Llegó el verano y con él otra nueva excusa para darnos unas buenas zambullidas. En el mar, en el río, en la piscina… y por supuesto, en la magia de la literatura. Sea por ese calor, por tanta monotonía o por nuestras siempre merecidas vacaciones, todas las encuestas coinciden en que estamos en la época del año en que más se lee. Y también este es mi caso.
Por ello, he iniciado mi periplo de lectura estival con un libro estupendo: Ojos de gato (Ediciones Irreverentes), de Lourdes Ortiz. Una colección de relatos escritos con sencillez, profundidad y cercanía sobre temas habituales en nuestra cotidianidad. Ambientada en Madrid -tomada como metáfora de ciudad contemporánea-, la obra se divide en dos partes atendiendo a su trama y a sus protagonistas: Cruces, con seis historias, y Ellas con cinco. De la inicial a la última -desde el drama de la inmigración, a la primera relación de una adolescente convertida en caperucita postmoderna-, han refrescado mis tardes, mi tiempo de ocio… y en especial, por esa complicidad a la hora de contar las cosas, mi conciencia. Personajes cotidianos que creía lejísimos se han acercado a mí a través de estos renglones; tragedias escondidas tras esa cortina llamada hipocresía, revelan la cara oculta de nuestra sociedad. Quizá sea verdad que -como consta en su contraportada- no sepamos muy bien quiénes somos, y solo nos demos cuenta tras vivencias como estas. De hecho, con su narración fluida, salpicada de sentimientos e ironía, la autora consigue entretener a sus lectores, al tiempo que les invita a zambullirse en una piscina que no entiende de estaciones: la de la reflexión.Ojos de gato, con gafas o sin gafas. Un libro refrescante y por supuesto recomendable. ¡Felices lecturas, feliz verano!
1 comentario:
Os informo de que este libro se presentará mañana martes 28 de junio, a las 20 horas, en la librería especializada en relato "Tres rosas amarillas", ubicada en la calle San Vicente Ferrer 34 (Madrid), con la presencia de su autora.
A cuantos podáis y os apetezca, estáis obviamente invitados.
Mil sonrisas.
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