melancolía, al llamado Desamor. La ilusión se lapida en su cadencia: ...Tres besos, dos besos, un beso (¡qué difícil!), ninguno... Si el coliseo creció con hermosura, sus ruinas serán hermosas. Como imaginara el genial Neruda, fue allí tan corto el amor y tan largo el olvido.
En este espacio singular convive un puzzle de sentimientos con un tronco común. Una avenida llena de magia por la que pasamos todos en forma de ingenuos turistas para acabar impregnados de sus múltiples tonalidades.
Amores, como individuos, como sabores, hay muchos. Su atractivo es incuestionable. El galardón ha sido merecido.

Nota: Cuento perteneciente a mi libro El amor azul marino.

martes, 23 de febrero de 2010

Trazo blanco en León

El escritor Francisco Legaz presentará su libro Trazo blanco sobre lienzo blanco en el salón de actos de la Biblioteca Pública de León (C/ Santa Nonia 5, León) este próximo viernes 26 de febrero, a las 20:00 horas. Os dejo el enlace a la reseña que hice al respecto para la Asociación Aragonesa de Escritores:
http://www.aaescritores.com/users/aae/blog/?p=2514
Legaz es también director y presentador del programa radiofónico El bosque de las palabras, dedicado a la Literatura y premiado en distintas ocasiones.
Al igual que ocurrió en Zaragoza, donde acudió mucho público y lo pasamos fenomenal, para mí será un gusto acompañarle. Va a estar bonito. A cuantos podáis asistir, os esperamos.

Nota: Fotografía de Julio Marín, correspondiente a la presentación de este libro en el Ámbito Cultural de El Corte Inglés-Zaragoza.

sábado, 20 de febrero de 2010

Un premio merecido

El dramaturgo y ensayista José Luis Alonso de Santos fue galardonado ayer con el Premio Castilla y León de las Letras 2009, por la "singularidad literaria" de la reflexión sobre la condición humana subyacente en toda su obra. Esa visión de Alonso de Santos, un hombre de teatro que ha extendido su actividad "a todos los ámbitos de la dramaturgia, desde la dirección escénica a la actividad docente o el ensayo", traspasa los parámetros de tiempo y espacio.
Con independencia de las razones que da el acta del jurado, se trata de un galardón merecido. Por su obra, con la que hemos disfrutado muchísimo (la última vez cuando asistí el pasado noviembre a la representación de La cena de los generales en el Teatro Principal de Zaragoza), y obviamente por su persona. Y así, tuve el honor de conocer a José Luis en una fiesta de la editorial que compartimos (aquella I Fiesta de Ediciones Irreverentes celebrada en la Casa de Cantabria, en Madrid), mostrándose muy cercano con todos y dedicándome un ejemplar de su libro Dígaselo con valium.
"Este premio salda una deuda con el teatro, un género que es espectáculo pero también literatura", ha dicho el autor tras conocer la noticia. Mi más sincera felicitación.

martes, 16 de febrero de 2010

El ratón miedoso

Cuenta una antigua fábula que había un ratón que estaba siempre angustiado, porque tenía miedo del gato. Un hechicero que escuchó sus lamentos se compadeció de él y para que dejase de tener esos miedos le convirtió en eso… en gato. Así, siendo uno de ellos, no se asustaría más.
Pero entonces empezó a sentir miedo del perro. Un miedo atroz e incomprensible que se despertaba cada vez que lo sentía. De modo que el mago, conmovido de nuevo por tanto temor, decidió convertirle en perro. “Tal vez así ya no vuelva a temer nada”, pensó confiado.
Sin embargo, pronto empezó a sentir miedo de la pantera. De manera que el mago, nuevamente conmovido, le convirtió precisamente en eso… en pantera.
Fue entonces cuando comenzó a temer al cazador. El mismo miedo, igual de atroz e incomprensible, que se aparecía cada vez que lo nombraba.
Llegado a este punto, el mago se dio por vencido y volvió a convertirlo en ratón, diciéndole: "Nada de lo que haga por ti va a servirte de ayuda porque a quien tiene el alma de ratón, sea lo que sea, siempre habrá algo que le dé miedo".

Nota: Fábula india leída en el Filandón de cuentos para pensar y sentir que celebramos la semana pasada en la Biblioteca de Aragón.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Filandón de cuentos para pensar y sentir

Admito que de siempre me ha gustado contar cuentos. Quizá por eso, y desde el mismo momento en que los conocí, quedé prendado de los filandones literarios (considerados uno de los Tesoros del Patrimonio Cultural de España). Esa reunión de narradores bajo la luz de una hoguera que detallan historias a la concurrencia. Cuentos de la tradición popular, de autores reconocidos en el género, de cuentistas anónimos que describen sus vivencias. Una manera de entender la narración oral con la que no tardé en identificarme.
Mi amigo Jesús Jaime es un comunicador nato, director del programa radiofónico La llave en RCL96.0-Zaragoza. Estudioso de la mente y gran conocedor de los temas de autoayuda, ha defendido en distintos foros profundizar en los cuentos como elementos clave en la senda del crecimiento personal.
Por eso es para mí un placer recrear junto a él dicha experiencia narrativa compartiendo este próximo jueves, a las 19:30 horas en el Salón de Actos de la Biblioteca de Aragón (C/ Doctor Cerrada 22, Zaragoza) un filandón de relatos dirigidos a pensar y sentir.
Va a ser bonito. Estáis superinvitados.

sábado, 6 de febrero de 2010

Trazo blanco sobre lienzo blanco

Vivir e imaginar son dos de las tareas más importantes que debe ejercer todo escritor. Vivir para sentirse humano, para no dejar nunca de ser persona, para emocionarse ante una sonrisa o sorprenderse cualquier tarde de verano. Imaginar para convertir en palabras tales vivencias, para tener una excusa que justifique su insomnio, para realizarse en esa vocación maravillosa que tampoco sabes si elegiste o te eligió.
A veces la frontera entre ambos verbos no resulta tan nítida como cabría esperar. Son miles los autores que narran tal cual viven y los hay mucho más raros que viven según redactan. En mi caso creí estar siempre entre los primeros, aun reconociendo que con frecuencia acostumbra a adelantarme lo que escribo.
Sumido en ese debate llega a mis manos la novela “Trazo blanco sobre lienzo blanco” (Ediciones Irreverentes) del escritor Francisco Legaz. En ella cuenta una historia aparentemente sencilla: la de un hombre cualquiera, sin mayores pretensiones, que decide escribir una novela por la que todos podrán recordarle. En este proceso compartirá su aventura con otro escritor que le contrata, con una amante, con varios viajes, con esa realidad que irá poniendo color a cuanto crea. Sin embargo, y a pesar de tantos sueños, descubrirá que con frecuencia la vida se empeña en seguir siendo inmaculada.
A través de un estilo tan original como logrado, esa trama va creciendo a dos niveles que se entremezclan con maestría: el de la realidad y el de su ficción. Aquel hombre deposita cuanto siente en la protagonista de su obra: el miedo, sus ilusiones, las esperanzas, tu salud, mi enfermedad, su frustración... para acabar implicando en ese juego creativo al último eslabón de su proyecto: el mismísimo lector.
Desde la persona y el personaje, Legaz se atreve a hacer un recorrido por el alma humana. Disecciona amores y amoríos, la soledad en sus mil formas, el pavor ante el éxito o el fracaso… consiguiendo, además de una historia que conmueve, unos protagonistas con una gran carga psicológica. Su gusto por los viajes, la música detallada y esa selecta literatura enmarcan el escenario donde todo sucede.
Por ello, “Trazo blanco sobre lienzo blanco” no es sólo una propuesta narrativa. Es una novela que sorprende, que gusta, que ilusiona… sin ocultar las dificultades que a veces conlleva cualquiera de nuestras vidas: la escrita o la imaginada.

Nota: El escritor Francisco Legaz presentará su libro “Trazo blanco sobre lienzo blanco”, finalista del I Premio Irreverentes de Novela, en el Ámbito Cultural de El Corte Inglés-Zaragoza el próximo viernes 12 de febrero, a las 19:30 horas. Para mí será un gusto acompañarle. Estáis todos invitados.

lunes, 1 de febrero de 2010

Por la Fundación Vicente Ferrer

Estamos de acuerdo. Más de 80.000 personas en Facebook (y el número va en aumento), todos los grupos parlamentarios de las Cortes, el Senado, los presidentes de 11 Comunidades Autónomas, los alcaldes de las siete ciudades españolas donde la Fundación tiene sede, el embajador de España en India, el presidente de la Fundación Cultura de Paz... De acuerdo en apoyar la candidatura que hoy ha presentado una plataforma ciudadana para que la Fundación Vicente Ferrer sea galardonada este año con el Premio Nobel de la Paz.
El galardón sería un reconocimiento a la labor que dicha Fundación continúa ejerciendo en India y, sobre todo, un homenaje a su fundador, impulsor de un nuevo modelo de cooperación en defensa de la dignidad humana y la erradicación de la pobreza. Para ello Ferrer, que llegó a India en 1955, promovió la educación como parte del desarrollo centrándose en los parias, los dálits, los más rechazados por la sociedad india, y en las mujeres. Pero la suya era una visión integral, que incluía la atención sanitaria, el medio ambiente y la integración de los discapacitados.
Algunos datos recogidos por los promotores de la iniciativa demuestran esta labor: 1.696 escuelas, 4.978 asociaciones de mujeres con 67.135 miembros, 17 clínicas y hospitales, casi 30.000 viviendas construidas y cerca de tres millones de árboles plantados.
Ante su ejemplo, no podía ser de otra manera: todos estamos de acuerdo.