lunes, 31 de octubre de 2022

Crónica de una Feria Esotérica

Durante este pasado fin de semana se ha celebrado la V Feria Esotérica de Terapias Complementarias y Arte en el recinto ferial del municipio berciano de Fabero. Ha sido, sin duda, un evento de lo más especial, cargado de emociones y energía positiva, centrado en otro homenaje sentido a uno de sus principales impulsores: nuestro amigo Lolo.
De seguro que allí estuvo él: en ese acto de recuerdo que abriera su alcadesa y cerrasen las canciones de su primo José Ángel, en la conversación que mantuve con sus hijos Laia y Raúl, en aquella presentación de nuestro libro conjunto Cuentos de Carbón (Mariposa Ediciones), entre cada relato que compartiera en mi sesión dominical de cuentacuentos... 
Desde un enfoque positivo como a él le habría gustado, nos encantó reencontrarnos con nuestras amigas Begoña y Soraya... conocer a Mariana -de una sensibilidad extraordinaria-, Ana -compañera entrañable de stand- o nuestra editora Marina -a quien Lolo le encargó expresamente que confiara en mí-... de reconocer a Julia entre tantas personas sencillamente especiales. Y de recibir ese presente en forma de avellanas de la querida María, quien solo podía corresponder a mi atención regalándonos algo que hubiera recogido con sus propias manos.
Aun cuando no pude asistir a ninguno de sus talleres -me habría encantado participar en ese sobre sueños lúcidos- ni terapias sanadoras -el destino me seguirá sorprendiendo, pues ni siquiera me echaron las cartas-, la experiencia ha resultado de lo más positiva. Así que ya estamos esperando la Feria del año que viene. Porque como aprendimos de esa Güela, que el propio Lolo me mostrara para nuestra obra, lo malo no es esperar; lo malo sería no saber qué.

domingo, 30 de octubre de 2022

Luis Gutierrez, finalista Premios Educa ABANCA

Recién llegado de la Feria Esotérica celebrada en Fabero, y antes de reseñar la cantidad de vivencias que en tan solo dos días hemos disfrutado, me complace muchísimo compartir que el profesor-tutor que tuvo nuestro hijo en los dos últimos cursos, Luis Gutiérrez Martín -Colegio Marista San José, León- se encuentra entre los diez finalistas de los Premios Educa ABANCA -Educación Primaria- al mejor docente de España del año 2022.
Ciertamente se trata de un profesor extraordinario, vocacional entusiasta, que enseñó a Manuel Lengua y Solidaridad, a resolver problemas de Matemáticas y a gestionar sus emociones, a ser mejor alumno y sobre todo mejor persona.
Con el máximo respeto al resto de los nominados, sea nuestro respaldo a la candidatura de Luis, junto al agradecimiento más sincero por SER como es y ESTAR siempre ahí.

viernes, 28 de octubre de 2022

Mañana en Fabero

Mañana empieza la V Feria Esotérica de Fabero, a celebrar durante el fin de semana en el recinto ferial de este municipio del Bierzo. Esa que, desde su primera edición, nuestro amigo Lolo tanto impulsó. Será todo un homenaje a su persona, a su obra, a su memoria. No podrá hacerse el Taller de Dibujo que dirigía, ni acompañarnos en mi sesión dominical de cuentacuentos pero, conociéndole, de una u otra manera seguro que asistirá.
Al igual que estará mañana sábado a las 13:30 horas en la presentación de nuestro último libro conjunto Cuentos de Carbón (Mariposa Ediciones), en cada dedicatoria que firmemos -aunque yo solo alcance a ponerle palabras-, en tantas conversaciones al calor de un filandón... Porque, como ambos aprendimos de los Mouros, la maravilla de la vida asienta en que nada es igual a nada. Todo resulta sorprendente. Basta con mirar.

jueves, 27 de octubre de 2022

Lolo y amigos en "ADN aragonés"

ADN Aragonés
es un programa de Aragón TV que muestra en primera persona cómo es el día a día de muchos aragoneses que viven fuera de Aragón. Al ser ese mi caso por residir en León -tierra que me acogió desde el principio con una hospitalidad extraordinaria-, sus productores contactaron conmigo para realizar alguno de sus reportajes.
Corría mayo del 2016. Nos solicitaron disponibilidad personal durante dos días para hacer la grabación y que contáramos con varios amigos que pudiesen hablar sobre mí. La ciudad pondría el escenario.
Además de mi familia, allí estuvo Óscar, responsable de la ONG Mundo Ético, de la que soy socio de base y con la que he colaborado a través de algunos cuentacuentos... Santiago, con quien forjamos amistad después de que nosotros saboreáramos una tonelada de su cecina y él disfrutara leyendo cualquiera de mis libros... nuestra querida pandilla, capitaneada por Alma, la seguidora más fiel de este blog... Y por supuesto, Lolo -siempre ocurrente, siempre colaborador-, con quien quedamos en la cafetería del Museo de Arte Contemporáneo -MUSAC- para conversar sobre alguno de nuestros proyectos. Todos estuvieron sencillamente genial.
Más que contar los detalles de este último encuentro, y con permiso de los demás, preferimos dejaros el enlace a aquel programa, concretando esos momentos:
* Minuto 33:23. Empieza la emisión del reportaje.
* Minuto 35:20. Comienza la parte protagonizada por Lolo.
Recuerdo que al apagarse la cámara, Lolo se dirigió a mi pequeño Manuel -que estaba detrás de plano-, regalándole mil sonrisas, dos dibujos sobre alguna servilleta y una frase:
- ¡Así que tú tienes ADN aragonés y ADN leonés... Como tantas, buena mezcla es! 

https://alacarta.aragontelevision.es/programas/adn_aragones/cap-17-29062016-2131
(ADN Aragonés, capítulo 17. Emitido por Aragón TV el 31/06/2016).

miércoles, 26 de octubre de 2022

Su secreto mejor guardado

Tras haber ganado conjuntamente aquel Certamen Carta Puebla 2016 con nuestro libro de cuentos ilustrados Catorce lunas llenas, Lolo compartió conmigo un secreto:
- Llevo tiempo recopilando información de gente mayor de las cuencas mineras sobre muchas criaturas fantásticas que, según dicen, habitaban allí. Son duendes, hadas o diablillos que vivían en las minas a principios del siglo pasado, pero que con la Guerra primero, la censura de la postguerra después, las nuevas tecnologías y el cierre definitivo de los pozos se han ido perdiendo poco a poco. Las últimas generaciones de mineros ni siquiera las conocen... Si no las rescatamos, caerán para siempre en el olvido.
Yo escuchaba atentamente, sin saber todavía los motivos de tal revelación. Entonces, a bocajarro, me preguntó:
- Si yo te diera un dibujo de esas criaturas con alguna de sus características, ¿serías capaz de escribirles un cuento?
Y es que su idea para ese rescate era volver a darles vida a través de mis relatos.
Respondí de inmediato que sí, pues me sentía honrado con su propuesta... Sin embargo, no siendo yo de León ni teniendo vínculo con ese sector primario, ¿por qué me has elegido? Lolo respondió que cuando todo estuviera terminado, nos lo aclararía.
Así, de uno en uno, fueron entrando en mi vida el Agarrapelos, el Hada Negra, el Diantre Azul, las Yarishs, el Diannu del Grisú... Y también, una a una, fueron saliendo sus historias.
Tras cierto seminario de Literatura que compartimos en un colegio de nuestra provincia, recapitulamos sobre el tema. Él me mostró sus nuevos bocetos, que ya superaban la treintena; yo le presenté un borrador de mi prefacio. Le pusimos incluso título: Cuentos de Carbón. Y entre trazos de carboncillo, le volví a preguntar agradecido: ¿por qué me elegiste? 
- En cuanto esté publicado, te lo explicaré.
A principios de octubre compartíamos charla en una céntrica plaza de nuestra ciudad. La obra está finiquitada, Mariposa Ediciones ha apostado por ella y apenas quedan detalles por cerrar. Misión cumplida: ¡el Lampazos y su cuadrilla han vuelto! Como aragonés tozudo, indagué de nuevo sobre aquella duda... Y él, como leonés obstinado, me volvió a contestar:
- ¡Eres un prisas!... Te lo diré en la Feria Esotérica de Fabero, el día de su presentación.
Al final, nunca sabré en vida por qué Lolo me hizo tal regalo. Apenas unos días antes de esa fecha, se llevó consigo demasiadas cosas; entre ellas, su secreto. Más conociéndole, sé que es solo una excusa para que en otra ocasión nos volvamos a encontrar. Quizás allá arriba, donde ahora estará volando... Quizá para compartir nuevos misterios a los que, de seguro, él pondrá sus tiras y yo mis cuentos... O quizá para revelarme por fin algo a lo que las circunstancias ya me han respondido: sencillamente, porque somos AMIGOS.

martes, 25 de octubre de 2022

La bondad de su mirada

En estos tiempos de controversia, pocas veces estamos tan de acuerdo: Lolo era un hombre esencialmente bueno. ¡Bueno de verdad! Releyendo el inventario de nuestras vivencias no encuentro ni una sola en la que mostrara la menor dosis de egoísmo. Nos regaló su amistad, mil ilustraciones para mil cuentos, tantas charlas distendidas, esa ironía que le delata... Confieso que quizá le pedí demasiadas ilustraciones para esas ONGs con las que suelo colaborar: desde la Fundación Juan Soñador, en León, a la Asociación de Padres con Niños Oncológicos de Aragón, entre otras muchas. Jamás respondió que no... Nunca pidió nada a cambio... Ni siquiera lo insinuó. 
¡Igual con todo el mundo!
- Tú alopécico, yo melenudo... Tú de colores, yo de negro... Si tú llegas a en punto, yo a y cuarto pasadas -me comentaba entre bromas-... Eso demuestra que aun siendo tan distintos podemos ser amigos. 
Porque así era Lolo. Tan noble que en ese proyecto conjunto titulado Cuentos de Carbón, que de la mano de Mariposa Ediciones verá la luz este próximo fin de semana en su Feria Esotérica de Fabero, llegamos a discutir porque -en otro exceso de generosidad- al principio él quería que lo firmase yo solo. 
A personas con tal bonhomía se les quiere fácilmente... Y se les perdona todo; inclusive que llegara tarde a aquella presentación literaria o que nos perdiéramos con su coche cuando acudíamos a un colegio a hacer ese taller a cuatro manos de relatos y dibujos. Al final, eso sí, terminábamos riendo.
Aunque no lo sepa demasiada gente, Lolo me llamaba el prisas
- Siempre vas corriendo -me decía-. ¡Si al final, nos vamos a morir igual!  
Y en este epílogo, haciendo acopio de su humor tan característico, hoy le advertiría entre tapas que quien partió demasiado pronto fue él. 
Echaremos de menos tu arte, tu carisma cazurro, tu corazón de niño reflejado en esos ojos que protegías con gafas oscuras... Porque como afirmó otro amigo tuyo, te fuiste sin saber que la Bondad estaba justamente en tu mirada. 

lunes, 24 de octubre de 2022

Siempre Lolo, in memoriam

Un wasap madrugador nos daba la noticia: Lolo ha fallecido. Todo fue de repente. Éramos amigos; quizá de los primeros que hice cuando llegué a su querido León. Siempre desinteresado, él puso colores a muchos de mis cuentos, testimonio a aquel reportaje que nos hiciera la Televisión de Aragón, sonrisas a mis hijos y a tantos otros niños en sus clases de dibujo. Siempre en positivo, ambos compartimos tapas, bromas o proyectos hace apenas unos días; e incluso, estando él ya en Fabero, hablamos este sábado para ultimar los detalles de esa Feria Esotérica en la que colaboraba con tanto cariño. Nada hacía presagiar tal desenlace. Siempre atento, nos preguntó por aquella lesión cervical que me tuvo un tiempo parado, intercambiamos sus bocetos con mis apuntes, charlamos sobre ese libro conjunto que presentaríamos allí esta misma semana... Le sentí ilusionado. Le sentí más él que nunca.
Por ello estamos tristes, muy tristes; echaremos de menos sus viñetas, su ironía para retratar la realidad, tanto amor por esta tierra, esa personalidad... Aunque también sabemos que Lolo pervivirá para siempre. Su persona y su obra son ahora inmortales. Siempre inquieto, volará hasta allá arriba como sabe... Y quizás, en cuanto pueda, se pondrá a dibujar.
Siempre Lolo, amigo Lolo, D.E.P. 

En la V Feria Esotérica de Fabero

El próximo fin de semana estaremos en un rincón precioso del Bierzo, rodeado de montañas, robles o brezo: Fabero. Más concretamente en la V Feria Esotérica de Terapias Complementarias y Arte, que se celebrará en su recinto ferial.
En su Miniferia del Libro del sábado 29, de 13:30 a 14:30 horas, presentaré junto al artista Lolo nuestra obra Cuentos de Carbón (Mariposa Ediciones). Esa en la que aprendimos, de boca de la Güela, que no es malo esperar; lo malo es no saber qué
Y el domingo 30, a las 12:00 horas, realizaré una sesión de cuentacuentos para niños titulada La vuelta al mundo en 80 cuentos. Os confieso que está gustando tanto que, gracias sobre todo al boca-boca, las solicitudes para que la hagamos en distintos centros se acumulan en nuestra agenda.
De modo que allí estaremos, compartiendo escenario con instrumentos chamánicos, talleres de lo más variados, lectura de runas, armonizaciones energéticas y otras actividades de las que nunca dejamos de aprender.

domingo, 23 de octubre de 2022

En la sala de donaciones

En la mañana del pasado viernes, tras recibir un correo electrónico del Hospital indicándome que precisaban con urgencia sangre de mi grupo, acudí a donar. Lo suelo hacer dos veces al año, acompañado por mi hijo mayor, si bien en esta ocasión fui solo.
En el box de extracciones coincidí con una compañera sanitaria que tuvo la misma idea. Y allí, mientras nuestras bolsas se iban llenando, iniciamos conversación. 
Para no variar, empezamos hablando de nuestros hijos -antes incluso que del trabajo- ya que, casual o causalmente, los mayores son de la misma edad. Ambos cursan primero de Secundaria. A la suya le cuesta mucho la asignatura de Lengua; se atasca al repasar las partes de un texto: adecuación, coherencia y cohesión. El mío se traba al memorizar en inglés los ejemplos de rocas clásticas sedimentarias: puddingstone, sandstone, clay and mudstone.
- ¡La de cosas tan importantes que aprenden! -me comentaba con cierto tono jocoso-. ¡Y en estos tiempos del Google!
En ese mismo tono, yo le apunté que si seguimos repasando junto a ellos, sería bueno que al menos eligiesen una carrera que a nosotros nos gustara.
Al margen del estrés que entre muchos padres y madres generan actualmente los estudios de sus chicos, he de reconocer que en mi experiencia particular los alumnos con mejores calificaciones de nuestra generación no fueron luego quienes más lejos llegaron. Al menos no siempre ocurrió así. Acorde con mi experiencia -que, por supuesto, puede estar equivocada-, a quienes personalmente la vida les acabó sonriendo con mayor intensidad en lo profesional fueron aquellos que -sin descuidar obviamente la adquisición de conocimientos- desde un principio eran más empáticos, más sociables, con mayor don de gentes e incluso más solidarios. De ahí que, aun sin restar importancia a cada nota, lo que realmente me preocuparía es que percibiera en mis pequeños un exceso de egoísmo, rencores, prejuicios o tristezas.
Así se lo advertí a esta compañera desde un punto de vista expositivo -sin intención de convencer-, no tanto argumentativo -en este caso sería para que cambiase de opinión-, que por algo en estos días ambos estudiamos en Lengua las maneras de abordar cualquier tema... De modo que, tras tomarnos ese zumo que dan en la despedida, ambos asumimos cierto propósito de enmienda: al llegar a casa y reencontrarnos con nuestros hijos, en vez de preguntarles de inmediato si se supieron o no la lección, les explicaremos pausadamente la importancia de ese acto altruista que acabábamos de hacer. 

sábado, 22 de octubre de 2022

Cuentos de Carbón

El programa de la V Feria Esotérica de Fabero que se celebrará el próximo fin de semana nos ha delatado. En él figura la presentación de mi próximo libro, con su título detallado: Cuentos de Carbón, publicado dentro de su colección Llariega por Mariposa Ediciones. Se trata de una obra realizada a cuatro manos junto al artista Lolo quien, además de su investigación cultural previa buscando personajes fantásticos de la Minería leonesa, ha adornado mis cuentos con unas ilustraciones maravillosas.
Ha sido un trabajo de años, en el que a veces los relatos no cuadraban... pero, al final, ha quedado redondo. Como asegura nuestra editora, de lo mejor que ha leído en mucho tiempo. Quizá para descubrirlo faltó dar como pista lo que aprendimos de uno de sus personajes, el Diantre Azul: Lo importante que nos pasa, nos pasa por dentro; hay que aprender a escucharse
Así que de hoy en una semana verá la luz este libro que acumula historia, tradición, cultura, cuentos, ilusiones y dibujos referidos a la Minería leonesa, para erigirse en un homenaje sentido a las personas que trabajaron en ella. Y es que también aprendimos que sin su legado, jamás seríamos lo que somos.

viernes, 21 de octubre de 2022

Querencia recíproca

Hay veces en las que estás en un sitio, pero quisieras estar en otro. Ocasiones en las que, aun haciendo lo correcto, desearías hacer otra cosa. Momentos que te pillan aquí, cuando tu mente se encuentra allá.
La tarde de ayer jueves, a eso de las siete y media, viví uno de esos eclipses emocionales que me llevan a admirar tanto el don de la ubicuidad. Y es que a esa hora, con puntualidad rosarina, un gran artista y extraordinaria persona como Marcelo Tettamanti presentaba su última obra literaria: Querencia recíproca (Marciano Sonoro Ediciones). Lo hacía en el Auditorio Ángel Barja, del Conservatorio Profesional de Música, en León, acompañado de seguro por muchísimos amigos. A fin de cuentas, con tales versos y tal talante, habrá recogido lo mucho que sembró.
Tristemente, no pude estar con él... pero sabe de sobras que lo estoy.
Y es que Marcelo Tettamanti es un ser humano en toda la extensión de la palabra, que derrocha energía positiva, que transmite calma, armonía, que aporta siempre la voz -o el silencio- que precisas. 
¡Qué bueno compartir esta amistad, nuestra pasión por los cuentos, esa afición por el fútbol argentino! Nunca olvidaré su cercanía en aquel primer Cuento Cuentos Contigo, sus cien fotos, sus miles de sonrisas... Ni que, sabiendo que soy seguidor del equipo Gimnasia y Esgrima, de la hermosa Mar del Plata, me regalase su camiseta, con lo difícil que resulta por haber sido el último club al que entrenó Maradona.
No hace mucho nos vimos por la calle y me sobrevino una querencia. Otra más... Probablemente recíproca, como la que en breve será objeto de mi lectura.
Y es que, querido Marcelo, ¡qué bueno que viniste! Enhorabuena por SER, gracias por ESTAR.
Recuerdo cierta ocasión en que algún paisano suyo nos aseguró que Dios está en todas partes, pero atiende en Buenos Aires. Quizá, siguiendo su estela, Marcelo suele estar en muchos acontecimientos culturales... Y para nuestra suerte, atiende en León.   

jueves, 20 de octubre de 2022

El tiempo entre vacunas

Hace aproximadamente 30 años, mi juventud me llevó a Benin, un país diminuto en el Golfo de Guinea que, tras salir por entonces de otra guerra civil, era considerado uno de los más pobres del planeta. Recién terminada la carrera de Medicina, me alisté en aquella organización humanitaria para acudir a prestar atención en distintos poblados que padecían su enésimo brote de Cólera. Allí, sobre el terreno, reunimos a los líderes de cada tribu para explicarles su prevención -basada principalmente en medidas de higiene y potabilización del agua-, así como la estrategia de vacunación que pretendíamos desarrollar. Mientras yo hablaba -a veces más con gestos que con palabras-, un ayudante local me traducía. Aquella intervención consiguió anular la epidemia, salvando con ello miles de vidas.
Hace unos 20 años el destino me puso en Afganistán, tras aquel derrocamiento del poder talibán. Como médico preventivista integrante de la Sanidad Militar Española, en el contexto de una operación sanitaria capitaneada por la Organización Mundial de la Salud, viví in situ otra campaña vacunal, en este caso contra esa Poliomielitis que seguía causando estragos en el país. De manera que, enrolados en convoyes altamente protegidos -para la guerrilla del antiguo régimen seguíamos siendo un objetivo prioritario- visitamos sus aldeas, negociando con los cabecillas de cada clan -a veces más con dólares que con argumentos- y administrando luego las dosis que fueran oportunas.
Hace casi dos años, ejerciendo en la Sección de Epidemiología del Servicio de Sanidad de León, tuve el honor de recibir las primeras dosis de vacuna llegadas a la provincia, frente a ese Coronavirus que había despertado una pandemia. También hubo mucho que explicar.
Por último, anteayer la vida permitió que estuviera en el Palacio de Botines, de mi ciudad, para impartir una conferencia a un grupo numeroso de colegas pertenecientes a la Atención Primaria, a propósito de otra vacuna en cuya eficacia y seguridad creo firmemente: SHINGRIX, indicada en la prevención del Herpes Zóster y la Neuralgia Postherpética. Cuidadosamente organizado por la empresa farmacéutica GSK y teniendo como ponente compañera a la doctora Ana Cieza -quien enmarcó con precisión los costes tangibles e intangibles de ambos procesos-, en el acto insistí en sus indicaciones de administración a mayores de 50 años y de 18 con un riesgo superior de padecerlas -fundamentamente pacientes inmunocomprometidos- siguiendo en cada caso, eso sí, las recomendaciones oficiales habidas al respecto. 
La experiencia, tanto humana como profesional, volvió a ser de lo más gratificante. Y es que, desde la otra esquina del mundo a la puerta de mi casa, he acabado descubriendo que este tiempo mío ha estado ligado a las vacunas mucho más de lo que yo mismo suponía. 

miércoles, 19 de octubre de 2022

En el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama

Mercedes es una persona de carne y hueso a quien cierto día convertí en personaje de alguna de mis novelas. En concreto, de esos Siete paraguas al sol (Ediciones Irreverentes) con los que obtuviera, hace ahora diez años, aquel premio literario. Ella ejerce de periodista, y en sus inicios presumía de este decálogo de trabajo:
1. Un confidente jamás se compra; se alquila.
2. La peor de las equivocaciones es equivocarse corrigiendo.
3. Exagerar no equivale a mentir.
4. Primero conoce la verdad y luego distorsiónala todo lo que quieras.
5. Dentro de una realidad hay muchas realidades; otra cosa es que se vean.
6. En momentos de calentón, mejor no escribir nada.
7. El pensamiento marca la política y no a la inversa.
8. Las preguntas rápidas son las que requieren respuestas más lentas.
9. Nunca te fíes de un ordenador que te odie. 
10. El amor tampoco es verdad, pero hace creer que lo es.
Aquella Mercedes -tanto la real como la de ficción- padecería después un cáncer de mamá que en principio la paralizó. Por un instante, llegó a pensar que vivía de prestado. Como quien habita en un país desconocido, reinventó sus tiempos, reordenó sus prioridades... Cuando creía que había agotado todas las posibilidades, alguien le recordó que no lo había hecho. Y con ese tesón, la ayuda de tantos y aquella sonrisa eterna a pesar de las circunstancias, superó con creces tal proceso; se acabó sobreponiendo, hasta reducir aquellos mandamientos a un solo corolario: No sabemos lo fuerte que somos hasta que ser fuertes es la única opción que tenemos.
Quizá por eso, en su crónica periodística de cada 19 de octubre, muestra su apoyo incondicional a cuantas personas padecen lo que ella padeció, así como su reconocimiento más sincero a sanitarios, investigadores, asociaciones y demás que conforman las trincheras para erradicarlo... que sacan pecho por ellas... que inciden en la importancia del diagnóstico precoz.
¡Tócate para que no te toque! Porque como ella asegura, juntos podemos construir un mundo donde el cáncer no signifique vivir sin esperanza.

Tan joven y tan viejo

Admito que la relación cotidiana con mis hijos rejuvenece. Así, me siento más joven cuando charlo con el mayor, ya sea de un tema intrascendente -nos preocupa demasiado cómo quedará nuestro equipo de fútbol- o de máxima importancia para todos -¡la de preguntas que formula sobre la Guerra de Ucrania!-... Me sé más activo al acompañarle a sus partidos de Balonmano o a su hermana a esas exhibiciones de Gimnasia, consciente además del beneficio que tales deportes les ofrece... Me noto más resuelto cada vez que llevo a ambos a sus clases de Música, ya sea al Trombón o al Piano respectivamente... Cuando jugamos un partido de Tenis, compartimos película con palomitas, contemplamos el cielo de otra noche de verano, paseamos por la orilla del Bernesga o coronamos alguna pequeña cumbre de nuestra inmensa montaña. En estas actividades, ¡por mí no pasan los años! Será que, a modo de reconstituyente, formulan entre todas una especie de pócima de la eterna juventud.
Sin embargo, existe otra que al realizarla con ellos parezco envejecer. Así, me siento más mayor cuando repaso las lecciones de clase a su lado. Y es que ahí me doy cuenta del abismo generacional que nos separa. Yo estudiaba con libros impresos en papel -los de ellos están metidos en su tablet-, haciendo nuestros deberes en cuadernos -ellos los redactan directamente en el ordenador-, aguardando unos días la calificación final de tantos ejercicios -ahora, en muchos casos, es casi inmediata- con lo pedagógica que resulta la paciencia, sin preocuparme de contraseñas, coberturas, wifis ni avisos a tu correo electrónico en mitad de un fin de semana y sin que eso significase que no estaba en conexión. Mientras yo moldeaba arcilla, mis hijos diseñan arte ante su pantalla. E incluso a veces parece que hablamos idiomas diferentes, pues citan términos como script, login o pasarela con absoluta naturalidad, sin que acierte a saber exactamente a qué se refieren. 
No obstante, nuestra mayor diferencia asienta en el modo de estudiar. Yo lo hacía solo, pues mis padres tampoco podían ayudarme. Mis hijos -y los hijos de tantos amigos- lo hacen con apoyo paterno y/o materno, aun sin estar convencidos de que eso sea lo mejor.
Entiendo que tales cambios responden a los tiempos tan distintos que nos tocaron vivir. Lo más lógico es que todo sea lógico; que deba ser así. En cualquiera de los casos, a la hora de definirme, recurriré por si acaso a la letra del sabio Sabina: Tan joven y tan viejo, like a Rolling Stone.

sábado, 15 de octubre de 2022

La anchura de mi vida

Hace tiempo aprendí que la Vida posee muchas dimensiones, a las que en un ejercicio de simplicidad mayúscula podríamos sintetizar en dos: una en longitud, a lo largo, cuantitativa, que se mide por años contados... otra en amplitud, a lo ancho y profundo, cualitativa, determinada por cada una de nuestras vivencias.
Esa misma Vida me enseñó muy pronto, con aquel adiós prematuro de mis padres, que la primera es importante, pero la segunda resulta fundamental. De ahí ese empeño mío en procurar que crezca en anchura, sumando momentos, detalles, abrazos, relatos, palabras, proyectos compartidos... Y hacerlo de manera generosa, positiva, sin reproches, con mil sonrisas.
En esta noche, a escasos minutos de cerrar otro cumpleaños, confieso que en su celebración me he sentido feliz: por esa comida sorpresa junto a familia y amigos, por tantos presentes tangibles e intangibles, por cada mensaje recibido -de tan lejos como nuestra prima desde Italia, de tan cerca como el vecino de enfrente-, por tantísimas muestras de afecto a través del teléfono, del wasap, de las redes sociales, en persona. 
Alguien escribió que no puedes hacer mucho acerca de la longitud de tu vida, pero sí sobre su anchura... Por eso y por todo, quisiera daros las GRACIAS, a sabiendas de que hoy habéis ampliado la mía en varios metros a cada lado. 

viernes, 14 de octubre de 2022

Nuestro próximo libro

Acabo de recibir los dibujos de Lolo para nuestro próximo libro y me han vuelto a parecer geniales. De hecho, él como ilustrador y yo como cuentista, ya habíamos trabajado juntos en algunas actividades formativas en colegios, en otra obra anterior titulada Catorce lunas llenas -con el que obtuvimos el primer premio del Certamen Literario Carta Puebla 2016, en su modalidad de libro de cuentos- y en dos antologías solidarias: Cuentos para compartir, a beneficio de la Asociación de Padres con Niños Oncológicos de Aragón, y Cinco Cuentos en tu mano, para la Fundación Juan Soñador.
Si los plazos se cumplen -que se cumplirán-, podremos presentarlo en la Feria Esotérica de Fabero, a celebrar en ese municipio berciano el último fin de semana de este mismo mes. La editorial es Mariposa Ediciones. Incluso ya hay cierta empresa que nos ha sondeado por si al igual que en las pasadas Navidades pudiera personalizarlo como aguinaldo para sus clientes y trabajadores. ¿Acaso existe algo más ingenioso que regalar unos cuentos tan entrañables?
Lo que sigue siendo otro secreto a voces es su título y temática... Aunque a modo de pista, ahí va lo que aprendí del EncañadorEl miedo te persigue como a un hijo. Al fin y al cabo, es fruto de tu cuerpo.

jueves, 13 de octubre de 2022

Mi mejor ayudante

Ocurrió hace unos días, estando en una misa con motivo de aquella celebración. A mitad de la ceremonia, se percibió cierto tumulto en la zona delantera, seguido de murmullos. Entonces el cura detuvo su oratoria y preguntó si había algún médico en el templo. Acudí de inmediato... Y al lado, mi hijo Manuel.
Se trataba de una señora mayor que había perdido el conocimiento. No la conocíamos de nada. Estaba con su marido, quien tan solo acertó a advertirnos de que toma medicamentos para la hipertensión. A su exploración, la noté inconsciente, taquicárdica, sin reaccionar a mi voz ni a otros estímulos y con desviación de la comisura bucal. Con la ayuda de Manuel, la recostamos en posición lateral de seguridad, mientras aliviábamos de gente esos primeros bancos... Y con su ayuda también, telefoneamos al Servicio de Emergencias 112, para que enviasen a un equipo de los suyos. Durante la conversación ya les anticipé que -a priori y en mi opinión- era un caso urgente, pues podría tratarse de un ictus.
La ambulancia apenas tardó tres minutos en llegar. Venía con dos sanitarios, pero no con médico ni enfermero, dado que en esos momentos todos los vehículos medicalizados estaban ocupados atendiendo otras incidencias. 
Abriéndonos paso entre la fila de la comunión, hicimos la transferencia en camilla. Fue entonces cuando desde el propio Servicio 112 me notificaron que -dada mi condición de facultativo, ante tales circunstancias y atendiendo a la normativa vigente- yo pasaba a ser el médico de esa paciente, responsable por tanto de su asistencia durante el traslado al Hospital. Lógicamente, acepté; como en otras ocasiones, mi familia lo entendió. Y durante el mismo, ayudado por aquellos sanitarios, le pusimos una vía con un primer tratamiento, permaneciendo en alerta ante cualquier posible complicación.
A la llegada a ese centro en el que -casual o causalmente- trabajo, completamos la transferencia. Nos estaban esperando. Todo fue rápido. En apenas otro minuto, ya estaba siendo atendida en un box específico para su patología. 
Al salir de aquel Servicio de Urgencias, me crucé con el marido de esa señora, quien nos había seguido con un taxi. En la medida de lo posible, lleno de dudas ante su pronóstico, intenté tranquilizarle. Él me dio las gracias. Quien ya no estaba allí era la ambulancia que me había traído pues, en cuanto bajamos, partió para cubrir otro aviso. Así que no me quedó más remedio que volver también en taxi al lugar donde había dejado a los míos.
Unos días después, sabedor de que todo salió razonablemente bien y que ya estaba ingresada en planta, acudí a ver a aquella paciente con mi bata blanca. Obviamente, ella no me reconoció... Pero su marido, sí. Volvió a darme las gracias, indicándole a su esposa que este es el señor que te salvó la vida. Yo le advertí que hice solo lo que pude, lo que sabía, habiendo cumplido con mi obligación. Sin embargo, él insistió en su agradecimiento, haciéndolo extensivo a mi hijo, quien ayudó a despejar la zona, a avisar por teléfono e incluso a él mismo a tomar su taxi. 
- Tiene usted el mejor ayudante que se puede tener -me dijo en la despedida.
Y de eso sí que no albergo la más mínima duda.

miércoles, 12 de octubre de 2022

En otro Día del Pilar

(Repitiendo aquella entrada tan sentida en otro Día del Pilar...).
Desde mi condición de mañico, he sido siempre muy pilarista. Y no solo porque cada 12 de octubre, siendo niño, subiera calle Alfonso hasta su plaza para llevarle algún ramo de flores... Tampoco porque en casa o en nuestro coche hubiera siempre una de sus cintas... Ni siquiera porque en cada cuello de los miembros de mi familia cuelgue alguna de sus medallas... Sino, sobre todo, porque incluso al margen de nuestras creencias, nos encomendamos a Ella cada vez que la necesitamos.
Así lo hice en aquella final del campeonato escolar de Balonmano que acabamos ganando contra pronóstico, en decenas de carreras mientras practicaba Atletismo, en cientos de exámenes durante la Universidad, en aquel estadio parisino del Parque de los Príncipes cuando se encarnó en el gol de un tal Nayim, en aquella oposición que acabaría sacando, el día que pareciera el último de los días, en esa emboscada en la que abriese una puerta de salida... E incluso en estos tiempos del Coronavirus, deseando que todo se resuelva.
Entre tanto, en nuestro hogar la seguimos nombrando. En el dormitorio de mi hija, esta noche fue la protagonista de cada adivinanza: que no quiere ser francesa, que quiere ser capitana de la tropa aragonesa... Y en el del niño recordábamos aquellos versos de su bisabuelo que en clave de jota le cantara hace mucho a mi abuela:

Zaragoza, Zaragoza,
flor de la jota bravía, 
viste nacer a una moza
que bella cara tenía.
Tal deleite producía
el ver cara tan hermosa
que hasta la Virgen decía:
Esa moza que camina
ha nacido en Zaragoza.

Y es que, esté donde estemos, la llevamos impresa en nuestro ADN. 
Por eso, de corazón, con corazón y desde el corazón, ¡feliz Día del Pilar!  

martes, 11 de octubre de 2022

Otra vuelta al mundo en ochenta cuentos

De hoy en una semana -10:30 horas del martes 18 de octubre- realizaré mi sesión de cuentacuentos 127º, en el Salón de Actos del Ayuntamiento de León, ubicado en la calle Alfonso V, dentro de las actividades dirigidas a centros escolares de Primaria, organizadas por sus Bibliotecas Municipales. De manera que allí acudiré con mi globo terráqueo, un tarro de garbanzos, ese maletín que me ha acompañado en tantos viajes, aquella libreta hecha con piel de camello... 
Se titulará La vuelta al mundo en ochenta cuentos y, aunque al principio el marco pudiera imponer, estáis todos avisados: entre relatos de duendes, lobos, lunas o adivinos, ¡lo vamos a pasar fenomenal!

lunes, 10 de octubre de 2022

Afinando el corazón

Este pasado sábado por la tarde asistimos a una de esas presentaciones de libro para niños que son tan entrañables que no parece una presentación. Concretamente a la de la obra Afinando el corazón (Ars Nova Books), de Noelia Contrisciani, perteneciente a la colección editorial Cántame un Cuento, que suma texto, ilustraciones, partituras y grabaciones de seis canciones originales en las que se abordan cada emoción que sentimos.
Bajo los compases de su piano, este acto -realizado en un lugar tan emblemático como la Fundación Eutherpe, de León- resultó de lo más participativo para mis hijos, quienes disfrutaron poniendo notas y colores a su Alegría, Rabia, Tristeza, Asco, Miedo o Amor. 
Nos llevamos a casa un ejemplar dedicado. En ella y con él, nuestra pequeña Amalia se aventuró en su lectura, dibujando alguna de sus vivencias e interpretando a cuatro manos con mamá las composiciones que incluye.
Por su contenido, la manera de abordarlo, sus altas dosis pedagógicas y tantas pinceladas musicales, Afinando el corazón resulta una obra de lo más recomendable. Y es que además, para escribirla, su autora -profesora, titulada superior en piano- admite que, como yo, ha leído justo antes de dormir, al menos 1825 cuentos. Con tales precedentes, infinitos sueños e ilusiones, más un número indeterminado de baquetas perdidas, no podemos extrañarnos de tan magnífico resultado.

domingo, 9 de octubre de 2022

Mi finde de victorias

A priori, podría parecer un fin de semana de derrotas. Ayer sábado, mi hijo me barrió de la pista de Tenis, después de ganar nuestro partido en dos sets, por 6-4 y 6-3. Su mejor revés se impuso sin demasiados problemas a mi mejor saque. Sirva en defensa mía que sigo reservándome en algunos movimientos por prescripción facultativa y que enfrente tenía a un deportista que -aunque se haya decantado por el Balonmano- ha jugado francamente bien en aquellos torneos de su categoría en los que ha participado.
Hoy domingo, mi hija me levantó de la mesa sin apenas puntos, tras vencerme en cada partida de Memory a la que nos ha retado. Una tras otra, iba recordando la ubicación de esas imágenes de la familia Disney, emparejándolas con su igual. Su intuición y su destreza se han impuesto de largo a mi experiencia.
Pero como perder ante nuestros hijos no es perder, al final resultó un finde repleto de victorias. Ganamos momentos, vivencias, vínculo, sonrisas... Aunque, eso sí, a consecuencia de aquellos resultados tuve que compensarles con otra pista de mi próximo libro: del Cortacuerdas aprendí que en verdad no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos, pero tampoco sabemos lo que nos hemos estado perdiendo hasta que lo encontramos.

sábado, 8 de octubre de 2022

En otro paseo a orillas del Bernesga

En el paseo de esta mañana por la ribera del Bernesga junto a mi amigo Nicasio repasamos de nuevo la actualidad. Abordamos esa guerra en el corazón de Europa que sigue cobrándose vidas, esperanzas e ilusiones. Solo en el lado ucraniano se han contabilizado más de 6.000 muertos civiles, de entre ellos unos 500 niños. ¡Otra auténtica tragedia! Que ahora no salga tanto en los diarios no significa que no esté sucediendo.
Luego nos quejamos a la par de lo tecnológicas que resultan nuestras vidas. Él estuvo varias horas, con descarga de app incluida, para cumplimentar una instancia online; yo, cada vez que firmo una receta electrónica, debo pasar tres filtros con sus contraseñas respectivas. Ambos aludimos a esa frase del genio llamado Einstein: Temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra Humanidad. El mundo tendrá solo una generación de idiotas. ¿Habrá llegado ese día? 
Y comentamos aquel incidente ocurrido en el Colegio Mayor Elías Ahuja, a sabiendas de que fue precisamente el centro que tomé como residencia eventual cuando viajé a Madrid para realizar mi especialidad. Desde luego, ambos coincidimos en que se trata de un acto deplorable y del que deben derivarse consecuencias. En ningún caso pueden justificarse tales insultos o esa falta de respeto. En lo que divergimos fue en sus generalizaciones -todos hijos de papá-, comparaciones -estos peor que los otros- o proyecciones -con estudiantes así, mal futuro nos espera-. Al menos yo procuro guardármelas para mí, máxime cuando la realidad que conocí durante aquella estancia no tiene nada que ver con esta otra realidad. Además, he acabado descubriendo que desde que no generalizo, comparo o proyecto, me equivoco bastante menos, soy coherente con lo que transmito a nuestros hijos... y lo más importante, a la larga acabo siendo más feliz.
Por último, Nicasio me felicito por ese próximo libro mío que precisamente hoy entra en imprenta. Como lector fiel de nuestros cuentos, está deseando leerlo. Sabedor de que su título y su temática siguen siendo un secreto, nos pidió otra pista añadida, que gustoso le ofrecí: de las Yarish aprendí que los sueños solo se alcanzan si se persiguen.     

jueves, 6 de octubre de 2022

Y mi yo más agradecido

Será mi libro más trabajado, en el que he invertido más tiempo para su elaboración. Sumará el número nueve de mi cosecha. Estará ilustrado por un artista tan genial como Lolo, quien tuvo la idea del mismo, ha capitaneado todo el proceso de investigación y me ha compartido sus mil detalles para que los hile con mi imaginación. Será por supuesto de cuentos, con unos protagonistas de lo más singular. No conocía ninguno, pero ahora me encantan todos. Incluso si cuadran los plazos, podremos presentarlo en la próxima Feria Esotérica de Fabero, a celebrar el último fin de semana de este mes de octubre. Y será a través de Mariposa Ediciones, a cuya editora, Marina, le estamos tremendamente agradecidos: por su confianza en estos tiempos que corren, por tanta ilusión sentida, por fiarnos que esta obra es de lo mejor que ha leído en mucho tiempo
Como diría aquella presentadora de televisión, ¡hasta aquí puedo leer! Desde su título hasta las muchas sesiones de cuentacuentos que pueden surgir de ella os iremos informando con puntualidad. Aunque no me resisto a daros alguna pista: del Lampazos aprendí que todo lo que brilla tiene una parte oscura.

miércoles, 5 de octubre de 2022

Mi ego vanidoso...

Hace ahora 12 años, estando en la Feria del Libro de Frankfurt, intenté presentar un catálogo de mi obra a cierta agencia literaria, si bien nunca me aceptaron porque esas no eran las formas: ni tenía invitación, ni representante, ni siquiera una mínima recomendación. Tan solo aquella caja cargada de manuscritos y envuelta por la ilusión. De manera que, antes de que nos repitieran su no, decidí marchar de allí.
Casual o causalmente, al día siguiente un célebre autor de esa agencia - nada menos que Mario Vargas Llosa- obtenía el Premio Nobel de Literatura. Recuerdo que a la entrada de su stand colgaron una pancarta en la que se leía: Hoy hemos ganado un Nobel... Y en ese ejercicio de soberbia vengativa, mi ego se hizo una foto junto a ella con la siguiente leyenda: Ayer perdisteis otro.
En verdad que esta aspiración no ha existido nunca, aunque aún sobrevivan algunos ramalazos de vanidad. Así, por ejemplo, hay cierto autor a quien considero mi maestro, con quien he conversado hasta en tres ocasiones, cuyas obras he reseñado para distintos medios, que posee dedicados varios de mis libros, que yo poseo igualmente los suyos... Pues bien, tras impartir su enésimo curso de literatura al que asistía cierta amiga mía, al preguntarle esta por mí no se le ocurrió otra respuesta que decirle que ni sabe quién soy ni ha leído nunca una sola línea mía. En fin... Jamás creí que hubiera profesores que mirasen tan poco a sus alumnos. Sea como fuere, aunque le siga admirando, mi yo vanidoso relegará su último libro a la cola de los pendientes en nuestra mesilla. Cuestión de egos. Solo le salva que escribe de diez.

sábado, 1 de octubre de 2022

¡ADEMAR Infantil, a luchar!

En la mañana de este domingo 2 de octubre se abre el telón de temporada para el equipo Abanca ADEMAR, categoría Infantil, en la Liga Regular Territorial, grupo A, organizada por la Federación de Castilla y León de Balonmano. En él, con su número 27 a la espalda, estará mi hijo Manuel ante el Ciudad de Salamanca, cargado como siempre de ilusiones. Las nuestras son que disfrute de tal práctica física, que asuma los valores de este deporte en grupo, que crezca tanto personal como deportivamente, y que sienta esa lección que ofrecen la vida y el balonmano: unas veces se gana, otras -en ocasiones las más- se aprende.
Dirigidos por Jorge, su entrenador, solo queda desearles suerte para toda la temporada y que en ella aprovechen tales vivencias. Quizás algún día, esta base de hoy constituya la cima del primer equipo.
Sea como fuere, fieles al lema de nuestro club, ¡ADEMAR Infantil, a luchar!