viernes, 28 de noviembre de 2014

En el Día de las Librerías

Hoy viernes 28 de noviembre se celebra por cuarto año consecutivo el Día de las Librerías. Espero poder celebrarlo perdiéndome en alguna. No obstante, vaya antes desde aquí mi felicitación sincera, junto a un fragmento de esas Nanas para un Principito, para todas aquellas personas que -incluso en estos tiempos- apuestan por vivir del libro. 

Una de las cosas que más me gusta hacer es ir con mis papás a la librería y revisar juntos alguno de sus libros. Allá dentro los hay de todo tipo: de princesas, de brujas, de animales, de piratas, de lo que tú quieras, de lo que tú necesites… Los destinados a los adultos resultan de lo más aburridos, pues solo contienen letras. Sin embargo con los nuestros lo pasas fenomenal. Algunos son desmontables, otros se colorean; si a este le aprietas aquí, suena un timbre; si a aquel le tocas allá, muestra diferente tacto… Y así permiten entre todos una fiesta de los cinco sentidos. En la sala infantil solemos acumularnos bastantes niños; y aunque parezca imposible, solemos guardar silencio. No conozco otro sitio en el que esta norma surta tal efecto. Quizá porque entre tantos volúmenes, no buscamos aventuras; dejamos que sean ellas las que nos encuentren.

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